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lunes, 20 de julio de 2015

ZOCUECA, LA ALCALDESA BAJO PALIO...

Un nuevo día 20 de julio, mi Madre de Zocueca –sin golpeo de pecho- vuelve a ocupar el pensamiento de los bailenenses o de algunos claro está, ni Ella se libra de las iras del libre pensamiento. Y por ello hoy me toca echar a volar el recuerdo, y lo haré utilizando dos buenos instrumentos para ello. Dos históricas fotografías que nos muestran unas de las pocas estampas de un aspecto muy singular y recordado por muchos de la Patrona de Bailén. Las mismas las tenemos gracias a la gentileza de Juan Simón, vecino e hijo del siempre recordado en mi familia, Miguel Simón, el cual figura en una de ellas, aunque directamente no pertenecieran a la familia, siendo ambas el preciado tesoro de un “rescate” que Juan consiguió llevar a cabo cuando las mismas pudieron a pasar a mejor vida.
“Manto rojo”, “manto de la reina” y por qué no llamarlo el de “La Real Fábrica de Tapices”, que esto también le da muchas más rimbombancia a la prenda ya que pocos mantos se conocerán que salieran de aquella histórica fábrica o eso creo, esto lo he dicho sin documentarme mucho la verdad. En blanco y negro pero se intuyen los colores de un manto que seguramente deba romper mi atribución a las manos de las mallorquinas hermanas Gilart, por ello si se lo encuentran por aquí, quizás no deban de hacerle mucho caso. Como viste este manto, pues suponemos que era tal día como hoy pero no sé de qué año, si lo dijeron ya se me quedo en el tintero. Por cierto hoy tras unos años volverá a lucirlo en el 150 aniversario de su donación y porque el IAPH valoró tras un estudio que restauración necesita pero que se podía seguir usando.
Curiosas fotografías ya que una parece la típica foto de las representaciones con cetro delante de los pasos en la procesión pero acompañada de una fotografía trasera del paso, realizada prácticamente en el mismo momento que me parece inducir a algún tipo de reportaje fotográfico, más propio de un trabajo para algo en concreto que para recuerdo de las personas que figuran en una de las fotografías. Siempre he buscado fotografías como esta donde se me muestra a mi más remoto recuerdo de la Virgen de Zocueca donde aún puedo intuir borrosamente en el disco duro de mi cerebro como siendo muy pequeño, por donde está el aun recientemente cerrado banco Banesto, contemplar a la Virgen de Zocueca entre la telaraña de bombillas que adornaba la plaza de la Constitución en estos días sobre su antiguo paso, el que no nos llevaba a confusión alguna con la impronta que le daba este palio. En los primeros compases de este blog ya les hablé de mi anhelo y recuerdo de ver a la Capitana y Generala bajo palio que levantaba el pellizco en verano, porque la tuve que ver varios años, pero con la óptica de un niño porque en 1990 estrenaría su actual paso, teniendo yo solo 8 años, en el cual este año volverá a recrearse como en el proyecto original, es decir sin el templete que la ha cubierto desde 2008, una pieza que tal vez valorando las opiniones durante años sobre algunas cuestiones entre estéticas y de peso, quizás ha restado más que sumado.
20 de julio de 1990. Curiosamente sin el manto rojo.
Palio sencillo, como casi todo lo que se hace en Bailén, seguramente sería hasta casero, bordado, los pocos bordados que tenía, seguramente por manos aficionadas y devotas. De sencillas formas entre la línea y las curvas, con escuetos flecos, blanco por fuera rojo plano en su interior y un techo palio en un tejido de encaje que me recuerda a los viejos techos de palio de la Alegría o la Esperanza de Linares. El escudo de Bailén al frente –qué gusta poner en los pasos bailenenses el escudo- con su singular fortaleza, sus gloriosos laureles y el cántaro roto, que quien no dice saliera del torno de un tatarabuelo mío, de aquella vieja heroína de la que seguramente la misma Virgen llenase de valor para ir a socorrer a los que dieron su vida por decirle a los franceses que España seguiría siendo de los españoles. Paso realizado por la familia García o “los tomateros”, donde parece imitar un gótico isabelino, de sencillo dorado y faldones de brocado que sustentaba las viejas andas de los talleres Meneses a modo de peana que elevara a la pequeña “Chiquilla de tintes goticistas” y sus candelabros entre lisas jarras rellenas de desordenados claveles y gladiolos que venían aun con la sencillez de las formas a poner más bella a la flor más dulce de pueblo bailenés.

Era un niño y aun no se me ha olvidado el palio, a muchos de los antiguos no se les olvida que les gustaba ver a su patrona bajo tal insignia de respeto, de grandeza y realeza, no hay más reina en este mundo que Ella, Madre de Dios y Madre de los baeculenses, y es que hasta Ella tiene porte de antigua diosa de paganos, son muchos aun los que creen que la estampa bajo palio era su seña de identidad, la que seguramente fue la primera en lucirlo en Bailén. No es una petición, que nadie se equivoque, hoy quería decirle algo a María Zocueca y he querido recordarla de esta manera aunque yo tenga mis modelos, los siempre imposibles en esta vieja Baécula de verla bajo un palio de categoría mecerse a mí son más especial y muchos más sueños, esos sueños donde podemos construir cualquier cosa sin esfuerzo, hoy saldré a su encuentro y no podré evitar echar a volar mi imaginación, un sueño muy parecido al que viví el pasado día 16 junto al histórico “El Uno de San Román” y un solo de flauta detuvo el tiempo… con la actual portada pueden hacerse una idea.

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