Me pongo a reflexionar un nuevo aldabonazo anual en esta casa virtual, y me paro a saborear algo que ya va teniendo color de gran reserva. Va sintiendo uno la madurez en esa línea del tiempo, mientras volvía a echar la vista atrás no solo al año, sino a todos y he sentido la satisfacción de que en verdad cumplí un objetivo, que es aprender. Es curioso, pero me siento fuerte, cuando me he tirado cuatros años sin ni siquiera saber qué es lo que tenía en frente y lo que me podía dar. Y este blog me sigue dando cosas buenas, y esas cosas buenas son las que creo que deben de contar siempre en mi corazón. Es cierto, buceando en las entradas de todos los años anteriores me he dado cuenta que si en algo he ganado, es en cultura y experiencia de la vida, y no ha sido fácil, han sido unos pocos los que han sabido coger el sable más doloroso para clavarlo en el corazón más sensible, pero por fin, y creo no estar confundido, comienzo a sentir esa fuerza para no hacer caso a todos aquellos, que disfrazados de demócratas, suelen lanzar sus opiniones “constructivas” con el sable envenenado de la frustración.
Es curioso que cada día me encuentre que grandes eruditos o personas con grandes dotes en esta temática, sienta enorme predilección por esta casa, incluso con sus faltas garrafales y mis flojos conocimientos esquemáticos en literatura, y a su vez no sepan quién es el que está detrás de todo, pienso que con ello, lo que ustedes ven es más grande que lo que yo puedo imaginar, incluso es curioso que algunos les cueste creer que esto no es un portal con varios administradores, sino un simple blog de un simple usuario.
Se nos va un año, y lo cierto es que cuando he echado la vista mes a mes, he ido recordando muchos de los momentos en que escribía las entradas, de mis estados de ánimo y he llegado a sentir que cuando acaba un año, Simplemente Capillita se convierte como en un anuario o ese libro que a todos alguna vez nos gustaría escribir, porque son nuestros actos los que harán que nuestro nombre perdure en el tiempo, los que nos harán que vivamos muchos años después de muertos, quizás este blog no sea para eso, pero la dedicación ante una simple pantalla, le ha dado a mi vida muchas más cosas transcendentales que un simple entretenimiento virtual.
He hablado nuevamente de muchos temas estéticos, mundanos, por eso este blog se llama Simplemente Capillita, porque iba a englobar una temática muy concreta para todos aquellos que piensen que la religiosidad popular es algo muy diferente a esta forma de vida, lo tuviesen claro, y la verdad que pocos problemas me he encontrado en este punto. Pero yo siento la Semana Santa, o el mundo de las cofradías desde el sentimiento, desde que tengo uso de razón, nunca he visto esto como un mero espectáculo. Este año comencé un viejo proyecto, incluso me compré un aparato para el pc para poder desarrollarlo, como me ven esto me cuesta hasta el dinero. Una capturadora para poder colgar en la red mis viejos archivos audiovisuales, para poder compartir lo más fehacientemente mis sensaciones de todas las épocas de mi aun corta vida. Seguramente muchos serán los de mi pueblo que ha disfrutado con lo colgado hasta el momento, de la que fue la Semana Santa de mi niñez, esa que sin muchos conocimientos veía y ya me preguntaba qué sentido tenía todo este fenómeno, no lo veía como un entretenimiento ni un festival como muchos, y muy adultos siguen creyendo que es. Era un niño y me preguntaba de todo, quizás así Dios quiso que fuera, que fuese curioso con su mundo, con su vida, que sin lugar a dudas marcó la mía, tal como dijo un pregonero, no hay para mí una figura más importante en la historia y en el pensamiento como aquel desconocido carpintero nacido en Belén hace dos mil trece años, no hay nadie que me tuerza el gesto como Él, el que haga agachar la mirada, el que me haga sentir la vergüenza más profunda, porque lo cierto es que soy un simple hombre más con tantos y tantos defectos, seguramente el peor de todos… pero eso ya lo dictara Él en su momento. Que se alegre la iglesia, que yo por lo menos no he tenido mejor catequesis que las cofradías…
Gracias a esta casa tuve el honor de llamar la atención de los grandes de este mundo, como Bienvenido Puelles, Luis M. Carrión “Curro” o Federico Jiménez, Pepe Carvajal, donde no puedo olvidarme de aquella inolvidable noche en Andújar en aquel foro de capataces donde una hermandad me hizo sentir especial, el Gran Poder de Andújar al considerarme los suficientemente apto para llegar a su casa he intentar engrandecerla un poco más, donde ya de por si hay grandes maestros trabajando para ella. Es curioso, pero esto que ven por una pantalla ha conseguido que Nuestra Madre Santísima, advocada del Carmen o el Amparo se eleven al cielo de Andalucía por este insignificante punto en el universo, quien me lo iba a decir, pero si le doy gracias a Dios y su Bendita Madre, es el don del aprendizaje para saber valorar estas cosas en su justa medida, porque este mundo está lleno de muchos que darían un brazo por estas cosas y más que esperar como una recompensa siguen viviendo en el pensamiento que ellos se lo merecen más que nadie.
Termina un año donde me ha hecho reflexionar mucho sobre mi condición de cofrade, que no es lo mismo que capillita, porque se puede ser ambas cosas a la vez y solo una de las dos. Mucha reflexión sobre lo que necesito y puedo dar en mi hermandad, o más bien si hoy puedo necesitar lo que antaño disfrutaba. Siguen ahí mi Soberano y su Madre del Rosario, pero las personas cambian, y llegan nuevos ambientes, nuevas ideas que me han hecho pensar mucho si era mejor seguir siendo capillita cofrade, cofrade capillita, cofrade o simplemente capillita… quizás por esa razón mi amigo Óscar – lo bueno de sus análisis con esta casa, es que me lo dice a la cara, con la sensibilidad que requiere esta opción, así es como me gusta aprender de mis errores- me decía que mis crónicas del Jueves Santo fueron algo tristes, melancólicas, como de un sentimiento de decepción… no lo creo, porque disfruté de la gloria de ser su costalero un año más, pero uno escribe según su alma se siente en cada momento, este año la Semana Santa me tocó vivirla con un enorme esfuerzo de desconectarme de la vida personal, solo lo conseguía cuando me introducía en la burbuja o aura de los pasos y eso me ha llevado a reflexionar mucho sobre cual debe de ser mi hueco en este mundo cofradiero.
Mañana Simplemente Capillita me parecerá un libro con las páginas en blanco, no sé si deseosas de llenarse de historias o no, eso como solo me queda decir un año más, será lo que Dios quiera…
FELIZ AÑO NUEVO.