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miércoles, 21 de abril de 2021

LA CAPILLA Y CRIPTA DE SAN ELOY EN LA IGLESIA DE LA MERCED DE JAÉN (EL PUEBLO CATÓLICO 1910)

 

San Eloy en el retablo junto a él, el paso del Abuelo. Foto: Pasion y Gloria.




De gran interés es la siguiente noticia que vamos a estudiar publicada nuevamente en el periódico provincial “El Pueblo Católico” en la edición del día 22 de marzo de 1910. Un extenso artículo de opinión del director de la publicación, D. José Valladar Serrano (Granada, 1844-Jaén, 1918)[1], que en su narrativa tan propia de la época nos refiere, y nos documenta la hechura de un espacio significativo de la iglesia de la Merced de Jaén, como es el retablo del crucero del lado del evangelio y la cripta que hay bajo sus pies. Un altar dedicado a la antigua imagen de San Eloy perteneciente a la iglesia y que bien pudo salir de las gubias de José de Medina. Una efigie a la que rindió culto una cofradía o congregación de la que se conocen datos extremos hasta la segunda década del XVIII.[2] Tanto la imagen como el retablo aún se conservan, aunque la imagen no se venera en el lugar que le dedicó su promotor.

Valladar en su columna titulada “Arte Religioso” nos desglosa la historia de la construcción, deshaciéndose en elogios en el promotor de la misma, el médico e higienista, D. Eloy Espejo García (1848-1935)[3]. El redactor no escatima en ensalzar el buen propósito social que Espejo realizaba con la inversión en esta obra de arte en una sociedad que comenzaba a dejar de un lado estas antiguas costumbres entre las altas élites y la iglesia, sobre todo en un periodo donde ya era complicado que se enterrasen seglares en los templos.

D. Eloy Espejo, para su construcción fundó un patronato con el título de “Patronato de la Capilla y Cripta de San Eloy” (suponemos que por ser su santo, reutilizando la antigua imagen) con las correspondientes licencias eclesiásticas. Nos narra como las obras comenzaron en 1907 y concluyeron en agosto de 1909, bajo la dirección arquitectónica del entonces ínclito arquitecto D. Justino Flórez Llamas acompañado de su hijo D. Antonio Flórez Urdapilleta. No escatima (para gozo del investigador) en citar los nombres del albañil, el cantero, el escultor y lapidario, los carpinteros, los herreros y el pintor que trabajaron en la elogiada obra. Incluso cita como autor del retablo a la Casa Bellido de Valencia (con obras documentadas en la ciudad de La Carolina), aunque no llegamos a acertar si se refiere al altar que está instalado en la pared del crucero o a uno más pequeño en la cripta.

D. Eloy Espejo García (1848-1935)

La claraboya en la actualidad.


Posteriormente hace una descripción pormenorizada del interior de la cripta, de sus medidas, detalles artísticos, los difuntos familiares del patrono ya enterrados, he incluso nos documenta la hechura de la claraboya que permite entrar la luz solar a su interior. Toda la obra fue bendecida el 24 de octubre de 1909

Para más detalles podemos leer la misma noticia y la transcripción realizada a este propósito.






TRANSCRIPCIÓN:

Arte religioso

El Patronato de la Capilla y Cripta de San Eloy en la iglesia de la Merced

Cojo la pluma, impresionado todavía por un sentimiento profundo, emocionante, mezcla de dulce tristeza y de respetuosa admiración. He visitado recientemente una obra de arte, seria, majestuosa y que se aparta del camino que por desgracia sigue la humanidad en estos tiempos de insensatez, de locura y de deseos inaccesibles de goces materiales, y he experimentado honda pena al considerar, cómo el hombre en general, olvidando su último destino, medita poco en la vida futura y no preocupa como debiera de ese más allá eterno, a que no nos podemos sustraer.

Esta visita, que con gran satisfacción he realizado, me ha hecho ver prácticamente que no todos abrigan en su alma sentimientos tan pequeños y superficiales y que por el contrario, cuando se gastan capitales y energías en levantar circos, plazas de toros y otros centros, destinados a satisfacer tan solo caprichos venales o exigencias, demasiado mundanas; cuando como en nuestra vecina Francia se está haciendo ese despojo incalificable que se llama liquidación de los bienes de las órdenes religiosas, existen también personas piadosas en nuestra católica España y en esta misma hidalga capital del Santo Reino, que animadas por un espíritu eminentemente religioso, al mismo tiempo que por el bendito amor a la familia, santos y puros móviles que impulsaban todos los actos de nuestros gloriosos y felices antepasados, emplean iniciativas y riquezas en edificar una obra religiosa, llena de grandeza y magnificencia, verdadero alarde de arte cristiano, que constituye valiosa ofrenda al Dios de las alturas y es también prueba tierna y respetuosa de purísimo amor filial.

Todo esto, y algo mas que mi pluma no acierta a consignar, es la cripta construida en el amplio e histórico templo de la Merced, a expensas de mi querido y respetable amigo D. Eloy Espejo y García.

Vano empeño sería en mi hacer una descripción completa y detallada de ese monumento severo y grandioso que forman el altar levantado a San Eloy y el mausoleo donde se guardan ya los restos queridísimos de los padres y hermanos del respetable y sabio médico señor Espejo; tarea es esta que ha sido realizada a pocos días con su reconocida competencia por el culto Cronista de Jaén en los dos hermosos artículos, que he leído y saboreado en nuestro estimado colega La Lealtad; pero el natural deseo de que los lectores de EL PUEBLO CATÓLICO conozcan algo de la nueva fundación que con el título de Patronato de la Capilla y Cripta de San Eloy se ha instituido en la iglesia de la Merced, a virtud del Real Orden de 21 de septiembre, Decreto Episcopal de 5 de octubre y auto definitivo del Tribunal Eclesiástico de 20 de noviembre de 1906, me decide a escribir algunas palabras sobre una obra que todavía, y en verdad que es algo extraño, no ha sido admirada por la mayor parte de los habitantes de Jaén.

Los trabajos para construir el altar de S. Eloy y la cripta que bajo él existe, se empezaron en julio de 1907, concluyendo en agosto de 1909, haciéndose bajo la dirección y con arreglo a los planos levantados por el Arquitecto de esta Diócesis don Justino Flórez Llamas y su hijo don Antonio Flórez Urdapilleta, pensionado en Roma por el Gobierno de nuestra nación.

A la ejecución de las obras, han contribuido con pericia y sus esfuerzos el maestro albañil don Francisco Argote; el cantero don Manuel Barajas; el escultor y lapidario don Tomás Cobo; los carpinteros don Antonio y Don Rafael Montuno, los herreros don Joaquín Mejías, don Luis Delgado y don Luis Ureña y el pintor don Manuel Mosquera, todos los que han demostrado cumplidamente sus especiales aptitudes para las artes que con tanto provecho cultivan.

Hermoso golpe de vista presenta el altar dedicado a San Eloy, obra que, separándose de la costumbre, hoy en boga, de adornar templos y altares con un gusto modernista, que abusa de los colores chillones, tiene la severidad que campea en nuestros antiguos retablos y que tanto ayuda a la meditación y al recogimiento.

Nada hay en el nuevo altar, trabajo excelente de los señores Bellido, de Valencia, que siga esta tendencia que he apuntado; que -aun siendo, como es, bellísimo en el conjunto y en todos sus detalles, no se desvía un punto de los preceptos de nuestro arte cristiano.

A la izquierda del altar y en el pavimento del templo, abrese la entrada a la cripta por medio de una reja de hierro, primorosamente calada. Una amplia escalera, cuya anchura es próximamente de dos metros, permita la bajada al subterráneo, donde se llega, no con el temor de abismarse en lo tétrico y misterioso del sepulcro, sino con una especie de respetuosa y dulce melancolía, que nos hace pensar serenamente en el forzoso tránsito de esta vida de azares y luchas a otra más reposada y tranquila. La luz delicada y suave que despiden mariposas colocadas en pequeñas hornacinas, que se han abierto en los muros de piedra, dejan ver lo bastante para contemplar con verdadera admiración el hermoso trabajo de arte que allí se ha realizado, merced a la unión que ha enlazado el talento del artista con la piedad del hijo amante y católico ferviente.

Al concluir la escalera, penetrase en una habitación de reducidas dimensiones destinada a capilla, donde irá el altar dedicado a San Eloy, altar que será primoroso, a juzgar por el proyecto que para su construcción se tiene, y en el que cuando se celebre la santa misa, podrá ser oída por gran número de personas, puesto que ha de verse desde la misma escalera.

Ya dentro de la cripta, lugar que trae a nuestra imaginación el recuerdo de los más ricos y celebrados panteones que la humanidad ha levantado, nos encontramos en un octógono cuya anchura es de tres metros y medio y su elevación de cinco. En sus paredes artísticamente labradas abunda el mármol negro de Jabalcuz y la piedra blanca del Mercadillo. Tres tumbas abiertas en los lados que dan frente a la integra capilla, son las destinadas a guardar los restos queridos de los seres que ya separó la muerte del lado del fundador del Patronato, los de sus parientes que aún viven, y los de él mismo.

Reposan actualmente en la mitad inferior de la tumba del centro, los padres del fundador, D. José Mª Espejo y Ortega y doña María del Carmen García Moreno y sus hermanos D. Anselmo, Dª Concepción, doña Carmen y D. Félix. Destinase la mitad superior a sepulcro del fundador, y las otras dos para cuando fallezcan sus hermanos.

Una maravilla de severidad, no reñida con el buen gusto, y la solidez más inquebrantable con los rasgos característicos de esta construcción reveladora una vez más del talento de los que la han realizado; sorprendiendo también que en aquel paraje, donde alguien no creería encontrar más que sombras y oscuridad, pueda admirarse un rayo de sol claro y consolador que penetra en la cripta, merced a una claraboya abierta en el muro de la iglesia.

En 24 de octubre del año último fue bendecida la cripta por el Ilmo. Sr. Provisor de las Diócesis D. Saturnino Sánchez de la Nieta, y sobre la tumba central hace colocado una lápida en la que se lee esta inscripción:

OSTENDE NOBIS DOMINE MISERICORDIAM TUAM

En varias cartelas, que forman los lienzos de pared, léense también otras inscripciones que recuerdan las fechas de la construcción, la Bula Pontificia y otros datos interesantes, y además, sobre la puerta de entrada, hay otra cartela de bronce labrado, dispuesta para guardar todos los documentos que han de constituir la historia de la fundación.

Tal es la obra, que cautivó grandemente mi atención, causándome la impresión de que hablaba al principio de estos desaliñados renglones. Sentí, sí, dulce tristeza al pensar en la paz y la soledad eterna de la muerte, y respetuosa admiración hacia la persona caritativa y católica que al dedicar un piadoso homenaje a Dios y un sentido recuerdo a los que le dieron el ser, piensa también en su vida futura, emplea además el fruto de sus afanes en proporcionar trabajo a cientos de artistas u obreros, e invierte otras cuantiosas sumas en mejorar las condiciones del lugar santo en que ha depositado los helados restos de los seres para él más queridos y donde algún día ha de ir a reunirse con ellos para dormir el sueño eterno.

Bien merece ser conocida por todos los giennenses la magna empresa realizada por el Sr. D. Eloy Espejo y García, y bien merece el prestigioso ex-Decano de la Beneficencia Municipal la gratitud entusiasta de sus nobles paisanos.

José Valladar Serrano.

Jaén - Marzo -1910

 

 

 



[1] Dirige El Pueblo Católico el 31 de diciembre de 1909 -cuando comienza a publicarse diariamente- José Valladar Serrano, maestro, vicepresidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, que estaba al frente del periódico desde noviembre de 1907, al que sucederá Clemente Santamarina Muñoz, licenciado en Filosofía y Letras y funcionario de Tabacos, quien dirigirá el vespertino durante una década. Antes lo ha dirigido, en el periodo 1905-1907, Fernando Fernández Morales, a quien sucede Valladar. CHECA GODOY, Antonio (2013): Historia de la Prensa en Jaén 1808-2012. Asociación de la Prensa de Jaén. pp. 126.

[2] CASADO TENDERO, Antonio (2018): “Apuntes acerca de la Congregación de San Eloy de Jaén”. Pasión y Gloria. Agrupación de cofradías de Jaén, nº 36, pp. 28-35.

[3] Le debemos a él la idea original del Parque de la Concordia, antes llamado Parque de la Victoria, pero no se construyó hasta veinte años más tarde en el Plan de Ensanche de Luis Berges Martínez. En https://www.facebook.com/logiaandresdevandelvira/photos/sab%C3%ADas-qu%C3%A9-eloy-espejo-y-garc%C3%ADa-1848-1935-de-nombre-simb%C3%B3lico-servet-fue-miembro/2212622865438530/

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