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jueves, 30 de enero de 2014

LAS "VIEJAS" ORACIONES DE LINARES Y BAILÉN...

Tiene o tenía la Semana Santa de Linares una de las muestras artísticas o iconográficas de las más singulares y genuinas  de la Semana Santa andaluza y quizás española. Es curioso que siendo un niño, cuando el estudio cofradiero y por ende imaginero no sobrepasaba las fronteras de mi pueblo, a veces me hablaban mi padre u otro cofrades de Bailén de la Semana Santa más conocida para los bailenenses que se solía limitar al Abuelo de Jaén  y a las procesiones de Linares. Siempre cuando mentaban al conjunto de la Oración en el Huerto se solía decir lo mismo: “es como la de Bailén”. Eso claro está entonces, porque hoy la de Linares se ha remodificado en altos porcentajes y la de Bailén se ha cambiado por completo buscando una nueva iconografía. Lo de Bailén, la intención, lo considero digno de aplauso, porque sin duda la imagen a sustituir era una imagen del escaso valor artístico que comercializaba los talleres de Olot, aunque es cierto que siempre gozó de la admiración del pueblo, quizás la nefasta remodelación que sufrió fue el detonante para el cambio, porque lo que está claro es que la sustitución de las obras de este tipo sigue siendo un tabú y casi una aberración nombrarlo –aunque me cabe a mí el “honor” de haber lanzado esta “polémica” a la calle-, y por ello este caso ha sido una rayita en el mar, basta contemplar como la misma cofradía ha intentado enriquecer otra imagen de este tipo con nuevas policromías de más calidad y demás aditamentos, que lo ha conseguido, pero la base sigue siendo la que es, pero bueno menos es nada a lo que se hacía hace menos de una década, supongo que el tiempo traerá la madurez definitiva para afrontar esta cuenta pendiente con más facilidad, en mí no cesará la ganas de mostrar estas nuevas filosofías al mundo cofradiero de este pueblo…

Es curioso que aunque la imagen de Linares era para los bailenenses idéntica a la suya,  no era del todo exacto examinándola detenidamente, en este caso no se trataba de otro simulacro idéntico salido de la producción en serie de Olot, como puede ser la Oración en el Huerto de Arjonilla, por mentar un ejemplo, ya que esa sí que es idéntica a la que procesionó tantos años la Santa Vera Cruz de Bailén. El misterio de Linares evidentemente se identificaba con la de Bailén por su casi idéntica iconografía donde Jesús arrodillado en el huerto de Getsemaní, con sus manos entrelazadas como muestra de meditación u oración con el Padre Eterno, las cuales descansaban sobre una peña, mientras el Hijo de Dios alzaba su mirada y se encontraba frente a frente con un ángel que le mostraba el cáliz que había dispuesto el Altísimo que debía de beber, es decir el cumplimento de su misión para la cual nació, entregar su vida para la reconciliación de Dios con el hombre desde los tiempos del Génesis, la manzana, la serpiente, Adán y Eva… mientras en el de Bailén, el ángel le mostraba una cruz –aunque algún año portó un cáliz o se llegó a probar a ver como quedaba-, que viene a ser lo mismo, con la cruz que debería cargar para que se cumplieran las profecías… algunos, como el sevillano de Montesión portan ambos atributos.
Pero había muchas diferencias, como que la de Linares estaba tallada en madera y la de Bailén era de pasta madera, el ángel de Linares estaba proporcionado con el Señor mientras el de Bailén era mucho más pequeño. Lo cierto, es que con la edad y adentrado ya en mi autodidacta formación, comencé a fijarme en esta circunstancia, obviamente conocí los avatares históricos de la imagen que reside en Santa María la Mayor y observando infinidad de Semanas Santas en nuestra geografía no encontraba más pasajes de la Oración en Getsemaní que siguiesen esa disposición iconográfica que no fuese el modelo comercializado por Olot y ésta más que personal de Linares. Es cierto que cuando el granadino Eduardo Espinosa Cuadros la realizó en 1941 se apunta que se le exigió que se basase en la anterior imagen destruida en la Guerra Civil, ya que la hermandad se fundó a finales del siglo XIX, lo que me hacía pensar si es que la anterior sería un modelo igualmente novedoso o que en realidad se tratase de una imagen como la que teníamos en Bailén, una imagen en serie, algo que no era descabellado porque por entonces esa fabricas ya habían comenzado su producción que tanto daño le hizo al esplendoroso mundo del arte religioso en nuestra nación, el cual durante siglos conformó una de las mayores grandezas de este país, su patrimonio artístico. Incluso aquella producción pudo entrar a través de los tallares levantinos tan fecundos entonces en la provincia de Jaén, aunque lo cierto es que casi todo lo que se hizo fueron imágenes en madera, aunque muy a fines a estos modelos, muy amuñecados que explotaría hasta la saciedad los talleres de este tipo de imaginería de escaso valor, que la verdad no solamente se asentaron en la gerundense Olot.
No conocía fotografías de aquella Oración en el Huerto hasta que el buen amigo de esta casa, Andrés Padilla Cerón me mostró esta fotografía.

La misma parece pertenecer a una colección de sellos que por lo que se puede intuir, la imagen correspondía sin lugar a dudas a una imagen de las de serie, siguiendo sin duda el modelo tan comercializado aunque es de obligado destacar ciertas diferencias que intuyo como en el rostro del Señor o las alas de Egudiel. La verdad es que no he encontrado otra muestra más de esta iconografía industrial que se asemeje  en todo a esta, pero eso puede explicar que años después se reformarse los moldes y se creara el modelo que luego si se comercializó hasta la saciedad. O que la misma fue una escultura valenciana, levantina seguro, que luego se le sacaría un modelo para los moldes de los tallares de pasta madera, aunque es curiosa la fotografía, más que una fotografía u estampa para una hermandad se asemeja a las más comunes de entonces que las mismas empresas realizaban para sus catálogos, lo que podría llevar a muchas confusiones e hipótesis, una por ejemplo, de que esta imagen no fuera la que se procesionase  en Linares, pero sin ser más rebuscados nos quedaremos en que esta fue la primitiva imagen de la Oración en el Huerto de Linares, mientras no se demuestre lo contrario, que las hordas iconoclastas destruyeron en la Guerra Civil. La verdad no conozco otra fotografía de aquel conjunto, aunque tuvieron que existir porque si no, ¿en que se basó  Espinosa Cuadros para realizarla?





Lo cierto es que estas circunstancias obraron a mi parecer una destacable genuinidad, basándose en un modelo de inferior calidad se realizó uno nuevo de mayor calidad, porque no hay que olvidar que Espinosa Cuadros fue uno de los más destacados escultores granadinos del siglo XX, introductor de los modelos y esencias contemporáneas en su tierra sin tener que archicopiar a los modelos de Rojas, Mora, Cano, Risueño, etc… hasta la saciedad. Aunque hay quien apunta que aquel conjunto no era un portento del arte, que incluso guardaba semejanzas con los modelos más flojos de la escuela levantina, aunque eso según se mire, porque si observamos el misterio de la Santa Cena de Granada, podremos encontrar que Espinosa Cuadros fue un gran artista y con una esencia propia que lo reconocía en su puesto destacable en la línea temporal de la historia del arte, porque hay que entender que todo lo barroco o neobarroco sevillano no es lo único bueno.
La verdad es que  visualizando algunas fotografías de sus primeros años en Linares u anteriores a sus últimas restauraciones, el cual a su llegada estuvo en una casa de la calle Santiago, donde hoy acertadamente nos lo recuerda un azulejo conmemorativo, me hace pensar que la imagen tuvo que tener bastante más esencia que quizás hoy. Eduardo Espinosa crea un conjunto –por el que cobró 2.000ptas.- basándose en un “Olot” pero insuflándole todo su arte e imaginación artística creando algo que recordaba a lo anterior pero totalmente nuevo, y lo mejor, de mayor calidad. Un Cristo frente a un ángel, todo en una misma pieza, con potencias adosadas en la coronilla como las imágenes de Olot, algo que no gustó en demasía a los imagineros de postguerra cuando les exigían casi realizar imágenes los más fidedignas a las perdidas, aunque muchos obraron como en este caso, dándole un 50% de la antigua y otro 50% de su ingenio.






Así procesionó durante décadas, donde quizás pocos valorarían todo lo dicho hasta ahora, pero que sin lugar a dudas hoy serían muchos los que se quitarían el sombrero ante esta especial iconografía, hoy con el mediático desbordamiento universal de la Semana Santa, aunque la misma presentase algunos problemas si lo miramos con la lupa de lo “tiquismiquis”, sobre todo desde la visión del creyente, que depara más en su aportación catequética que en su aporte artístico. Un ejemplo similar a lo que voy a exponer podemos encontrarlo en el misterio de la Bofetá de Sevilla, donde Lastrucci dispuso al Señor de espaldas al pueblo, es decir en el plano frontal te encuentras a Jesús de espaldas, algo que no es lo más común, incluso es complicado verle bien de frente la cara al Señor desde la trasera del paso, pero ahí sigue su hermandad manteniendo esta peculiaridad iconográfica, aunque hubo algunas en el pasado que también la llevaron, lo que le da sin lugar a dudas hoy en día una genuinidad inconfundible en la Pasión hispalense. Pues si nos trasladamos a este caso en Linares se podría objetar que al estar el ángel frente a frente, siempre se veía al Señor de perfil, incluso en la capilla, ya que todo el conjunto era un bloque inquebrantable. Aquí llegó la primera remodelación, se rompe el bloque y Cristo y ángel son separables, para su estancia en la capilla de la iglesia además de borrar la policromía original, embutida ya en la solera de la pátina del tiempo y se repolicroma nuevamente según algunas fuentes por el ubetense Bartolomé Alvarado y otras por Fernando Alarcón.

Con la llegada de la sevillanas maneras, quizá para aliviar un poco su peso y para que pudiese salir en su paso portado a costaleros en lugar de ruedas se rebaja la altura del ángel eliminando su trozo de peña de Getsemaní y dejando la típica nube por peana, incluso para ello era necesario quitarle las alas al ángel para poder atravesar el dintel de la puerta de Santa María, unos trabajos que nuevamente realizaría Alvarado, que de nuevo enriquecería con estofados en oro las vestiduras de las imágenes. La obra original se alteraba para poder procesionar sobre el actual paso que gubió el sevillano Ángel de la Feria, dejando patentes los grafismos del canasto del mismo pasaje evangélico de Sevilla, la Oración en el Huerto de la hermandad de Montesión y sin duda muy afín al arte del sevillano, ya que en sus trazas recuerda al canasto antiguo del misterio del Cerro del Águila, hoy en Huelva procesionando al Descendimiento. Un paso que cosas de las puertas de Linares, más con una antiquísima como es la de Santa María forzaba a realizar un paso pequeño para lo que quizás deberían ser las proporciones perfectas de un paso, sin duda las de su paso inspirador serían las suyas, pero la puerta es la que es, aunque el conjunto, aún muy rezumante de la esencia primitiva de Espinosa Cuadros, al ser dos imágenes la verdad que no desentonaban.






Pero llegó una nueva visión, el Cristo solo se veía por los laterales en el paso y quizás encontrarte el frontal de un paso con la espalda de un Ángel no era quizás lo más “catequético”, del cual mucho antes ya se había quitado el olivo y pasó a cobijar a la imagen del Señor en la trasera, aunque algunas fotografías antiguas nos presentaban al conjunto procesionando al revés, el Señor del espaldas en la delantera, como ancestralmente también procesionó, similarmente el misterio de Montesión de Sevilla. Quizás estas fueron las sensaciones que llevaron a su hermandad a romper la idea primigenia de los refundadores y la de Espinosa Cuadros, aunque antes se le añadieran los tres apóstoles durmientes que en nada iban en consonancia con la estética del conjunto del Señor y el Ángel, además de apretar más un conjunto escultórico demasiado grande ya para un paso que por proporciones no estaba realizado para acoger tal cantidad de imágenes. Por ello se acomete un proyecto de remodelación artística y escénica en 2005 donde se suprime la primitiva imagen del ángel y se sustituye por una nueva, realizada para poder ser revestida y en una línea neobarroca sevillana palpable, ya que salió de las gubias de Antonio Joaquín Dubé de Luque, siendo completamente diferente a lo que había, sin nube, con las alas más recogidas y sobre todo ya no iría delante del Señor. La imagen del Cristo, se vuelve a repolicromar por Dubé, con una policromía de más calidad que la que le insufló Alvarado o Alarcón, se le quita un poco más de peña dejando al aire las entrelazadas manos y se coloca presidiendo el paso, y el ángel casi detrás del Señor, basándose en la idea salcillesca pero que en nada copia aquella. Así se conseguía que se viese completamente bien el rostro del Señor aunque después la imagen se llegó a escorar un poco hacia el costero derecho y el ángel lo acompañó en el izquierdo, ofreciéndole el cáliz.
Lo cierto, es que en aquel entonces yo mismo aplaudí aquella intervención aunque no terminara de convencerme el resultado, pero creía necesario que la imagen se contemplase perfectamente. Hoy con el tiempo, influenciado en nuevos estudios y diferentes puntos de vista, pienso y sopeso que la hermandad eliminó un conjunto de tal peculiaridad que le daría simplemente más genuinidad, no solo en Linares, sino en toda España por el gran y único conjunto escultórico que poseía, y podría recuperar porque el ángel sigue en propiedad de la hermandad. En estos casos, como diría un profesor de historia del arte, si no estás contento con lo que tienes crea algo nuevo pero no rompas algo que se creó como tal, aunque salvando las distancias claro y según el caso.



Erradamente a mi parecer actuó en su día la cofradía de la Santa Vera Cruz de Bailén con su primitiva imagen, cuando decidió separar el conjunto, reconvertir la imagen en una de vestir, etc… eso sí acudiendo a artistas bastantemente más inferiores, aunque yo no soy muy de Dubé, en el caso de Linares lo cierto es que es un artista lo bastante reconocido, pero con la nueva imagen de Tirao Carpio se crea un conjunto totalmente novedoso para Bailén, sin mezclar ni recordar nada del anterior, por ello la idea salcillesca calza más perfectamente que la que intentó crear la de Linares con la iconografía de un Cristo de talla completa, neobarroco granadino que no termina de conjugar con el ángel de Dubé de Luque. Esta es una de las partes que me faltaba para la entrada que realicé por la llegada de la nueva imagen de Ntro. Padre Jesús del Consuelo en la Oración en el Huerto para Bailén, del influjo icnográfico que tuvo su anterior imagen, con el caso tan especial de Linares. El nuevo conjunto de Bailén, en su disposición iconográfica está más que acertada, así lo ideó su autor, así lo aceptaría o recomendaría seguramente su hermandad aunque por qué no, ¿no se podría haber obrado como actuó en los años cuarenta Eduardo Espinosa Cuadros para Linares, siguiendo la iconografía establecida pero creando algo nuevo, diferente y genuino pero que no borrará por completo la imagen conocida en el subconsciente de los que la conocieron y nos la legaron?... yo siempre he dicho que sustituir pero siempre recordando a lo que había, al fin y al cabo esa es la historia que se ha heredado.




miércoles, 29 de enero de 2014

LOS VÍDEOS DEL CORREO (XXVII)

Hoy seguiré fiel a mis promesas, las que surgieron en los inicios del blog, qué tras cuatro años de incesante actividad, dejaré plasmada una nueva entrada, la primera en este año de 2014 de unos recuerdos que me retrotraen profundos sentimientos que comenzaron a forjarse hace ahora veinte años. Seguramente sería por estas fechas cuando mi padre me puso en sobre aviso de los videos y láminas a color que iba a comercializar con motivo de la preparación para una nueva Semana Santa, el diario sevillano “El Correo de Andalucía”. Por ello, como quiero seguir fiel a recodar mis inicios cuando me enamoré de la Semana Santa hispalense, hoy iniciaré una nueva entrada donde aparecerán los últimos videos de la colección de las cintas azules que yo mismo capturé y colgué en la red para el disfrute de todo cofrade o capillita.
Fueron los videos donde normalmente se mostraban la salida de las hermandades, algunas la recogía, lo cierto es que de esta colección no llegué a visualizarlas todas. Como con el tiempo me di cuenta de lo complicado y el tiempo que me llevaba catalogar el año de cada video pues solo me detendré a lo que las imágenes nos muestren  de lo posiblemente novedoso para aquellos que no recuerden o no conocieran los modos y formas de aquellos primeros años de los noventa.
Dos de ellos, en parte ya han aparecido en esta serie, pero hoy nuevamente los volveré a mostrar porque se muestran en toda su magnitud, mostrando todos los pasos de las cofradías que se reflejan. Cronológicamente empezaremos en el Martes Santo, con la hermandad de la Candelaria donde obviamente se nos muestra la salida del Señor de la Salud, soberbia imagen aunque de menor tamaño al más común, que el destino quiso devolver para el programa plástico de la pasión hispalense, el cual rápidamente me sobre llamó la atención por llevar sus vestiduras talladas y en definitiva por su peculiar forma. Es curioso que mientras hoy se le quita un extremo dela cruz para poder salvar el dintel de la puerta de San Nicolás, entonces se prefería realizar la salida con rodilla a tierra, he aquí una muestra de madurez por salvaguardar la integridad física de los que al fin y al cabo, son personas realizando un trabajo físico, más con la dificultad que presenta la puerta de San Nicolás en la que hay que bajar una rampa en el interior, lo que acrecienta la complicación de hacerlo de rodillas. El pasito, gran joya de la talla sevillana, con los candelabros primitivos revira en busca de Sevilla para realizar un año más su estación de penitencia mientras los ecos de “Réquiem”, como en muchos de aquellos videos marcaban el compás de los pasos de cristo. Tras Él, esta vez si aparece su bendita Madre de la Candelaria la cual celebrará su onomástica en próximos días. Sin duda es de destacar el trabajo de la cuadrilla, en definitiva de las dos como con los años la evolución ha sido muy positiva. La verdad es que contemplando el video en muchos casos llega a despertar el miedo por el posible roce de todo el paso en los canceles de la puerta, lo cierto es que no llego a diferenciar si también se echaba los costeros a tierra como en la actualidad o si también se hacía con rodilla a tierra, la verdad es que el ingenio para sacar este palio alcanza grandes cotas de maestría. En aquel año no suprimía la parte más elevada de las cornisas de las bambalinas delantera y trasera como si se hace hoy en día, lo que conlleva como contemplamos en el video la continua chicotá que lleva a la Candelaria en busca de la Santa Iglesia Catedral al compás de una marcha muy de moda entonces; “Encarnación de la Calzada”. Igualmente quisiera destacar que en la visualización de este video, de hace veinte años me llamaba poderosamente los dos elementos que custodiaban la puerta de San Nicolás, como son los populares retablos cerámicos cofrades de Sevilla, desde entonces comencé a pensar el bien que le hacen a toda cofradía, para los que se piensan que yo esto lo aprendí hace dos días a través de internet…


El siguiente video también apareció en esta serie en parte, donde nos muestra el inicio de la estación de penitencia de la popular hermandad de san Bernardo. Una banda de cornetas y tambores me mostraba que abriendo el cortejo en Sevilla también se ponían bandas, la cual interpretaba la marcha clásica “La Dolorosa”. Para que vean lo que cambian las visiones, cuando contemplé la salida de su inconfundible paso Cristo y sonaron los ya inmortales ecos de una banda que sin duda dejó huella en San Bernardo, la Magdalena de Arahal y sus dos geniales partituras dedicadas a la hermandad de los toreros, pensé que las agrupaciones musicales si hacían buena música y que lo otro eran músicas más planas, la madurez hace ver las cosas más profundamente…
Estampa clásica donde las haya, donde una hermandad que debería tener un cierto carácter más serio se contagiaba del fenómeno cofradiero de entonces y llenaba de alegría su cofradía como de barrio populoso que era, quizás esa sería una razón para quitar las asentadas agrupaciones por las cornetas, solo basta con observar los últimos segundos de la parte del Cristo de la Salud. Es curioso que hoy mismo un comentario en este video me ha hecho meditar sobre aquello tan mundano que suele sentenciar cualquier discusión; “para gustos colores”… salía la Virgen del Refugio en su majestuoso y dorado paso de palio mientras el Himno de España levantaba la algarabía de aquellos vecinos que siguen buscando su refugio. Se hace la música, clásico total; “Rocío” y lo que se vislumbra a continuación desgarraría las vestiduras de unos hoy en día y para otros, como ese usuario que ha dejado el comentario en el video, levantaba el pellizco más grande en el pecho al ver los movimientos de la cuadrilla, realizando una especie de levantá a la música, por buscar alguna definición más parecida a esto en la actualidad, la verdad que esto tiene todas las pintas de que se hubiese hecho más en Triana que en cualquier otro lugar de la ciudad. Lo cierto es que entonces me desbordaba las emociones en el sofá mientras los veía, creo incluso que fue la primera vez que escuché “Rocío”, cuando comencé a sentir en mi alma que la marcha desde el solo en adelante desparrama la pura Semana Santa, a la experiencia inexplicable más grande del mundo…



Y para acabar les dejo la salida de una cofradía que me extasío solo con pesar en ella. El próximo Viernes Santo tampoco podré verla, así está ya programado y la verdad que en cierto modo es una penitencia. Estrecha callejuela que le da inmortal denominación, la Carretería, donde la estrechez era lo primero que hacía llamar la atención cuando de una capilla salía una mole de paso, muy oscuro y con la peculiaridad de llevar los tres crucificados; el Cristo de la Salud en sus tres Necesidades, sin quererlo advocación protagonista en esta nueva entrada y los dos ladrones. Tras el misterio el paso de la palio con la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad –por cierto, Barbeito al dar los autores de la imaginería se confunde completamente de hermandad, diría que está hablando de la Esperanza de Triana-, una dolorosa implorante al cielo que pronto me llamó la atención por sus singulares grafismos, era sin duda un tipo de imagen que antes nunca había visto y que sin duda era parte esencial de las formas sevillanas. En aquel entonces ya comenzaba a intuir algo diferente en esta hermandad y algunas como ella, que bien no sabía definir ni catalogar, hoy con los años saboreo la esencia romántica en sus formas, como las hermandades más luctuosas según unos cánones estéticos e históricos concretos en Sevilla. Aunque el paso palio sin duda se impregnaba de la algarabía heredada de los ochenta y las bambalinas de las hermanas Antúnez se balanceaban sin desmedida tal como gustaba al populacho al compás de una marcha tan rítmica como “Esperanza Macarena” de Pedro Morales, fueron años de una nueva reconstrucción cofradiera donde el papel del costalero y la música comenzaban a tomar un protagonismo importantísimo –para bien y también para mal- y en las que muchas hermandades tuvieron que buscar cual debería ser su sello, y se podría decir que las tres cofradías protagonistas en esta nueva entrada a mi parecer lo encontraron a la perfección.

lunes, 27 de enero de 2014

BAILEN 1991. JUEVES SANTO

En el Jueves Santo de 1991 en Bailén podremos rememorar como fueron los esplendorosos Jueves Santos que se vivieron en la década de los noventa. Y no es que ahora no lo sean, pero en cierto modo en aquellos años se respiraba un día diferente y a la vez grande, era por decirlo de alguna manera el que abría la grandeza ancestral de la Semana Santa, en los días de jueves y viernes santo. Jornadas que comenzaban con un sabor cinematográfico, cuando en la sobremesa las películas de temática religiosa como “Rey de Reyes” o “Ben-Hur” nos vaticinaban los días tan intensos que nos disponíamos a vivir. Podemos encontrar situaciones que se vivieron en aquellos días, como la salida del Ecce Homo de la hermandad de la Santa Vera Cruz desde la Encarnación. La imagen realizada en los tallares de Arte Cristiano de Olot, con su primitiva apariencia, con sus vestiduras sobredoradas, antes de que se le imprimiese la policromía y coloraciones actuales, sobre el paso de Díaz Roncero dibujando la singular estampa que a muchos nos llamaba la atención de portar la típica caña que los soldados romanos le colocaron a modo de cetro real en sus mofas. Destacable, porque creo que estamos ante la primera vez que la cuadrilla decidió sacar este paso como se diría en Sevilla, con rodilla a tierra, “de rodillas” como decíamos nosotros. Siempre había pensado que fue con el Medinaceli el Martes Santo, pero estas imágenes si no hay nada que lo desmienta, nos muestran lo contrario, que fue con el Ecce Homo cuando optaron por demostrar su fuerza y pericia a la localidad, porque en realidad ni con esta imagen ni el Medinaceli nunca se requirió de esta maniobra para la utilidad que se inventó en Sevilla, que era motivada por la escasa altura de las puertas, más cuando en la recogía ya se optaba y se sigue optando por hacerlo erguidos o con los cuerpos arriba. En un futuro la madurez y formación cofradiera supongo que eliminará este sin sentido…
Tras Él, el video me ha hecho volar a la niñez de entonces, cuando en la alfarería realizaba pequeñas imágenes en barro basadas en los originales para mis juegos de incipiente capillita. Recuerdo aquel año que la imagen de San Juan la realizó mi primo Antonio, sanjuaneros ellos de pequeños, por amistades y porque para mí chacho Alfonso fueron como sus nietos y se basó en la estampa que presentó San Juan Evangelista, el cual lució nuevas prendas, prescindiendo de la túnica y mantolín bordados más tradicionales y optando por la inclusión de una capa, la cual mi primo llevó al barro… se nos presenta en su pequeño paso, aun a ruedas aunque el germen que la cambiaría por completo ya comenzaba a dar sus frutos… los candelabros de madera de Juan Rusillo cedían el testigo a los candelabros de orfebrería, elaborados si no me equivoco en los tallares de Lucena (Córdoba), los cuales cosas de la evolución seguirán dando luz, esta vez por cera, a una antigua obra del onubense Antonio León Ortega, artista por antonomasia de la Semana Santa de Huelva,  ya que el antiguo paso del Descendimiento o la Sentencia onubense ha sido adquirido por la hermandad bailenense con la intención de portar sobre el mismo, a costal, a su Cristo de la Sentencia.
Larga fila morada, donde el bueno y nazarenisimo de Simón, de paisano, intenta organizar el cortejo de su hermandad, la cual cuando tomó su total independencia de la Santa Vera Cruz en la antiquísimas noches de los tiempos, nacería con el título de su titular que sigue dibujando inalterablemente la procesión del jueves que reluce más que el sol porque en aquella década, como diría el amigo Pradas, siempre relucía esplendorosos soles por nuestro pueblo. Nos llega el Amarrao a la Columna, aun portado por la cuadrilla masculina seguida por su banda de cornetas y tambores donde me ha llamado poderosamente la atención el detalle del banderín de la misma donde figura una estampa del Abuelo de Jaén en lugar de sus imagen titular, y es que este pueblo es muy del Abuelo. Raro es aquel paisano cuando se entera de mi condición cofradiera fuera del pueblo que no me dice que alguna vez fue a ver salir al Abuelo…
Una de las peculiaridades que este que les habla pensaba que solo se dieron en aquellos años, y la verdad es que en los ochenta ya se daban, es la participación de la Virgen de los Siete Cuchillos en la misma. Aunque entonces se dio la circunstancia de que cada año se alternaría, saliendo solamente una de las dos dolorosas que existían entonces por lo que la Virgen de los Dolores no salió aquel año y si la titular de los hermanos cruceros bailenenses, la cual también se nos presentaba, sobre su antiguo y recientemente documentado paso por este que les habla y volviendo a lucir los grandes estrenos de aquel año; palio y manto, en su tercera salida a la calle de la Semana Santa, los cuales en este día eran rápidamente trasladados, sin organización de ningún cortejo más formal y por sus hermanos hasta la iglesia de la Encarnación. Finaliza el video en los tradicionales encuentros que formaban en la confluencia de las calles Isabel la Católica y García Lorca, donde su paso esperaba y reverenciaba a los que venían por detrás, normalmente y en este caso a San Juan y la dolorosa, aquel año más bien esperando a su titular para así marcharse hasta su ermita, con los cortejos prácticamente desarmados y con aquel ritmo casi legionario que la verdad tanto nos hacía disfrutar, como dije antes, la madurez pone al final las cosas en su sitio y ese paso ligero desapareció…

sábado, 25 de enero de 2014

LA CENA DE SEVILLA EN 1993.

Me ha resultado curiosísimo este video que les muestro donde se visualiza la sevillanísima hermandad del cenáculo sevillano de hace ya más de veinte años. La Cena al completo en el año del Señor de 1993, saliendo del que ya es su templo inalterable en el imaginario de los sevillanos, los Terceros. Eran los años de la construcción de la actual Semana Santa, porque aunque no lo crean, Sevilla también se reinventa. Sale el galeón de la Última Cena y  lo primero que me llama la atención es las formas al andar de la cuadrilla. Me resulta a veces hasta gracioso la desinformación que existe hoy en día en el mundo del costal, donde ya cualquiera se cree un superdotado en esta bella y complicada tarea de pasear los pasos. Como hoy en día, sobre todo los más jóvenes, los de mi misma edad se creen que los pasos siempre anduvieron con la categoría que hoy atesoran, pues es por ellos por los qué muestro este video, para que vean que en esta vida, en el costal, todo tiene su tiempo marcado y su proceso y como fueron los modos de entonces hasta llegar a lo que es hoy el olimpo de la costalería mundial.
Suena como hoy Cigarreras, que también nos presenta la base musical que emprendió el camino hasta la enorme actualidad. Pero suena su entonces himno, “Réquiem” de Bienvenido Puelles y tras él el que es el himno de la hermandad “Eucaristía” de Francis Gonzales Ríos con la que la cuadrilla se dejó llevar por las formas que precisamente Puelles junto al capataz al que dedicó su marcha, Juan Vizcaya, crearon en arrabal al otro lado del rio. Pero los años y la razón ponen a cada cosa en su lugar…
Y es que esta hermandad en cierto modo siempre ha transmitido una estampa de hermandad clásica, y eso en Sevilla a veces es sobriedad, lo vemos hoy con el misterio, en el palio prima más lo fúnebre que otra cosa y entremedias aquel que cumple cuarenta domingos de Ramos llenando Sevilla de una iconografía que muchos ya no conocían, esa en la que el pueblo se pregunta, ¿pero que va pensando el Señor?

Camina como muchos sabrán, el Cristo de la Humildad y Paciencia en el Domingo más esperado en silencio, sobre un genuino paso en caoba, de lo más genial que ha salido de los pinceles de Dubé de Luque, dibujando sin duda la esencia más rancia de la cofradía, quizás la menos admirada, esos si, según sean los ojos que miren. Es el Cristo que desprende la solera antigua de la corporación. En el video sale con los ecos del himno de España y tras Él se hace la música, casi como hoy en día, donde la banda del Maestro Tejera le interpreta la marcha dedicada en su honor a cargo de Javier José López Padilla; "Al Señor de la Humildad", pero en aquel entonces fue la inmortal partitura de Pantión; “Jesús de las Penas” quizás por dibujar la misma estampa que en la jornada siguiente se creará a las puertas de San Vicente. No soy yo muy dado a estos “experimentos” de aprovechar la banda del palio para que salga un paso de Cristo que va en silencio con música, aunque no puedo negar que me ha pegado el pellizco al contemplar este paso que en especial me encanta, hasta en el Corpus con el Señor de la Cena,  con tal genial partitura sonando, pero creo que se ha de salir y entrar con el mismo canon que la hermandad quiere insuflar a un paso. Pero ello también me ha hecho recordar viejas entradas donde mostraba una particular visión y es que Sevilla quizás necesitaría algún paso de Cristo rememorando las antiguas estampas, de un Cristo con marchas de banda de música fúnebres, contemplando este video, analizando la estética del paso y el misterio representado, creo que este sería genial para esa hipotética nueva visión, incluso lo revaloraría en la ciudad de ese quizás segundo plano en que parece estar, porque sigo pensado que le daría a Sevilla un matiz más, entre tanta genuinidad afín a unas mismas bases, para el desbordamiento de pasiones en su semana más grande… además pueden deleitarse con más momentos de aquellos años y contemplar cómo ha cambiado todo, incluso el palio y su movimiento más festivo “ochentero”.

miércoles, 22 de enero de 2014

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS...

Hoy he querido viajar una vez más en la máquina del tiempo para recodar grandes momentos de mi vida cofradiera. Pero en esta ocasión el viaje no será muy lejano, ni siquiera tendré que escanear nada porque la etapa que les mostraré es bastante reciente, pero una etapa que me está dislocando los sentidos cada vez que llega la gran Semana de Dios, cuando llegada la misma ya utilizaba mi móvil como cámara improvisada donde guardar las instantáneas de la memoria. Y eso que con esto de la fotografía digital se pierden en muchos casos muchas congelaciones de momentos irrepetibles. Me causó gran nostalgia el otro día encontrarme sin recodarlo estas fotografía s y la crónica de la que fue mi Semana Santa en el año del Señor de 2009 en un foro, que aunque fue el año en que echó a andar esta bitácora del sentimiento capillita, el tiempo de la Semana Santa no fue reflejado como vengo haciendo en las últimas Semanas Santas, que incluso muchos creo que han tomado por referente, pasando de mostrar videos o fotografías a narrar la experiencias vividas, si incluso la crónica de todo el año se ha ido extendiendo en muchos blogs, como digo de forma escrita y no solo visual.








La Semana Santa de 2009 en Sevilla fue apoteósica, con días de luz y sol y repletos de cofradías, no como estos últimos años, que esperamos ansiosos vuelva una Semana Santa como fue aquella. Esa que comenzó en la plaza de Molviedro trayéndonos “A la Gloria”, ese raspilón de la Borriquita por el Salvador, esa magnificencia dorada de las andas del Cristo de la Victoria en una doble revirá en la Puerta del Arenal, y el perfecto compás plateado de su Madre de la Paz. Recuerdo la revirá de la cena en Laraña-Orfila y me saltan las ansias de reencontrarme con la gran cofradía de los Terceros. Eran los Domingo de Ramos donde por San Pedro contemplaba a la cofradía de San Roque y su extraño compás, tal como le refería el domingo pasado a uno de sus costaleros en la iguala del “muerto” cordobés, cosas de la música añeja de la Centuria… fue el Domingo de Ramos donde por primera vez viaje a otra dimensión llamada San Juan de la Palma al completo y la última vez que vi a la Buena Muerte de la Hiniesta por una plaza aun sin setas y los Domingos de Ramos en que me perdía al Cristo del Amor y solo me maravilla del palio de su Madre del Socorro. Fueron también los tiempos cuando aún sabia menos de costaleros y aún tenía mucho más que aprender de estilos en que decía que no me gustaba la cuadrilla del Zapatero de Triana, y en ese mismo Baratillo, donde la Estrella se movía, como hace poco referí, como la Estrella del nuevo milenio… un Domingo de Ramos que me destrozaba los pies y nos abonaba a la sillas en mano del consejo cofradieril de los chinos.








Fue el año en que conocí a la joven hermandad incorporada a la Semana santa del Polígono de San Pablo, con estuco en lugar de dorado por la Alfalfa, la Cuesta del Rosario y una plaza del Salvador donde Antonio Santiago levantó a este Cristo, enmarcando nuevas visiones de la Semana Santa hispalense, visión que nunca conoció aquel al que dedicó la levanta, mientras al capataz del Cautivo y Rescatado se le desbordaban los ojos en lágrimas, para el que fue también su maestro, don Manolo Santiago…
Estábamos ya en el lunes más sagrado, lleno de luz y calor por la Puerta del Arenal contemplando al otro Cautivo del día, el que nos llegaba desde Santa Genoveva, estampa que reviví este pasado Lunes Santo. El primer contacto del día con el Soberano del Tardón que venía poderoso por el puente atravesando una repleta calle Reyes Católicos. Cómo olvidar en Alemanes la revirá de la Redención en el beso de Judas, vestido de oscuro en lugar de su tradicional blanco y un sevillano intentaba explicarnos que esta banda tocaba mejor que la de Arahal la marcha que sonaba, “Perdona a tu Pueblo”. Lunes de embrujo y casi de otra época cuando Santa Marta traspasa como una estrella fugaz la Cuesta del Bacalao, y en busca de lo que ya era entonces sagrado, por Rioja mal contemplamos a la hermandad de las Aguas. Fue la primera vez en el Baratillo esperando al Soberano y como para olvidarlo, que dos horas pasé Dios mío, que mal rato, lo que arrastra el Dios del izquierdo por delante, que casi me hizo sentir levitando, olvidándome del dolor de los pies mientras rompía en busca de Triana con un estreno musical lleno de pellizco, aún recuerdo al amigo “tótem” silbando la pegadiza melodía de “Sagrado Decreto”. Fue el Lunes Santo donde comprobé que el mismo acabaría con rancidez, de una menos poblada vuelta de Vera Cruz y Penas de San Vicente, en una acera donde no había nadie mientras la otra se encontraba atestada, aun no sabía buscarle la diestra al Dios caído del Lunes Santo y la elegancia y la bulla de las mustias que trae su Madre de los Dolores. Aun no sabía que la entrada en el templo subía en muchos más quilates de belleza que verla bajo un apagado Corte Ingles. Un día más agotadísimo que acabó con el Cristo de la Expiración del Museo por una desolada calle Tetuán y su Madre de las Aguas adentrándose en ella en una larga chicotá en que la Oliva de Salteras no paraba de enlazar marchas de un corte tan alegre que nos hizo ver por primera vez el gran contraste de cofradía.










Se pueden creer que ya llego a sentir una extraña sensación al recordar el Martes Santo de aquel año, llego a sentir que en Sevilla no hay Martes Santo… pero si lo hay y algún día nos lo tiene que devolver el que todo lo puede, como el que viene desde el Cerro crucificado, poderoso, con la zancada bien abierta como nos llegó aquel día por la Puerta de Jerez. Nos perdimos a mi quería Virgen de los Dolores del Cerro por dibujar una estampa similar a la de la jornada anterior pero esta vez contemplando a San Esteban por la Alfalfa y toda la zona del Salvador. Recuerdo que aunque hizo sol fue un día de frio esperando en la Puerta de Carmona a la cofradía de San Benito, y cosas de entonces solo vimos al misterio y al crucificado, aun parece que estoy viendo como bajaban la cruz por la altura de un cable al entrar en Muro de los Navarros. Cuantas ganas de contemplar algún día como merece a la cofradía de los Estudiantes, recordando aquella espera en la plaza Nueva, algo alejados de los pasos, el traslado de este año no me vale… y que ganas de volver a contemplar el caminar del “Nazarenito” de Sevilla, como aquel gran momento en el Salvador ante la cofradía de la Candelería. Y cuantas ganas de Javieres cuando al Señor lo vi en un cruce de la carrera oficial y a la Virgen entrando en la Cuesta del Rosario con la marcha “Calvario”, pero no como aun espero ver algún día a este paso de palio.
El momento en Méndez Núñez con el Cristo de la Misericordia de Santa Cruz digno de los mejores paladares, como cuando después lo vi alejarse tras los palcos en dirección a la avenida de la Constitución, para marcharme a la Cuesta del Rosario y cambiar totalmente el chit con la subida del Pilatos de la Calzá. Qué primera vez, porque aquel fue mi primer Martes Santo en Sevilla ante la hermandad del Dulce Nombre, aun cuando paso por la esquina de Alemanes con Hernando Colón se me figura ver aquel hombre que no cantó pero si recitó una bella poesía a la “Gracia de Sevilla bajo palio”. Fue el año del descubrimiento de la cuadrilla de la Bofetá en este mismo enclave y en Campana ya de vuelta.








Mi primer día del crucificado en Sevilla, como se le tilda al Miércoles Santo poco a variado en los últimos años, empezando por visitar a la Madre de Dios en Sevilla en el barrio de los macarenos y como primera cofradía al Carmen Doloroso por la corredera y la Alameda y poder tener el privilegio de contemplar la primera vez en la calle en estación de penitencia de su Madre la Virgen del Carmen en sus misterios dolorosos, conocía así otra de las nuevas estampas que dibujaba la Semana Santa sevillana en este nuevo siglo. Aun me perece estar esperando en la sillita con Félix y Toñi a la hermandad de la Sed donde el marco en obras del Metroparasol forma parte ya de la historia de la Semana Santa hispalense. Como olvidar esa esquina por donde apareció el barco de la Lanzada y el gótico bordado del Buen Fin. Día donde corríamos ya que como siempre el tiempo era más reducido porque ese día volvíamos para la tierra y nos encontrábamos al Señor de la Salud de San Bernardo por el Salvador y de allí a Puerta Triana para contemplar a la Piedad del Baratillo. Con los años he comprobado que he ido mejorando a la hora de buscar cofradías y poder contemplarlas en lugares con más encanto y en toda su magnitud, porque todos estos momentos a veces no aportaban la belleza que seguro desprenden esas cofradías, veía muchas pero no de la mejor forma. En Orfila contemplamos el peor tramo de la hermandad del Cristo de Burgos a mi parecer, como todos los Miércoles Santos, hasta que no emprende la vuelta esta cofradía no muestra sus mejores armas, eso me hacen suponer los videos pero hasta hoy no he podido contemplarla más allá de estas calles. Que mal vimos salir al misterio de los Panaderos… intentando buscar Alemanes para contemplar a las Siete Palabras, conocí al Cristo de Buen Fin por primera y única vez en la calle, en el Salvador, nuevamente al Cristo de Burgos y el Nazareno de la Divina Misericordia cerró aquel primer Miércoles Santo… me pregunto, ¿a qué hora salí de Sevilla aquel año?










Fue 2009 el año que estuve en Sevilla en las jornadas del Viernes y Sábado Santo solo. Una jornada que comenzó en plaza Nueva con el palio de la Carretería y el misterio entrando en Velázquez, una mala contemplación de la salida de la Soledad de San Buenaventura con los ecos de su marcha “rusticana” y mi primera “carrera oficial” en sillita de chino y ver de seguido en la Magdalena al Cachorro, la O y la salida de Monserrat. Es curioso recodar un momento que suelo referir a la hora de hablar de la abstinencia de comer carne el Viernes Santo, lo cual nunca recuerdo, como aquel día que me comí un buen pincho moruno en el Serranito mientras saboreaba aun su rico aliño en el paladar y el palio de San Isidoro se adentraba en Campana y yo buscaba a la Mortaja por Lasso de la Vega donde un tipo curioso, de estética heavy que parecía algo así como al “Sevilla” de los “Mojinos Escocios” me decía que me quitase de donde estaba sentado que él llevaba ahí toda la semana… por la Catedral busqué al Cristo de las Tres Caídas de la Costanilla y por la Puerta del Arenal me encontré al Patrocinio, y como borrar de mi memoria aquellas chicotás entre la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas con el amigo carolinense, Seba, cuando estuvo unos años tocando en la banda nazarena mientras el Cachorro se adentraba en el puente y parecía diluirse en el infinito cielo de negro de Triana.
Fue el año donde viví la sensación inenarrable de Margot en la plaza de Molviedro, el cual tendré que esperar algún tiempo más para volver a revivir, supongo… acabó aquella gran Semana Santa en Sevilla, hasta entonces la mejor que había vivido en toda mi vida en un Sábado Santo comiendo pizza con mi prima en la Costanilla y preocupado por el cielo que podría estropear esta experiencia de ver cofradías en Sábado Santo desde que en 1991 contemplase la última en mi pueblo. Pero salieron, eran tiempos que no llevaba radio y tenía que preguntar a la policía si las cofradías habían salido. Es curioso, aquel año quise ver a los Servitas donde este mismo año, pero no sé porque me fui hasta el final de la calle y la vi entera adentrarse por la calle de Santa Ángela mientras mi amigo Jaime me llamaba al teléfono preguntándome la salida de la autovía para subir al Cerro del Cabezo y un señor me miraba con malos gestos porque no me callaba ante el rigor de esta enorme cofradía para mi gusto. Este año por fin cumplí aquel deseo de escuchar cantarle las monjitas…

















Por cierto fue mi primer Sábado Santo en Sevilla y el único que conocí sin la hermandad del Sol aun incorporada a la nómina. Por San Pedro conocí el curioso misterio del Sagrado Decreto, contemple por única vez el ya viejo paso del Cristo de las Cinco Llagas y me “enamoré” de la belleza de la Esperanza de la Trinidad y su impresionante paso de palio. Quise volver con la máxima luz del día hasta el pueblo y solo pude contemplar la salida de la Soledad de San Lorenzo, cargado con una bolsa de recuerdos que contemplándolos desde el sillón en la estantería no me parece que tenga ya los años que calzan, al Santo Entierro ya no podría verlo hasta que saliese de Catedral…. paradojas fue una Semana Santa enorme gracias por desgracia a estar parado por primera vez en aquellos meses, y decían que en dos años ya habríamos salido de la crisis, pero bueno fue allí mismo, cuando el teléfono sonó para avisarme que tras el mismo Domingo de Resurrección debería volver al tajo, con la sensación de cuando volvería a repetir una Semana Santa así, que se dibujó los años posteriores hasta 2013 en lo que se refiere de estar donde más disfruto y que solo Dios sabrá cuando podrá volver a parecerse a aquellos mágicos días, en esa semana que ya se intuye en nuestra alma… nada más alejarme un poco de Sevilla, tuve que conformarme con escuchar por la radio el futbol, volvía a la vida como cada año, a la rutina y a la cuenta atrás que mira si ha cambiado la vida que aún recuerdo llegar y tomarme unas cervezas con unos amigos que ya cambiaron, con los guiños que me produjo al probar la Cruzcampo de Jaén y notar el sabor tan diferente con la elaborada en la Fundación de Sevilla…