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domingo, 27 de diciembre de 2009

DE CAFARNAÚN A BAÉCULA...

Siendo hoy la festividad del discípulo amado, San Juan Evangelista, me gustaría traer a estas páginas a las imágenes que lo representan en Bailén.
El patrón de la juventud cofrade tiene bastante peso en la historia de la vieja Baecula, sin ir más lejos hasta 1994 ha tenido este pueblo una de las pocas cofradías de penitencia que rendía culto exclusivamente al apóstol Juan (“Yohanan” en hebreo) de Cafarnaún, autor del Apocalipsis.
Teniendo entonces una cofradía que pierde su Génesis en la noche de los tiempos podemos decir que esta hermandad poseyó una imagen que desapareció en los sucesos de la Guerra Civil.


Cuentan viejas leyendas(seguramente con poco fundamento) que la actual imagen se realizó a partir de los pies que lograron salvarse por el carpintero (no imaginero) D. Francisco García en 1941.
No existen hasta la fecha documentos que acrediten la autoría de la antigua imagen ni siquiera fotos que nos muestren como era, solo la pintura del estandarte antiguo que logró salvarse. Por el lienzo podemos ver que la imagen seria de vestir, llevaría pelo natural y quizás fuese de la escuela barroca Giennense o Granadina.
Partiendo de los recuerdos que se perdieron Juan Francisco García (el Tomatero) realizó una imagen de poca calidad artística (comprensible ya que no era escultor-imaginero) tomando como modelo a una joven del pueblo, con la cabeza elevada mirando al cielo y con una iconografía que se aleja de las representaciones más comunes sobre este santo en el arte, estando la imagen sujetando un misal con la mano izquierda y una pluma con la derecha.
Esta imagen, suponemos que en recuerdo de la anterior, llevaba también peluca de pelo natural y se revistió con una túnica bordada, siendo la actual una pieza inspirada en la antigua obra de las monjas de clausura del convento de las madres Franciscanas Descalzas de Jaén en 1984.

La imagen no era muy del gusto del pueblo y menos del cura que por entonces regía la localidad, D. Francisco Caballé, cura típico de los de antaño en la Posguerra y de la dictadura que obligó a la Hermandad a cambiar el busto de la imagen por otro realizado por el malagueño Francisco Palma Burgos en su taller de Úbeda en 1959. Con esta nueva cabeza cambia la postura, siendo su mirada frontal, ligeramente girada a la derecha y el pelo pasa a ser tallado en un mismo bloque. En 1983 sufriría una restauración obra de D. Juan Nájera Ramos, donde comenzaría a perder el sello característico del estilo de Paco Palma sobre todo en su policromía.
La última restauración sería en 1995 obra del cordobés Miguel Arjona Navarro, que le realizaría nuevas manos, reformando y repolicromando nuevamente la imagen, dejándola tal como recibe culto hoy en día y borrando así todo resquicio de la obra de Palma Burgos. Imagen muy popular y con bastante devoción, a la que popularmente y sobre todo por sus hermanos se le llama “el Chacho” y que acertadamente desde hace unos años se le rinde una función por su festividad.




Según las épocas esta imagen a tenido bastantes formas de procesionar, la más usual sólo en su paso acompañando normalmente a la Virgen de los Dolores o conjuntamente con la dolorosa de su hermandad, la Virgen de la Amargura aunque esta imagen no esté realizada para desempeñar la función en la “sacra-conversación”. Incluso en el pasado llegó a procesionar en el desaparecido conjunto del calvario, que lo componía el Stmo. Cristo de la Expiración, la Stma. Virgen de los Siete Cuchillos y Santa María Magdalena.
A finales de los noventa del siglo pasado la cofradía de la Santa Vera Cruz incorporó a su ya extensa nómina de pasos el del misterio del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo. El misterio formando por las imágenes del Señor, la Stma. Virgen de las Penas, María Magdalena, los Santos Varones (José de Arimatea y Nicodemo) y San Juan Evangelista.
El apóstol es obra (como todo el misterio) del tosiriano José Miguel Tirao Carpio, siendo una imagen de vestir. Su ajuar se limita a una túnica y mantolín de terciopelo liso sin ningún bordado con los colores típicos que suelen identificar al más joven de los apóstoles, el verde y rojo. La imagen se dispone sobre el paso en actitud de indicarle a la Virgen Santísima el cuerpo de su hijo para recogerlo tras su desenclavamiento. Su cabeza está bastante girada hacia su derecha, con el cuerpo algo encorvado hacia el frente y con larga cabellera tallada en el mismo bloque.
Como curiosidad su autor se inspiró en su esposa para realizar el rostro de la imagen.
En fin, estas son las dos imágenes sobre esta importante figura en la vida del cristianismo en la devoción popular de la ciudad de Bailén y que he querido mostraros aunque ya sea un poquito tarde.
Fotos: Lucas Contreras,web www.bailenenelrecuerdo.com

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