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lunes, 10 de mayo de 2021

EL RETABLO DEL SANTUARIO DE LA FUENSANTA DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN), OBRA DE FRANCISCO RUIZ "CURRITO EL DORADOR " DE SEVILLA (1928).


Aunque no es una noticia nueva en el ámbito historicista local de Villanueva del Arzobispo (Jaén), recientemente hemos descubierto una sorprendente noticia que nos habla sobre una “rareza” de influencia artística en la provincia de Jaén en un contexto histórico inusual como fue 1928 de un taller muy conocido en el los ámbitos artísticos sevillanos. Este fue el que regentó Francisco Ruiz Rodríguez (1884-1961), conocido coloquialmente como “Currito el dorador”, del que hablaremos después.

En un amplio y exquisito trabajo (de un rigor histórico encomiable basado en el trabajo de archivo sobre las fuentes primarias) sobre la historia del Santuario de la Virgen de la Fuensanta,patrona de Villanueva del Arzobispo (Jaén) del historiador giennense Francisco Jesús Martínez Asensio[1] hemos podido sorprendernos de este “raro” trabajo como indiqué al principio. Y digo raro, porque es bien sabido por los interesados en las artes suntuarias en la provincia de Jaén que desde mediados del siglo XIX hasta mediado el siglo XX la influencia artística que acaparó casi por completo el arte religioso en la diócesis del Santo Reino llegó en su mayoría del levante español, sobre todo desde Valencia y Cataluña o Madrid, que también se subió al carro de este arte casi industrializado y con una oferta de comercio alejada de los aún tradicionales obradores sevillanos. ¿Los motivos? Yo sigo apostando por las teorías de los prelados valencianos entre Jaén y Valencia, la influencia de la publicidad en la prensa, los agentes comerciales que traían sus catálogos (que difícilmente podían competir con el gusto del sevillano en Sevilla) y con ello las facilidades de transporte por ferrocarril, unido todo esto al fuerte nexo social y laboral de la sociedad giennense más proclive a la capital de España que al occidente andaluz, donde los sevillanos se bastaban y sobraban con los trabajos para su provincia, Huelva y Cádiz. Como siempre he dicho, es ínfimo el tanto por ciento de obra sevillana en la provincia de Jaén en aquel periodo.

Con otro de los excelsos ejemplos de camarines de la provincia de Jaén, la antigua Virgen de la Fuensanta era venerada ante la contemplación de un retablo barroco que meramente enmarcaba la embocadura del camarín. Por motivos que desconozco, y según fui descubriendo en el trabajo de Martínez Asensio, en 1928, se cambia aquel retablo por uno nuevo, que gracias a Dios no fue destruido en su totalidad en la Guerra Civil Española (1936-1939) como pasó con tantos y tantos en esta provincia dominada por el bando republicano durante toda la contienda civil. Se perdió la Virgen, pero no el retablo que en 1928 realizó el taller de “Currito el dorador” en Sevilla.

Francisco Ruiz "Currito el dorador".




Es curioso, que los expertos en arte que se han detenido en él, lo situaban en los obradores de los siglos de oro de la talla retablista, cuando en realidad se trataba de un neobarroco del siglo XX, y es que los talleres hispalenses han seguido tan fieles a la manera de trabajar del barroco, que hasta pueden llegar a confundir a los expertos. Incluso a aventurar que el retablo tenía que estar remodelado tras un posible ataque en la guerra tras la finalización de esta y la reconstrucción de templos y devociones perdidas. Caso que parece, también sucedió.

La noticia no se conoce de ningún archivo, ni civil ni eclesiástico, sino que surge de una publicación periodística fomentada por Los Trinitarios, orden que estuvo establecida en este santuario como bien nos cuenta Francisco Martínez en BIEG. La revista que aporta el dato en concreto era El Santo Trisagio[2].



También se hace eco de esta historia el Padre Arturo Curiel que también consultó aquel número de la revista donde se hacía eco de la hechura del retablo.[3] La obra fue costeada como era costumbre como en tantas y tantas ocasiones por las élites adineradas de las poblaciones, en esta ocasión por Doña Carmen Benavides y Millán demostrado con ello su acendrada devoción y con esto, tal vez inconscientes de ello, logrando la remarcación de sus estatus sociales.

Este autor describe así la obra:

Los tres son de madera curada, finamente tallados y totalmente dorados con pan de oro, siguen el estilo de los antiguos retablos dorados con pana de oro, siguen el estilo de los antiguos retablos de muchas catedrales españolas.

Las dos columnas salomónicas del altar central, a la vez que recortan el camarín de la Santísima Virgen, agrandan el presbiterio. Merecen ser destacados el Sagrario y el manifestador, ambos realmente singulares. El templete, terminado en cúpula, estaba sostenido por cuatro columnas y tres arcos románicos, verdaderas filigranas en el arte sagrado. Digna de igual mención era la talla de la Trinidad, de corte tradicional, sentada, centrada en lo alto del majestuoso retablo, con dos singulares serafines a ambos lados. Había además, otros cuatro singulares y primorosos ángeles a lo largo del retablo con sus respectivos cofres, invitando al ofrecimiento del corazón a la Divinidad, como mejor don.

Completaban los nichos del altar central las tallas de San Juan de Mata, San Félix de Valois, el Beato Juan Bautista de la Concepción y el estático San Miguel de los Santos.

Desaparecidos y destrozadas todas las tallas en la ‘persecución’ de 1936, fueron más tarde repuestos en una restauración posterior”.

Volviendo al trabajo de Martínez Asensio nos desvela una nueva noticia sobre este retablo sacado de la prensa provincial, en concreto de EL Pueblo Católico que el 2 de octubre de 1928 publicó una noticia redactada por el corresponsal Francisco Crespo, con motivo del solemne novenario que se iba a celebrar en honor de la Virgen de la Fuensanta:

Quiero rendir un tributo de justicia a la virtuosa dama doña Carmen Benavides, que con generoso altruismo, mandó construir a sus expensas el soberbio retablo que se inauguró hace unos meses, y no satisfecha de la gran belleza que proporcionó al Santuario tan grande mejora, ordenó la construcción de dos magníficos retablos laterales…. La inauguración de estos dos últimos han sido causa de la mayor solemnidad de estos cultos”.

El retablo central se bendijo el 15 de febrero de 1928; con tal motivo se llevó a cabo en el Santuario un Triduo. Los retablos laterales se bendijeron unos meses después, concretamente el 20 de septiembre de 1928.

Hace unos meses visité por primera vez y última hasta la fecha el santuario y me complació de cierta envidia sana ver como muchos pueblos de mi provincia contaban con retablos neobarrocos que sustituían a los destruidos. Este no era el caso, y sin informarme de nada llegué a pensar que pudo ser una obra influenciada por el trabajo de un taller sevillano en Jódar en la realización del retablo mayor de la iglesia de la Asunción, obra del sevillano Carlos Bravo Nogales en 1955.

Como decíamos al principio, la realización de un retablo de talleres sevillanos en Jaén en los años 20 es una auténtica “rareza histórica”. Hay que tener en cuenta que los talleres sevillanos no solían aparecer anunciados en las revistas religiosas ni los periódicos de tirada nacional (muy común en aquel tiempo), como norma más generalizada (al contrario de los madrileños, catalanes y valencianos). Entonces, conocer cómo Currito el dorador trabajó para el santuario de la Fuensanta es un misterio. Pudo darse por cualquier relación con Sevilla de la donante con alguna familia sevillana de su élite social, no descartando que fueran de filiación cofradiera y piadosos como también era muy común en la sociedad sevillana. O incluso algún trinitario venido de tierras hispalenses que hablara maravillas del renacido arte neobarroco en la capital hispalense que había abandonado los retablos y pasos de estética neoclásica y romántica para volver a explotar el modelo del paso del Gran Poder de Sevilla, auténtico tesoro del siglo XVII imitado y tomado como fuente de inspiración hasta la saciedad.


En ese contexto se formó Francisco Ruiz Rodríguez, que era apodado como Currito el dorador porque al parecer era su verdadero oficio, aunque se le adjudique también trabajos de talla. Según el magnífico libro del profesor Sevillano José Roda Peña[4], Francisco Ruiz regentaba un negocio según una publicidad en la revista Amargura (nº 3, 1931) denominado  “Taller de Dorados. Carpintería y Restauraciones. Molduras, Espejos y Cornucopias. Francisco Ruiz Rodriguez. Francos, 41. Sevilla. Especialidad en Articulos Religiosos. Precios Módicos”, en un principio, desde 1913 en la calle Siete Revueltas nº 10 y después en la cofradierísima calle Francos nº 41. Ya en la década de los 50 contó con varias sedes en las calles Siete Revueltas nº 10, Varflora nº 13 y Ceniceros nº4. Uno de sus trabajos más conocidos fue su actuación en el paso del Cristo de las Tres Caídas de la hermandad de la San Isidoro (de la que era hermano), junto al maestro tallista Salvador Domínguez Gordillo, padre este, por cierto, del gran historiador, de reconocimiento nacional, D. Antonio Domínguez Ortiz.

Las referencias históricas a su figura parecen indicar a que en realidad Currito era el líder empresarial de un obrador con distintos profesionales en su materia, donde colaboraban en la labor de talla otros tallistas como Rafael Fernández del Toro o José Gil Ferrera, lo que nos hace entender, de que él no tallaba si no que dirigía, diseñaba y realizaba las labores de dorado. Como ocurriría por ejemplo con el taller de Pérez Calvo o Rodríguez Ojeda (bordados), a los que se les asignan los trabajos cuando en verdad ellos se valían de otros operarios para realizar los encargos del taller. Algo que por otro lado aún sigue ocurriendo en los talleres de arte sacro.


En su obrador se reformó pasos como el de La lanzada (1917), la Soledad de San Lorenzo (1919), Panaderos (1917), San Roque (1929), Desprecio de Herodes (1940), el paso de la Canina y el Duelo (1948). También salieron los pasos de la Virgen de Consolación de Cartaya (1926), el Santo Crucifijo de la Salud de Jerez de la Frontera (1945)[5] o el paso de gloria de la Salud de San Isidoro (1949), también en Sevilla. En 1924 se desechó por su elevado coste la realización del paso de Cristo para la Hermandad de los Estudiantes[6]. En aspectos retablistas realizó el monumento eucarístico de San Juan de la Palma, el retablo de la hermandad de San Roque en Sevilla y más ejemplos de su retablística (como dije sin salirse de su área de influencia) con altares en la iglesia de la Asunción de Almonte (Huelva), ermita de la Virgen del Valle de La palma del Condado y su parroquia, la de San Juan Bautista.


Sus pasos más representativos, adjudicados parece ser como obra de talla y dorado son el ya citado de las Tres Caídas de San Isidoro (1941) y el actual de la Soledad de San Lorenzo (1951), además de un paso que no realizó para Sevilla, pero que actualmente procesiona en la ciudad como es el paso de Cristo de la hermandad del Sol, el del Santo Cristo Varón de Dolores de la Divina Misericordia, que realizó para la cofradía de la Vera Cruz de Lebrija (1951), amén de cuantiosos trabajos de dorado en los mejores pasos de la Semana Santa de Sevilla.

 




[1] MARTINEZ ASENSIO, F.J. (2020): Historia del Santuario de la Fuensanta de Villanueva del Arzobispo: Desde los primeros documentos escritos hasta los comienzos de la guerra civil española (segunda parte). Boletín del Instituto de Estudios Giennenses. Julio-Diciembre 2020, Nº 222, pp. 95-145.

[2] VV. AA. El Santo Trisagio, nº 186, pp. 375-377. Madrid. 1928.

[3]Padre Arturo Curiel (1983): La Virgen de la Fuensanta y su Santuario. Secretariado Trinitario de Cordoba. Málaga, pp. 92.

[4] RODA PEÑA, J. (2016): Retablos itinerantes. El paso de Cristo en la Semana Santa de Sevilla. Diputación Provincial de Sevilla, pp. 215-220.

[5] Basado en las andas barrocas del Cristo del Amor de Sevilla.

[6] https://hermandaddelosestudiantes.es/el-paso-de-cristo/


jueves, 6 de mayo de 2021

LA VIRGEN DE ZOCUECA "PATRONA DE BAILÉN" DESDE 1728...


 

En un nuevo aniversario de la Coronación Canónica de la patrona de Bailén, la Virgen de Zocueca les dejo con una muestra más de las historias que conforman su existencia. Y no es una página histórica cualquiera ya que trata del verdadero y único documento oficial de nombramiento de la Virgen de Zocueca como Patrona de Bailén. Aunque desde que se tiene constancia de la existencia de la devoción y culto por los bailenenses a la Virgen de Zocueca se la ha tratado como patrona, cuando surgió todo el “embrollo” de una copatrona cómo es Santa Gertrudis, este punto fue tratado sensiblemente en todas aquellas gestiones, para que no quedase ningún fleco suelto que pudiera traer conflictos en un futuro.

La figura determinante en toda esta historia fue el corregidor de la villa entre 1726 a 1731, D. Felipe de la Neve Castro Figueroa (1691-1731), el padre del más famoso fundador de la ciudad norteamericana de Los Ángeles, D. Felipe de Neve y Padilla (1727-1784). Fue el promotor de este extraño copatronato debido a la devoción familiar a esta santa benedictina. Este nombramiento fue promovido en cabildo municipal celebrado el 16 de noviembre de 1726, pero que no contó con la preceptiva autorización o licencia previa del Obispado.

Por ello, la autoridad diocesana enterada de la noticia de la proclamación de Santa Gertrudis como copatrona de la villa, por auto de 21 de agosto de 1728, obligó a subsanar y repetir este nombramiento patronal, lo que se verificó en cabildo extraordinario de 28 de septiembre de 1728, ya con la asistencia oficial del prior, curas, beneficiados y resto de eclesiásticos de la localidad (ver documentos nº 1 y 2). Durante esta sesión conjunta (municipal y parroquial) los asistentes advirtieron que, para nombrar a Santa Gertrudis como copatrona de la localidad, primero tenían que oficializar el patronazgo de Nuestra Señora de Zocueca pues, a pesar de ser reconocida como patrona principal de la villa de Bailén desde tiempo inmemorial, se habían revisado los archivos (municipal y parroquial) y no se pudo encontrar ningún instrumento en el que constara su nombramiento formal como patrona de la localidad.

En el voto celebrado en la iglesia de La Encarnación el 15 de mayo de 1681, la villa de Bailén hizo juramento solemne para celebrarse para siempre jamás por día de fiesta el día cinco de agosto de cada año de los venideros y ayunar su víspera, que es el día que la cofradía hace fiesta [...] a la Santísima Imagen de Nuestra Señora de Zocueca”. Cofradía, Ayuntamiento y Clero de Bailén dieron fe pública de este solemne juramento mediante acta notarial firmada el 23 de mayo de 1681, escritura pública que todavía conserva la parroquia de La Encarnación junto con otro ejemplar litúrgico, en pergamino y miniado, conocido como el “libro del voto”. Pero en aquel voto de 1681 nada se decía sobre nombramiento de la Virgen de Zocueca como patrona de Bailén. Aunque desde entonces la festividad del 5 de agosto siempre se había respetado como fiesta de guardar, de obligado cumplimiento para toda la villa, lo cierto es que oficialmente, desde un punto de vista estrictamente formal, nunca se había proclamado a la Virgen de Zocueca como patrona de Bailén.

Para evitar cualquier posible reparo por la falta “de nombramiento formal del patronato anticuado que Nuestra Señora de Zocueca tiene en esta villa”, en el cabildo extraordinario de 28 de septiembre de 1728 primero se confirmó y nombró a la Virgen de Zocueca como “patrona principal”, recibiendo y nombrando después a Santa Gertrudis Magna como “patrona menos principal” de la localidad, acordándose la celebración anual de su festividad (17 de noviembre) como memoria no obligatoria para el vecindario, lo que en la práctica significaba una fiesta religiosa a cargo del municipio, pero solo con la asistencia obligatoria de la corporación municipal.

En cabildo de 30 de octubre de 1728 se recibió, de manos del corregidor Felipe de la Neve, un despacho con el decreto episcopal que aprobada y proclamaba los nombramientos patronales de Nuestra Señora de Zocueca (5 de agosto) y Santa Gertrudis Magna (17 noviembre); decreto firmado por el Ilustrísimo Obispo de Jaén, don Rodrigo Marín y Rubio, dado en el Palacio Episcopal de Baeza el 2 de octubre de 1728 (ver documento nº 3).  Así que burocráticamente, oficialmente y con papeles en la mano, la Virgen de Zocueca es patrona de Bailén oficialmente desde el 28 de septiembre de 1728, aunque por costumbre inmemorial y sentimental ya lo venía siendo.

Bibliografía:

Lendínez Padilla, J. P; Villar Lijarcio. J. J. (2020): “El corregidor Felipe de la Neve, la rehabilitación de la iglesia de San Andrés y el patronazgo de Santa Gertrudis”. Locvber 4, pp. 42-95.




ANEXO-TRANSCRIPCIONES

Documento nº 1

1728, agosto, 21. Baeza (Jaén). El Obispo de Jaén otorga licencia al Ayuntamiento y Clero de Bailén para celebrar cabildo extraordinario de nombramiento de Santa Gertrudis Magna como compatrona de la villa, para su posterior validación diocesana conforme a derecho. Archivo Municipal de Bailén, Actas Capitulares, caja 20, decreto episcopal de 21/08/1728.

Don Rodrigo Marín y Rubio, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo de Jaén, del Consejo de Su Majestad y su Predicador, etc.

Por cuanto se nos ha presentado por el caballero Corregidor y Villa de Bailén, que movidos de su grande devoción a la Gloriosa Virgen Santa Gertrudis la Magna están determinados a nombrarla por Compatrona de dicha villa con Nuestra Señora de Zocueca, que es la principal, y siendo preciso  que para esta nominación haya de concurrir también el Clero, [que] no puede hacerlo sin nuestra licencia: por las presentes la concedemos a el Prior, Curas, Beneficiados, y demás Eclesiásticos de nuestra Iglesia Parroquial de dicha villa, para que siendo convocados por dicho caballero Corregidor y Regidores concurran en las Casas de su Ayuntamiento a el Cabildo que ha de hacerse sobre la recepción y nominación de dicha Gloriosa Santa por Compatrona, en que con seria y madura reflexión deliberen en este asunto, expresando las circunstancias y requisitos con que se obligaren, y hecha la determinación se nos remitirá para que dando nuestra aprobación como Prelado de este Obispado tenga la validación necesaria conforme a derecho. Dado en Baeza a veinte y uno de agosto de mil setecientos veinte y ocho.

Rodrigo, Obispo de Jaén [rúbrica]

Por mandato de Su Ilustrísima Señoría, el Obispo mi Señor: don Joseph Miguel de Linares, secretario de cámara [rúbrica]”

Documento nº 2

1728, septiembre, 28. Bailén (Jaén). El Ayuntamiento de Bailén y el clero parroquial confirman el nombramiento de Nuestra Señora de Zocueca como patrona principal y de Santa Gertrudis Magna como compatrona de la villa. Se obligan a continuar guardando la vigilia y festividad del 5 de agosto en el Santuario de Nuestra Señora de Zocueca, que es fiesta en la villa desde tiempo inmemorial, así como a celebrar solemne función religiosa el día de Santa Gertrudis (17 de noviembre), memoria no obligatoria para el vecindario. Archivo Municipal de Bailén, Actas Capitulares, caja 20, cabildo de 28/09/1728.

En la villa de Bailén en veinte y ocho días del mes de septiembre de mil setecientos veinte y ocho, el Concejo, Justicia y Regimiento de esta villa, conviene a saber, los señores: Capitán de Caballos don Phelipe de la Neve Castro y Figueroa, Corregidor y Justicia Mayor de esta villa; Pablo Rentero Nájera, Alcalde ordinario; don Antonio de Costilla y Narváez, Alcaide del Castillo de esta villa; Pedro Godoy Tenorio, Alcalde ordinario; Andrés Díaz de la Coba, Alguacil mayor; don Juan Martín de Ruy Martín, Alférez mayor; Francisco Costilla, Diego Fernández Perales y Bartolomé García Calatrava, regidores; todos con voz y voto en este Ayuntamiento; y presente don Antonio Soriano, síndico personero; y juntos para tratar las cosas útiles a esta república y asistidos del Clero de esta villa, junto asimismo y con licencia del Ilustrísimo Señor don Rodrigo Marín y Rubio, Obispo de Jaén, su fecha en Baeza a veinte  y uno de agosto de este año, refrendada de don Joseph Miguel de Linares su secretario, que queda con este Ayuntamiento y fueron los señores: Doctor don Melchor Mendoza de Contreras Torres, Prior de la Parroquial de esta villa; el licenciado don Luis Álvarez Tenorio, Cura de ella; el licenciado don Alonso Docio, asimismo Cura de la Parroquial de esta villa; don Francisco Narváez, don Luis Barejón y don Luis de la Choza, beneficiados; don Andrés Ponce, don Salvador de Castilla y don Francisco Julián Soriano, clérigos in sacris; y don Francisco Molina, don Bartolomé de Gámez, don Francisco Fernández Perales, don Bartolomé Ponce, clérigos de menores; y otros vecinos de esta villa en representación del pueblo.

Y estando todos juntos en las Salas Capitulares de esta villa dijeron: que movidos de la gran devoción que han excitado los prodigios y beneficios que este común ha experimentado desde que en él se introdujo la devoción de la Gloriosa Santa Gertrudis la Magna, confiando en [que] la divina misericordia los continuará por la intercesión de esta Gloriosa Santa, así en lo espiritual como en lo temporal, y deseando alcanzar su benigna intercesión y obligarla con nuestro rendimiento, hemos resuelto generalmente confirmar el nombramiento que por esta villa se hizo el año pasado de mil setecientos veinte y seis, en que nombró a la dicha Gloriosa Santa por su compatrona, [junto] con Nuestra Señora de Zocueca que es la principal. Y habido faltado en el dicho nombramiento la concurrencia del venerable estado eclesiástico de esta villa, que con licencia del Ilustrísimo Señor Obispo de Jaén se halla presente; y habiendo notado que en esta villa no se halla nombramiento formal del patronato anticuado que Nuestra Señora de Zocueca tiene en esta villa, para subsanar el reparo que pueda ofrecerse no obstante su antigua posesión, por el presente la volvemos a nombrar y a recibir a la Gloriosísima Virgen María en su Imagen de Nuestra señora de Zocueca, titulada por nuestra principal patrona, suplicando rendidamente a Su Majestad se digne de recibirnos debajo de su protección y amparo; y asimismo nos obligamos y obligamos a este común [vecindario] a que continúe su devoción, expresándola en la vigilia que guardan de inmemorial tiempo a esta parte el día cuatro de agosto, víspera de Nuestra Señora de las Nieves, en cuyo día se celebra la fiesta en su Santuario y Ermita de Nuestra Señora de Zocueca, y se tiene en esta villa por día de fiesta.

Asimismo como dicho es, nombramos por nuestra compatrona a la Gloriosa Santa Gertrudis y celebrarla esta villa con la solemnidad correspondiente a su devoción el día diecisiete de noviembre de cada año. Y deseando que el dicho día se celebre por todo el común queremos y es nuestra voluntad nos obligue el precepto de oír misa en el [día 17 de noviembre], pero que no obligue guardarla sino que puedan [los vecinos] libremente, habiendo cumplido con la referida obligación [de oír misa], irse a sus trabajos el que quisiere y [el que] no quisiere concurrir a la solemnidad de aquel día, mediante a lo que se evitan los cargos de conciencia que pudieren ocurrir a la contravención de la fiesta; mediante cuyas piadosas diligencias confiamos en la infinita misericordia de Nuestro Señor, que aceptándolas en su divino agrado por los méritos de la Gloriosísima Virgen María Nuestra Señora en su Gloriosa Imagen de Zocueca y su Gloriosa Esposa Santa Gertrudis, nos concederá benigno el remedio de nuestras necesidades espirituales y temporales, para que con su divina gracia le sirvamos en esta vida y logremos en la eterna; y queda al cargo y cuidado de esta villa el que siempre por cualquier necesidad que se invocare la protección y amparo, así de Nuestra Señora de Zocueca como de [la] Señora Santa Gertrudis, en que se haya de hacer fiesta, rogativa o procesión u otra que se delibere, costear la fiesta que la dicha villa determinare. Y así lo acordaron y mandaron al presente escribano que saque testimonio de este acuerdo para pasarlo a las manos del dicho Ilustrísimo Señor don Rodrigo Marín Rubio, del Consejo de Su Majestad [el Rey] y su Predicador, Obispo de Jaén, suplicando a su Señoría Ilustrísima se sirva de confirmar los dichos nombramientos y obligaciones en el todo o en parte como su Señoría Ilustrísima fuere servido. Y lo firmaron sus mercedes. [Firmas y rúbricas]”

Documento nº 3

1728, octubre, 30. Bailén (Jaén). El Ayuntamiento de Bailén recibe despacho del Obispo de Jaén aprobando y proclamando los nombramientos patronales de Nuestra Señora de Zocueca (5 de agosto) y Santa Gertrudis Magna (17 noviembre). Se inserta ejecutoria original de 3 de octubre en la que se comunica decreto episcopal de 2 de octubre de 1728. Archivo Municipal de Bailén, Actas Capitulares, caja 20, cabildo de 30/10/1728.

En este Cabildo se dijo como, en virtud del acuerdo de cabildo de veintiocho de septiembre de este año, su merced el dicho Señor Corregidor pasó a la ciudad de Baeza con testimonio de dicho acuerdo y trajo despacho del Ilustrísimo Señor Obispo de la ciudad de Jaén para que se continúe la vigilia y fiesta de Nuestra Señora de Zocueca por patrona de esta villa y de [la] Señora Santa Gertrudis la Magna por su compatrona, y que en su día se oiga misa y después se trabaje como fue acordado. Y visto se mandó que por el presente escribano se pase a casa del Señor Prior de esta villa y le deje el dicho despecho para que se saque la copia que por él se manda y lo [de]vuelva y [se] ponga con este libro capitular.

[Se inserta ejecutoria original] Don Rodrigo Marín y Rubio, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo de Jaén, del Consejo de Su Majestad y su Predicador, etc.

A todos los fieles cristianos vecinos y moradores de la Villa de Bailén de esta nuestra Diócesis, hacemos saber que, en vista de una representación y acuerdo de la Justicia y Regimiento de dicha Villa, hemos proveído un auto del tenor siguiente:

"En la Ciudad de Baeza a dos días del mes de octubre de mil setecientos y veinte y ocho años el Ilmo. Sr. don Rodrigo Marín y Rubio, mi Sr. Obispo de Jaén, del Consejo de Su Majestad y su Predicador, etc. Habiendo visto el testimonio antecedente, por el cual consta que junta en su Sala Capitular la Villa de Bailén compuesta del caballero Corregidor, Alcaldes y Regidores de ella, concurriendo también, convocados en consecuencia de Decreto y Licencia de su Señoría Ilustrísima, el Prior, Curas y demás Eclesiásticos de la Iglesia Parroquial de dicha Villa, y con asistencia de otras personas en representación del pueblo, teniendo presentes los beneficios que han recibido por intercesión de la Gloriosa Virgen Santa Gertrudis la Magna, desde que en dicha Villa se excitó su devoción y la eligieron por Patrona menos principal, y deseando obligarla más con su reconocimiento determinaron confirmar el nombramiento de tal Patrona que en el año pasado de mil setecientos y veintiséis años habían hecho, subsanando el defecto que entonces hubo de no concurrir para ello el venerable Estado Eclesiástico, y principalmente no haber obtenido la aprobación y licencia de su Señoría Ilustrísima como Prelado de esta Diócesis; y poniéndolo en efecto con seria y libre consideración, unánimes todos y conformes de su espontánea y deliberada voluntad, ratificaron el nombramiento de Patrona menos principal a la dicha Gloriosa Santa Gertrudis la Magna, obligándose por sí y por sus sucesores en sus Oficios y Casas, Familias y Pueblo, a quienes representan, a hacer fiesta a la dicha Santa en su día, que es el 17 de Noviembre, y oír Misa, quedando libres para el trabajo los que no quisieren o no pudieren asistir y concurrir a la dicha fiesta. Y respecto de que por antigua tradición tienen por Patrona principal a María Santísima Señora Nuestra en su Imagen de Nuestra Señora de Zocueca, que se venera extramuros de la dicha villa, con la obligación de guardar como festivo el día de su fiesta, que es el de Nuestra Señora de las Nieves, y ayunar su Vigilia, como siempre se ha practicado; y habiendo ahora registrado los archivos no se halla instrumento ni aprobación auténtica que lo compruebe, queriendo subsanar cualquier reparo que pueda ofrecerse, no obstante la antigua costumbre, con la misma seria reflexión y unánime consentimiento han deliberado revalidar, como con efecto revalidan, el dicho nombramiento de Patrona principal de dicha Villa a la Reina de los Ángeles María Santísima con el título de Nuestra Señora de Zocueca, obligándose de nuevo a guardar como festivo el día cinco de Agosto, en que se celebra, y ayunar su Vigilia, bajo la pena de pecado mortal, como más largamente consta del acuerdo capitular y su testimonio legalizado por Manuel Joseph Martínez Carmona, Escribano del Cabildo de dicha Villa:

Dijo su Señoría Ilustrísima que aprobaba y aprobó todo lo contenido en esta relación, y que interponía su autoridad y judicial decreto, cuanto de derecho se requiere para su validación como Prelado de esta Diócesis; y declaraba y declaró por Patrona principal de la dicha Villa de Bailén a María Santísima en su Imagen de Nuestra Señora de Zocueca, que se venera extramuros de ella, y por Patrona menos principal a la Gloriosa Virgen Santa Gertrudis la Magna, como nombradas con las solemnidades convenientes y necesarias: y mandaba y mandó con fuerza de precepto y en virtud de Santa Obediencia a todos los moradores que sean capaces y en edad competente, bajo del gravamen de pecado mortal, cumplan las obligaciones expresadas de guardar Vigilia y ayuno el día cuatro de Agosto, y tener por Festivo el siguiente cinco, oyendo Misa y absteniéndose de trabajar; y también oirán misa en el día diecisiete de Noviembre, quedando libres para el trabajo, y esto perpetuamente, obligando así a los que de presente viven como a los que fueren sucediendo en la vecindad de dicha Villa y dentro del recinto de su Población. Y los Eclesiásticos rezarán el dicho día cinco de Agosto de Nuestra Señora de las Nieves con rito de primera clase, y el día diecisiete de Noviembre de la Gloriosa Santa Gertrudis de comuni unius virginis con rito de doble mayor, según corresponde a los Patronos.

Y asimismo manda su Señoría Ilustrísima que se libre despacho en forma con inserción de este auto, el cual original ha de quedar con los demás papeles en el Archivo de esta Dignidad, para que se lea y publique en dicha villa en un día festivo inter missarum solemnia, para que a todos conste. Y así lo proveyó y firmó su Señoría Ilustrísima, de que yo, su infrascrito secretario de visita, doy fe. Rodrigo, Obispo de Jaén. Por mandado de su Señoría Ilustrísima, el Obispo mi Señor: don Joseph Miguel de Linares, secretario de visita.

En cuya ejecución ordenamos al Prior de la dicha nuestra Iglesia haga se publique como dicho es, y sacando un trasunto autorizado que guardará en el Archivo de la Parroquia, dará este [original] para que se ponga en el [Archivo] de la Villa. En testimonio de lo cual mandamos dar y dimos el presente firmado de nuestra mano, sellado con el sello de nuestras armas y refrendado de nuestro infrascrito secretario de visita, en nuestro Palacio Episcopal de Baeza a tres días del mes del mes de octubre de mil setecientos y veintiocho años.

Rodrigo, Obispo de Jaén [rúbrica]

Por mandato de Su Señoría Ilustrísima, el Obispo mi Señor: don Joseph Miguel de Linares, secretario de visita [rúbrica]”