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domingo, 27 de diciembre de 2020

LA HISTORIA DE SAN JUAN EVANGELISTA DE BAILÉN

 

 Nuevo busto de San Juan Evangelista en la procesión de la fiesta de 1959. Fuente: Nieves Rusillo Garrido.

Siendo hoy la festividad del discípulo amado…”. De esta forma comencé una entrada en el ya (o algo) lejano año de 2009 tal día como hoy. El blog acababa de nacer y una de las primeras premisas sería la de divulgar el patrimonio bailenense. Me ha resultado gracioso leyendo aquella entrada al recordar mi estilo de entonces y en las cosas que me detenía, cómo destacar que San Juan era de Cafarnaúm. Qué cosas, hace un año estuve en estas fechas en las ruinas de aquella ciudad (¡quien me lo iba a decir en 2009!) y al más sanjuanero que hay en Bailén le mandé las fotos diciéndole: “el pueblo de tu chacho”, aunque luego me enteré que más bien pudo ser de Betsaida. 


Qué recuerdos de aquellas pequeñas entradas realizadas con la más simple investigación y el archivo del boca a boca, de lo que te cuentan.

Pasaron los años y seguí investigando a San Juan y a sus autores y como bien sabrán mis lectores, me adentre apasionadamente en todos los archivos que pude, realizando cientos de kilómetros para poder reconstruir la historia como debe de ser. La última y gran página de mi nueva versión, el estudio científico, salió a la luz hace una semana. 

Por ello, por ser hoy la festividad del patrón de la juventud cofrade os extraigo la parte dedicada al San Juan de su homónima cofradía bailenense del trabajo sobre Palma Burgos en Bailén para que podáis degustarlo en este formato sin tener que abrir fotos ni bajarse PDFs. Con el ánimo de facilitar la lectura y por qué no, la mejor facilidad de exploración en los motores de búsqueda de Google, porque al final de todo, estamos aquí para divulgar y hacer al mundo un poquito más sabio. 

Con todo esto les dejo la parte más esencial del trabajo como es la figura imprescindible, el párroco D. Francisco Cavallé, que promovió aquellas novedades artísticas durante 1959 en la hechura genial del siempre eterno Francisco Palma Burgos. Aunque les recuerdo que algún detalle les puede obligar a leer otros apartados del trabajo completo. Este es el trabajo más actualizado y completo sobre la historia de esta popular talla del patrimonio religioso de Bailén.

El párroco don Francisco Cavallé, promotor de Palma Burgos en Bailén 

     En este estudio vamos a profundizar en el desconocido periplo artístico de Palma Burgos en la localidad de Bailén (Jaén), aspecto que nunca ha sido reflejado en los trabajos especializados que hasta ahora han tratado la vida y obra del artista malagueño (Toral Valero, 2004 y Sánchez López, 2018). Para ello no debemos pasar por alto la figura que sin duda hizo posible el trabajo del escultor malagueño en Bailén: el párroco don Francisco Cavallé Cobo (1924-1996).[1]

 


El párroco D. Francisco Cavallé Cobo en primer plano en la bendición de la nueva parroquia de San José Obrero de Bailén a cargo del obispo Romero Mengíbar el día 13 de junio de 1964. Foto: Sebastián Lijarcio Medina. 

     Don Francisco Cavallé Cobo, natural de Mancha Real, tomó posesión como cura ecónomo de la parroquia de La Encarnación de Bailén el día 31 de diciembre de 1955 y desde entonces comenzó a dejar muestras de su fuerte personalidad y de una inagotable actividad pública, liderando una de las páginas más brillantes de la historia contemporánea de la iglesia bailenense. El párroco Cavallé promovió grandes e innumerables obras durante su ministerio sacerdotal en Bailén (1956-1972), por ejemplo, impulsando la construcción de la segunda parroquia de la localidad (iglesia de San José Obrero, 1964) y, más importante aún, de todo su “barrio nuevo”: fue presidente del Patronato de Viviendas “Virgen de Zocueca”, que con la edificación de 137 viviendas fue la solución real a uno de los problemas sociales más urgentes de aquel Bailén. Además, continuó rehabilitando y mejorando el templo de La Encarnación de forma entusiasta, hasta la conclusión en 1972 del nuevo retablo mayor, obra del escultor barcelonés Francisco Carulla i Serra. 

     Por otra parte, 1959 es una fecha clave en la vida de Palma Burgos, pues el 20 de marzo de aquel año le golpeó con el fallecimiento de su madre, Purificación Burgos Fernández. A esta pérdida hay que sumar su crisis matrimonial, algunas decepciones relacionadas con su profesión e importantes dificultades económicas para mantener su gran taller de Úbeda, en el que llegó a emplear a más de treinta operarios y colaboradores. Estas circunstancias personales y empresariales, que sin duda afectaron al ánimo del artista, contribuyeron a su decisión final de marcharse a Italia; deseado traslado que se verificó en la primavera 1960, cuando Palma Burgos se instaló en la pequeña localidad de Castel Sant´Elia, provincia de Viterbo. 

     No obstante, 1958 y 1959 fueron años muy productivos para el taller de Palma Burgos, con numerosos e importantes encargos repartidos por toda la diócesis de Jaén, en los que tuvo mucho que ver la confianza e intercesión del obispo Romero Mengíbar: retablos de Santa Clara, Santa Úrsula y Seminario de Jaén, retablos parroquiales de Jamilena y Baños de la Encina, retablo del convento de Trinitarias de Alcalá la Real o el monumento de la Inmaculada Concepción en Despeñaperros. En estos mismos años realizó para su querida Úbeda el monumento a San Juan de la Cruz de la plaza 1º de mayo, el altar y baldaquino de Nuestro Padre Jesús Nazareno, más la Virgen de los Dolores y su nuevo trono, o la Virgen de la Caridad y su trono para la Cofradía de la Columna. Antes de marcharse a Italia cumplió con sus últimos compromisos: en febrero de 1960 entregó el Cristo de la Expiración de Sabiote y finalizó el trono de Jesús Resucitado para Úbeda.[2] 

    Con toda esta carga emocional y de trabajo, el año 1959, último de Palma Burgos en el obrador de Úbeda, fue también la fecha crucial en la que maestro pasó y dejó su arte de carácter religioso en la parroquia Bailén.

      La obra más importante de Francisco Palma Burgos en Bailén fue la culminación del retablo de la capilla de la Santo Cristo de la Expiración de la iglesia parroquial de La Encarnación (ya proyectado en 1946/1947, pero que no pudo ejecutarse hasta 1959). Pero la realización de este retablo (finalmente bendecido el 2 de diciembre de 1959) se desarrolló en paralelo a otros pequeños encargos que contribuyeron a la mejora del patrimonio cofrade de la localidad. Por ejemplo, la Semana Santa de 1959 estuvo marcada por el estreno de la “nueva cabeza” realizada por Palma Burgos para la imagen de San Juan Evangelista. Esta imagen titular, de reconocida y antiquísima devoción popular en Bailén, había sido realizada en 1945 por el artista local Juan Francisco García Martínez - “el tomatero”- a imitación de la efigie destruida en agosto de 1936. 

     El nuevo párroco de Bailén, don Francisco Cavallé Cobo -sacerdote de muy fuerte carácter que siempre destacó por su rectitud y gravedad en el gobierno parroquial de todas las cofradías-, fue el que insistió en renovar esta imagen de San Juan Evangelista. Todavía son recordados en Bailén los numerosos “desencuentros” de don Francisco Cavallé con las hermandades de Semana Santa. Uno de aquellos famosos “enfados” del párroco Cavallé fue a causa de esta renovación de San Juan, efigie que no consideraba digna de culto, llegando a argumentar que ésta presentaba un excesivo aspecto de hombre afeminado, a lo que contribuía además su larga melena de pelo natural; no en vano, su autor -el artista local Juan Francisco García Martínez- había utilizado a una mujer como modelo para recrear lo mejor posible las facciones juveniles del Discípulo Amado, el más joven entre los Doce Apóstoles. Parece ser que, ante el despreocupado conformismo de sus cofrades, don Francisco Cavallé llegó a plantear a la junta de gobierno de San Juan la decisión extrema de que o se cambiaba la imagen por otra de un cualificado imaginero o la cofradía no saldría en procesión. Finalmente sólo se cambió el busto de la talla, añadiéndose al cuerpo existente una nueva cabeza realizada por Palma Burgos. 

     Realmente don Francisco Cavallé, como buen párroco que fue, tenía la obligación de velar por la unción y dignidad de todas las imágenes religiosas expuestas al culto público. Desde este punto de vista, el rostro de San Juan, realizado en 1945 por un imaginero aficionado -no profesional-, no reunía la suficiente calidad artística exigida ya por la Iglesia. Esta razón tan obvia fue la única que llevó al máximo responsable de la parroquia a imponer la renovación o mejora de la imagen cofrade de San Juan durante el curso 1958/1959. 

     La opción de Francisco Palma Burgos para esta renovación resultó bastante lógica o natural, siendo entonces muy requerido en toda la diócesis, con numerosos encargos parroquiales, como hemos visto ya, durante 1958 y 1959. De hecho, recordamos que Palma Burgos ya estaría trabajando para la parroquia de Bailén, concretamente en el citado nuevo retablo e imagen del Cristo de la Expiración de la iglesia de La Encarnación, obra que trataremos con más detalle en siguientes apartados. 

     Durante aquel año de 1959 la relación entre Palma Burgos y Cavallé Cobo fue tan cercana, que no debe extrañarnos la intervención directa del artista malagueño en la venta a la parroquia de Bailén de un trono perteneciente a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Úbeda. 

     Hablamos del que fue primer trono del Nazareno de Úbeda hasta 1948, obra de carpintería de Antonio Díaz Gil (1941) labrada por José María Trillo Olivares (1946). Entre 1949 y 1958 la cofradía ubetense utilizó este “primer trono de posguerra” del Nazareno para procesionar a la Virgen de los Dolores (junto a San Juan y la Verónica), hasta que en la Semana Santa de 1959 fue estrenada la nueva imagen de Nuestra Señora de los Dolores y su nuevo trono, ambas obras realizadas por Francisco Palma Burgos.[3] Es evidente que el artista malagueño, protagonista de aquella gran renovación y sustitución de la Dolorosa de Úbeda durante el curso 1958/1959, tuvo que promover o intermediar en la venta de su antiguo trono a la parroquia de Bailén. 

     La nueva cabeza de San Juan Evangelista 

     Durante la reorganización cofrade de posguerra la popular Cofradía de San Juan Evangelista de Bailén encargó una nueva imagen de su santo titular al ebanista local Juan Francisco García Martínez (1880-1953). Este famoso carpintero de Bailén -apodado “el tomatero”-, dentro de sus limitaciones, realizó una imagen a imitación de la efigie destruida el 16 de agosto de 1936. Para representar la juventud del Discípulo Amado utilizó como modelo a su nuera, la valenciana Nieves Bataller Garrigues, esposa de su hijo Francisco García Pérez - “Paquito el tomatero”-. La nueva imagen de San Juan Evangelista, estrenada en la Semana Santa de 1945, obra de talla completa, pero para vestir y tocada con peluca natural, alcanzó rápidamente el complaciente beneplácito de todos sus cofrades.

     Como comentamos anteriormente, la desaprobación del nuevo párroco de Bailén, don Francisco Cavallé Cobo, a que continuase procesionando esta imagen de San Juan, fue el motivo para la realización de un nuevo busto, obra de Francisco Palma Burgos. Esta autoría siempre se ha conocido en Bailén. No obstante, todavía no se ha localizado ningún documento que certifique que durante el curso 1958/1959 se encargase este trabajo al artista malagueño. Según nos relatan los más veteranos, Palma Burgos fue el escultor elegido al encontrarse entonces en Bailén, trabajando ya en el nuevo retablo del Cristo de la Expiración de la iglesia de La Encarnación. 

     Podemos documentar este cambio o renovación de la cabeza de San Juan entre las breves actas de gobierno conservadas en el archivo de la hermandad, pero nunca se cita al escultor. La nueva cabeza de San Juan debió estrenarse en la Semana Santa de 1959, siendo llamativa un acta del 16 de enero de 1959 (fecha muy temprana, pues por aquel tiempo la Cofradía de San Juan sólo celebraba cabildos en Semana Santa). Este cabildo prácticamente sólo sirvió para una cosa: se aprueba “hacer un dividendo extraordinario de la nueva cabeza para la Imagen, asimismo que cada hermano diera una gratificación para el mismo trabajo del Santo”.[4] Señal inequívoca de que aquella renovación fue una medida urgente y extraordinaria, promovida y gestionada por el párroco de Bailén en sus numerosos contactos con Úbeda. En un ajuste de cuentas de 1961 la cofradía registra “dos mil pesetas entregadas para la cabeza del Santo”, que probablemente completaban las cuatro mil pesetas que cobró Palma Burgos por aquel trabajo.[5] 

     Así fue como Francisco Palma Burgos transformó radicalmente la imagen de San Juan realizando un nuevo busto. Sabemos que en la policromía de este trabajo también colaboró su discípulo Marcelo Góngora Ramos. Palma Burgos labró un rostro más masculino y apuesto, cabeza baja, menos altiva, mirada frontal y cabellera tallada en el mismo bloque, prescindiendo así de la peluca natural. Obviamente el trabajo presentaba la impronta artística de Palma Burgos. Una nueva cabeza que se asentó sobre la talla original de Juan Francisco García Martínez, en uno de los trabajos más novedosos y desconocidos del famoso escultor malagueño.

 


 San Juan Evangelista tras la intervención de Juan Nájera Ramos en 1983. Fuente: Nieves Rusillo Garrido. 

     El paradero de la cabeza original de San Juan, la realizada por el artesano bailenense Juan Francisco García Martínez, siempre ha sido un enigma. Algunos testimonios coinciden en que la cabeza no fue destruida y se quedó en el taller ubetense de Palma Burgos, pero que, cuando fue reclamada por la cofradía, la pieza ya había sido retirada por la Comisión de Patrimonio Artístico de la Diócesis. Una historia sorprendente. Por paralelismos estéticos y coincidencia cronológica (1959) no descartamos que esta primitiva cabeza fuese retocada y reutilizada para otra imagen de San Juan realizada por Palma Burgos para la parroquia de Sabiote, creando así un “primo hermano” del antiguo San Juan de Bailén. Hipótesis aparte, la imagen de Sabiote guarda una gran similitud con el San Juan de Bailén por razones obvias. 

     Comparando el nuevo rostro de San Juan durante su estreno (1959) con fotografías realizadas en años posteriores (1960-1970), pueden advertirse ligeras diferencias en el semblante del Evangelista. Según el testimonio aportado por la bailenense doña Margarita Marín Bustos (de la que hablaremos después), en torno al año 1963, o tal vez antes, ella misma contempló como Palma Burgos retocó la imagen de San Juan en un garaje de “El Hostal”, antiguo hotel de Bailén. Parecer ser que en este establecimiento se hospedó Francisco Palma Burgos en muchas ocasiones, probablemente motivado por sus continuos viajes, utilizando Bailén como lugar de parada y descanso, ideal entonces por su situación estratégica en el principal cruce de carreteras de Andalucía. En una de sus frecuentes estancias en “El Hostal” de Bailén, pudo el artista malagueño aprovechar para repasar o culminar la imagen de San Juan Evangelista.

 


 La imagen de San Juan tras la intervención de Miguel Arjona Navarro. Fuente: José María García Verdejo. 

      La imagen de San Juan Evangelista no volvió a ser intervenida hasta la restauración realizada en 1983 por el pintor local Juan Nájera Ramos (1941-2005), que repasó la imagen, alterando la policromía original de Palma Burgos y dotando al rostro de una pátina a modo de barba que antes no tenía.[6] Por este trabajo cobró 75.000 pesetas.[7] Esta intervención fue necesaria a la vista de los pequeños desperfectos que acumulaba la imagen, causados por el importante ajetreo que siempre tuvo la efigie, generalmente conservada en domicilios de determinados hermanos cofrades, tradición con continuos traslados que se alargó hasta bien entrada la década de 1980, debido al progresivo deterioro de la ermita de San Juan. 

     A Juan Nájera Ramos se le ha venido identificando en Bailén como discípulo de Palma Burgos. Ciertamente estuvo un mes de aprendiz en su taller de Úbeda, cuando apenas contaba con 16 años (c.1957), donde consiguió entrar gracias a una “media beca” sufragada por el Ayuntamiento de Bailén, siendo alcalde don Joaquín Recena Palomares (1955-1962). Reconociendo su gran capacidad artística, el Ayuntamiento de Bailén concedió esta beca al joven pintor Juan Nájera Ramos que, gracias a su ingenio autodidacta, ya había logrado algunos premios en diferentes certámenes o concursos de Jaén y Linares. 

     En una entrevista de 1983 el artista bailenense recordó que aquella estancia de juventud en Úbeda fracasó por las difíciles circunstancias personales de su tutor:

 

La media beca que me dio el Ayuntamiento sólo cubría los gastos académicos, la otra mitad, que corría a cargo de don Francisco Palma Burgos, al final falló. Pasaba por aquellos días este hombre [Francisco Palma Burgos] unos malos momentos, y me encontré en la calle. Luego don Pedro Rodríguez Gámiz, un cura de aquí de Bailén a quien siempre estaré muy agradecido, me acogió en su casa de Úbeda durante algunos días. En cierto aspecto esto no duele, al revés, casi disfrutaba uno viéndose reflejado en la vida de algunos artistas famosos que habían pasado por estas vicisitudes. La verdad es que fueron unos días muy felices para mí de los que tengo gratos recuerdos y en los que hice grandes amigos, uno de ellos Marcelo Góngora, con quien expondría después en Bailén en el año 1960 y quien llegó a triunfar, sus cuadros hoy se cotizan a un elevado nivel”.[8]

 

     Posteriormente, en 1995 la imagen de San Juan Evangelista fue sometida a una profunda “remodelación” por parte del imaginero y restaurador cordobés Miguel Arjona Navarro (1933-2012). Este reconocido escultor cordobés también realizó las nuevas imágenes titulares de la cofradía “sanjuanera” de Bailén: Nuestro Padre Jesús de la Sentencia (1994, con misterio completado en 1996) y María Santísima de la Amargura (1997). En ese contexto de renovación cofrade se entiende la nueva restauración de Arjona Navarro, que repolicromó por completo la imagen de San Juan. Con esta intervención desapareció casi por completo la impronta artística de Palma Burgos, pues Arjona Navarro aportó una nueva policromía con tonos más claros y brillantes, barba menos pronunciada y facciones juveniles. Se retocó especialmente el ojo derecho para recuperar la asimetría del rostro, dejando un semblante distante ya con la impronta original de Palma Burgos, pero que fue del agrado de todos sus cofrades. Miguel Arjona Navarro también realizó un nuevo juego de manos más delicado y realista, y elevó unos centímetros la peana de la imagen.[9] Al parecer, la nueva policromía de Arjona Navarro fue aplicada encima de la de Palma Burgos, por lo que todavía se podría recuperar a su estado original la obra del artista malagueño.

 

BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS

-ALMANSA MORENO, José Manuel (coordinador): Marcelo Góngora. Pintor de ausencias, Úbeda, 2017.

-BAUTISTA PÉREZ, Julia y SORIANO BAUTISTA, Mariela: La Mulica (Venerable Cofradía de los Siervos de Jesús a su Entrada en Jerusalén y Nuestra Señora de la Piedad), Ediciones Elorza, Bailén, 2011.

-CARRERAS, Antonio: “El retablo de la parroquia de la Encarnación”, en Programa de Fiestas Conmemorativas del CLVI Aniversario de la Batalla de Bailén, Ayuntamiento de Bailén, 1964.

-CAVALLÉ COBO, Francisco: “Palma Burgos en la Semana Santa Tosiriana”, en revista Calvario 1986, Gráficas La Paz, 1986, pp. 45-46.

-HEREDIA FLORES, Víctor Manuel: Crucificados de Málaga (Volumen V), Ediciones Tartessos, 2008.

-HERRADOR MARÍN, Pedro Mariano: Nuestras Cofradías en el siglo XX, Tomo 1 (1896-1936), Asociación Cultural Ubetense Alfredo Cazabán Laguna, 2007 [recurso electrónico].

---. Nuestras Cofradías en el siglo XX, Tomo 2 (1939-1960), Asociación Cultural Ubetense Alfredo Cazabán Laguna, 2006 [recurso electrónico].

-LENDÍNEZ PADILLA, Juan Pedro: “El paso de la Piedad de Nicolás Prados López”, en revista Semana Santa de Bailén 2019, Unión Local de Cofradías de Bailén, 2019, pp. 30-37. 

---. “El Santuario de Nuestra Señora de Zocueca: Nuevos datos en torno a su construcción, ornato y retablo mayor (s. XVII-XVIII)”, en Locuber (Revista Científica de Patrimonio), Ayuntamiento de Bailén, Concejalía de Patrimonio Histórico, Artesanía y Cerámica, Volumen 1 (2017), pp. 49-68.

-LENDÍNEZ PADILLA, Juan Pedro y VILLAR LIJARCIO, Juan José: “Iconoclastia religiosa en Bailén: la destrucción del patrimonio artístico durante la Guerra Civil”, en Locuber (Revista Científica de Patrimonio), Ayuntamiento de Bailén, Concejalía de Patrimonio Histórico, Artesanía y Cerámica, Volumen 2 (2018), pp. 73-116.

-LIJARCIO MEDINA, Sebastián: Aproximación histórico-artística al Templo Parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación de Bailén, Instituto de Estudios Bailenenses, Ediciones Reding, Bailén, 2015. 

-LORITE CRUZ, Pablo: “Un programa de ángeles neorrománicos en el arco del Santuario de Linarejos”, en revista Siete Esquinas, nº 5 (2013), pp. 31-42. 

-MALPESA ARÉVALO, Martín: “El retablo neo-románico de la iglesia de la Encarnación de Bailén”, en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 109 (1982), pp. 9-26.

-MARÍN ACUÑA, José María: Nuestra Señora de Zocueca, Patrona de la M.N. y L. Ciudad de Bailén, Jaén, 1923 (reimp. 1955).

-MARTÍNEZ ELVIRA, Juan Ramón: Semana Santa en Úbeda, 2 volúmenes, Unión de Cofradías de Semana Santa de Úbeda, Editorial Amarantos, 2011.

-MORILLA AGUILAR, Pablo: “La iglesia de la Encarnación de Bailén estrenó un retablo de estilo románico catalán”, en Programa de Fiestas Conmemorativas del CLXIV Aniversario de la Batalla de Bailén, Ayuntamiento de Bailén, 1972.

-MUÑOZ-COBO, Juan: “Recuerdo Mariano. Santa María de Zocueca y Bailén, la ciudad heróica”, en Programa de Fiestas Conmemorativas del CLIII Aniversario de la Batalla de Bailén, Ayuntamiento de Bailén, 1961.

-PEREA MONJE, Miguel Ángel y VILLAR LIJARCIO, Juan José: “Con manos de santo”, en revista Bailén Informativo, nº 94 (marzo 2006), pp. 17-19. 

-RUIZ CALVENTE, Miguel: “Los antiguos retablos de la ermita de la Virgen de Linarejos”, en revista Ecos de Linarejos, nº 38 (mayo de 2013), pp. 22-25. 

-RUSILLO COMINO, Pedro: “Arte y restauración”, en revista Semana Santa de Bailén 2009, Agrupación Local de Cofradías de Bailén, 2009, p. 61. 

-SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio: Francisco Palma Burgos (1918-1985). El drama de la escultura, Real Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad, Málaga, 2018.

-TORAL VALERO, Felipe: Vida y obra de Palma Burgos (Escultor y pintor), El Olivo, Úbeda, 2004.

---. “¿Fue D. Francisco Palma Burgos un hombre feliz?”, en Úbeda, Imagen y Palabra 2019 (Centenario Francisco Palma Burgos, 1918-2018), Anuario de la Unión de Cofradías de Semana Santa de Úbeda, 2019, pp. 17-30.

-VV.AA.: Parroquia de San José Obrero. 50 Aniversario de su consagración. Bodas de Oro. Bailén, 1964-2014, Elorza, S.C.A, Bailén, 2014.



[1] Una semblanza biográfica del sacerdote don Francisco Cavallé Cobo puede verse en ALONSO ROA, Miguel Ángel y LINARES LUCENA, Francisco Antonio: “Cincuentenario de la Consagración del Templo Parroquial de San José Obrero”, en Parroquia de San José Obrero. 50 Aniversario de su consagración. Bodas de Oro. Bailén, 1964-2014, Elorza, S.C.A, Bailén, 2014, pp. 24 y 28. 

[2] TORAL VALERO, op. cit., pp. 183, 198, 209, 231 y 244. 

[3] MARTÍNEZ ELVIRA, op. cit., t. I, pp. 556-557. 

[5] ACSJ (Bailén, Jaén), Libro de Actas (1958-1983), folio 4v. La autoría de Palma Burgos y el coste total de la imagen ha sido publicada en PEREA MONJE, Miguel Ángel y VILLAR LIJARCIO, Juan José: “Con manos de santo”, en revista Bailén Informativo, nº 94 (marzo 2006), pp. 17-19. 

[7] ACSJ (Bailén, Jaén), Carpeta de Facturas: “Por restauración de pintura de San Juan. Recibí: 75.000 ptas. Juan Nájera Ramos [rúbrica] 1985”. Algún veterano ha recordado que el propio Juan Nájera Ramos acometió una primera restauración o “repaso” de la misma imagen de San Juan durante la década de 1960. En RUSILLO COMINO, Pedro: “Arte y restauración”, en revista Semana Santa de Bailén 2009, Agrupación Local de Cofradías de Bailén, 2009, p. 61. 

[8] SERRANO CÁRDENAS, Bartolomé: “Conversando con Juan Nájera Ramos”, en revista Bailén Informativo, nº 12 (mayo 1983), s. p. 

[9] Las manos originales de esta imagen de San Juan (1945) no se perdieron durante la restauración de Arjona Navarro de 1995 (como sí ocurrió con la antigua cabeza durante la intervención de Palma Burgos en 1959). Las manos originales de San Juan todavía son conservadas por la Cofradía de San Juan Evangelista gracias al interés y predisposición de su recordado presidente Pedro Rusillo Comino (1953-2009). En 2018 la imagen de San Juan Evangelista ha sido sometida a una nueva restauración por el artista local José Antonio Rivas Fernández.

 


sábado, 19 de diciembre de 2020

PALMA BURGOS EN BAILÉN

 




En el día de ayer se presentó en el auditorio del Hospital de Santiago de Úbeda el resultado final del congreso celebrado el día 12 de enero de 2019 en conmemoración del centenario del nacimiento del artista malagueño Francisco Palma Burgos. Después de tantos meses de espera por fin ha salido el libro con las comunicaciones o actas de los participantes entre los que me encontraba yo.

Finalizado todo y conseguido el objetivo, antes de todo dar las gracias al doctor en historia del arte D. Pablo Jesús Lorite que creyó que había que poner a Bailén en el currículum de Palma Burgos y que para esa encomienda debería ser yo.

Con todo esto, nace mi primera aportación en un libro, con un trabajo que me resultó apasionante, lleno de vivencias y logros que ahora saboreo con las mieles del recuerdo, incluso asombrado cuando me paro a pensar lo que logré conseguir. En ese día de enero solo pude contar lo que sabía, y comenzó la investigación con un resultado que cambió por completo lo que aquel día conté. Pensaba que poco podría hacer y llegaron los viajes a Jaén, Sabiote o Torreperogil. Que gozo al encontrar datos y fechas que entonces parecían imposibles, incluso cómo conseguí entrar en el archivo más “sagrado” de la diocesís, para seguir verificando con datos la historia.

No puedo olvidarme de la providencia, poniéndome en el camino historias que ni imaginaba que desde ayer ya están publicadas para el conocimiento del mundo entero, de lo que hizo el genio de Palma Burgos en Bailén, donde le gustaba pernoctar en el desaparecido Hostal e incluso ir a misa a la Encarnación. No se pierdan sus cuadros en Bailén. En este trabajo, una vez más, le digo al mundo que Bailén tiene muchas cosas que contar de historia que la batalla.

Tristemente estoy gafado por los editores o impresores y debo advertir que el trabajo publicado se ha “comido” algunas notas a pie de página, por lo que tanto aquí como en el pdf que podrán descargar en academia.edu (pinchen aquí) he añadido un anexo con todas las notas que faltan, que sí están señalizadas en el texto publicado pero que no aparecen en los pies de página, por lo que los que quieran citar esta obra tendrán que citar la publicación en papel o esta digital y señalar según el lugar donde esté publicado el dato.









































La pandemia estropeó lo que iba a ser un adelanto de gran parte de todo este artículo con la conferencia que iba a realizar el pasado mes de marzo con motivo del vía crucis que se iba a celebrar con la imagen del Cristo de la Expiración de la iglesia de la Encarnación, imagen que realizó Palma Burgos por encargo de la familia Martín Agüera. Un dato como ven, que corrige que lo hizo la familia Barreda. Por aquel momento histórico, que al final se suspendió, le añado una colección de fotografías del día en que se bajó el Cristo para prepararlo para el vía crucis, que esperemos, se pueda celebrar algún día. Es curioso, que tuve que ir tres días a Jaén para encontrar la fecha de bendición del retablo y aquel día tras quitar la peana de La Piedad la encontramos, detalle que no aparece en este estudio por razones obvias.

Finalmente vuelvo a aconsejar la lectura del artículo, haciendo hincapié en las notas donde tal vez podrán encontrar historias “paralelas”. Tal vez no les interesará el trabajo de Palma Burgos pero podrán encontrar “otras historias” como el origen de su capilla y mucho más detalles hasta la fecha inéditos de la historia de Bailén.

Para finalizar, dar las gracias a mi amigo Juan Jose Villar Lijarcio en la elaboración final del trabajo, porque aunque lo firme solo yo, su aportación fue decisiva.