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miércoles, 14 de enero de 2015

LA MULICA DE LASTRUCCI...

En el Domingo de Ramos del año del Señor de 1995, en un pueblo de los más nutridos de cofradías y procesiones en la provincia de Jaén, como es Torredonjimeno, como podemos ver en el video que les adjunto, los músicos de la entonces aún reciente formación musical sevillana, “Agrupación Musical Ntro. Sra. de los Reyes” –tras desvincularse de la hermandad de Jesús Despojado y abandonar la denominación que le daba el Cristo del antiguo compás de la laguna- se tuvieron que percatar del gran parecido del Cristo al que acompañaron en aquel día con muchos de los que se pasean por la capital hispalense.


Hace unos meses, les comenté (pinche aquí) una de las recientes novedades investigadoras en el campo de las cofradías sevillanas. Se descubría que la hermandad de la Trinidad llegó a plantearse seriamente el sustituir el conjunto escenográfico de su singular paso alegórico del Sagrado Decreto, sustituido en un gran porcentaje hoy día, pero en aquel entonces hubiese sido completamente por una obra que hubiese realizado el que quizás aun nadie haya conseguido igualar a la hora de configurar pasajes evangélicos con la gubia, Antonio Castillo Lastrucci. Entonces tuve la genial idea –para mí- de intentar acercarles una somera idea de cómo podría haber sido  aquel conjunto si lo hubiese realizado el genio discípulo de Susillo con imágenes, ya que siempre una imagen valdrá más que mil palabras explicativas. Partiendo del tridente divino, de la Santísima Trinidad actual coloqué con Photoshop los bustos de otras obras, realizadas obviamente por Lastrucci para que pudiésemos idear como pudo haber sido aquel misterio frustrado. El motivo era bien sencillo, el estilo, impronta, arte y sobre todo la continuidad casi en serie de sus modelos nos podría deparar de que por lo menos Dios Hijo hubiese tenido la faz muy similar a la de otros Cristos sevillanos… Buena Muerte de San Julián, Presentación de San Benito, Prendimiento de los Panaderos, antiguo Soberano de San Gonzalo o el de Jesús de la Redención del Beso de Judas, Cristo este último elegido para aquel fotomontaje, que al parecer pudo haber alguien que le sentase mal, e incluso que lo diera a conocer a la hermandad mostrando esta su desaprobación… es lo que tiene mostrar sin explicar, si se hubiesen leído la entrada hubiesen visto que no se hizo desde ninguna falta de respeto, aunque no todo el mundo está preparado para ver las imágenes devocionales como lo que también son, obras de arte dignas del estudio humano.





Y es que Castillo Lastrucci crea un modelo, no solo de Jesucristo, sino de arte para configurar un escalón, y no pequeño dentro de la evolución de la imaginera procesional para Sevilla. Cuentan los estudiosos y capillitas sevillanos que la escuela contemporánea nunca triunfó en la Semana Santa hispalense, hay motivos para pensar en ello, pero deliberar que Lastrucci fue otro “neo” que siguió los postulados clásicos a raja tabla se equivoca, porque Castillo Lastrucci fue otro de aquellos “contemporáneos” que insufló aire fresco a la escuela imaginera sevillana, qué se puede esperar siendo discípulo de Susillo, lo que pasa que la esencia de su estilo gustó… sin más. El misterio de la Bofetá es un monumento a la imaginería y al arte religioso del siglo XX y su mejor carta de presentación para crear la gran esencia de lo que es hoy un paso de misterio. Pero tras la Guerra Civil su obrador se convertiría en una auténtica fábrica de imaginería que levantaría de las cenizas cientos y cientos de imágenes devocionales para no solo Sevilla, sino Andalucía y muchos rincones recónditos de España. Un auténtico equipo de trabajo que tuvo que realizar muchas imágenes que ni siquiera tocará el maestro aunque indudablemente nos aparezca la figura de Lastrucci en la cabeza cuando estamos ante una obra con todas las señas identificadoras de su impronta, muy reconocible para cualquier iniciado en arte cofradiero. Y es que la necesidad lo llevó a repetir modelos hasta la extenuación, algo que sabrán muchos de ustedes, por eso podemos encontrar prácticamente idénticas copias de su obra repartida por todos lados, por esto el Cristo del Beso de Judas y el de los Panaderos son prácticamente la misma persona.
Fue tal la demanda que creó que no le quedó un pasaje de la Pasión, Muerte y Resurrección sin salir de su taller, incluso algún misterio salido de su genial mente para convertirse en modelo de otros posteriores. Se podría hacer un santo entierro magno para escenificar todos los pasajes de la pasión de Nuestro Señor con imágenes salidas del taller de la calle San Vicente.
Por ello toda esta historia, para entender el valor y la significancia del verdadero Cristo protagonista de esta entrada, aquel que en 1995 tuvo que hacer pensar a los músicos de los Reyes que tenían al Señor del Beso de Judas montado sobre una “Mulica”…







Torredonjimeno es una de las pocas ciudades que conozco junto a Bailén, mi pueblo, que llama de esta manera al jumento que sustenta las divinas posaderas del Hijo de Dios, cuando está más extendido lo de Borriquita-illa o Pollinica. La cofradía toxiriana puede que sea una de las más antiguas en rendir culto a este pasaje bíblico en Andalucía, ya que cofradías como esta apenas proliferaron hasta el apogeo definitivo de la Semana santa a partir del siglo XX. En el siglo XVIII pudo surgir la misma con una curiosidad destacable, escenificaba con el mismo Cristo dos pasos de Semana Santa. La imagen era articulada y cuando realizaba sus funciones de Sagrada Entrada en Jerusalén a lomos de la Mulica se sentaba para escenificar con algunos apóstoles que también lo acompañaban en la Entrada en Jerusalén, el misterio de la Última Cena. La Guerra Civil se llevó aquel conjunto y aquella circunstancia, volviendo Jesús a montarse sobre la Mulica de los toxirianos en 1957 gracias a las gubias de Antonio Castillo Lastrucci que unió su reputado nombre a los de Amadeo Ruíz Olmos o Palma Burgos como los grandes artistas del momento para reconstruir la imaginería procesional de Torredonjimeno, adentrándose también con su figura –junto a su amigo Antonio Illanes- la escuela sevillana en la provincia del antiguo Santo Reino. Gracias a Dios allí imperó el sentido lógico de acudir a imagineros y no abusar de las obras de Olot.
Encuentra más fotos como esta en Cofrades

Algunas fuentes apuntan que fue la agrupación de cofradías local quien adquirió la imagen junto al niño hebreo que tira de las riendas del asno y otras a que fue el mismo ayuntamiento para engrandecimiento de la Semana Santa destruida. En el mismo podemos observar un magnífico trabajo de talla y policromía, siendo la imagen de talla completa, un recurso que ansiaba Lastrucci en sus encargos, incluso algunos de sus famosos misterios los realizó de esta manera aunque posteriormente eran remodelados para poder revestir las imágenes según las modas más capillitas. Torredonjimeno sigue manteniendo la talla tal cual se gubió, con un rico estafado e evidenciando la repetición de modelos en el busto del Señor, para mi uno de los más conseguidos de su producción. En 1996 le incorporan al trono una imagen de San Juan del artesano local José Miguel Tirao Carpio, imagen sin duda embutida en la corta pericia de entonces, que pareciese que en el modelado del busto hubiese intentado seguir al San Juan del Dulce Nombre de Sevilla pero no con similares resultados. La cofradía resurge en los noventa, con la destacable curiosidad de contar entonces con algunas de las mejores bandas sevillanas, algo que en aquel tiempo la hizo destacar en esta faceta en la provincia cuando aún por aquí la esencia musical sevillana aun le costaba despegar, van ellos y se traen a la quizás mejor agrupación musical de aquel momento, supongo que muy bien pagada, además con la Redención de Córdoba abriendo el cortejo. Como dije al principio, los componentes de la banda se tuvieron que dar cuenta que antes del Beso de Judas, el Prendimiento, la Bofetá o la Buena Muerte de San Julián aquel Cristo según Lastrucci entraba a lomos de una Mulica a la Jerusalén de Andalucía por la ciudad de Torredonjimeno.

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