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martes, 30 de diciembre de 2014

ASÍ LO RECUERDO Y ASÍ OS LO CUENTO...

Para los que vamos teniendo la costumbre y los que la tienen desde hace más tiempo de leer asiduamente libros, amén de que hayan sido estudiantes, por lo menos los que más suelo yo leer, sabemos que cuando se acaba llegamos a una hoja donde el autor suele poner cosas como… “este libro se acabó en el día tal…” o “este libro se terminó de imprimir en la imprenta tal en la fecha cual…”. Creo que hoy llega ese día, si esta casa fuese un libro, que por extensión y contenido, si lo editara se podría considerar como un nuevo volumen, no solo de esta casa virtual si no de mi propia vida, ya que repasando los índices empiezo a sentir y revivir la sensaciones y momentos que he vivido durante todo el año. Cinco años que cumplió hace pocos días, como cinco son los años completos que Simplemente Capillita ha contemplado. Hasta aquí llega el guion del año 2014, el cual se ha desarrollado pues como siempre, con todo tipo de sorpresas, algunas cosas previstas y mucho, mucho, lo que Dios ha querido.
Alguno se me ha asustado cuando le he dicho que todo lo que aquí hay publicado, prácticamente todo solamente está aquí, con el riesgo que suponen estos aparatos, porque al fin y al cabo son máquinas, y pueda llegar un día que se estropeen y con ello se borrase todo el trabajo de estos cinco años y pocos más días que tiene de vida. Un apagón de esos, sería como las llamas del odio cuando se quería borrar el pasado y con ellos el presente y el futuro. Quizás algún día deba de plantearme sacarlo al papel, quién sabe ya si voy tarde, a algún lugar que pueda garantizar la supervivencia, curiosamente en una época donde ya se plantea la desaparición del papel como fuente donde legar los conocimientos después de tantos siglos, con la paradoja que en muchos de los casos en que se publica algo por internet, al poco tiempo suele desaparecer, como dirían aquellos mismos que lo citaban… es más fácil encontrar un dato del siglo XVI en un archivo que uno de hace dos años en la red.





Datos y más datos que un año más he ido insuflando a este blog, el que me gusta que siga siendo un blog, aun con la tentación de adquirir un dominio, me gusta pensar que esta casa sigue siendo un espacio con un espíritu algo sencillo, casi “cutre” que le dé más sabor a la única labor divulgativa que tiene este que les habla… seguramente, el día que cuidara más la estética, sería cuando tendría que cerrarlo por falta de visitas. Las visitas… les aseguro que no estoy pendiente todos los días de cómo van la visitas, algunos viven obsesionados con tan solo ver que hay gente que los visita. Es lo primordial, escribir para nadie no tiene sentido ¿algún escritor editaría un libro para tenerlos todos guardaos en su casa? No verdad… pero si he notado como un cierto bajón, algo que tal vez ha podido afectarme a la hora de emprender con ilusión la encomienda de escribir todo lo máximo posible. La verdad, este año la pasión por escribir me ha menguado. Será el año con muchas menos entradas de los cinco completos que tiene Simplemente Capillita, no alcanzo a saber si fue por el trabajo, el cual este año me ha absorbido en demasía la mente, me ha atrapado tanto que no me soltaba… si me pegaba las semanas trabajando y durmiendo que tanto es así que cuando llegaba a casa no quería sentarme frente al ordenador, solo relajarme. Por ello que me perdonen los chicos de “Nazaret a Sevilla” que confiaron en mi pluma para enriquecer sus web de noticias, porque este ha sido uno de los logros que una vez más me ha otorgado este blog, el escribir para otros medios digitales, pero me han pillado en una etapa quizás más despistada, que será la vida que me lleva a otras cosas o que el olvidarme más de esto me ha hecho pensar en otras circunstancias. A veces pienso que me estoy convirtiendo en un simple hombre con una pequeña afición…






Pero se acaba un año, con sus luces y sus sombras -aunque estas cada vez les doy menos importancia- se ha conseguido consumar sin dejar esto de lado, aunque lo cierto es que como todo me ha llevado a reflexionar, y una de esas reflexiones me han llevado a cambiar el modelo al que había llegado, donde más que entradas escribía capítulos de enciclopedia. Es cierto, yo mismo me canso de leer –imagínense el tiempo para escribirlas día a día- esas interminables entradas que escribía y que pueden volver a  caer, a lo mejor como ésta, pero como han visto, el ritmo de publicación bajó y el número de palabras igualmente y espero que eso se agradezca, aunque como dije antes, el ritmo de visitas ha sido lo mismo, o no entraban apenas de cuarenta personas que se llegaba a sobrepasar las quinientas. Pero quizás ya ha dejado de importarme esto, porque me consta que hay “enganchados”, aquellos que son de lectura diaria con lo difícil que sé que supone llevar este blog al día, porque como dije al principio, cada año, de estos últimos cinco, al llegar al final del ciclo, era como haberte leído un gran tomo de una enciclopedia. También destacar mi apertura a la redes sociales, twitter (1736 seguidores) y sobre todo Facebook con una página donde muchas veces sustituye al mismo blog, con publicaciones que no aparecían aquí, de más amena y rápida visualización, y aun con los 373 “me gusta” con los que cuenta, me sorprende que con el ritmo de visitas que esto tiene no tuviese más seguidores, siendo hoy Facebook gran fuente de enlaces a todo tipo de noticias y publicaciones. Supongo que algunos no querrán saber que estoy ahí o que yo sepa que formo parte de sus vidas… pero ellos se lo pierden, si solo buscan la humilde sensación en esta vida de sentirse simples capillitas.

Simplemente Capillita volvió a hablar de Dios y María a través de las cofradías y la religiosidad popular, espero no haberles dado nunca un sermón. De muchos lugares, primando siempre Sevilla, y hablando de Ellos a través del arte y la historia a mi manera, con la gratitud de que los mismos historiadores elogien a uno y cada vez sean menos los que intenten restregarme que les molesta “mi intrusismo” de aficionado. Del arte y la historia a la música, fibra sensible del hombre que en las cofradías no podía ser menos y como no, de los costaleros, de ese arte del que no tengo ni idea, aunque algunos piensen lo contrario y otros vayan machacándome por ahí… es muy gracioso ir conociendo también las absurdeces de este campo de las cofradías. No puedo dejarme en el tintero que un año más presenté y moderé el foro de capataces de Andújar y que en 2014 fui un auténtico vuerca pasos, porque eso son para aquellos que solo piensan que se debe sacar un paso en la vida, añadiendo a mi Prendimiento de Linares y el Carmen de Andújar, serlo de una nueva cofradía, rancia ella, de silencio, magistral, inenarrable y con ello además de pertenecer a las cuadrillas del cada vez más conocido y  reconocido capataz cordobés “Curro”, sacando a sus órdenes el impresionante y pesado paso del Santo Sepulcro de Córdoba. Del mundo del costal me cabe el honor de haberle mostrado a muchos como era la voz y en si en vida el maestro Salvador Dorado “el penitente” con un video que corrió como la pólvora por la red. Videos curiosos de la antigua Semana Santa de Sevilla o los de mi infancia en Bailén que también aportaron algo más al universo cofradiero de la red. De mi pueblo no olvidar logros ansiados por la opinión de este capillita y reflejados en la restauración del Nazareno “el viejo” o el impacto que ha supuesto que la Virgen de los Dolores se vista ya con las formas más correctas del arte hispalense.
El año que se nos va me trajo después de muchos años una Semana Santa nueva y vivida quizás como no la hubiese deseado a comparación de estos últimos años, paradójicamente repleta de sol e incluso temperaturas veraniegas. Un año más el trabajo me demandaba y no tendría en esta ocasión la suerte del año anterior, que hizo que mi presencia en Sevilla se limitase al Domingo de Ramos, que fue intensísimo, con algún varapalo pero que ya tengo guardado como uno de los días más grandes que he vivido, nuevo en compañía, además de adentrarme a conocer una nueva jornada de la antesala de la gloria con las vísperas en el Sábado de Pasión, algo que me hizo descubrir una pequeña sensación pero enormemente gratificante… es mejor levantarse el Domingo de Ramos en Sevilla que hacer el viaje temprano.
Aunque por estas circunstancias volví a disfrutar del trabajo del amigo Mondéjar con su hermandad de la Amargura en Jaén el Lunes Santo y conocer una nueva jornada cofradiera andaluza con un Martes Santo –después de tres años- que me llenó de embrujo en la Carrera del Darro de Granada. Una Semana Santa que llegó tras una larga cuaresma que se me hizo corta con todo lo que viví, comenzando por ser nuevamente el pertiguero del Señor de la Humildad y Misericordia de San José Obrero en Bailén –estrenándome en octubre como cirial en el rosario de la aurora del Rosario en Linares- , con los ensayos en Linares y los viajes de los domingos por la tarde hasta la Compañía de Córdoba para cargar esa mole de kilos que deja caer el catafalco del Muerto de Córdoba. Con un fin de semana inolvidable en la cuaresma sevillana, absorbiendo la gracia que desprende y reviviendo aquello que decía Antonio Burgos… y es que Sevilla, para cada cosa es insuperable y la cuaresma es otro de esos momentos que se saborean con el mismo paladar de la semana más esperada, con los cultos, montajes de los mismos, besapiés y besamanos para mi históricos, traslados y vía crucis dignos de las más sencilla pero fuerte emoción, algún concierto donde volví a abrazar a amigos que me han hecho “grande” para lo pequeño que soy y también aprender del arte efímero de abajo con los ensayos de los elegidos de llevar a Dios, con la satisfacción de haber conocido cuadrillas como la del Herodes, Mortaja, Penas de Triana o San Gonzalo.






Y como costalero vivir la explosión de sensaciones bajo las trabajaderas, en un Jueves Santo  que pareció de agosto que volvió a ser como debe de ser: completo. De un recuerdo inolvidable que yo mismo me encargué de emborronar en unas crónicas que no llegué a completar por entrarle al trapo a cosas que la verdad no merecen la pena, y en esa cuadrilla hay muchas cosas que merecen la pena como para por lo más insignificante apartarme del camino de estos grandes hombres y de la protección de mi Soberano. Por ello volveré si Él lo quiere otro Jueves Santo más, como espero que también lo vea conveniente para echar un año más una batalla a los kilos como la que tuve el Viernes Santo paseando a uno de los pasos más espectaculares que conozco, con el Señor del Santo Sepulcro, con sus grandes costaleros y a las órdenes de mis capataces cordobeses, buenos maestros en el costal y en la vida, como todos los que hasta hoy me han comandado, sin dejarme la gloria que supone, aunque haga mucho calor de sacar a la jazminera Virgen del Carmen con Rafa – el que levantó al Gran Poder por mi persona, gracias otra vez- y Joyanes por las calles de Andújar.
Inolvidable igualmente los momentos que pasé en mi primera vez en el Corpus de Sevilla donde cada momento vivido está guardado en mi corazón, como lo que pocos días antes igualmente se celebró en la calles de Sevilla, que me hizo salir de mi casa poco después de trabajar en la tarde para perderme en la penetrante mirada de la Madre de Dios en Sevilla hecha Esperanza Macarena en un aniversario de coronación que sobrepasó todas las expectativas que alcanzara la razón, y es que en diciembre volví a sentir su aliento y el de todas las Esperanzas de Sevilla, y es ahí, en las colas donde uno va asimilando que es todo esto para Sevilla. Por cierto, 2014 será el año en que conocí la capilla y los titulares de los Negritos en persona y visité igualmente por primera vez templos como San Roque o el Buen Aire de Triana… y en la capital de España, al Señor de la Salud, el “Gitano” madrileño.
Año de extraordinarias sin duda donde también pude enamorarme de la bella “jardinera del Porvenir” en una noche igualmente satisfactoria junto a una gran cofradía y el arte desmesurado de esa cuadrilla paseando a la blanca y plateada dolorosa del barrio de la plaza de España, adentrándome en la noche en la urbe de Aníbal González, el frondoso parque y el desconocido barrio del Porvenir llenándome de la Paz que por lo menos Ella con su sola presencia insufla a los hombres. También estuve en similares momentos, pero con la Paz cordobesa, aunque no llegue a reflejarlo aquí, ya lo dije al principio, a veces se me ponía cuesta arriba sentarme frente al ordenador, como otras glorias que igualmente me hicieron matar el ansia de la espera como la Pastora y Rosario en Jaén,  Rosario de plata en Granada, Transito en Córdoba, Carmen de Linares o nuevamente viviendo un día de todos los santos magistral junto al Amparo de Córdoba, entrada que escribí y que Dios mediante será reflejada en el papel de su hermandad… la Hiniesta gloriosa –con el adiós al gran Juan Martínez Alcalde-y la Luz de San Esteban han sido este año mis glorias por Sevilla, pudiendo haber asistido a la bendición de la Virgen de las Maravillas del Carmen Doloroso y la gratificante charla con su capataz, Manolo Gallego en aquellos días por Sevilla.






Y el décimo cuarto año de este nuevo milenio también fue un año triste, porque tuve que despedir a un amigo gracias a esto del internet, adiós inesperado que seguramente tendré guardado en mi corazón para la próxima Semana Santa que él disfrutará junto a Nuestro Señor, el de verdad, donde me tocará darle de corazón las gracias a alguien que seguramente habrá luchado allá donde no alcanzamos a ver con los ojos para todas las gratificaciones que este año me ha dejado, para superar los baches y sobre todo a sobrellevar a estos bichos raros que somos los seres humanos, donde se cumplió veinte años de su adiós como hasta ayer mismo he venido recordando, quizás por aquello de las fechas redondas. Seguramente el mayor premio a mi pasión por este mundo es que se me suba al atril del Pregón de la Semana Santa de Bailén, yo que sigo sin considerarme un cualificado para ello para exaltarles a mis vecinos, amigos y menos amigos lo mejor posible, lo inexplicable con palabras… el sentimiento de esta bendita devoción-afición que es creer en Dios a través de las cofradías. Aquí llevo cinco años intentándolo, quizás aún me quede mucho para conseguirlo, será complicado hacerlo en la limitación temporal de un pregón pero mientras tanto, si Dios así lo quiere, dentro de unas horas comenzará a escribirse un nuevo tomo de Simplemente Capillita.


HASTA EL AÑO QUE VIENE, Y QUE DIOS OS AYUDE CON LA CRUZ DEL 2015.

lunes, 29 de diciembre de 2014

SEMANA SANTA BAILEN 1995.

Como me prometí a mí mismo, no acabaré este año sin acabar la serie que comencé en el mismo para recordar a través de los videos VHS la Semana Santa que viví en mi niñez. Capturé hasta el año 1995 la Semana Santa de Bailén aunque tengo algunos años más hasta que prácticamente irrumpió youtube y estas filmaciones dejaron de tener mucho más interés comercial a comparación de nuestros días que con un móvil, alguien graba y se adentra en internet y se siente más que satisfecho. Igualmente fue una Semana Santa continuadora de la línea emprendida, ya casi diez años antes y a su vez embutida en la vertiente evolutiva en que estaban sumergidas las cofradías entonces, que no quiere decir que ahora no le estén, pero si más acomodadas a los hechos que aquellos años se forjaron aunque parezca que una segunda revolución pueda estar a la vuelta de la esquina.
Esta grabación pertenece íntegramente al trabajo que entonces comenzó a desarrollar Carlos Madueño, bajo el sello a modo de empresa RVM, comercializando la grabación durante los siguientes años, en los que tuve algún que otro pinito colaborador, que gracias a esto la verdad, podremos revivir como fueron aquellos tiempos. La esencia de la colección de videos del Correo de Andalucía se dejaba notar en la cabecera del producto con una secuencia de fotografías de los pasos bailenenses al son de la marcha “Hermanos Costaleros”, similarmente como comenzó aquel año la colección de videos de la historia de las cofradías de Sevilla. Anunció en el cartel y programa aquella Semana Santa la misma cofradía que abre los cortejos procesionales de la Semana Santa.

Nuevamente la luminosidad abría un nuevo Domingo de Ramos con la estampa más que asentada del “Señor de la Mulica” entrando a Bailén a modo de Jerusalén sobre su antiguo paso, siguiendo un año más el canon desbordante en lo referente al exorno floral, blanco y con el compás que le daban sus portadores al son de la banda de música de Bailén.
La expectación por el estreno aún reciente del año anterior se volvía a aglomerar en las puertas del pequeño oratorio u capilla de la Limpia y Pura para contemplar la segunda salida de la Sentencia, a la que se le añadía la siguiente imagen del proyecto de paso de misterio, que históricamente no concordaba, ya que los judíos no podían pisar el suelo de la Torre Antonia porque serían considerados indignos, motivo por el que Caifás, la nueva imagen, no podría aparecer como desde entonces, acabada la lectura de la sentencia a muerte que porta en su mano, abalanzándose sobre el Señor para llevarlo hasta el suplicio de la cruz, un misterio que a falta del romano fue gubiado en el taller de la calle Rey Heredia nº 29 de Córdoba, por Miguel Arjona Navarro ascendiendo todo el proyecto a un total de 4.200.000 pesetas según desveló en pasadas publicaciones la misma hermandad. Clavel rojo como el burdeos de la nueva túnica que estrenó aquel día, al son de su cada vez más asentada cuadrilla y donde la banda de la hermandad comenzó poco a poco a buscar el estilo en el que al final depararía, el estilo Agrupación Musical sevillana, así, aquel año podemos escuchar versiones muy particulares y sencillas de “La Saeta” o “Alma de Dios”, marcha que en aquellos años se convertiría en la escogida a la hora de las mecidas más esperadas por el pueblo. A resaltar, el paso por la calle Isabel la Católica, al girar de la calle América, un solista de trompeta, creo que Manolo Cámara interpretó desde la oscuridad de un balcón el solo de la marcha “Lloran los Clarines”, para que observen lo que dije en la entrada de 1994, que la marcha comenzó a hacerse famosa, que aunque no llevaban banda de música parecía seguir alguna fuente de inspiración hispalense en que muchos pasos de palio caminaban al son de esta marcha mientras el solista interpretaba el solo desde un balcón a modo de saetero instrumentista, como por ejemplo hace la Paz de vuelta por la plaza de España. También se marchaba el trono de la Sentencia con una curiosa marcha, de tinte militar donde destacaba el solo que era el mismo que la marcha “Ntro. Padre Jesús Cautivo” del genio de Alberto Escámez. No puedo evitar el de comentar una anécdota que ocurrió en ese mismo instante que hablaba del cambio de conceptos que se respiraba en la Semana Santa de Bailén. Cerca mía se apostaba un personaje peculiar de la esencia del pueblo bailenés, recientemente fallecido, Santiago “el porro” que preguntaba que “significaba” ese paso, es decir, qué mostraba evangélicamente… le contesté: “la sentencia” y él contestó con la esencia de los sencillos: “¿el Domingo de Ramos? Esto pinta una mier… hoy”, y es que el concepto de los momentos cronológicos de la pasión por días era la costumbre y sacar un pasaje posterior días antes no terminaba y para muchos hoy se sigue sin entenderse, que cada estación de penitencia en la Semana Santa es una muestra de fe y catequesis, que Jesús no necesitó una semana para cumplir su misión, pero la iglesia si lo conmemora con toda una semana que tiene su cenit en jueves y viernes santo, y día triunfal con la Resurrección del Hijo de Dios. Incluso en la noche de los tiempos la iglesia prohibía procesiones fuera del jueves y viernes santo.
El Lunes Santo deparó una novedad reseñable después de muchos años inalterable en lo que se refiere al paso de Cristo. La vieja Oración en el Huerto de Olot comenzó a sentir esos cortos pasos, a golpe de campana que Bernabé Limón utilizaba para comandar las salidas de su cuadrilla desde el Santo Cristo. El pequeño paso de ruedas pasaba a la historia y la Oración comenzaba a mecerse con la gracia de los hombres de abajo, en aquel año sobre el trono de Díaz Roncero y con un exorno que abandonó las manos de los profesionales floristas por las de los hermanos, algo que obviamente se notó ha comparación del buen nivel que durante años mostró estas andas, aunque el experimento duró poco. La Virgen de los Siete Cuchillos siguiendo sus pasos, creo que siendo el último año que saliera portada con el sistema de ruedas y a la espera de convertir su “Juanmanuelino” palio como aquellos que sorprenden e impactan con su arte y su gracia en la capital de Andalucía y la llegada del costal. Cierta parte del Lunes Santo esté en los videos pertenecientes al Martes Santo donde igualmente se vuelve a recrear la estampa de los últimos años con la salida de rodillas del Cristo de Medinaceli, no porque no saliese por el dintel, sino por razones que se acercan más al folclore de la Semana Santa que a la lógica, y la Semana Santa muchas veces no atiende a la lógica… felizmente esta circunstancia ha sido superada, aunque a algunos les estremeciera el corazón y crean que su eliminación es u error… que rápido se crean las tradiciones. Por cierto una novedad en la cofradía fue la cruz de guía, que seguramente el taller de Manuel de los Ríos de Sevilla realizó para la hermandad, uno de los avances de entonces cuando ya, la hermandad de Jesús y la Virgen la integrasen en sus cortejos algún tiempo antes. Poco a poco la recogía de la cofradía comenzaría a tener más expectación gracias a la pericia de la cuadrilla y subida de la cuesta de del Santo Cristo. Un detalle de que todo lo que levanta aplausos al final se imponen, incluso ante la desaprobación es que se año la banda de la hermandad montó aquella “retreta floreada” que el año anterior lanzó a la fama la banda de San Juan y que hacía de la algarabía de las cofradías, momentos más dignos de la festividad de una romería, que felizmente poco más de esos años transcendió.
La cruz de madera que donara según me cuentan Acción Católica a la parroquia de la Encarnación abría el cortejo a modo de cruz de guía de la hermandad de la Virgen con el Cristo del Buen Morir perfilando un año más la ya asentada procesión del Miércoles Santo, de silencio aunque roto con un timbal, a los modos más castellanos donde el Cristo parecía descansar clavado a la cruz sobre un calvario sacado de sierra morena por la decoración que tuvo a base de ramas de encina entre el clavel, una especie de alfombra de césped artificial como el que se utiliza en algunos campos de futbol o en las piscinas y los cuatro hachones iluminado al Señor. Una procesión que la hermandad comenzó a significar con el atuendo nazareno, eliminado del mismo la capa y el cartón “cucurucho” que sostiene y da forma al caperuz, vistiendo como diríamos aquí, como los “costaleros”.
El Jueves Santo nos muestra ese avance rompedor hacia la festiva Semana Santa que poco a poco se fue fomentando. Un trono repleto de mujeres mecían con toda su pasión al Señor Amarrado a la Columna, convirtiendo la jornada en su día sin ninguna duda más grande. Donde las bandas de música ya se asentaron prácticamente hasta nuestros días, siempre interpretando las marchas más rítmicas y de matiz letífico de la Semana Santa. Se “ceba” la grabación en el Amarrao aunque tras Él también nos llega el Ecce Homo que fue acompañado de la Virgen de los Siete Cuchillos para cerrar la comitiva de la procesión de Jueves Santo. Otro estreno reseñable aquel año de la cofradía de San Juan fue la restauración y remodelación de su icónico titular, San Juan Evangelista. Arjona Navarro acomete los trabajos que borraron en gran medida los rasgos e impronta del autor del busto del evangelista, Francisco Palma Burgos. Remodela la expresión, busca un endulzamiento y lo policroma, sustituyendo igualmente las manos de Juan Francisco García por unas nuevas en las que se borraba esencias de la cultura cofradiera hasta entonces, y es que San Juan sin su dedo “tieso” dejaba al pueblo casi sin su dicho “cuando San Juan baje el dedo…”, y sin el movimiento natural del libro y la pluma, reales, ya no era lo mismo que con los nuevos de talla.
La Madrugá se abrió con el esplendor de ver salir al Nazareno, un año más “el viejo”, bajo la inconmensurable portada barroca de la Encarnación. Fueron años en que esta procesión acrecentó una fama de bella y hermosa, quizás como la más importante de la Semana Santa, colapsando la muchedumbre la subida al calvario, que en Bailén se recrea en la calle de la Amargura. Jesús, San Juan y la primera aparición de la Virgen de los Dolores en la Semana Santa de 1995, dibujando una mañana intensa de emociones, con el cante de la saeta en el ayuntamiento o la cada vez más multitudinaria y “festiva” recogía en la iglesia de la Encarnación, entre las confluencias, en el atrio, en fin… un derroche de pasiones cofradieras locales. La Verónica estrenaba nuevo ajuar de una especie de corto manto celeste, el pecherín de un tocado, su “mantilla” hebraica, la pequeña diadema, la Santa Vera Cruz  como dosel a sus espaldas. No era ella la titular más admirada y querida de la cofradía, que duda puede caber, dudo que tenga algún fiel devoto, salía a engrandecer según el viejo modelo a la cofradía que la custodiaba, y enriquecer iconográficamente –motivo este por el que se la echa de menos- la procesión del camino al calvario, aunque cada vez fueran menos nazarenos a acompañarla e incluso hubiese problemas con las cuadrillas con su más o menos cuantiosa asistencia a la procesión. No era ella la gran titular, pero como era de la cofradía, pues los más “cruceros” de corazón la queríamos, y le encontrábamos también su hueco en nuestra vida cofradiera. A ella lo que si es cierto es que era la que tocaba pasar ante mi puerta y a ella le tocó mostrarle el año anterior a alguien que el que llevaba en su “pañuelo” era el que abre las puertas del cielo y que Él lo estaba esperando sin otro remedio… pareció que eso mismo quiso cuando Limón le encaró el trono. En 1995 se cumplía un año de aquello, pero las ventanas no se abrieron, no había nadie físicamente asomado al balcón esperando la procesión. Pero yo, ya no estaba en la calle del Prado, ya ese año me gustaba ir siempre cerca del trono y sin esperarlo contemplé bajo mi caperuz lo que aquella videocámara grabó para los anales de nuestra vida. Aún recuerdo el escalofrío por mi cuerpo cuando la Verónica miraba hacia la calle Jaén, mientras yo me daba la vuelta y observaba esa sensación como cuando el aire parece espesarse… y alguien habló, no sé si Limón, o Cantarero… no lo escuché bien, pero las palabras hablaban de adiós y recuerdo, iban para el que no pudo volver ese año debajo del trono de su amores. Alzaban el trono al cielo y sonó el castrense “toque de oración”, aguantado el tirón de los kilos para que desde el cielo estirase la mano desde ese balcón glorioso de los cofrades de la gloria y tocase los remates de esa cruz a la que se encuentra abrazado para siempre, sirviéndole al de la faz grabada en el pañuelo… las lágrimas cayeron como lo están haciendo ahora, empararon el caperuz, quizás no lo crean, pero muchas emociones he pasado en la Semana Santa, pero jamás hice lo que aquel día, llorar… no sé dónde estarías, no sé si puedes estar en muchos sitios a la vez, seguramente estabas conmigo diciéndome que disfrutara como esto me hace disfrutar o quizás en aquella habitación diciéndoles que, y estoy seguro, que el del Santo Rostro –que curiosamente pintó don Tomas de la Torre, el mismo que pintó el retrato tuyo que tenemos en casa… detalle del que ahora mismo me percato- nos devolvería una recompensa grande (Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados…) y que simplemente había que creer y salir a su encuentro, para eso Él es la resurrección y la vida... veinte años después, si el de la Santa Faz que lleva la Verónica lo ve conveniente le trasmitiré como pueda a Bailén que es para mí esta semana… en su pregón oficial.
A las tres de la tarde se recreó un error iconográfico que se repetiría algunos años que hasta la fecha aún no he conseguido explicarme como se desarrolló. Bajaba el paso del Calvario en busca de la Encarnación por la plaza del Mercado y aun me parece ver a un histórico de la hermandad, al recordado Paquito “el sastre” echándole la regañina al presidente de entonces –hombre bueno y noble, pero errores los tenemos todos- por lo que estaba viendo pasar que no era otra que escenificar el misterio del Calvario sin dolorosa, ocupando su lugar a los pies del Cristo de la Expiración y la Magdalena, nuevamente la imagen de la Verónica, algo la verdad difícil de sostener en cualquier tesis teológica e histórica sobre la interpretación de los evangelios. Tras el mismo, la hermandad de los Siervos de Jesús con el paso de la Virgen de la Piedad embutida en el modelo con el que entonces se desarrollaba la cofradía, siguiendo al paso la banda de Borriquilla de La Carolina.
Y es que el modelo antiguo comenzaba a acarrear un trabajo estresante a la cofradía de la Santa Vera Cruz, cuando apenas no se había encerrado esta procesión, nuevamente se echaban a la calle cambiando imágenes apresuradamente, la flor del monte del Cristo y el mismo colocarlo en el paso de Roncero y la Santa Vera Cruz  a escenificar ese raro calvario que nos sacamos de la manga sin Cristo, y observando que la riña del veterano cofrade no había servido de nada porque la Verónica continuó haciendo, no sé, las veces de dolorosa. Es curioso, dije en las entradas de 1992 que la verónica, cuando desempeño el papel de dolorosa desaparecería de este paso como del palio para siempre, pues como vemos no, volvió… llegaba “la general” y aún recuerdo el cabreo que me pillé con Madueño porque apenas se vislumbró el Cristo de la Expiración como a mí más me apasionaba, porque esta era la procesión más esperada por mi cada año. Creo que sería el año de comenzar a subir la cuesta de la Silera, nuevamente un enclave que también se haría famoso para el disfrute del discurrir de las cofradías, de esta “general” que daba sus últimos coletazos, con unos cansados costaleros de la Piedad subiendo a un paso más ligero la empinada cuesta, con el Santo Entierro en silencio porque se decía entonces que así es como debía de ir este tan serio y respetuoso pasaje iconográfico, algo que al año siguiente crearía un curiosa disputa por saber a quién pertenecían los derechos y honores de esta procesión que el ayuntamiento consideraba oficial y por consiguiente llevarse los servicios gratuitos de la banda municipal. La grabación acaba con la llegada a la Ermita de la Soledad de su homónima cofradía donde el autor de la grabación se extasiaba en la filmación por la simple razón que era su cofradía, la cual mostraba una cara, motivo siempre de disputas con sus cofrades por no guardar un poquito el espíritu serio y luctuoso de la jornada, con la excusa de ser la última procesión, en la que hasta el Cristo del Buen Morir se mecía como muchas veces he dicho, como si estuviésemos en la aldea de Zocueca el último domingo de septiembre, sin duda la llegada el año anterior con “Lloran los Clarines” encajaba bastante más que “Hermanos Costaleros”. Maneras de interpretar la fe, la devoción, muy discutibles pero que cada año se excedían hasta que poco a poco se fueron reduciendo.

La Semana Santa la cerraba al medio día luminoso del Domingo de Resurrección la imagen del “otro” Resucitado como algunos en la hermandad lo definen, con la algo más lógica algarabía de la música y las mecías de la cuadrilla, aunque siempre deba de primar la búsqueda elegante y no llegar a la chabacanería. Monte blanco que se ha hecho seña de identidad sobre estos cofrades morados que comenzaron a teñirse de blanco el caperuz por la alegría de la resurrección, saliendo de la Encarnación como sigue hasta nuestros días y encerrándose en su vieja capilla, con la novedad aquel año de llegar hasta la misma con el trono andando de espaldas, igualmente regalando flores como si de la cabalgata de reyes se tratara, pero flores en lugar de caramelos, para que la amplitud de la plaza de la Constitución pudiese ver perderse la última procesión de la Semana Santa. Y última es esta entrada de la serie, como dije al principio, como me propuse, no sé si en el futuro podré continuarla porque algunos videos los perdí, pero queda ya escrito y mostrado al mundo cual y como fueron los sentimientos cofradieros de alguien que entonces no sabía lo que era un capillita, pero que se erigía poco a poco como uno de los apasionados de tomarse la religiosidad popular como una forma de vida de este pueblo… las horas e incluso el dinero dedicado a esta serie son un ejemplo.

domingo, 28 de diciembre de 2014

LA MÁS BUENA MOZA DE PARLA...

Es curioso que hubo una primera vez en mi vida por conocer algo que hasta hoy jamás hubiese pensando que pudiesen tener un posible enlace. La primera vez que vi a la Esperanza Macarena en persona la visitaba en un día frío de enero con mi banda del Rosario para elevarle hasta su camarín nuestras más sentidas oraciones sacadas a través de un instrumento desde nuestros corazones. Aquel día encontré definitivamente cual es la cara de la Madre de Dios para mis sentidos. Días antes visitaba por motivos o expectativas de trabajo con mi hermano, aun con muchísimo más frío una ciudad que muchos dirán qué tiene que ver con la Macarena… la madrileña Parla.
Eran sus afueras, pero el vertiginoso ritmo de la vida en el centro de España me impactaba ya que Parla es como uno de esos barrios periféricos que circundan la globalizada Madrid. Pero es curioso que hoy les traiga esta curiosidad, quizás para algunos no lo sea, pero a mí me choca por decirlo de alguna manera. Conociendo la sociología de la capital de España, tan nutrida de personas que emigraron allí, desde España o fuera de ella para hacerla tan inalcanzable en el factor servicios, donde a mi parecer poca esencia propia, poca chispa de cultura aferrada a un pueblo haya, te encuentres que hay gente que hasta incluso creen en Dios, porque no sé ustedes, pero yo en esto de las creencias veo que Andalucía es como un oasis en un país donde el pensamiento de borrar a Dios de la vida se hace más reconocible y perceptible, aquí para que me entiendan, ser creyente y cofrade siguen siendo más de cómo ir por casa y allí a veces me parece que está casi limitado a una privacidad promovida por la poca tolerancia. Diciembre de Esperanza, y este año de Esperanza Macarena en esta casa que no quería despedirme del 2014 sin traer la curiosa y a la vez fabulosa historia en la que la Esperanza Macarena se hace también señora… de Parla, con el permiso de su patrona, la Virgen de la Soledad, la cual corona la gloria del palio macareno parleño dándole ese matiz propio de la ciudad.
Allí no la tallaron con las brisas celestiales, aunque podríamos pensar que por la gracia divina están tocadas siempre las manos imagineras que crean nuestras devociones. Ni tampoco la bajaron a Parla los ángeles, aunque Ella se hizo Macarena –sin Rosario y Sentencia-, aunque allí no haya barrio macareno, pero la ciudad se convierta en el paladar digno de los callejones de San Gil. Un ayamontino afincando en Madrid, José Andrés Antúnez la sacó de la madera en 1982 aunque sería un hispalense el que la remodelaría en 1999 para alcanzar más fehacientemente los grafismos que más estremecen los corazones en Sevilla y mucho más allá, he aquí un ejemplo. Juan Antonio Blanco Ramos retalla la copia de la Señora de Sevilla para los parleños al igual que gubia en 1998 un Cristo Nazareno ayudado de Simón de Cirene que dibujan cada Miércoles Santo, por esas calles donde muchos lo pudiesen ver imposible las más bellas esencias de fe y arte efímero que la Semana Santa hispalense irradia cada día un poquito más y más.











Quizás tuvieron como espejo donde mirarse en la singular cofradía de la Macarena de la capital de España - la verdad me ha costado horrores encontrar datos sobre sus cosas-, la cofradía de la colegiata de San Isidro donde lleva más de medio siglo llevando el pellizco de las grandes emociones sevillanas por los callejones del Madrid de los Austrias, con la Esperanza Macarena y Jesús del Gran Poder. Pero el Dios de la corporación parleña no toma la advocación del Hijo de la Macarena según los más profundos sentimientos hispalenses, y se reinterpretan poniéndole son, música y compás trianero al Nazareno “Moreno de Parla” y a la Virgen qué menos, cuando la música y la esencia Macarena llenan de un aire especial las calles de la ciudad. Ese compás que dibuja el costalero, que mira qué me sorprende encontrarme este arte por la infinita Madrid, la vieja y la nueva que se expande por sus extensiones de la vieja Castilla. Muchas veces me he preguntado cómo serán esos cofrades sevillanizados de Madrid, pero algunas entrevistas, gracias a lo bueno del universo internet me han hecho ver que hay categoría, oficio, sabiduría, saber dónde se aprende y en qué medida saber cómo hay que actuar, actualizados al milímetro de cómo avanza el mundo de la arpillera y la trabajadera… fíjense que hasta al maestro Alberto Gallardo lo han llevado a comandar el palio de la macarena. Por eso les abre esta entrada la fotografía de paso de palio con su cuerpo de capataces al frente, en su humilde “basílica” parleña desde donde sale a repartir Esperanza una macarena madrileña sobre un digno paso por donde se dibujan las esencias que nos transmiten los sevillanos… hasta aquí, en la figura de su palio, con bordados del taller de Morón de la Frontera de Manuel Solano, la composición de la candelería, la orfebrería, con moldurón y respiraderos bordados por el mismo autor mencionado, etc… parece asomarse Juan Manuel como en el monumento del arco, porque en Parla solo falta eso, el arco para sentir el tintineo de las mariquillas de Joselito y el aliento de la Esperanza Macarena.