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jueves, 27 de septiembre de 2012

ASÍ SE PARA EL TIEMPO...


Esta pasada Semana Santa pasará a la historia, como suele hacerlo cada año por el hecho de alguna primicia significativa, por el estreno de otro gran palio, el de Nuestra Señora de Consolación, Madre de la Iglesia,  salido del genio de las mejores técnicas de bordado, que precisamente venia a sustituir uno que ciertamente no estaba bordado, por que la técnica de aplicación en sí no se puede considerar bordado, más bien como partes de costura. El taller de Charo Bernardino, digna heredera del buen hacer de los legendarios talleres de Elena Caro obró el milagro de las “tallistas de la aguja”, para definitivamente incluir su nombre entre los trabajos por los que se suelen valorar más a los talleres, y un palio lo es, aunque tan solo hayan bordado las caídas… “bambalinas” suena más capillita.
Tuve la dicha de vivir este estreno allá a los pies de la pobre Santa Catalina, mientras el magnifico trabajo cobijaba a la dulce Señora de los ojos azules penetrantes de Sevilla, la Reina que se dibuja por el barrio del Sánchez Pizjuán cada vez que sale al encuentro de Sevilla. Tres años trabajando en este proyecto singular desde que la corporación de Nervión aprobase su ejecución de un diseño realizado por Rafael Guerra, hermano de La Sed, basándose en la ideas genuinas de uno de los grandes genios del arte cofradiero que diseñara la fachada de su parroquia de la Inmaculada Concepción en el barrio de Nervión, Cayetano González y adaptado para bordarlo por David Calleja, dibujante del taller de Charo Bernardino. El Miércoles Santo contemplando su dulce y solemne movimiento me retrotrajo al respiradero que el mismo taller bordó el pasado año para Nuestra Señora del Rosario de Linares. Algo lógico, encontrar la impronta de un taller, pues parecían obras para un mismo conjunto aunque David Calleja para Linares tomase elementos de inspiración del palio dibujado por Garduño y ejecutado en el taller que montó hace unos años.
Recuerdo que el hermano en Cristo, Manolo Olmedo me comentó algo sobre el estreno, sobre esa poderosa impronta que retrotraía a nuestro respiradero y haciendo una valoración, pues le comenté que en los bordes inferiores de las bambalinas los encontraba muy “despejados” de bordado. El amigo Olmedo me indujo a recordar el espíritu de barrio de la hermandad y la lógica búsqueda de palios que den cierta “alegría” en la rítmica de su caminar, ciertamente hace no muchos años este palio a veces se le iba un poco “la pinza” en esa búsqueda idiosincrásica.
Pero le comenté que en los últimos tiempos, todo ese pasado estaba desapareciendo, que incluso el repertorio musical del mismo se estaba haciendo hasta más selecto e incluso de calidad. Y sobre todo que su cuadrilla se estaba convirtiendo en una de esas que en Sevilla no hacen mucho ruido y muchos equivocadamente obvian ver en el Miércoles Santo. En Sevilla hay hermandades que quizás nunca sean alcanzables, pero hay otras que aunque no cuenten con el beneplácito total del pueblo hagan lo que hagan, si escogen caminos tan acertados que un día a buen seguro recibirán el elogio hecho bulla a las faldas o faldones de sus pasos.
Hace poco conozco que en Jaén, la hermandad de los Estudiantes va afrontar el cambio de manera de portar su paso palio, el de la Virgen de las Lágrimas a costal. Para ello la corporación de la Merced va a ser  asesorada por el capataz sevillano Ricardo López-Ruiz Almansa, conocido como Ricardo Almansa en el mundo cofradiero, capataz de la escuela de los Santiago que ha comandado pasos con esta saga de capataces, más otros ya independientemente, con su cuerpo propio como Bellavista, Milagrosa, Sol, Borriquita de Cantillana, el Rosario del Barrio León y quizás su hermandad más conocida, la protagonista de esta entrada, la hermandad de la Sed.
Así que con todo esto mejor ver que tantas palabras, buscando un video actual para que vean el dominio en el movimiento de las nuevas bambalinas, bajo la noche, cuando es más complicado encontrar grabaciones o instantáneas de la larga vuelta hasta Nervión. Suena un clásico de los clásicos, nunca se cansa Sevilla de ver a sus palios con “Rocío”, una de esas marchas como “Pasan los Campanilleros” que le sientan bien a cualquier paso, más si anda como la Consolación en este video, que pareciese que va parada cuando en lugar va ganándole metros al itinerario con elegancia. La revirá es imperceptible para el ojo humano, pareciese que esta detenida,  como si los ángeles la giraran milagrosamente ante la ceguera del alma, por que la chicotá desprende mucha alma. Unos dicen que esto es “súper soso”, que se metan debajo y cuando comprueben su dificultad comenzarán a entender este arte, esta manera de llevar a la Virgen que  tal como dice el capataz, no se si Almansa… “para el tiempo”… habrá algo mejor para parar el tiempo que en Semana Santa…estos son los desconocidos, los que también saben levantar al exigente de sus asientos, incluso en la nueva Sevilla… estas cosas hacen de Nervión sevillania pura, de la esencia del Giraldillo.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

SIETE DOLORES TIENE BAILÉN...


En este mes de septiembre que pronto nos abandonará alejándose, acariciando  la espadaña del santuario de Ntra. Sra. de Zocueca en el último domingo, el último día de romería para los bailenenses, este mes de los “Dolores o Siete Dolores de María”. Bailén celebra desde antiguo, no sabría decir si desde la noche de los tiempos la fiesta en honor de esta advocación mariana, de la “Mater Dolorosa”, evidentemente en honor de la primera y hasta hace dos días única dolorosa de la ciudad, la cual es el claro ejemplo de la herencia histórica de nuestro país con los misterios dolorosos de la Madre de Dios, tan unida con otras tantas poblaciones en su conformación e idiosincrasia… he de decir al respecto, que la difusión en este mi blog, de la ya famosa fotografía de la Virgen anterior a la Guerra Civil se ha utilizado ya en algunos medios ajenos a Bailén para tomarla como ejemplo de cómo eran las dolorosas antiguas en su iconografía y para utilizarla como ejemplo de la evolución en los modos de vestir de las imágenes marianas en una época determinada dentro de un análisis de las diferentes épocas desde que se conoce que las imágenes comenzaron a ser revestidas con tejidos textiles.
Pero en esta entrada hablaré o intentaré aportar mi visión personal hacia una advocación que hunde profundamente sus raíces y origen en la primigenia dolorosa bailenense. Hace unos meses les hablé de lo que se podría definir, la segunda parte de esta entrada que versaba sobre la actual imagen, de advocación curiosa para foráneos, la dolorosa de la hermandad de la Santa Vera Cruz; Ntra. Sra. de los Siete Cuchillos. Hace poco leyendo una entrevista a un prestigioso investigador sin ningún titulo de historiador decía de lo complicado que es el mundo de la investigación, de la historia, del arte… donde como no se esté al día y al pie del cañón, es fácil equivocarse. Muchas historias que les cuento surgen quizás de mi memoria, de la de los más viejos que yo y a veces del estudio de algún libro, revista, periódico y en contados casos en la visión de viejos legajos en archivos.
Cuevas de Almanzora.
Así sin hacer todo esto que nombro - también porque esto es una entrada de blog, quizás si fuese para una publicación más seria y definitiva si lo aria- puede que la imagen de la dolorosa de la actual hermandad de la Santa Vera Cruz llegaría a convertirse en la titular de la misma en torno de los años cincuenta del pasado siglo – según fuente oral, si alguien me puede afirmar la fecha, bienvenido es-, según me cuentan transformando la primitiva imagen de la “Santa Mujer Verónica” que la hermandad adquirió tras la Guerra Civil y la refundación y vuelta a la actividad cultual de la cofradía, la cual ejercería entonces como “Verónica” pocos años. Esta imagen es la que yo conocí de niño siendo la Virgen de los Siete Cuchillos, la cual al parecer cuando era “La Verónica” fue realizada en escayola o pasta madera en el año 1945 de los talleres de “Vayreda, Bassols, Casabó y Cia, S.L.” de Olot (Gerona), fabrica conocida en la actualidad como “El Arte Cristiano”, que poseía como suele ser común en este tipo de creaciones, ser de “talla” completa, para que se me entienda que tenia sus vestiduras realizadas en el mismo material que toda la imagen en lugar de estar realizada para poder ser revestida. En mis recuerdos aun vive la contemplación de su primitiva “Santa Faz” o “Santo Rostro” colgado en un muro de la ermita de la hermandad, realizado en escayola, obviamente con la faz del Señor policromada al que ya le perdí la pista. Posiblemente su aspecto seria similar o idéntico a esta imagen de Cuevas de Almanzora (Almería).
Tampoco conozco que artista o artesano fue el encargado de reconvertir aquella imagen a la que tuvo que construirle un cuerpo nuevo, un cuerpo de los denominados de “candelero” y en el que acoplaría el busto de la Verónica, que incluso también seria remodelado para quitarle presumiblemente el manto en escayola que cubriría su cabeza, y conformar una cabellera femenina  y realizarle los brazos articulados, sin poder afirmar si las manos fueron las originales o se realizaron nuevas y como ya comenté, que taller o persona realizaría aquel trabajo.  Es complicadísimo lanzar hipótesis si no se tiene una fecha exacta, por esa época podría haber sido el taller local de Juan Francisco García “El Tomatero” aunque me hace dudar que el mismo conociera en que consiste una imagen de candelero y brazos articulados –recordar que él no era imaginero, si no ebanista sin relación hasta entonces con este campo- o también podríamos mentar otra posible hipótesis, recordando la relación laboral que entonces tuvo en Bailén el ingente taller que conformó en Úbeda, en la desacralizada iglesia de Santo Domingo, el genial malagueño y ubetense eterno Francisco Palma Burgos. En el cual tuvo un amplio abanico de empleados que se encargarían de estos trabajos “menores” o un poco “chapuceros”… sobre este asunto de Palma Burgos, Bailén y nuevas hipótesis  les hablaré próximamente si Dios lo ve conveniente, porque todas estas hipótesis también se podrían sostener por lógica histórica o no, pero así funciona el apasionante mundo de la investigación… una octavilla-programa de la Semana Santa de Bailén de 1963 no nombra la existencia de la dolorosa ni la Verónica en los cortejos procesionales, algo que podría desmantelar todas estas hipótesis, aunque sorprende que no aparezcan imágenes documentadas su hechura anteriores a esa fecha como la Oración en el Huerto (1948).

Artísticamente hablando poco puedo aportar más sobre la que es la Reina de los cofrades cruceros bailenenses, siendo Élla quizás la primera titular mariana en la centenaria historia de la que presumiblemente sea la hermandad de penitencia más antigua y aun activa de la ciudad. Como les ilustré en aquella entrada, la imagen recibió culto y fue procesionada hasta que el Lunes Santo de 1992 la hermandad estrenó tras recibir en donación la actual dolorosa, la cual talló como a bien tuve de anunciar por el imaginero gaditano con taller en Lebrija (Sevilla) Juan Herrera Cala. La anterior imagen fue nuevamente convertida en “Santa Mujer Verónica”, ahora tan solo con un cambio de estética seguido por el mundo cofradiero para representar a la piadosa mujer de Jerusalén con un nuevo ajuar y el aditamento en sus manos de la “Santa Faz” en lugar del rosario y el pañuelo y sobre todo su elemento emblema que conformaba su advocación, el corazón traspasado con los “siete cuchillos” en el pecherín del tocado. Posteriormente en el año 1996 tubo que ser intervenida por José Miguel Tirao Carpio tras el incendio fortuito que sufrió aquel año la sede de la hermandad, realizándole un nuevo cuerpo, candelero y posiblemente una nueva policromía. Poco después, en 1998 la hermandad añadiría una nueva imagen de la Virgen Santísima de este tipología entre sus titulares, esta vez para completar el conjunto del Descendimiento que realizó íntegramente el referido artista toxiriano, Tirao Carpio y que tomó la advocación de Maria Stma. de las Penas, la cual fue donada desinteresadamente por el autor, ya que la idea inicial era que fuese la dolorosa protagonista de esta entrada, la actual Virgen de los Siete Cuchillos la que conformaría dicho misterio.

LA ADVOCACIÓN
Para tratar su curiosa denominación me gustaría aportar una hipótesis personal, eso si planteada desde una pequeña investigación de donde proviene esa singular advocación de los “Siete Cuchillos”. Obviamente es una derivación coloquial y popular –encontrada en algunos ejemplos en el resto de España- del que seria la advocación más lógica, la de “Siete Dolores” en alusión a los momentos trágicos de la vida de María:

1º. La profecía de Simeón (Lc. 2, 22-35) “una espada de dolor atravesará tu alma”

2º. La persecución de Herodes y la huida a Egipto (Mt. 2, 13-15)

3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días (Lc. 2, 41-50)

4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz (Vía Crucis, 4ª estación) 

5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn. 19, 17-30)

6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15, 42-46)

7º. La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42) 

La historia universal de la Semana Santa, sobre manera nos habla de una madre dolorosa advocada de la Soledad o de los Dolores, Mayor Dolor, Siete Dolores y Mayor Traspaso… unas imágenes revestidas de luto donde en su pecho se superponían unos corazones realizados en materiales nobles como la plata o el oro los cuales eran atravesados por un puñal o por siete puñales – a veces de tamaños desproporcionados que podrían considerarse espadas-, que simbolizaban alegóricamente aquellos dramáticos momentos en la vida de la que nació sin pecado, sin mancha…
Así conocería Bailén durante siglos a su Virgen dolorosa, la que arrastraba la devoción pasional del pueblo, quizás mano a mano con la gloriosa a Ntra. Sra. de Zocueca. Élla fue llamada como “La Soledad” y quizás también como de los “Dolores” como ha llegado hasta nuestros días. En el Archivo Municipal, los amigos Juan José Villar Lijarcio y Miguel Ángel Perea Monje se encargaron de desempolvar los papeles del olvido y en un estudiado y extenso articulo nos fueron dibujando una más que aceptable y lógica crónica de la historia de esta hermandad que hasta entonces quizás nunca se había realizando con tanto rigor científico e histórico según mi visión de todo esto. De aquella investigación sacaremos que la ancestral hermandad posiblemente hasta el año 1936, hubiese contado con dos imágenes diferentes de su amantísima titular. Así la más que probablemente imagen de los primeros años del siglo XVII – de la que no se conoce ningún dato artístico- seria sustituida por una nueva realizada en 1779 en la ciudad de Úbeda, sin que conste el autor del trabajo. La misma se realizó por el gran deterioro que arrastraba la más que posible primitiva imagen de la Soledad, apostando la hermandad en el siglo XVIII por la realización de una nueva, que seria la que sucumbiría a las llamas iconoclastas del mes de agosto de 1936 y que gracias a Dios, medianamente podemos recordar en la ya famosa fotografía de principios del siglo pasado. Pero nuestros aficionados investigadores también nos aclaran que la imagen sustituida en 1779 seria llevada a la ermita de la Consolación, actual ermita de Ntro. Padre Jesús Nazareno mientras en el camarín de la Soledad pasaría a recibir culto la nueva imagen. Recordando nuevamente aquel documento donde se pueden contemplar todas aquellas acciones enumeradas:
En el año 1779, siendo Mayordomo Dn. Juan Antonio de Costilla y Galvaez, y Alférez Dn. Miguel Rentero Nájera, y Alcalde Dn. Simón de Aranda y Soriano, se determinó por toda la Hermandad el hacer Ymagen de Nuestra Señora que sirva en los días de Jueves y Viernes Santo y Novena de los Dolores, lo que con efecto se efectuó y costeó por dicha Hermandad, trayendo de la ciudad de Úbeda. Y dicha Sagrada Ymagen se colocó en la Hermita de San Nicasio (alías Hermita de la Soledad) extramuros de esta villa, y la Señora Antigua se condució por dicha Hermandad a la Hermita de Nra. Sª. de Consolación (alías Jesús). Y movió a esta Esquadra el ver las indecencias de las dos Ymágenes Antiguas de Nra. Señora, así la de Jesús como la de Sra. Soledad, que ambas imágenes de Nuestra Señora eran de esta esquadra por causa de averlas costeado, como la que hemos hecho al presente. Y nos quedamos con la referida nueva Ymagen en posesión y propiedad como que ha sido costeada por nosotros los Hermanos de la Soledad y Dolores, cuyo costo fue el de cincuenta ducados, y para darle adoración la llevamos a casa de D. Jesús Pedro de la Chica y Valderrama, Prior de esta Parroquial, quien la vendixo en Baylen a 30 de marzo de dicho que fue en el referido año, Martes Santo. Y por los Comisarios que recogieron la limosna de los Hermanos y por quien corrió su hechura y conducción, Dn. Alonso Pablo Sánchez, prebístero, y Dn. Juan Antonio de Costilla y Galvaez, para que conste lo firmamos en dicha villa y dicho día y mes”.
Así que curiosamente los primitivos titulares de la hermandad de la Soledad acabarían nuevamente juntos, el Santo Entierro y la Virgen de la Soledad a cargo de la “Escuadra de Jesús”, actual cofradía de Jesús Nazareno. Aquella antigua imagen se quedaría allí recibiendo culto y seguramente sin pretensiones procesionales. Supongo que para diferenciarla de la nueva imagen y para que el pueblo y sus cofrades optaran por rendirle devoción a la nueva imagen y “olvidar” a la antigua la intentaría diferenciar con cualquier elemento, para que le pueblo distinguiera. Una de esos elementos, según me puedo imaginar seria precisamente el corazón atravesado por los puñales de dolor. A la nueva imagen se le colocaría el corazón con un solo puñal como nos muestra la fotografía y a la antigua imagen le colocarían otro corazón pero con los siete puñales, “cuchillos” como rápidamente el populacho comenzaría a nombrar. Este hipótesis me surge leyendo un viejo programa de fiestas, en concreto de 1947 donde Pablo Morillas Aguilar escribiría con el seudónimo de “Maese Pedro” un articulo que versaba sobre la antigua hermandad de la Virgen de los Dolores aportando interesantes datos que años después no volverían a publicarse en ninguna otra publicación, como por ejemplo que la actual imagen era del valenciano Romero Tena, cuando años después la hermandad ofrecía el nombre de Luis Romero Tene y que yo tuve a bien de confirmar en esta casa con unas interesantes cartas o correspondencia entre el autor de la imagen y el donante de la misma.
Con algunos datos también algo erróneos y quizás sin conocer la historia que nos desveló el amigo Villar y Perea, el autor del articulo, haciendo memoria, recordando a la imagen destruida en la guerra apostaba a que aquella imagen no seria la primitiva de la fundación, tan solo por el nivel de suciedad o pátina incrustada sobre la policromía con la que contaba cuando fue destruida, seguramente comparándola con otras imágenes más antiguas donde esa suciedad era mucho más manifiesta. A ello le llevaría también el recuerdo de otra dolorosa que existía en el pueblo, en la ermita de Jesús, la cual Morillas identificó hipotéticamente con la anterior Virgen de la Soledad o Dolores, pero sin poder constatar con documentos esta circunstancia. La misma seria desvelada y confirmada por nuestros amigos 63 años después, aunque a mi me resulta curioso que en 1810, tal como nos hablan las viejas actas de la hermandad de Jesús Nazareno, sus imágenes fueran destruidas por el ejercito francés en nuestra Guerra de Independencia, es decir su capilla seria saqueada en aquel triste día del 20 de enero de 1810. Se perdió las imágenes con las que contaba la cofradía entonces; Columna, Nazareno y Santo Entierro, pero me resulta curioso que la dolorosa que estaba allí desde 1779 no fuese destruida, porque tal como indica Morillas en el Programa de Fiestas de 1947, una dolorosa también fue destruida en aquella ermita en 1936, la que seguramente fuese la primitiva Soledad de Bailén. La perdida de memoria histórica aria que se olvidase quien era y porque estaba allí aquella dolorosa, quizás revestida con su ancestral ajuar negro y su corazón con siete puñales. Morillas se refiere a ella como “aquella Dolorosa de los siete cuchillos”, seguramente porque quizás al no contar con advocación el pueblo fiel que visitaba la capilla la conocía así, como la Virgen de los “Siete Cuchillos”.

Tras la Guerra Civil, refundación de la Santa Vera Cruz, adquisición de la Santa Mujer Verónica, etc…  la corporación del Santo Cristo al decidir contar con su particular dolorosa, al igual que  siglos atrás optaría por diferenciarla de la otra dolorosa del pueblo, la Virgen de los Dolores con la misma forma que el pueblo diferenció aquella dolorosa de la ermita de Jesús que en realidad se trataba de la primitiva devoción mariana de la Semana Santa bailenense, colocándole su esencial corazón con siete “cuchillos” clavados… por sus siete dolores. Esta es la hipótesis que he podido entresacar entre los legajos de la historia, aunque no dudo que pueda haber otras hipótesis a tan curiosa, popular y quizás con poco gusto; advocación. Surgida desde las entrañas del más profundo acervo popular pero que por ello no estaría nada mal que oficialmente la advocación fuese más fiel al origen de la misma, es algo que la misma evolución de la Semana Santa pide por si sola, ya no estamos en los años cuarenta y me consta que este pensamiento no es ajeno entre sus altos cargos.
El pueblo obviamente seguiría llamándola como siempre lo hizo, la costumbre cambiaria la costumbre… pero en las oficialidades no estaría nada mal que comenzase a denominarse por ejemplo como Nuestra Señora y Madre, Maria Santísima en sus Siete Dolores. Muchas otras historias quedarían por contarles en torno a la devoción de Nuestra Señora de los Siete Cuchillos, que serán para otro momento si Élla lo ve conveniente, aunque no puedo terminar sin indicar la curiosidad que he encontrado al escanear la desgastada estampa que abre esta entrada. Fechada seguramente en los años ochenta de la pasada centuria, contemplamos a la Verónica que llegó a Virgen, según firma posterior fotografiada por un legendario estudio fotográfico cofradiero sevillano, el conocido como “Hareton” el cual también tan solo pudo hacer las copias.

lunes, 24 de septiembre de 2012

EN MOLVIEDRO SIEMPRE MIRANDO AL CIELO....


En estos días y en este año en concreto está destacando en la primera plana de la actualidad cofradiera de Sevilla una de las dolorosas que bajo mi punto de vista pues pasan más inadvertidas por los motivos que sean. Decir que la hermandad de Jesús Despojado es de las más humildes de Sevilla no se correspondería si viésemos lo que llevan haciendo en los últimos años, como por ejemplo completar primorosamente “de primavera” su paso de palio, pero aun así es de las hermandades más pequeñas y menos “populosa” de la Semana Santa sevillana. Aun así se siente sumergida entre las masas que hoy día abrazan a cualquier corporación de la pasión hispalense, cuantas hermandades de fuera quisieran su “humildad”... Este año cumple cincuenta años la singular titular mariana de la hermandad del Arenal, la que se asienta en la coqueta capilla del antiguo barrio de la Laguna, en su añejo compás que pasaría a llamarse “de Molviedro” en honor del reformador del barrio, Manuel Prudencio de Molviedro.


Pareciese que la Virgen de los Dolores y Misericordia cumpliese la edad que a muchos siempre nos ha parecido que debería tener. La obra de Antonio Eslava tiene una seña de identidad reconocible para el mundo cofradiero, y es que muchos la valorábamos como una mujer madura, más afín a la apariencia que tuvo que tener la Madre de Dios cuando su hijo con 33 años murió para redimir al mundo con su Resurrección. Unos rasgos marcados que se apartaban de los más comunes en las dolorosas andaluzas y sobre todo sevillanas que quizás si se seguían en las escuelas de fuera de Andalucía. Aunque al parecer con la ultima restauración a la que fue sometida y la magnifica limpieza de cincuenta años de patina, ha hecho cambiar la visión sobre ella, de que puede que no sea tan madura.
La actual imagen pasa por ser la tercera titular mariana con la que cuenta la hermandad del Despojado en su historia, fue realizada por el mencionado artista Antonio Eslava Rubio (Carmona 1909-1983) en 1962 por encargo de uno de los refundadores de la hermandad con vistas a que cuando tal encomienda se cumpliera pasase a ser la nueva Madre del Despojado, algo que no ocurrió hasta  1978. El donante de la imagen fue un cofrade reconocidísimo de la ciudad precisamente por su labor profesional como fotógrafo, el cual realizo por entonces fotografías que hoy día son emblemas de la historia de esas imágenes, me refiero a Antonio Fernández, conocido por el sobrenombre de Fernad.
Fernad junto a su Virgen el dia de su bendición en San Julián. 
Esta imagen supuso un punto de inflexión en la obra de Eslava que luego repetiría en varias imágenes, una de ellas la Virgen de los Dolores de la hermandad de Santa Cruz, al parecer en aras a que en el ambiente se mascaba que Dolores y Misericordia no llegaría nunca a salir, porque poco se apostaba por la refundación de su hermandad y así no se perdiera una imagen de esa calidad y tampoco se “repetiría” en la ciudad… al final se quedaron las dos. Aunque perece ser que el modelo de estas singulares dolorosas partiera de una Santa María Magdalena que el de Carmona realizó anteriormente para Jerez de la Frontera y su hermandad del Amor en concreto.
Magdalena de Jeréz de la Frontera.


Dolorosa de Jesús de Murcia.
Aunque también se apunta que “Fernad” le propuso a Eslava Rubio que tomase un modelo escultórico que en pocas ocasiones ha tenido influencia en la escuela que gusta el sevillano, el murciano, y decir Murcia, sin generalizar es hablar de Salzillo. Aunque el fotógrafo controlaría esa influencia que proponía es palpable que Eslava Rubio reinterpretó magistralmente dentro de su escuela a la famosa “Dolorosa de Jesús” de Murcia, tallada por Salzillo en 1755 sin que pareciese una copia del icono murciano pero tomando conceptos iconográficos de aquella inmortal escuela. Aunque a mi, yo que me gusta releer y conocer la historia cofradiera e imaginera de cualquier lugar, creo que también se podría añadir un detalle a todos los acontecimientos que pudieron pasar ante los ojos de Eslava para  la ejecución de la imagen. Eslava tuvo una formación académica gracias a que el ayuntamiento de su pueblo le concedió una beca para estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla. Allí recibió las enseñanzas de profesores como Manuel Echegoyán, José Lafita y Juan Luis Vasallo Parodi. Ahí comenzó a formar una impecable hoja de servicios formativos con los que se presentó para trabajar como empleado en el ingente taller de Antonio Castillo Lastrucci. Algunos apuntan que fue su maestro y otros que el imaginero de la calle San Vicente no tuvo ninguna influencia sobre la impronta de Eslava Rubio. Aunque yo pienso que la influencia en el estilo de concebir imaginería procesional de Lastrucci tuvo que tener mucho más peso que el estilo que destilaban sus profesores, vamos creo que es palpable la diferencias entre imágenes como las de Juan Luis Vasallo a las de Lastrucci para lo que después crearía Eslava Rubio, las cuales consiguió insuflar un modelo propio y reconocible.

Virgen de Gracia de Málaga el día de su bendición.

La Virgen de Gracia con su apariencia actual.
Curiosamente, al parecer por diferencias en 1956 Eslava Rubio abandonó el taller donde trabajó en sus primeros años para comenzar su periplo como artista independiente. Seguramente una de sus últimas colaboraciones en aquel año, seria en la ejecución de la Virgen de Gracia para la malagueña hermandad del Rescate, donde Lastrucci es el autor de toda la imaginería. Aquella imagen bendecida el 8 de diciembre de 1956 la realizaría Castillo Lastrucci –y por ende con la ayuda de todos sus empleados- siguiendo unos parámetros similares a los que años después en Sevilla “Fernad” indicaría a Antonio Eslava Rubio, es decir, la hermandad malagueña pidió a Lastrucci que realizase a la Virgen de Gracia, apartándose “de lo que ya existe en Málaga” y para ello también le indicaron que mirase hasta Murcia y contemplado la imagen por aquellos días –hoy se encuentra muy remodelada por Álvarez Duarte- es palpable que también se inspiró en la “Dolorosa de Jesús” de Salzillo, la cual incluso seria ataviada a los modos de Murcia, siendo durante mucho tiempo conocida como “la Virgen sin corona”. Entonces, desde mi humilde óptica, creo que Eslava Rubio también se sirviese de aquel trabajo, quizás el ultimo que tuvo entre manos en el taller de Lastrucci para realizar a la dolorosa que cumple cincuenta primaveras allá por el antiguo Compás de la Laguna y para primaveras, como la han revestido sus hermanos como precisamente un malagueño; Antonio Banderas definió primorosamente en su pregón de la Semana Santa de Málaga, “enredando de primavera” el manto de salida de Ntra. Sra. de los Dolores y Misericordia, el cual este fin de semana ha vuelto a lucir para tan insigne ocasión.

jueves, 20 de septiembre de 2012

ALMERIA... MERECIÓ LA PENA.



Gracias al tesoro de video con el que pude ilustrar la entrada anterior, también he podido viajar en el tiempo y recodar el reconfortante recuerdo de aquel año 2002, mi primera Semana Santa diferente, en esa honda que meses antes se me figuraban hipotéticos y que gracias al Rosario de Linares pude comenzar a experimentar. También contaba aquella cinta VHS con algunas actuaciones de la banda en aquel curso cofrade, pero sobre todo me quedaré con la gran y a la vez un poco decepcionante –diez años después lo veo más positivamente- experiencia en la Semana Santa de Almería. Y vaya experiencia para una banda con apenas un año a sus espaldas, nacer de la nada y plantarse en una capital de Andalucía, donde por lógica están las celebraciones pasionistas más relevantes, y en dos de sus cofradías más poderosas y seguidas en la ciudad.
Los dos grandes pasos de misterio con los que cuentan son un gran motivo para ello, aunque sus respectivos pasos de palio también se codeen entre los más destacable de la ciudad mediterránea. Con mucha ilusión la banda firmó y preparó aquellos contratos con la hermandad de la Santa Cena y la Macarena, pero las circunstancias de la vida hizo que quizás la banda no alcanzase el objetivo… pero bueno, seguro que todos aquellos que bajamos hasta este rincón de Andalucía, hoy seguirán “presumiendo” del honor que nos supuso acompañar tan relevantes moles de arte y devoción por las calles de Almería. Seguro que a todos, como me ocurre a mi nos traerá gratos recuerdos al observar estos videos, que hoy al contemplarlos me sigue costando pensar que ya ha pasado una década.
Primeramente les dejaré con un concierto en la iglesia de San Pedro organizado por la hermandad del cenáculo almeriense, una hermandad que me dio la impresión que quizás cuidaba y quizás buscaba la excelencia en todo lo que hacia. Sin duda años después después de haber tratado con dos de sus costaleros, Agustín y Basilio “Kiski” pude comprobar que esta gente no tenia su escuela en un video, si no en la esencia, en Sevilla. Bastaba con echar la vista hacia arriba para contemplar la mole de madera tallada, que daba hasta miedo pensar en levantarlo, con el que se puede considerar uno de los misterios más conseguidos y admirados de José Antonio Navarro Arteaga, es de esos pasos que siempre me gusta a pararme a observarlo detenidamente en cualquier fotografía o video.
Aquel concierto, creo que se produjo en una acto, llamémosle “cultural” aunque celebrado en el interior de su sede canónica, lo que nos hizo “sentarnos de culo” al contemplar en su coqueta capilla la Última Cena del Redentor. En aquel acto, con una especie de altar con una idea más bien expositiva se alzaba un dosel con un Cristo Crucificado –que no se a que venia en este montaje- y sobre todo la exposición del juegos de candelabros que la hermandad estrenó aquel Domingo de Ramos, tallados en los talleres de Bejarano que culminarían el genial paso con el que cuentan. Nosotros pues amenizaríamos el acto…”Luna de Triana”, “Refúgiame”, “Al Gitano de la Cava”, “Eucaristía”, “Y en tu Mirada Gitana”, “La Soleá” y sobre todo el estreno de lo que tal como años después, en esta casa, me comentó el amigo Agustín Navarro, es el mayor legado que dejamos con nuestra presencia, la que sin duda consideran el himno de la hermandad y que es la marcha indisoluble del portentoso Señor de la Cena, tomó el lema de la hermandad que incluso provenía de una curiosa historia… la marcha “Este es mi Cuerpo”. El ultimo video es el pasacalles que finalizó en aquella acogedora casa hermandad donde comprobamos que en Almería es donde mejor se le daba de comer a las bandas –extensible a otras corporaciones  de la ciudad y provincia-, en el mismo sonó una “ligera” que recuerdo que a Caparros no le gustó que interpretásemos en cuaresma, el “Moliendo Café” donde se visualiza a un integrante del cuerpo de capataces con el cuadro que nos regalaron y que cada vez que lo contemplo me hace volar a aquellos días, y también al “Kiski” con su más que reconocida labor de grabar los sonidos en directo allá por donde va a contemplar una cofradía o un concierto.


Luego vendría la salsa de todo esto, la Semana Grande de aquel Domingo de Ramos por la mañana en el autobús viajando hasta Almería. Aunque me detendré en lo que grabaron, no se quien, pero entonces ya nos acompañaban las novias de muchos componentes que las teníamos como nuestros auxilios para sobre llevar el esfuerzo de las horas de pie. Aquel año se cumplía una efeméride relacionada con la patrona de Almería, la Virgen del Mar. En el año 2002 se cumplieron 500 años desde que la Virgen del Mar apareciera en Torregarcía; con tal motivo tuvo lugar un año jubilar para la ciudad. Durante este año tuvo lugar una ingente cantidad de actos y celebraciones de culto y culturales para honrar a la Santísima Virgen del Mar por lo cual las hermandades realizaron estación de penitencia en su santuario, aunque sin entrar los cortejos y pasos para después buscar el Paseo de Almería y su carrera oficial. Ahí encontramos el misterio de la Santa Cena, llegando con la marcha “Macarena” y evidenciando esa búsqueda de estilo con los andares trianeros. Ciertamente estoy de acuerdo con la idea o sueño de algunos de sus costaleros de que ese paso por sus dimensiones, proporciones, disposición de la gran cantidad de imágenes que llevan el alto canasto con forma de “V”, que haciendo honor al estereotipo creador de este tipo de paso; el misterio del Silencio Blanco ante Herodes de Sevilla, seguramente el estilo de éste es  que le calzaría a la perfección, verlo venir poderoso… ya han cambiado a la túnica blanca de cola…
Se marchó el paso con “Refúgiame”, después se visualiza una marcha que poquísimas veces he escuchado en el repertorio de otras bandas; “A los pies de tu Santa Cruz”, marcha cigarrera dedicada al misterio de la Carretería que como apunto, quitando en aquel año al Rosario y cada Viernes Santo a las Cigarreras, creo que nunca la escuchado a más bandas. Fueron estrenos de aquel segundo año de vida –lo que me costó aprenderme esta marcha, por algo llaman a Cigarreras la sinfónica…- , como vemos influenciado en el gusto de lo que pedía nuestra hermandad y su estereotipo con San Gonzalo. Aunque esta circunstancia tuvo también mucho peso para ser contratados por estas hermandades, que les costaba encontrar algo que no fuese nada más que Triana, Triana y más Triana… creo que “Bulería en San Román” casi la teníamos prohibida… por lo menos nos bajaron el paso cuando la interpretamos.
Pero también comenzamos a buscar esa esencia de Dos Hermanas con “Al Gitano de la Cava” y esa apoteósica vuelta por la calle Ricardos. Aunque antes estuvo la carrera oficial donde nos extrañó esa elección de las marchas clásicas, madres del estilo del maestro Escámez. Curiosa esa chicotá con “Cristo del Amor” trabajándola toda de “costero a costero”, pero no el “costero largo” de la Sentencia Macarena. Y terminar con aquella recogía, nuevamente “Refúgiame” y para plantar el barco de la primera institución de la Eucaristía de la historia en el descanso de un nuevo año en San Pedro la marcha del Señor, “Este es mi Cuerpo”… después me es grato verme entre los compañeros, me saltan los recuerdos… el cansancio y la mirada cómplice con Vicente… pellízcame porque aun no me lo creo, ya todo había pasado…


Y la noche fue muy corta… nos quedamos en un albergue a “dormir” que creo que estaba por el Zapillo. Conocimos la playa almeriense, su puerto y la inconfundible estampa que dibuja su típico carguero de mineral-cable ingles y tocaba estar un día entero esperando la salida de la Sentencia junto a la Plaza de Toros. Hubo algunos de los que volvieron a Linares que no regresaron y con poca gente tuvimos que realizar un esfuerzo casi titánico para que la banda estuviese a la altura o lo mejor posible para el mejor día que tiene una hermandad, que es cuando se convierte en cofradía, y eso es lo que quería la hermandad de la Macarena de nosotros y como profesionales es lo que teníamos que dar.
Así en la estrechura de esa callejuela donde esta la iglesia de San Idelfonso tuvo lugar la complicada salida del barco, “como la Carretería” me comentaba un jovencísimo Rubén Gómez. Escueta marcha real y el clásico en honor de la advocación que escenifica el misterio “Sentencia de Cristo”. Así comenzó aquella estación de penitencia, la cual observando los videos recuerdo con añoranza pero también con la dureza con la que la afrontamos. Así con el sitial de Pilatos con la Loba Capitolina y el coso almeriense de fondo comenzó lo bueno… “Al Gitano de la Cava”. Llegó igualmente a la Virgen del Mar con la misma marcha y casi emulando al día anterior sonaron “Macarena” y “Refúgiame” para la fuerza o aguante que demostraba la cuadrilla de este Cristo tallado por Dubé de Luque, que hasta ese año había estado procesionando con una túnica que lo mostraba semi-despojado, mostrando el pecho del Señor de este hermandad de netamente esencia sevillana y macarena… aunque el misterio ande con cambios trianeros… chicotá larga que acabó con “Y en tu Mirada Gitana”, pocos éramos lo que teníamos que darle música al Señor de la Sentencia, pero los que tuvimos la dicha de disfrutar lo que muestran las imágenes.
Los últimos videos nos transportan a las últimas calles, una de ellas creo que se trata de la calle de las Cruces, donde al parecer era un punto señalado para presenciar el discurrir de esta hermandad. “Sentencia de Cristo”, “Luna de Triana” o “Y en tu Mirada Gitana” para la recogía en torno a las tres de la mañana donde aun recuerdo el enorme cansancio que este que les habla arrastraba, quizás era también un precio a pagar para poder disfrutar este tipo de Semana Santa que buscaba y soñaba. Recuerdo llegar aquel día a mi casa a las siete y media de la mañana, el careto de mi madre preguntando que si eso merecía la pena… me cambié de ropa y me fui a trabajar diez horas a la alfarería, pero era Semana Santa y al terminar aquel día de “descanso” de Martes Santo me di cuenta que estaba donde quería y soñaba, mirando al techo de mi cuarto, sobre la cama valoraba todo lo positivo de aquella primera experiencia, pasó la Semana Santa y volvió septiembre… las hermandades almerienses no nos renovaron, pero en mi interior la chispa seguía viva, quería más y para ello había que seguir trabajando… todo ello contestaba a mi madre aquella mañana de Martes Santo… si mereció la pena.

martes, 18 de septiembre de 2012

QUE DÍA EL DE HACE DIEZ AÑOS....

Una de mis primeras entradas en este blog, cuando aun no tenia claro cual debería ser el estilo del mismo y como podría insuflar una personalidad propia, que la verdad esa búsqueda sigue patente, aunque ya vaya tomando una forma y unas características bastantes reconocibles que han hecho que muchos de ustedes me marquen como un blog “diferente” y que aporta. Bueno todos esos calificativos les corresponden a ustedes. Cuando comencé a escribir pues, buscaba con pocas palabras intentar transmitir lo que mis ojos ven y mis sentidos perciben de la Semana Grande y en si de la religiosidad popular. Poco a poco fui comprobando que aquello eran tan complicado que decidí llevarme por la corriente y decidir que mientras siguiese escribiendo en Simplemente Capillita, lo haría dejándome muchas cosas, tiempo y ganas sobre todo para que simplemente la esencia que quería aportar con el blog por lo menos sirviese de algo… algunas cositas me han dado un continuo espaldarazo para seguir empujando fuerte en esta galera virtual y continuar la chicotá hasta que Él decida poner fin con la arriá que finalice esta estación de gloria que es hablar de cofradías. Una de ellas es ver como un amigo, cuando tendría que estar nada más que pensando en su inminente boda, se acostó y tuvo que volver a levantarse a emocionarse con unas simples y humildes palabras que le quise dedicar, porque para él tenia mucho más valor que el que yo le doy a todo esto.
A lo que iba, en el génesis de esta casa, volviendo a recordarlo hoy siento que no llegué a transmitir lo que hace 10 años me supuso vivir mi primera vez ante una cofradía de un lugar, que es como estar en el paraíso donde porque Dios lo quiso siempre he crecido, lo sé, en mi pueblo me llaman “flipao” de la Semana Santa, pero es que como decía mi recordado Capitán, me siento como se siente un torero, que es torero dentro y fuera de la plaza… así siento este mundo y no hay día en que no me acuerde del aroma que desprende la Semana Santa… en aquella ciudad donde soñé como un niño chico, la que sigo pisando y me es imposible observarla y no pensar que es la ciudad de la Semana Santa… Sevilla.
El sábado día 15 hizo diez años que se cumplió para mí y seguramente para mis amigos Vicente y Óscar un sueño, tal como titulé en aquella entrada, por el Cerro del Águila. Aun recuerdo recorrer Afán de Rivera, a las puertas del culmen en la jornada mientras un tipo vestido con camiseta sevillista, con gracia me decía que me quitase el pantalón por ser un chándal del Madrid. Era el día grande del barrio, bueno ese día es el Martes Santo, pero aquel 15 de septiembre de 2002, los vecinos se frotaban los ojos, como lo hicieron el año que sacaron a su dolorosa bajo palio en el mes de los siete dolores por primera vez, pensando que eso tan lejos del centro nunca se daría, con vecinos que quizás no se acercaban al sentir cofradiero, y que sin serlo comenzaron a respetar a su hermandad, porque poco a poco se convirtió en su mejor embajadora… luego llegaron a la catedral convirtiéndose en la hermandad que quizás más largo recorrido tiene en España, buscado una lógica, porque hermandades con un porrón de horas en la calle, pero con cuatro calles por recorrido también las hay. Luego romperían las normas establecidas, normas por las que sería criticado el cardenal Amigo, por coronar a una imagen de la Virgen con apenas cincuenta años a sus espaldas, quitándole pomposidad según los más reacios al “despiporre cofradiero”.
Así, aquel día viví un día de coronación, lejos del centro y contemplé un paso palio sevillano por primera vez que me dejó impactado para siempre… aun recuerdo “al facha” comentarme que pasaría si hubiésemos visto a la Macarena – aquel día, “Plata” me dijo: “déjala para lo último, por que si no todo te sobrará…”- , que por lógica su puesta en escena es más “poderosa” por decirlo de alguna manera. Aquella entrada que escribí surgió de la inspiración al encontrar un video de la salida de Ntra. Sra. de los Dolores en el Martes Santo de 2008 en la cual se repitió muchas de la sensaciones que vivimos aquel día de septiembre, pero hoy, tras un trabajo realizado por un buen amigo puedo mostrarles la salida aquella , imborrable en mi memoria de la procesión extraordinaria con motivo de la Coronación Canónica, unas imágenes que poseo en video, que he conseguido pasar al pc y colgar en YouTube para el disfrute de quien quiera, sin permiso de su autor aunque creo que no le importará, porque a él también le traerá gratos recuerdos, Manuel Ripoll Oliver.
Fue un día intenso, de confraternización, de hacerme más amigo de mis hermanos y compañeros en la banda del Rosario. Aquella primera Cartuja que tantas veces después he pisado, aquel día en autobús, después con mi propio coche… y que a la Virgen de los Dolores le sigo pidiendo para que me proteja cada vez que decido viajar para visitar su ciudad como a cualquier otro lugar claro. Ese repelús de visualizar en el horizonte una cúpula, pequeña, un cartel de tráfico indicaba “el Patrocinio” y un azulejo trianero nos señalaba que cerca estaba el mejor gitano que entrega su vida al Padre en Triana, al que apodaron el Cachorro. Aquella larga avenida que no me sonaba a la Triana de siempre donde desembocaba en una plaza de abastos donde se organiza una larga cofradía y que tan solo ver el nombre de la misma volvió a erizar el pelo capilar… San Gonzalo, detrás vivía el Soberano, aun le doy gracias a mis hermanos por llevarme en esa primera vez hasta el barrio León y contemplar a ese otro Soberano que muchos adoran. Como olvidarme de la vergüenza que pasé cuando la capilla de la Estrella se encontraba a rebosar en plena misa –algo que tampoco es complicado conseguir por su capacidad- y que la visita no podía quedarse en ver de lejos a la simpar dolorosa del Domingo de Ramos. Si aquel sacerdote me lee, le pido disculpas cuando nos pusimos junto al él, como aguantó no echarnos a Óscar y a mí, pero entienda que esa “L” que hace la planta de la capilla es un problema y era mi primera vez con el Zapatero…
O cada vez que abro la puerta de mi casa, cada vez que he tenido que arreglar aquel llavero con ancla que voy a tener que buscar un orfebre para que le quite la pátina de una década. Tocarlo, mirarlo me hace volar al día que les cuento, por eso sigue siendo mi llavero, por mejores o más bonitos que sean los que me encuentre, pero aquel llavero fue el primer recuerdo que me llevé de una casita llena de pureza, de una Reina morena que llena de Esperanza a todo aquel que se planta ante Ella. Estábamos en la casa de la Señora de Triana y muchos fueron los que se extasiaron contemplado al “Moreno del compás”, Él ya arrasaba en los hogares andaluces cada Madrugá, donde un VHS siempre estaba grabando su entrada en Campana… y cruzar el puente, mirar hacia la Giralda atravesando el Arenal… si me tocara la lotería me compraría una casa en la calle Betis, tan solo por asomarme y perderme la horas contemplando esa estampa. Y Ripoll nos guiaba por Sevilla, que impresión la Magdalena, que “chico” me pareció el Calvario, que portento de Descendimiento… “igual que… he Vicente”. El Cristo de Burgos y sobre todo aquella pobre Santa Catalina, que a veces pienso que dejarán morir… diez años sin ver al Cristo de la Exaltación. Después fuimos en busca de la morada del Gitano de Sevilla y su Madre Angustias pero ya era tarde y Sevilla cerró sus iglesias, como cada pueblo de la España profunda, Sevilla creo que sigue sin entender que es tan sublime que tiene que estar abierta para ser conocida.
Y esa primera vez en la Campana, es como cuando un padre lleva a su hijo al estadio de su equipo, similar fue como cuando conocí el Bernabéu, que al igual que el estadio, vacío me parecía más pequeño que en la tele. Allí nos encontramos con Encarni, que no se bien que le pasó, pero creo que se había extraviado con los que iba que se quedó con nosotros para comer en el “Pans and Company” de la Campana, comida de marketing mientras mirábamos la añeja plaza sevillana. Aun me rio al recordar como pensamos aquella tarde que nos habíamos colado en la catedral, cuando al parecer entonces era de entrada libre los domingos y aquella subida a la Giralda, donde nos inmortalizamos para la posteridad, más jóvenes, quizás con menos kilos todos y este aun con algo de flequillo que atusaba cada mañana.
Poco después buscamos el rio, Encarni supo guiarnos –Óscar como ves yo también aprendí un día, de los que antes aprendieron y lo que me quede- porque a las plantas de la Torre del Oro el autobús nos esperaba para llevarnos, comiendo calle, como los pasos del barrio al que íbamos, al Cerro del Águila…
Cuanto ambiente tres horas antes de la salida, quizás mientras nos perdíamos en la inmensidad del horizonte sevillano apoyados en las vallas protectoras del campanario de la Giralda, la cuadrilla de la Virgen estaba llevando el paso montado hasta la reluciente nueva parroquia, porque por motivos de espacio, tuvieron que subir a la Virgen tras la ceremonia de coronación. Eran tiempos en los que mi información sobre Sevilla no iba tan al día como hoy día con esto del internet y hubo tantas cosas nuevas que la estampa que me esperaba no conseguía casi reconocerla. Por ejemplo, el estreno de la bambalina frontal del palio, el cual seguía la línea del mismo pero enriqueciéndola con el escudo, casi haciéndole un guiño histórico al estilo en que esta basado, el romántico, donde se crearon mustios palios negros de figura a los que cuales les siguió los escudos y coronas reales o el sin duda único manto, que ni me convenció ni me convence. Hoy observándolo, creo que su autor, “Paquili” se basó en unas formas geométricas del techo palio de la hermandad de Jesús Despojado, antaño de la Carretería, buscando innovar en el estilo también llamado “decimonónico”, las cuales en este mes, el Boletín de las Cofradías de Sevilla nos indica y nos enseña que están basadas en un estilo artístico llamado “Arts and Crafts”, “Artes y Oficios” en castellano, surgido a mediados del siglo XIX en Inglaterra.

Llegó la hoy extinta banda de Corona de Espinas de Pino Montano –en realidad hoy es una nueva versión de la banda de Jesús Cautivo de Santa Genoveva- que levantaba la expectación de mis compañeros más enamorados de la parte musical que componen el mundo cofradiero. Y la magia comenzó a surgir, en septiembre se hizo la Semana Santa parafraseando a Barbeito. Los silencios luchaban contra los aplausos y el eco del llamador enmudecía a la muchedumbre. La primera sorpresa grata es comprobar que hoy perfectamente vuelvo a sentir el tintineo del palio en mis oídos, eso quiere decir que muchísimas personas me enseñaban a ver Semana Santa en silencio, sea el tipo de cofradía que sea. Apareció el palio y poco a poco el paso…
Quien le iba a contar a Vicente aquella tarde apoyado en la valla que años después tocaría en la Nieves de Olivares que lo cautivaron, hoy Antoñin puedes ver el video de lo que escuchaste por el móvil. Sonó su acostumbrado himno de Andalucía, el pueblo andaluz fue uno de los padrinos de la coronación pero sigo diciendo que el himno de España o Marcha Real no es comparable con ningún otro himno, que la esencia no es la misma. Fue el himno al que pitan los catalanes y vascos el que levantó la algarabía, que placer ver unas bambalinas moverse a su compás, seria por entonces el palio más completo que habría visto en directo. Diez años viendo perfectamente como la boca de Vicente se habría hasta cada oreja con tan solo escuchar la percusión de Olivares y sonar una marcha que no conocíamos pero que nos encandiló, no se si por buena o por esa primera vez… Juan José Puntas y Marvizón se salieron del parche. Siempre digo que las marchas “macarenas” solo le sientan bien a la Macarena, algo similar me pasa con aquella marcha, “Coronación” que parece que solo le siente magníficamente a la Reina del Cerro.


La esencia de Sevilla nos envolvía, era un sueño, así lo siento diez años después, nada se asemejaba de lo vivido en mi vida atrás. Recuerdo que en mi pueblo me repateaba escuchar “Campanilleros” y al sonar en la siguiente chicotá casi me arranco a llorar de alegría, porque ese día hasta la Señora lloraba de alegría con su barrio, este es el poder de las cofradías que embriagó a ese cura del que muchas veces les he hablado, un poder que aria que un sevillano fundase una cofradía en el Moscú comunista si se lo hubiese planteado y hubiese surgido.
La noche de septiembre nos envolvía y el barrio estaba hasta la bandera, de vecinos, sevillanos y de muchos visitantes como nosotros. Hubo un tiempo que seguimos bastante a la banda que abría el cortejo, los corneteros buscaban más la música –que cabreo se pilló German cuando un mes después no pudimos organizar el viaje a la salida, en este caso de la coronación de la Virgen del Valle, porque la misma no llevaría banda abriendo-, la que esta más de moda, negativamente obviando al verdadero protagonista, aunque seguimos contemplando más chicotás como esa impresionante revirá al compás de “Reina de San Román”, una marcha muy de moda por entonces. Que añoranza de aquellos días, contando con 20 años con la ingenuidad de casi un niño que comienza a conocer el mundo. Y forjé mi gran amistad con dos grandes capillitas como es Rubén Gómez y mi compadre Cristóbal con los que seguí siendo jartible hasta en el viaje de vuelta, en el cual al salir a la SE 30 en busca de la nacional IV pudimos despedirnos de la Virgen de los Dolores Coronada que iba sumergida en un ascua de luz que era su palio decimonónico del siglo XXI por una de esas calles en la que quizás, aquellos cofrades que levantaron la Semana Santa de las Semanas Santas en las profundidades del tiempo, nunca llegaron a pensar hasta donde se extendería la palabra de Dios y el amor a su Madre bendita a través de las cofradías.

















lunes, 17 de septiembre de 2012

LOS NAZARENOS DE SOROLLA CAMINAN POR BAILÉN...

El pasado sábado tras la ceremonia religiosa donde contrajo matrimonio mi buen amigo Sergio con Nieves, tras las pertinentes fotografías con los recién casados en lo alto del presbiterio de la Encarnación, a los pies del modernista retablo que realizase Francisco de Paula Carulla i Serra en 1962 y que aun sigue sin gustar a nadie… bueno algún entendido en ese arte lo habrá y le gustará, mi mirada se dirigió hasta la puerta de acceso a la sacristía del templo, junto a la antigua capilla de la extinta Esclavitud o Cofradía del Rosario, donde hoy recibe culto nuestra genial y a la vez enigmática imagen de San Dimas, “el buen ladrón”, el cual, bueno lo comentaré pero aun tengo que atar cabos, según me han contado, el profesor de la Universidad de Granada Domingo Sánchez Mesa Martín adjudica al inmortal gubia del vallisoletano, Luis Salvador Carmona.
Al estar abierta de par en par –la puerta de la sacristía-, por haber estado los recién casados en su interior en el protocolo de firmas y demás observé al fondo, sobre una de sus paredes un lienzo que rapidísimamente llamó mi atención. En el mismo se visualizaba una procesión de Semana Santa que me sonaba muchísimo…


Así que aprovechando que conozco al sacristán, amigo de la familia, accedí a la misma para contemplar la que para mi fue una sorpresa… tenían ante mi el cuadro de los “Nazarenos” de Sorolla… claro está, que no es el original, si no una copia muy llamémosla diferente, porque si hubiese sido una copia más quizás no hubiese despertado mi interés como para mostrarlo en esta mi casa. El motivo es que el autor del lienzo bailenense, Bartolomé Recena, un pintor local aficionado –o eso creo, lo digo porque creo que no se dedica profesionalmente a este arte- ha utilizado como base el famoso cuadro de Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 27 de febrero de 1863 - Cercedilla (Madrid), 10 de agosto de 1923), realizado en 1914 dentro de la colección “Visión de España” (1913-1919) que le encargó el estadounidense enamorado de España y muy especialmente de Sevilla; Archer Milton Huntington para la Hispanic Society of America de Nueva York, de la cual fue su fundador, para decorar la sala "Sorolla" de esta sociedad.
En el lienzo original, de gran tamaño –tres metros por tres, el bailenense es bastante más pequeño- se visualiza una estampa muy identificadora de la idiosincrasia de España, y más de la ciudad a la que pertenece: Sevilla. Sobre esto trataba el encargo, de que el gran Sorolla representase en catorce lienzos las estampas más costumbristas de la España de principios de la centuria pasada. En la obra podemos contemplar en primer plano a los protagonistas que le da nombre a la obra, los nazarenos, uno más bien penitente porque va portado una cruz entre las dos filas que custodian al fondo a un paso de palio, por las calles de Sevilla, rodeado del populacho –Sorolla incluyó a su cliente entre los espectadores- y como telón final, la Giralda para evidenciar de que ciudad se trataba. Muchos podrían pensar que seria el paso de una hermandad en su discurrir por la calle Placentines –calle cofradiera por la cual se vislumbra una irrepetible “toma” de la Giralda-, pero lo cierto es que Sorolla recreó su particular cofradía y entorno tomando inspiraciones de lo más variopintas o diferentes. Seguramente no se trate de la calle Placentines, sino otra calle popular de la ciudad, algunos apuntan al barrio de Santa Cruz o la calle Feria desde donde indudablemente no se ve la Giralda. El público fue elegido entre modelos elegidos por el pintor en la ciudad. Curiosamente se “machacó” la cabeza buscando un modelo perfecto para su nazareno, es decir que tuviese un rostro más que “apañao” para presidir su obra, dándose cuenta tras tanto quebradero de cabeza que el personaje debería ir con el rostro cubierto por el antifaz… es lo que tiene no ser capillita…


Archer Milton Huntington
Por la apariencia de los nazarenos, se puede entender que estamos ante una cofradía de negro, de cola, de las mustias aunque en esa época era lo que aun más abundaba, poco a poco estaban llegando las hermandades de capa o de barrio, las cuales al parecer a Sorolla no agradaban. La Cruz de Santiago en rojo en el antifaz nos delata a la hermandad de la Carretería, aunque hay quien apunta que por el tono del color y los matices pictóricos no es la túnica de la hermandad de los toneleros, quizás quiso plasmar la túnica de ruan, y la contemplación de la Cruz de Santiago en los “carreteros” –con túnicas de terciopelo- le inspirase para hacerle un guiño a uno de los pintores más grandes de todos los tiempos, nacido en Sevilla y curiosamente con titulo de “policromador de imágenes"… Diego de Velázquez, el cual el mismo se la pintó en el cuadro de la Meninas.
El paso palio podría tratarse de una sucesión de pinceladas que recrease el estereotipo de paso, con las formas de una dolorosa con manto negro, la candelería o el palio, pero este mismo en su bambalina frontal nos retrotrae al conjunto que entonces tenia la Virgen del Rosario de la hermandad de Montesión, unas bambalinas que recuerdan sobre manera a las realizadas por Eloísa Rivera para la corporación de la plaza de los Carros; el dibujo del bardado, la figura del corte de bambalina y sobre todo el escudo identifican por lo menos que Sorolla utilizó aquel palio, no completo –se deja la crestería- para su obra, que al parecer la hermandad dejó montado bastante tiempo en la capilla a donde el pintor valenciano iba cada día a tomar notas –por ello no es de extrañar que lo pintase posteriormente en más ocasiones desde diversos ángulos-, que sea la Virgen… dicen que las facciones de la misma se identifican claramente…




En si estamos ante una obra inspirada del natural pero idealizada en el genio de Sorolla, donde nos muestra a la que ya entonces, pero sobre todo desde entonces era la Semana Santa más mediática del mundo, y que ya encandilaban a los primeros extranjeros que no se sentían indiferentes ante el fenómeno de ver una cofradía en la calle, más en aquel periodo heredado del romanticismo, como nos muestra la esencia del paso de palio, en colores y diseños coetáneos a los palios de la Estrella, Carretería, Subterráneo, etc…
Así que en la para mí humilde obra bailenense –obviamente está lejos del nivel del lienzo de Sorolla dicho desde todos los respetos- podemos contemplar como su autor se ha servido de base con esta reconocida obra para recrear una procesión por Bailén. Podríamos tomar similares ideas a las de Sorolla, de realizar una especie de “collage” que rápidamente nos situara en una procesión en un determinado lugar. En este curioso lienzo, tenemos al fondo a la iglesia de la Encarnación y su inconfundible torre campanario, vista desde una posición en concreto, desde la perspectiva que se recrea si subimos la calle de la Iglesia, en el ángulo que se crea en la confluencia de la vía mencionada con la calle Nueva, donde prácticamente se contempla toda la iglesia desde ese ángulo, mientras en el lienzo de Sorolla apenas se vislumbra el campanario de la Giralda. La idea de perspectiva del lienzo bailenense esta lejos de la recreada por Sorolla y apenas se vislumbra el detallismo en los edificios de la calle, los cuales poseen balcones con colgaduras muy similares a las que en los últimos años se han puesto de moda en los días santos bailenenses – en muchos casos otra moda sevillana para la “tradición” de Bailén-. Obviamente el paso y los nazarenos son evidentemente influidos por los de Sorolla. Nazarenos como esos no hay en Bailén, es decir de cola con las características de este tipo de túnica, mucho menos con la cruz roja de Santiago aunque en el nazareno que encontramos en nuestra derecha según visualizamos el cuadro, con tonos más claros y provisto de mayor cantidad de luz vemos que ha recreado el tipo de antifaz bailenense, con la “baberola” muchísimo más corta que apenas tapa hasta el cuello mientras la sevillana llega a tapar toda la frontalidad del cuerpo como si ha representado en el nazareno que le hace pareja. En el palio recrea la bambalina de Montesión aunque mucho más escueto en detalles como la candelería y la distribución de la cera, carente de jarras con ramos cónicos de flor blanca y  donde si se hace más densa la visualización de lo que serian los respiraderos y unos faldones burdeos que no aparecen en el lienzo de Sorolla. Sigue prácticamente los mismos dictámenes con el populacho que contempla la procesión, con las mujeres de mantilla, el guardia civil o el sacerdote delante del paso de palio, incluso creo que se vislumbra el caballero que en un extremo de la obra se hace sombra con su sombrero, más pendiente del hipotético “fotógrafo”, que en realidad seria el pintor, en este caso Sorolla, que del paso de la procesión. Ese caballero seria el estadounidense Archer Milton Huntington, el que como constaté, le encargó la colección a Sorolla.
Archer Milton Huntington en el lienzo.
Al igual que ocurre con el lienzo de los “Nazarenos” de Sorolla, no podríamos encontrar un lugar determinado en el discurrir de las cofradías de Bailén en el lienzo bailenense, aunque pareciese que nuestro pintor local hubiese querido recrear la bajada de la calle Iglesia tras la salida de la misma, en busca de la famosa calle Amargura, de la cofradía del Cristo del Buen Morir y Ntra. Sra. de los Dolores –la cual ha celebrado el mismo sábado pasado su festividad y velada corporativa- en la mañana del Viernes Santo, obviamente de su paso de palio, a veces con los claros del día como queda representado en el cuadro. Los nazarenos pues no se corresponden con los de la hermandad, que aunque de negro, ese día salen con capa aunque en tiempos lejanos, sus túnicas puede que se pareciesen más a estas, aunque tristemente aun no se conozca un ejemplo de esto que nos ha transmitido el “boca a boca” o una más que lógica línea investigadora de la historia. El palio por su forma puede asemejarse al de la Virgen bailenense, no así el dibujo de los bordados y mucho menos, la hermandad bailenense no lleva lógicamente el escudo de Montesión, además de que el paso del lienzo, deja más patente que incluso en la obra de Sorolla, que el paso es portado desde el interior mientras el bailenense lo hace con varales exteriores, al modo malagueño. Como ultimo detalle, me ha llamado la atención la inclusión del artista bailenense de las típicas cadenas que se atan a los tobillos los penitentes en Bailén, algo que no figura en el lienzo que disfrutan los americanos y que en 2008 estuvo expuesto en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.