Buscar este blog

sábado, 29 de junio de 2019

LOS SAGRADOS CORAZONES DE 1889


En el primer número en el que participé en la revista Pasión y Gloria de Jaén, escribí del barcelonés Jacinto Calsina (entre otros artistas), autor de las dos imágenes de los sagrados corazones con los que contaba la iglesia de la Encarnación de Bailén y que se perdieron en la Guerra Civil Española (1936-1939).
Para poder documentar aquellas obras me valí de una misiva enviada al señor obispo de Jaén, D. Manuel María León González y Sánchez (Sevilla, 1825 - Jaén, 20 de octubre de 1896) por el que fuese párroco de la entonces única parroquia de Bailén, D. Santiago Fernández Hernández (Corral de Calatrava, 1848- Bailén, 1910). Fue don Santiago un gran párroco con muchos y significativos avatares parroquiales que en definitiva son historia viva de Bailén. Sin duda su figura se merece algún día un trabajo de investigación.
Bajo su ministerio se alcanzó grandes cotas para el culto al Sagrado Corazón, muy en boga desde entonces. Hace 134 años, en el día de Santa Catalina de 1885 el obispo de Jaén anunció su deseo de consagrar al Corazón de Jesús la Diócesis de Jaén. El día elegido era el 8 de diciembre de 1885, coincidiendo con la fiesta de la Inmaculada Concepción, dogma del que el obispo González y Sánchez era un extraordinario propagador. El texto de la consagración era el difundido y escrito por la Sagrada Congregación de Ritos de la Santa Sede, y publicado el 22 de abril de 1875.
Transcurridos dos años de la consagración, el obispo animó la propagación de la devoción al Corazón de Jesús estableciendo canónicamente en cada parroquia de la diócesis las Congregaciones del Sagrado Corazón de Jesús y Apostolado de la Oración. Las congregaciones quedarán organizadas en “coros” y al frente de las mismas estarían un “director local” (el párroco generalmente) y un celador/a.
Probablemente este sacerdote fue D. Santiago Fernández
La misiva de Santiago Fernández no puede ser más expresiva. Bailén no fue ajeno a este movimiento creando en 1884 la congregación del Sagrado Corazón y el apostolado de la oración y en 1886 la Archicofradía de la Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús. Aunque en 1880 ya consta que se celebró una novena en honor del sagrado corazón. En la carta fechada el 30 de junio de 1889, cargada de la narrativa de la época, el sacerdote le contó al señor obispo como fue creando los coros de fieles, es decir como una especie de colectivos de oración, eso sí, separado entre mujeres (los mas mayoritarios) y hombres. Sin duda esto fue el germen de lo que fue la extinta cofradía del Sagrado Corazón (si es que la podemos llamar así), de la que hoy aun se conserva un estandarte e incluso unas medallas del colectivo. Hay documentos donde se la llega a citar como cofradía, pero dudamos que funcionasen como una cofradía al uso, sino mas bien como grupos parroquiales. Incluso hay constancia de que en 1899 se celebraba una procesión anual.
Con el tiempo y la investigación, he ido descubriendo personajes auténticamente anónimos como fue la celadora que hizo las gestiones del encargo de las imágenes, Dª. Gabriela de Viedma de la Calzada, descendiente de Agustín Ruiz Beato, un señor que construyó un parador en lo que hoy es el edificio de “telefónica” en el “Portajo” [portazgo]. El parador de San José se llamó, con un oratorio (llamada también ermita) dedicado al santo patriarca que acabaría dándole nombre a la calle adyacente que uniría la antigua calle Baeza con el camino real (actual Dr. Fleming).
Entusiasmado el ecónomo de la parroquia, D. Santiago nos narra los cultos y como era el culto en la Encarnación en aquellos tiempos románticos. Echo a volar la imaginación y veo esa encalada Encarnación, con su áureo retablo mayor entre un fuerte olor a incienso mientras d. Santiago revestido con las ropas litúrgicas de la antigüedad daba la homilía en latín y se intercalaba con la sonoridad del órgano, probablemente el antiguo, porque el nuevo se estaría montando.
TRANSCRIPCIÓN
Excelentísimo e ilustrísimo señor obispo cumplo gustoso con lo dispuesto por S.E.Y en su circular nº 166, haciéndole breve reseña de los cultos habidos en esta de mi cargo a el Sagrado Corazón de Jesús.
Los coros de señoras del apostolado de la oración son dieciséis, que se compone de una celadora y de catorce asociados.
Los coros de hombres son cuatro y de igual número. Coros de la guardia de honor tres, y asociados al corazón sagrado de Jesús ciento cuatro.
Digna es que se haga de especial mención por su celo la Sr. ª doña Carolina de Garro de Palacios, quien más que nadie puso su valiosa cooperación en el aumento y buena organización de estos coros.
Todos no obstante lo anteriormente dicho rivalizando en celo ardían en vehementes deseos de tener efigies de talla del Sagrado Corazón de Jesús y María y al efecto se comisionó a la celadora Sr. ª dñª Gabriela de Biedma de la Calzada, para que con los mejores artistas contratara expresadas imágenes.
Seis meses transcurrieron en dicha obra; por fin llegaron a esta ciudad repetidas efigies el día 16 del presente. Grandes coros de asociadas rodeaban las cajas que las contenían ávidos de contemplar las gracias de obras tan superadas. Nuestros deseos y esperanzas, excelentísimo e ilustrísimo sr., se vieron complacidas, gracias mil a el artífice sr. Calsina de Barcelona que tan inspirado estuvo; y a truque de mortificar también su humildad, mil y mil gracias a la Sr. ª dñª Gabriela que tan acertada estuvo en conciliar la economía con el buen gusto.
Mencionado día 16 [de junio]se hizo la bendición solemne de repetidas imágenes entre los acordes del órgano y un repique general de campanas, que invitaba a los fieles a que vinieran a ver y adorar a Él que es el rey de los corazones, y más que el Sinaí de las perfecciones divinas.
El día 19 se dio principio a una solemne novena exponiendo la divina majestad, cantándose vísperas, rezando el rosario, letanías a dos voces, novena y reserva con bendición del santísimo.
Llegó por fin el viernes que cierra de un modo tan risueño la octava del adorable corpus Cristi, las campanas anunciaban en el alba que era llegado el gran día que faltaba en la festividad de la iglesia de que al decir de San Bernardino de Siena: “se rompían las fuentes de los grandes abismos, esto es, los vasos del corazón de Jesús, para inundar el mundo con un diluvio de amor”.
“Rumpli sunt fontes aby asi magna id est penetralia cordis jesu, est di luvium amoris inundarel”. ["Rupti sunt fontes abyssi magnae, id est pentralia cordis Iesu, ut diluvium amoris indundaret”]
Día en que la iglesia nuestra madre, casta y gemebunda paloma encuentra la paz y el sosiego en ese placido y adorable nido, al decir de Santo Tomas de Villanueva. “Turtur ipra est casta et gemebunda eclesia nidus turturis pectus est id leclisimi sui […] [Turtur ipsa est casta et gemebunda Ecclesia, nidus turturis pectus est dilecti (¿dilectissimi?) sui]
Y aquel que es rico en bondades, y arde y se consume de amor por las almas.
Aquel que se dignó dejarse ver en la amorosa forma que vemos en esas imágenes que cautivan el entendimiento, inflaman el alma y rinden el corazón a la humilde Virgen de la Visitación. Aquel que nos alienta con un llamamiento tan apasionado como el que revisten estas palabras “venite ad me omnes que laboralis et onoratis estis et ego reficiom vos” [Venite ad me omnes qui laboratis et onorati estis, et ego reficiam vos]; y nos llama de un modo tan risueño “dicite a me”, a rendir cultos y adoraciones a la sacratísima llaga y entraña adorable de su corazón. Aquel cuyos válidos de mansísimo cordero penetran el alma, se hizo sentir en todos los rincones de esta feligresía, y todos acudían presurosos, hombres y mujeres de todas clases y condiciones a lavar sus manchas en la mística piscina del […] de la penitencia, y unos a otros se animaban con las palabras que la iglesia pone en el ¿verso? del oficio divino y en el introito de la misa. “Egre dimini, et vidite, filia sion regen salomone in diade mate quo coronavit enm mater sua in die desponsationis mius et in die lectitice cordis ejus” [Egredimini, et videte, filiae Sion, regem Salomonem, in diademate quo coronavit eum mater sua, in die desponsationis (eius?) et in die laetitiae cordis eius]. Venid y ved hijos de Sion, a vuestro rey Salomón con la diadema con que le coronó su madre en el día de su desposorio, y en el día de la alegría de su corazón: 315 personas que se acercaron a la sagrada mesa en la misma de la comunión general dan testimonio y certifican que los dulcísimos silbidos del que es el mejor pastor.
La fiesta, excelentísimo e ilustrísimo señor fue solemnísima: se cantó una misa de dos voces, órgano obligado, y motetes, estando el panegírico del sagrado corazón a cargo del párroco que habla.
[falta frase sin fotocopiar] sagrado corazón de Jesús fineza la más tierna que Jesucristo reservó para nuestros tiempos. Gloria al soberano pontífice que abre los tesoros de la iglesia en beneficio de las almas y gloria a nuestro excelentísimo e ilustrísimo prelado que con tanto acierto, nos alienta y dirige para reñir batallas del señor y nos lleva a alcanzar victorias tan señaladas que nos enciende a el horno del amor divino.
En 30 de junio de 1889.
Santiago Fernández
[rúbrica]”   






















No hay comentarios:

Publicar un comentario