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domingo, 19 de junio de 2011

JUSTICIA PARA JESÚS EL NAZARENO...

Le tenía prometida esta entrada a mi buen amigo Pedro Soriano de Castro desde antes de Semana Santa, él cofrade de sangre y estirpe antigua de la hermandad del Nazareno de nuestro pueblo y licenciado en historia del arte por la universidad de Granada le sorprendió esta fotografía que abre la entrada. La misma no es real sino más bien un fotomontaje hecho por mi desde el máximo respeto a las devociones de los dos Cristos que me sirvieron para realizarla, más si cabe por mis enormes carencias y manejo de la herramienta Photoshop. Este montaje lo realicé hace unos años, cuando existía y mi participación era activa en el foro cofradiero que creó la banda de música de la misma hermandad bailenense, donde como en cualquier otro se debatía sobre los diferentes aspectos de la Semana Santa local. Por desgracia, los temas que trataron estos asuntos no eran los de más tirón, es decir los temas artísticos mostrando la evidencia del nivel que aún necesita conocer las cofradías y cofrades de Bailén. En ellos dejaba claro, la falta de un patrimonio de mayor mérito artístico en las cofradías, contando por supuesto con la gran mayoría de las imágenes devocionales a la cabeza, sobre todo aquellas realizadas en escayola o cartón-piedra en los talleres seriados de Olot que fueron realizadas en los años de la postguerra ante la carencia lógica de medios para encargar tallas de más valor artístico a maestros imagineros como si ocurriría con la Virgen de los Dolores o la patrona, la Virgen de Zocueca. Menos sensibilidad podría mostrar ante las realizadas ya en tiempos más actuales, en tiempos de bonanza que evidencia la falta de preocupación que ha existido en el mundo cofrade de Bailén por alcanzar mayores cotas con el patrimonio que las conforman.
Está claro que ya son muchos años con nosotros, y a esas imágenes se le ha tomado un cariño y una devoción que hace cegar a cualquier humilde cofrade de a pie, sin poseer una mayor preparación sobre estos temas pero siempre defenderé que la sustitución o remodelación de las imágenes de escaso valor artístico de Bailén, debe de ser una de las cuentas pendientes para dar el salto de calidad que muchos ansían y que otros aún no se han dado cuenta que se necesita.
Por esta razón realicé este montaje entre otros, para intentar mostrar una idea de algunas intervenciones que se podrían realizar como puede ser con la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno, el segundo que posee su cofradía que se realizó para intentar poder revestirlo con la antigua túnica de cola. Se realizó una imagen de candelero, bueno más bien no sabría decir si era lo que muchos conocemos como candelero o que simplemente poseía un cuerpo abocetado, de “maniquí” sin estar tallado y policromado al completo que a expensas de la reciente realización en la década de los cincuenta del pasado siglo no se conoce aún su autor o “autores”. Córdoba, Málaga o hasta Granada son las ciudades que se me han llegado a referir como la ciudad donde se realizó esta imagen que seguía los postulados o modas dieciochescas de revestirlo con pelucas de pelo real recordando el perdido en los primeros compases del estallido de la Guerra Civil Española. Aquella primera imagen no es la que conocemos en la actualidad, al parecer el rostro no fue del gusto de sus cofrades o del pueblo por lo que se le realizó una nueva mascarilla –para el que no lo sepa, es el termino utilizado en escultura para referirse a la cara de una escultura o imagen- que es la cara que conocemos todos, estando la primitiva guardada en posesión de la hermandad y que no estaría nada mal, para enriquecimiento de la cultura local y en este caso cofradiera fuese mostrada para que fuese contemplada por curiosos, sobre todo para los amantes de las singularidades históricas de nuestro pueblo como puede ser mi caso. El autor y procedencia del mismo de esta mascarilla también es desconocido habiendo sufrido la última intervención en la década de los noventa del siglo pasado a cargo del toxiriano José Miguel Tirao Carpio, el cual al parecer le realizó un nuevo cuerpo anatomizado, intentado darle un poco más de encorvamiento a la escena –poco conseguida a mi parecer- respetando las manos y pies originales así como la utilización de la peluca e imprimiéndole una nueva policromía igualmente poco agraciada según mi apreciación.





Pues bien este fotomontaje lo realicé buscando una imagen de un Nazareno de reciente creación, sin buscar ejemplos de los grandes modelos de siglo de oro. El montaje consiste en colocar el rostro del Nazareno de Bailén sobre el cuerpo del Nazareno de la hermandad de la Vera Cruz de la ciudad vecina de Andújar. Un portentoso Cristo realizado en 1997 por el cordobés Francisco Romero Zafra –autor a si mismo de la dolorosa de la corporación bailenense- basándose en dos geniales modelos del siglo de oro como el Señor de Pasión de Sevilla de Juan Martínez Montañés –Según la hermandad una familia de Andújar, los Sabater guardaba documentación que atestiguaba que la imagen anterior a la guerra civil la realizó Martínez Montañés a finales del siglo XVI o muy a principios del XVII- y el Nazareno –“hermano gemelo” del Gran Poder sevillano- de La Rambla (Córdoba) de Juan de Mesa y Velasco, una imagen esta última que conoce el maestro natural de La Victoria (Córdoba) a la perfección ya que al ser autor de la dolorosa y el San Juan de dicha hermandad ha tenido muchas oportunidades de contemplarlo de cerca y como pocos pueden verlo, tal como el mismo me refirió en persona.
Nazareno de La Rambla.

Pasión de Sevilla.
Fiel a los postulados del barroco sevillano, siguiendo matices de los eternos maestro de Alcalá la Real y Córdoba pero sevillanos por siempre, realizó un Cristo lleno de movimiento, con la poderosa zancada o corona de espinas serpenteante tan común de Mesa, con los cabellos montañesinos y mezclando en el rostro la serenidad de Montañés y el patetismo de Juan de Mesa.

Realidad y ficción.
El resultado dejó sin habla a mi amigo Pedro, el cómo conocedor de la importancia artística aplaudió la idea aunque sabía que era solo una mera concepción de lo que un imaginero podría crear, es decir reconvertir la imagen respetando la actual mascarilla que todos conocen y veneran, que al estar realizada en madera se puede aprovechar para esta vez sí crear un nuevo y mejor cuerpo, con más movimiento, eliminar la antiestética peluca –aunque sé que es del gusto de muchos- que como pudimos contemplar en el último Saludo, como haga un poco de viento mueve la melena hasta deslucir a la imagen por completo y realizarle una nueva tallada de barroquizantes cabellos y “coronarlo” con una corona serpenteante del modo que nos muestra el fotomontaje. La obra debería ser finalizada con una nueva policromía a la altura de las grandes obras, y como ejemplo tiene a su madre bendita del Mayor Dolor y Consuelo de lo que es una policromía de categoría. Evidentemente no se podría utilizar la antigua corona –a no ser que la misma se remodelara para poder ponérsela a la “nueva “cabeza- pero si se le podría colocar unas potencias de mayor mérito artístico y revistiéndolo con una túnica como la que luce la fotografía, como la que luce la gran mayoría de Cristos de vestir en la actualidad siguiendo los modelos actuales y que esta misma instantánea servía para dar una idea de cómo debería ser su ajuar y que gracias a la nueva imagen del Cautivo de San José Obrero, ya no se quedará en una idealización si no como una muestra de cómo se hacen estas cosas. También obsérvese la cruz arbórea, como sería el resultado para abandonar la cruz dieciochesca, cada me vez más en desuso en las imágenes de este tipo.
Un trabajo común en la historia de la imaginería, seguramente no necesarios en obras antiguas de gran calado artístico pero más común en las ultimas décadas de la edad reciente, en la que por diversas circunstancias no todos los imagineros gozaban de la calidad de los grandes maestros del pasado, los cuales eran examinados para poder ejercer el difícil oficio de representar la divinidad con la estática madera o piedra. Hecho que sufre entre otras esta imagen, motivo por lo que apuesto por esta remodelación que aunque cambiara bastante la fisonomía de la imagen conocida, seguiría siendo el mismo rostro pero gozando de un cuerpo de mayor categoría artística como hicieron y siguen haciendo muchas hermandades como pueden ser la Estrella en Jaén con el Señor de la Piedad al reconvertir un Nazareno en Cautivo y colocarle una nueva melena de talla o la que quizás sea de las más sobresalientes en nuestra provincia, la del Señor del Prendimiento de Linares a cargo de Antonio Garduño Navas como ya mostré en esta mi casa.


Primitivo Cristo de la Piedad.

Proceso de remodelacion.

Piedad de Jaén en la actualidad.
Antes y despues del Prendimiento de Linares.
Así que lo prometido es deuda, y el que lea esto por lo menos recapacite esta opción que está escrita desde una perspectiva constructiva para el mayor realce de nuestras cofradías, tanto las de mi pueblo como la de cualquier población que se pueda encontrar en estas situaciones. Mi amigo Pedro, andero de su Cristo estaría encantado, incluso hermanos históricos de la cofradía le comentaron que también observaban –creo que al comentarme esto, fue el motivo para enseñarle el montaje- esas deficiencias que se podrían subsanar y él no se espanta como otros tantos cuando se les comenta esta aventurada operación. El que desciende de un linaje nazareno, la familia de los “Justicias” que durante muchos años, al estar integrados tantos familiares en la misma fuese conocida como “la cofradía del Jesús de los Justicias” –los cuales intentaron salvar el antiguo Amarrado a la Columna en la guerra, sin éxito- y gracias a su formación académica sabe separar donde debe de estar la devoción con los aspectos materiales del mundo religioso, siempre afín desde Trento a la búsqueda de calidad y unción de las obras religiosas. Una familia afín a su Cristo, del que nos habla las viejas historias y vivencias sumergidas en ese color emblema para ellos, el que representa a la penitencia… el morado –por eso odiará ver a su Cristo de blanco- y como a veces el Nazareno Eterno, sin que podamos explicárnoslo concede circunstancias como la que vivió mi amigo el triste día que se despidió para siempre en esta vida mundana de su abuelo, el cual fue llamado por “Jesús” a su presencia una semana antes de Semana Santa, es decir en la semana del septenario en honor a su Cristo y a la Virgen de los Dolores en la parroquia de la Encarnación. Curiosamente aquel año le tocó el turno a este, “al nuevo” como lo conocemos los bailenenses, el cual era el preferido de su abuelo –porque era el que seguía los parámetros del destruido en la guerra- y allí se encontraba en la iglesia recibiendo y despidiendo a uno de sus hermanos más ilustres para marchar al cielo prometido donde seguro vela por su nieto junto al Nazareno Eterno… ya sabes que pienso que las casualidades no existen.

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