Mi primera aportación en el Programa de Romería de la Virgen de Zocueca, en el año 2014, con un estudio que ya publiqué en este blog, pero esta vez llevándolo a las páginas del papel que preludian el domingo grande de septiembre camino de la vieja aldea del Herrumblar. En todos los monográficos y trabajos en torno a la Virgen de Zocueca prácticamente se pasa por alto la primera imagen que tuvo la cofradía como propia tras la Guerra Civil, y con esta aportación (gracias también a la ayuda de Pedro de Manuel), pudimos darle su hueco en la larga historia de la Patrona de Bailén, siendo Ella la imagen que ocupa se bellísimo y santo trono, como llamara al camarín un viejo párroco del santuario que lloraba el vacío que en el dejó la Virgen en el lejano año de 1834. Un camarín que se llegó a ocupar antes de 1954, hay nuevos datos que espero algún día publicar, lo mismo que un trabajo similar, pero sobre la imagen de Alcocer Guzmán, si Dios y Ella lo tienen a bien…
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