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viernes, 15 de enero de 2016

LA ENCARNACIÓN YA TIENE FORMA Y ROSTRO...

La cita pudo parecer como cualquiera de las últimas. Las últimas bendiciones de imágenes ya sean de cofradías como para la iglesia han estado envueltas en el mayor boato de quizás toda la historia de la religiosidad popular en Bailén. No hubo grandes altares como en San José, pero hubo algo, ni vino el obispo como con la Oración en el Huerto, pero en el mismo marco un sacerdote criado entre los cinco veces centenarios muros dio la bienvenida a la que podría ser la gran semilla de la futura nueva hermandad de penitencia de la ciudad. No lo sé si lo conseguirán, pero yo creo que Dios y la Virgen están de su lado, en ellos está no separarse de quien todo lo mueve.
¡Ya está bien! desde que aquellos señores que quisieron darle un matiz más serio a las cofradías bailenenses fundasen en los años cuarenta del pasado siglo la hermandad de la Mulica. Creo que ya pesaban demasiado aquello de que las más joven ya peinaba canas. Y es que como dice el canto litúrgico, Él se acerca antes a los sencillos y humildes que “a sabios y ricos”, eso me parece la verdad, que Dios quiere una nueva cofradía y se fijó en gente sencilla que no va por ahí dando doctorados de iglesia y cofradías.
Pero sobre ello están estudiando, se están formando, y amigos del pueblo, como lo consigan, la esencia que los guiará será algo que quizás aún aquí no hemos visto, y es que es, que hay que tener claro que las cofradías son un cachito más de la iglesia, y que con ella todo tiene más valor, más sabor, más sentido, más verdad, lo demás son otras cosas que pueden parecer iguales, pero no más lejos de la realidad, porque para ser iglesia hay que saber ver más allá de la realidad de nuestras mundanas cosas.












Pero los humanos necesitamos ver y tocar, la verdad seguimos recordando a Dios que somos unos “Mateos” que necesitamos ver para creer, pero no asustarse, la piedad popular y la iglesia vio a bien crear la imaginería y Dios no le puso pegas. Manolo no dijo aquello de que son el “evangelio de los pobres y sencillos”, pero él yo sé que lo sabe y se lo cree, por ello vi que disfrutó bendiciendo a una imagen más pero no una cualquiera, él que creció entre los muros de la Encarnación como monaguillo, le cupo el honor de bendecir a la Virgen Santísima, que Ella lo quiera, en un tiempo, no sé cuánto, se pueda pasear tras una hilera de nazarenos en estación de penitencia por las calles de Bailén.
Penitencia para una advocación, que mañana lo contaré, surge de la gloria, advocación letífica para los dolores de María, advocación de un templo colosal que una tarde triste de julio borró para siempre. Paredes casi catedralicias que ahora se erigen vacías hacia la altura del Padre. Se llamó Encarnación, el motivo concreto no lo sabemos, pero Encarnación fue el principio de la gracia que nos trajo Jesús, gracia que sin el vientre de María no se hubiese realizado, porque así lo quiso Dios.
Desde el siglo XVI la Encarnación no tenía una cara tan bella para nombrarla, como dijo don Manuel, se le antojó tener forma y rostro, y desde el sábado pasado, la Encarnación de Bailén ya no solo será la casa de Dios, sino también la Madre de Dios de unos jóvenes que, llamados por el altísimo, quieren rendirle culto a través de las cofradías, esas que me ponen tan negro pero que sin ellas no sabría vivir.
La Virgen se encontraba en el presbiterio, no sé porque siempre en el lado de la epístola cuando ahí se coloca una imagen para cualquier culto, en este caso una bendición. El dosel que construyera don Antonio Balboa para San José que tantos servicios lleva ya prestados, con el rojo color que creo será el color de la Encarnación. Y servicios los que lleva la peana de la Virgen del Mayor Dolor y Consuelo para sostener a María en esta tierra. Jaras y flores la embellecían y la perfumaban y la luz que se hizo al recibir el agua bendita y el incienso para que Dios obrase a través de Ella para el servicio de la fe de este pueblo. Luz que se encendió de una candelería que es una joya escondida, magnífica obra de plata manierista que parecían simbolizar los siglos de Encarnación para iluminar a la que ya le de cara, la nueva Virgen de la Encarnación.
Poco más de un año llevaba “escondida” hasta que se pudiese bendecir perteneciendo a un grupo cristiano de la parroquia, porque Ella llega evidentemente para eso, para ser el camino y la guía de un grupo parroquial y en definitiva de los bailenenses que se quieran acercar a Ella. Por fin Antonio Parras, este imaginero de Torredelcampo, embutido en la actual vorágine de expansión de imagineros por todos los rincones de Andalucía, pudo contemplar a su Virgen para la función que la creó, para que todos le pudiesen rezar… los rezos de nazarenos, los rezos costaleros, los rezos musicales llegarán cuando tengan que llegar…

















Parras Ruiz nos deja una obra realizada en madera de cedro, con policromía en óleo, pestañas de pelo natural y lágrimas de cristal, siete concretamente que hace alusión a los Siete Dolores de María. Su expresión es frontal, aunque gira levemente la cabeza hacia la izquierda, sus ojos de color marrón miran al frente buscando con valentía el consuelo del espectador. Su boca se muestra abierta dejando entrever su dentadura y lengua, recursos que dotan de mayor realismo y naturalidad al simulacro. En cuanto a sus manos, su mano derecha se cierra un poco para agarrar el pañuelo que enjuga su llanto, mientras la izquierda se muestra abierta en actitud implorante. Su encarnadura tiene una tonalidad natural, sin ser excesivamente morena ni pálida.
Estuvo ataviada por el vestidor y artista granadino Álvaro Abril Vela, el cual también ha realizado el escudo corporativo y el estandarte de tipo bacalá que los representará desde ahora. Lució su propia corona realizada por los talleres de Paula Orfebres de Lucena (Córdoba) y la cesión para la ocasión de un manto de la Virgen del Rosario de Linares y una saya de la Virgen de la Aurora del Torredelcampo.
La ceremonia se extendió más allá de la hora, amenizada por el coro de la iglesia. Celebración donde la hermandad de los Siervos de Jesús en su entrada en Jerusalén, la de Ntra. Sra. de la Cabeza y la de la Virgen de Zocueca, las tres hermandades residentes en la parroquia, actuaron como madrinas de bendición de la nueva dolorosa bailenense. Esta última le regaló a la Virgen su histórica medalla con un lazo con los colores de la enseña española que se le impuso a la imagen y que ha lucido en su besamanos en la jornada del domingo pasado.  Igualmente asistieron representantes de todas las hermandades locales.
Seguidamente, el vicepresidente de la agrupación parroquial, Juan Rodríguez Galindo intervino dando gracias a todos los que han hecho posible esta cita histórica, regalando sendos cuadros de su ya dolorosa titular. Finalizando esta jornada de gozo con la primera salve a la Virgen de la Encarnación de Bailén, que desde ahora ya tiene nuestra iglesia su reflejo en una imagen exenta de la Virgen, en este caso de tipología dolorosa.
Unos días intensos que acabarán este fin de semana, estando programado para este sábado una visita guiada a la Parroquia de la Encarnación y las Catacumbas. Será a las 17:00h, a cargo de D. Miguel Ángel Alonso Roa, una nueva oportunidad para conocer la gran historia que yace callada sobre sus muros. Seguidamente se celebrará la Santa Misa y a continuación la Conferencia a cargo de este humilde servidor de ustedes titulada: "Engendrado, no creado", La Virgen de la Encarnación, Origen e iconografía. En ella trataré de explicar el origen de esta advocación y la iconografía que la representa. Que imágenes procesionales surgen de ella y cómo llega hasta una imagen de dolorosa. Será a las 20:30h en los salones parroquiales de la Encarnación y repito ES ABIERTA PARA TODO EL QUE LO DESEE, no son actos privados del grupo parroquial.
Por último, el Domingo tendrá lugar el rezo del Santo Rosario a María Stma. De la Encarnación a las 19:00h dando el cierre definitivo a este programa de Actos de la Bendición de María Santísima de la Encarnación.

Esto es solamente el principio, ahora como diría un gran capataz, “hay que seguir…”












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