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jueves, 28 de febrero de 2013

AIRES "CACHORRISTAS" POR GRANADA...


Sin duda, para mi punto de vista, estamos viviendo en la actualidad el tiempo, quizás más fructífero en la transformación de la Semana Santa en la ciudad de la Alhambra desde que la misma fuese impregnada en los ochenta de la pasada centuria por la “magia” de la Semana Santa de sevillanas maneras. Hoy nuevamente vuelvo a agradar la visita en esta casa a los granadinos y a esos otros no nacidos en la eterna ciudad que corona Sierra Nevada, que siempre me insisten en que les pueda aportar una visión de lo que ellos, ven o han visto maravillados desde la aceras de Granada, y a todo el mundo en general claro está. Aunque la hermandad de hoy, quizás uno de mis más insistentes visitantes “granadinos” quizás nunca la ha visto ya que procesiona en la tarde del Viernes Santo y él para ese día siempre está en su pueblo con su hermandad.
En cierta ocasión ya les hablé de esta cofradía, en concreto del paso palio la Virgen del Mayor Dolor, esa dolorosa que pisó esa Tierra Santa tan de actualidad hoy en día; San Pedro del Vaticano. La continua presencia del Cachorro de Triana en estos últimos días en mi vida me hizo inspirarme para tomar un nuevo tema granadino y por eso me detengo hoy en ese crucificado que reina en la iglesia de San José de Calasanz, y que muchos o algunos ya llaman el “Cachorro granadino”. Si comenzaba diciéndoles, que hoy se está viviendo la época más dorada en la transformación de la Semana Santa de Granada –bajo la influencia de la sevillana claro-, habría que mencionar dos ingredientes para esto, el nuevo y rico patrimonio que se está conformando, ya sea de nueva creación  o para sustituir otro que en muchas ocasiones carecía de un grado óptimo de calidad y el asentamiento definitivo de las cuadrillas de costaleros, abandonando cada vez más el “estilo granadino” por las correctas formas que inventaron ese andar, que como un sucedáneo venían mezclando y que definitivamente se está implantando, quieran o no quieran ciertos puristas, si es que los hay, para gloria y gracia de una ciudad que con su incomparable callejero e imaginería, les faltaba a mi modo de ver este último escaloncito para convertirse en una Semana Santa de las más atractivas.




Ciertamente la contemplación de un video de los ensayos de la cuadrilla del crucificado acrecentó definitivamente esa inspiración para venir a hablarles del Señor de los Escolapios. Y aunque al Cristo de la Expiración se le pueda tildar de “Cachorro”, lo cierto es que si tiene algo esta imagen tallada por Domingo Cecilio Sánchez Mesa en 1944 –tomando como modelo a Alfonso Robles del Castillo-  parecido al crucificado trianero, seguramente sea esa pose sublime del Hijo de Dios en el último aliento, como tantos y tantos tomarían como modelo inspirador, aunque también se palpe la esencia barroca granadina en sus grafismos como las gubias eternas de los Mora y el sello personal de su autor.
Cuando conocí esta cofradía, a través de libros y demás –aun no la he visto en la calle, si el palio en extraordinaria-, sin duda que la imagen me impactaba, seguramente una de las mejores del siglo XX salida de la escuela contemporánea granadina, pero la estética que presentaba en la calle, a mi modo de ver, les restaba prestancia, más cuando el paso de palio ya era prácticamente el que conocemos, sin duda fiel ejemplo de paso palio sevillano. Pero cuando llegaron aires, no sé, quizás más renovadores, se cambió el paso de líneas sencillas talladas por el granadino Antonio Díaz Fernández por al actual que sigue los cánones hispalenses.
Lo cierto, no sé si fue “intencionadamente”, pero la hermandad se acercó al ínclito taller sevillano de Manuel Guzmán Bejarano a encargar el nuevo paso para el Cristo de Sánchez Mesa, en esa corriente “sevillanizada” de la Semana Santa granadina. Lo cierto, es que yo apuesto por esto, pero siempre buscando modelos o diseños nuevos, que te hagan genuino, lo que unido a la categoría de estos talleres te asegura un éxito seguro… ejemplos de ello los hay en la misma ciudad, en los cuales siempre me he detenido en esta mi casa… San Agustín, Despojado, Rescate, etc…






Pero sin duda, que si le llaman el “Cachorro granadino” es por los grafismos de su paso, el cual sigue muy fielmente el modelo del paso del “Cachorro de Triana”, salido igualmente y hasta en dos ocasiones del obrador de Bejarano, con esa magnífica interpretación arquitectónica donde altos y esbeltos candelabros abrazan e iluminan la alta figura del Cachorro de Dios clavado en el madero. Un paso que sin duda aportó más gloria a las gubias de leyenda de Manolo Bejarano, más cuando en 1997 lo enriqueció con el nuevo canasto. Este paso, el granadino, quizás menos “rico” en filigranas que el sevillano que aún se encuentra en su fase de dorado, es el que soporta tan sublime imagen granadina cada Viernes Santo, donde su cuadrilla, la hermandad se asemejan mucho a la corporación del Patrocinio de Triana, con su andar de frente reteniendo más el compás con la marchas, las que hacen sonar  las cornetas “trianero-granadinas” de la banda de las Tres Caídas del ancla del Realejo –hermandad y banda también dignas de un estudio similar a este-, no sé si tienen al Cachorro por modelo –bendito modelo-, pero a simple vista se palpa que en la tarde del Viernes Santo dos Cristos implorantes al cielo de Andalucía, con connotaciones muy similares llenan de sabor la Semana Santa en los dos picos de nuestra comunidad, que hoy celebra “su santo”.

miércoles, 27 de febrero de 2013

REMEMORANDO EL TIEMPO DE LA FE... (III)


Dejamos al Divino Salvador, que en Sevilla se llama Pasión, desmesurado barroquismo y arte, por Cuna, buscando las maletas para partir donde tenía que comenzar esta gloria anticipada… Triana. Pero la panadera Orfila nos llevó a ese muchísimo más humilde y recatado templo donde una hermandad espeluznante, levanta el repeluco de la muerte cada Lunes Santo. Grandiosa una vez más, esta vez en sus cultos, cascada de cera ¿negra? Iluminado el entierro más triste de la humanidad. Puntos de luz abrazando al José de Arimatea y Nicodemo, siempre errantes con el Señor de la Caridad. La dulcísima Señora de las Penas siempre cera, siempre contrastando con la fuerza y patetismo del maestro, que después de muchos años visité en su descanso eterno… que bueno descansar junto al Señor de la Caridad en el cielo y también en la tierra, en ese cielo de San Andrés, mustio, rancio, sobrio, penitencial… donde vive Santa Marta.
Y por esos callejones que en primavera se llenan de devoción, con maleta en mano buscamos Triana, esperando y la verdad tuve la esperanza de que al final saliera todo. En San Vicente, a los pies de ese Cristo “tan blanco”, tan falto de solera como decía nuestro fotógrafo protagonista, cuando se hacen limpiezas a fondo en las restauraciones nos llevamos la única mala noticia del fin de semana. Elegancia romántica por los cuatro costados que se quedarían para si Él lo ve conveniente, para el Miércoles Santo y ojala Él lo quiera puede despedirme de Sevilla contemplando su elevada altura… todo se acababa bien temprano y sin caer una gota, Sevilla ya tomaba vida ya solo quedaba más visitas, más caminatas sin fe en las calles, pero a partir de ese momento empezamos a respirarla en los templos, y es que una cofradía sin levantar un zanco sigue llenando iglesias…

Fotos: Davida Parra Luque.








CONTINUARÁ...

martes, 26 de febrero de 2013

ESTO ES UN CARTEL...


Ya lo comenté hace unos días con la rotunda llegada de la realidad, de los tiempos marcados escrupulosamente para la llegada de los días grandes con los carteles anunciadores de la gran semana donde Dios camina por las ciudades, donde las mismas se convierten en enormes templos de fe. En Sevilla quizás hay dos carteles, los más esenciales. Sin duda el oficial del Consejo de Cofradías es el que más miradas recibe, pero creo a mi entender, que el que se edita en Triana, en esa fiebre casi independentista que rodea a este barrio, no menos con su cofradías, es el segundo gran cartel de la Semana Santa sevillana, como si la misma en este barrio fuese otra diferente, casi como cuando en tiempos remotos no cruzaban el rio y solo procesionaban por la antigua Cava.
Bueno, que ayer se presentó el referente a este año y he querido dejar mis impresiones o más bien completar esa exposición a mis ideas que ya reflejé en la entrada anterior referida. Una para mi magnífica idea interpretada sobre un lienzo, es decir pintado por la pintora Isabel Sola Márquez donde un compendio de esencias trianeras se plasma, a mi humilde entender magníficamente sobre el soporte. Presidiendo un primer plano, imponente; el Cachorro. La calle Betis, el rio, el puente Isabel II, la Esperanza de Triana, nazarenos, una cascada de palios del barrio, el Soberano “indignando” al Caifás, la torre de la “Señá santana”, la Luna del Nissán, candelabros de guardabrisas… vamos lo “típico” de un cartel de estas características. Lo definiría como “clásico”, no creo que sea algo súper innovador, pero creo que dentro de lo visto tiene chispa, pellizco y creo que genialmente pintado. Esto se podría hacer hoy día magníficamente con Photoshop, pero como ya dije, como el resultado que da la pintura ninguna otra cosa, este arte ancestral de reflejar la realidad o los sueños, siempre será o eso creo inmortal. Lo que también me llama la atención, y ya solo refiriéndome a Sevilla, es que para otros motivos no tan rimbombantes se aporte más genialidad, originalidad y luego para el cartel de los carteles se recurra a lo mismo, el de este año es de las ideas más facilonas que le conozco a la obra cofradiera de Nuria Barrera… por cierto género femenino para los carteles más importantes de este año del Señor de 2013, grandes elecciones y creo que trabajando a mucho más nivel que otros muchos hombres… lo digo porque hace poco me hizo gracia cuando una señora llena de complejos feministas, me tachó de todo, donde decía que era un machista con la mujer cofradiera… si así lo fuera, ¿estaría aquí exaltando el trabajo de una mujer?
En fin a muchos tampoco les gustará este, a otros también les habrá gustado, aun así pienso que ni este cartel puede mostrar en tan poco espacio material lo que es la grandeza de la Semana Santa, eso no hay nada material que pueda describirlo perfectamente, pero me ha gustado, esta es mi idea, la que le intento mostrar a muchos que quieren “innovar” ante “el siempre lo mismo”, por eso, esto es para mí un cartel…


lunes, 25 de febrero de 2013

REMEMORANDO EL TIEMPO DE LA FE... (II).


Con el frescor de la mañana, de una Sevilla casi desértica y donde las pocas personas que entraban a cualquier iglesia, era las que iban a escuchar la misa dominical, casando no sé si por acostarme cerca de las tres de la madrugada y levantarme a las ocho de la mañana o por la paliza que ya me metí en el cuerpo la tarde anterior, sentados en un banco de la plaza de San Pablo (Magdalena), donde casi solo nos acompañaban los árboles y el suave movimiento de sus hojas con la brisa de estos últimos coletazos del invierno, llegaron David, Ricardo y Félix. A partir de aquí el objetivo de David lo viviríamos en persona, cuando nos hizo retomar el mismo camino en busca de Pasión… quizás la gran maravilla entre las grandezas, y no pocas, que atesora el llamado segundo templo de la ciudad, la Colegiata del Divino Salvador…
Cada vez que atravieso sus canceles viajo en el tiempo y recuerdo aquella oscuridad con la que la conocí, seguramente siempre refiero  a todo aquel que vaya conmigo, aquel día lluvioso del Pilar del noventa y uno… cuanto ha cambiado con la restauración, cuanta luz para tanta magnificencia. Pero este día la iglesia ya tomaba su culmen, en medio, reinando entre tanto cielo retablístico, la joya de plata de Cayetano sustentando al Señor de Pasión, el de Montañés. Impactante, así lo definían, y eso que venían del otro gran Nazareno de Sevilla, aunque la misma no dude cuál es el que “manda”, aunque ciertamente un Miércoles Santo me encontré que hay cierta rivalidad entre los devotos del Gran Poder y Pasión… absurdeces vamos, ante tal magnitud solo vale disfrutar. Basta ver como David se detenía en cientos de detalles, de su rostro, de su túnica, de su paso, de los exornos que ya dicen que son el resultado a las subidas de impuestos…
Maravilla tras maravilla, el Dios de Montañés y el otro Dios del discípulo –curiosamente los dos no están totalmente documentados a los artistas que por grafismos despejan cualquier duda-, “el crucificado”, así definía David al Señor del Amor, en esos claros oscuros, en su capilla junto al Socorro y “la Mulica de Sevilla”, tal como la definí cuando la vi aquella mañana intempestiva del noventa y uno, cuando tenía nueve años, así entre risas, bajitas eso sí, se lo decía a Cristóbal cuando aún era un analfabeto de esto, y vamos y no es que haya cambiado mucho desde entonces…





























Fotos: David Parra Luque.

CONTINUARÁ...