Portada. Foto Joaquin Castro. |
¡Por fin vuelve la Semana Santa! o eso esperamos, Dios lo quiera… ¿pero es que no ha habido Semana Santa en 2020-21? Los más dogmáticos se han encargado de recordárnoslo durante estos dos años por toda Andalucía, España y supongo que en todo el mundo… “que Semana Santa si hay, lo que no hay son procesiones” (fíjense que en los oficios no había colas de muchos de esos queriendo entrar). Pues bien, siempre he dicho, que para mí, lo que me prendía la chispa de aquello que decía Barbeito… “parece que es la hora…” era la salida (entre otras publicaciones) del Programa de Semana Santa de Bailén. El ahora llamado por muchos como el “libro de semana santa” (como el libro de fiestas), se llama programa porque anunciaba al pueblo el programa de actos y sobre todo el de procesiones.
Así que, si en 2020 nos pilló por
sorpresa y se editó, en 2021 pues supongo que al no haber procesiones, no se editó.
Pero, este año vuelve con la fe puesta de que haya Semana Santa, y eso en Andalucía
va soldado al alma de sus habitantes (hasta para los que la detestan) con las imágenes
en la calle anunciando y aportando muchas cosas a nuestra tierra, el evangelio y
la salvación entre ellas.
Por ello, cuando el presidente de
la Unión (me gustaba más Agrupación) me pidió una nueva colaboración (al que le
vuelvo a agradecer su confianza) ya lo tenia preparado desde el año pasado. Pero
sale este año. Tal vez porque no había procesiones pensé en que era el lugar idóneo
para habar de cofradías, eso está claro, pero de aquellas que quizás no tengan
un espacio definido para habar sobre ellas en Bailén. Me refiero a las cofradías
de gloria, pero en esta ocasión quise hablar de un episodio concreto de unas de
las más importantes devociones que tuvo la piedad popular bailenense durante
los siglos pasados y que la Guerra Civil borró de un plumazo hasta la presente. Hay tantas cuentas pendientes aun con la vida
histórica cofradiera de Bailén que esta no iba ser menos. Aun se puede contar
mucho sobre los avatares del Rosario de Bailén, pero en esta ocasión nos
centraremos en examinar unos estatutos redactados y aprobados en 1899 que nos
hablan del nuevo impulso que tomó en aquellos días la devoción a la Virgen que
se veneró en la actual capilla donde se rinde culto a nuestro imponente San Dimas.
Casualidades de la vida, este
periodo va a estar marcado por la historia de esta devoción, ya que hace pocos días
salió en la revista “Locvber V” un trabajo específico sobre la historia de la
capilla. Este estudio ha sido realizado por Juan José Villar Lijarcio, el que aconsejo
leer (pinche aquí) para completar un poco más la información histórica que
aportan ambos artículos.
Para leer mi artículo pinche en
academia.edu o leyendo en el archivo adjunto.