UNA ESTRELLA BAJO LAS NUBES...

El pasado sábado y por que Élla lo quiso, aunque el tiempo por estas tierras nos hiciera ver que era una locura viajar a Sevilla la cual se encontraba también con un cielo casi cubierto, regaló una extraña tarde que se aproximaba más al tiempo de Semana Santa que de mediados de junio en la cual se paseó con un ritmo alegre y festivo la Reina de la calle San Jacinto, la de sonrosada piel y pena contenida, la Virgen de la Estrella de Triana.
Poco antes de las 19,30 h de la tarde llegaba a paso lento desde el Altozano, interpretando marchas dedicadas a la hermandad la banda de cornetas y tambores de la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas a la puerta de la recoleta capilla de la hermandad, con una calle engalanada que más bien nos recordaba una mezcla entre la festividad del Corpus y la Navidad.



Se abrían las puertas de la capilla, la banda de Cruz de Guía comenzaba su caminar a los sones de “El Refugio de una Madre” -espectacular el momento musical que vive esta formación musical- y comenzaba el cortejo encabezado por cruz alzada escoltada por dos ciriales, hermanos con cirio, representaciones de hermandades para con mucha espera a eso de las 20:20 h saliese a la calle el paso de palio con la Estrella de Triana. La Virgen “recuperó” su alegría de épocas pasadas en el andar de la cuadrilla –a mi me gusta más el andar “serio” de este palio- y la inclusión de flor de cera.







Estupendamente ataviada como siempre por Pepe Garduño, bajo el palio que diseñara su hermano Antonio, con su manto de salida obra genial de Consolación Sánchez , la saya blanca y la toca de sobremanto la cuadrilla dibujo interminables chicotás al compás de la Oliva de Salteras que interpretó la tradicional “Estrella Sublime” a la salida -aunque está dedicada a la Hiniesta- o la marcha de reciente creación a cargo de Abel Moreno “Estrella, Luz Marinera”. Comandando el paso en este momento el capataz del misterio Manuel Vizcaya –supongo que iría debajo los hombres del Cristo-, se aproximó hasta la esquina de la calle San Jacinto con Pagés del Corro para encarar a la Virgen ante el nuevo azulejo en su honor. Tras esto y en una nueva revirá eterna a los sones de la marcha “Encarnación Coronada” que se interpretó dos veces enlazada continuó su camino mientras el público asistente entonaba el ya tradicional Ave María del final de esta marcha, con su ritmo alegre y trianero que marcaban los nuevos varales que estrenaba en la mecía del palio al son en la siguiente chicotá con “Pasa los campanilleros” en busca de Pagés del Corro.

Tras estos intensos momentos nos marchamos a la iglesia de Santa Ana, haciendo antes una paraita de cervecita y pringá en el bar Santa Ana.

Después a esperar un buen rato, anecdoticamente junto al periodista y presentador cofrade Víctor García Rayo a los pies del retablo cerámico de la Pastora Trianera llegó nuevamente la Presentación de Dos hermanas interpretando varias marchas como “Aire para mis penas” y tras un buen rato después el paso de palio, despacito con la luz de cera iluminando su cara bajo el manto oscuro de la noche de un cielo que no dejaba ver ninguna estrella, seria por querría Dios que solo reluciera la que caminaba bajo palio por Triana. Llegó con la marcha “María Stma. del Dulce Nombre” del maestro Lerate y reviró con la bella marcha “Hosanna in Excelsis” de Óscar Navarro enlazada dos veces, bajo las lluvias de pétalos, el lanzamiento de cohetes , aplausos y vítores de los vecinos de la “Catedral de Triana” que saludaba con el repicar de campanas a la hija de la Señora que manda en la casa. Con esta bella imagen, con el reloj marcando las doce de la noche pusimos fin a esta experiencia volviendo al coche y quizás echando el cerrojo del curso cofrade durante los próximos meses estivales hasta que en septiembre vuelva la actividad.... y puede que sea con la salida de la mismísima Esperanza Macarena.