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martes, 25 de noviembre de 2014

UNA NOCHE CON SABOR A CUARESMA...

El pasado viernes, por quinto año consecutivo, la casa hermandad de la cofradía del Gran Poder de la ciudad de Andújar retumbó nuevamente al eco del martillo de la fe ciega, a resoplo del costalero en la levantá, a sonido seco y profundo cuando caen los kilos, al racheo que me suena a gloria y eso que,  aunque Rafa Mondéjar iba con el terno, no comandó ningún paso. Tres capataces y un costalerucho ahí de relleno se sentaron a la mesa, y no la de la última cena aunque la hora invitaba a ello, pero nunca la última, siempre la antepenúltima. Gran elenco, eliminándome a mi claro para echar una noche más con sabor a cuaresma como apunté en mi presentación, porque por segundo año, esta gran hermandad tuvo el detalle de contar con mi humilde presencia y mis más humildes palabras para presentar y moderar el V foro sobre costalería que esta hermandad tiene a bien organizar para engrandecer un poquito más la labor social de esta cofradía con su tierra.
La noche nos supo a historia y a otros tiempos, el motivo era bien sencillo, llegaban dos veteranos del mundo de los martillos, aunque por edad podrían estar aun en activo, pero su figura recuerda, sobre todo a los andujareños, el génesis del esos benditos hombres revestidos de arpillera alrededor, y sobre todo debajo de los pasos de los cristos y la vírgenes de su pueblo.




Miguel Ángel Yruela Rojas nos trajo la fragancia de aquella década maravillosa para esta provincia en que en Andújar plantó las maneras sevillanas en su alma. Al igual que Manuel López Montesinos transmitiéndonos las sensaciones que aún perviven en su memoria de aquellos años, que gracias  a la semilla que ellos plantaron tanto han cambiado el “cotarro”, aunque no lo parezca, para bien. Los entresijos de cómo se formaron las cuadrillas del Buen Remedio y los Estudiantes, la pasión sevillana en los iliturgitanos que obraron el milagro, el ímpetu de aquella juventud entremezclado todo con las experiencias de ambos en Sevilla, de cómo se sorprenden al ver el boom que ha tomado hoy día el mundo de abajo, cuando ellos se comieron muchísimos kilos bajos los pasos sevillanos, protagonistas de la segunda transición que vivió Sevilla, la del costalero, pasando del “profesional” al que no cobraba si no que pagaba una cuota como hermano, donde obviamente se analizó como era la técnica de entonces, que parámetros sociales los regia y cuál era el grado de afición, donde el amor a la cofradía y sus titulares primaba más que por quien llevaba el martillo, todo analizado y comentado por un discípulo aventajado de ellos, Rafa Mondéjar, costalero de aquella mítica cuadrilla del Buen Remedio y hoy día un consolidado capataz que ha conseguido evolucionar hacia la figura de capataz que por su pasión y afición se torna en una especie de capataz profesional por llamarlo de alguna manera, es decir, el capataz que no solo se limita a su cofradía, como lo fueron ellos, como Montesinos dejó bien claro, que en su pueblo solo hubiese sido capataz de su hermandad. Un cierto pellizco a la glorias, por fin conseguí que en estas charlas se hable de este también importante mundo, donde ellos dieron su punto de vista ya que ambos han sacado glorias como la patrona de costaleros y capataces, Madre de Dios del Rosario de Triana o el Amparo de la Magdalena, añadiendo el imprescindible apoyo que para ello antes y hoy dan las cofradías de penitencia y la sorpresa quizás desbordada que vive hoy día la capital hispalense con el fenómeno letífico, donde apuntaron que en su época activa salían bastante menos procesiones de gloria y hoy día, como así ocurre apenas hay fin de semana del año en que no haya una procesión de gloria, un mérito digno de reseña para exaltar a figuras indispensables para esta realidad, como la recientemente desaparecida de Juan Martínez Alcalde.
Como apunté, el viaje al pasado, la añoranza de tiempos irrepetibles y la percepción sobre en lo que ha deparado llenaron las paredes de la acogedora casa, de la que por cierto fue la primera cofradía en formar una cuadrilla de personas para que el Hijo de Dios anduviese lleno de gracia por Andújar, aunque aún sin costal, la hermandad del Gran Poder, a la que le doy eternamente las gracias por hacerme sentir especial, sentándome ante los verdaderos genios de este mundo. Como no, a Rafael Mondéjar por confiar siempre en mi persona dándome tanto, que el presente, cuando sea historia me alegrará los días de los grandes recuerdos y las satisfacciones, porque como le digo tantas veces, los malos tragos son los que luego nunca recordamos cuando pasa el tiempo. También me gustaría darle las gracias, Rafa ya lo hizo al comenzar su disertación, a Federico Jiménez Reloba, capataz cordobés, ponente durante dos años de este foro y que tuvo el detalle de venir desde Córdoba para presenciarlo un año más, para mi también fue muy especial sentirnos casi como en familia, y a todos los que se pusieron en carretera como desde Granada para estar allí disfrutando del mundo de abajo. Y para finalizar no puedo olvidarme de mis amigos, locos de este mundo que no dudaron en acompañarme para también ser mis mayores críticos –nos os preocupéis que para el pregón lo daré todo, el trabajo no me dejó preparar bien mi presentación-constructivos, Guerrero, Félix y Óscar, que gentilmente realizó estas fotografías del evento, y también a mi amigo Pedro Soriano y Alejandro, que no siendo ni por asomo capillitas como los que allí nos juntamos, se dieron para conocer un poco más de lleno, que lo nuestro es una auténtica cultura de fe y devoción a la magia de las cofradías… espero que todos disfrutaseis de la velada.

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