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martes, 13 de marzo de 2012

EL CABALLO QUE PISA Y LLAMA...

Una peculiaridad reciente agregada a la que algunos les ha dado por tildar “estancada” Hermandad del Prendimiento de Linares, la que parece no ha tenido vida alguna en estos últimos años es una de las mejores piezas que posee en su patrimonio. Sin duda me estoy refiriendo al llamador del paso de misterio de nuestro querido Soberano.
Los llamadores son unas piezas que en la actualidad han tomado un protagonismo impensable hace unas décadas en lo referente a lo artístico y a lo humano… la esencia de nuestro llamador como no podría ser de otra manera parte de la del paso de misterio al que pertenece, el cual sigue como muchos sabrán la idiosincrasia sevillana. Así hay que partir de todo el fenómeno que rodea al llamador con pistoletazo de salida, su ciudad creadora. Pieza indudablemente ideada para la función del capataz, sobre todo para avisar a la cuadrilla de la levantá y la arriá, o lo que es lo mismo parar y posar el paso en el suelo. Como antaño, se tenia mas claro que hoy en día, que a donde hay que mirar cuando pasa el Señor o la Virgen es arriba, como no. La esencia artística de los mismos era tan humilde como los hombres a los que tenía que servir. Eran simples artilugios para el uso de la conducción del paso por lo que las cofradías lo tenían como la ultima pieza en la que fijar sus esfuerzos de enriquecimiento. Como ejemplo, según leí de mis fuentes, el llamador actual del paso del Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes de la Hermandad de la Amargura es el original del anterior paso destruido en los sucesos de la Guerra Civil, por lo que no debería extrañarnos que su origen y génesis fuera para evidentemente llamar, pero no a los costaleros si no a los habitantes de las viviendas, es decir un llamador de una puerta ante el paralelismo que tiene el referido llamador con algunos antiguos que aun cuelgan de añejas puertas de antiguos caseríos, incluso en Portugal se han encontrado piezas idénticas.
Pero los tiempos cambiaron y las hermandades fueron preocupándose en enriquecer cualquier rincón de los pasos y el llamador era uno de ellos como para que los orfebres diseñaran y repujaran obras realizadas e inspiradas en el mundo para el que iban a servir, el de los pasos de Semana Santa y de Gloria. Desde muy sencillos y escuetos hasta llegar a recargados, enormes y pesados ejemplares que en muchos casos impactan ante su visualización.
Muchos de ellos incluso evocarían la historia o algún hecho relacionado con la hermandad e incluso con la esencia de la ciudad. Y esta idea es la que impregnó a mi hermandad allá por el año 2005 cuando decidió poner a la altura artística del paso el llamador que tenia que llamar a la cuadrilla que si no me equivoco cumple esta Semana Santa treinta años paseando al Dios del izquierdo por delante… al Dios que primero lo hizo en la ciudad y que a día de hoy se ha forjado su personal estilo aunque se siga intentando mejorar.

Esta es una de las peculiaridades que siempre defiendo antes aquellos que nos tildan de meros imitadores de Sevilla y que incluso, “un día vamos a ser capaces de levantar una Giralda o un Puente de Triana en nuestras ciudades”. El Prendimiento cogió su esencia, autóctona de Sevilla pero adaptándola a la idiosincrasia de Linares. Y por ello decidió representar en el llamador del Señor del Prendimiento una de las leyendas y mas conocidas historias de la antigua ciudad.
Cuenta la historia que coincidiendo con la decadencia de Cástulo (arabizada con el nombre de Qastuluna) comienza a formarse la población conocida como “lugar” de Linares, en torno a un castillo o fortaleza, cuya misión era servir de avanzada de Cástulo. Durante la Reconquista, esta fortaleza sirvió de refugio y albergue para el ejército cristiano y fue reconquistado a la vez que Baeza, en el año 1227. El municipio de Linares no obtiene el título de villa hasta 1565, cuando Felipe II le otorga jurisdicción propia, aunque las Ordenanzas Municipales no fueron ratificadas hasta el 11 de enero de 1578.
Y según la leyenda, por esa época comenzó a circular por Linares una fábula que decía lo siguiente: "Una mañana pasó por aquel lugar un joven jinete que venía cansado por el largo viaje y meditabundo por males de amor, ya que había tenido que ausentarse de su pueblo porque no pudo conseguir la atención de su admirada. Al poco rato de estar allí, su caballo comenzó a excavar, con sus pezuñas, en la tierra. Cuando se percató el chico de lo que estaba haciendo el caballo le regañó y apartó de la zona. Sin embargo el corcel volvió en su empeño, e incluso con mayor fuerzo, hasta que una de sus pezuñas quedó aprisionada en una pequeña oquedad del terreno. El jinete saltó en su ayuda y cuando retiró su pata del orificio, que había excavado, comenzó a brotar un manantial de agua fresca y cristalina que desde entonces no ha dejado de manar. El chico vio en ese detalle una señal y decidió quedarse a vivir en Linares".

Por esta leyenda y el detalle surgió el antiguo poema popular que aun hoy se dice por los oriundos de Linares que dice así:

Todo aquel que bebe agua

de esta Fuente del Pisar

olvida a su padre y madre

y a su tierra no va más.



Dicen que las aguas de la Fuente del Pisar tenían propiedades curativas, de ahí el cantar, que repetía que quien las bebe olvida su origen y su familia para quedarse en Linares.
Así que esta fue la idea que tomó la hermandad para dejar un resquicio de la historia y la idiosincrasia de su tierra inmortalizada en la obra de arte de su paso de misterio. Una idea que plasmó en el papel el buen amigo, ex-compañero en la banda del Rosario y actual director musical de la banda de música de Maria Inmaculada de la Linares, Francisco López Sanz, para los amigos… bueno su apodo quedará para sus amigos...
Ideó un boceto donde un impetuoso caballo quedaría representado cabalgando a sus lomos el jinete anónimo de la leyenda sobre la clásica y mítica fuente que fuera sustituida por la actual mientras a los pies del equino surgía el agua de la leyenda que generó la popular fuente linarense. No se marcharía a la Triana de los cielos D. Antonio Garduño Navas sin supervisar y dar el visto bueno al proyecto del joven linarense para que casualidades de la vida, el imaginero de La Algaba, Miguel Ángel Domínguez Velázquez realizase el boceto previo mientras alternaba la ejecución de la primera cartela del paso de misterio. Y es que el aun poco conocido imaginero colaboraba con el taller de Orfebrería Andaluza de Sevilla para la ejecución de sus trabajos, los cuales serian los autores del Caballo de la Fuente del Pisar del paso del Soberano de Linares. Uno de los trabajos mas complicados a los que se han enfrentado estos orfebres, ya que les costó dar en la tecla para la consistencia del mismo, que aunque muy vistoso ante todo debe de nacer para acometer su trabajo, llamar a los costaleros…
Menudos cabreos se pilló su añorado “Capitán” cuando, si no me fallan la memoria, en dos Jueves Santos se rompió a los pocos minutos de salir el paso a la calle, teniendo que recurrir al escueto antiguo llamador. Un llamador que tocaron en estos últimos treinta años Sebastian Aguilera, José Luis Maestre, Andrés Gámez, Andrés Caparros (que seria ascendido a capataz en el Reino de los Cielos) y David Parra en la actualidad aunque tal como hizo el en su etapa de segundo de Caparros, el amigo Antonio Acuña también tiene la dicha de llamar a sus costaleros y amigos con el Caballo de la Fuente del Pisar, pero como segundo que quede claro que luego me lo recalca…



Una pieza singular, creo que orgullo de la hermandad que aunque dicen los expertos que no tiene buen sonido si le da mas empaque a todo el conjunto artístico por donde se pasea el Prendido de San Agustín en la tarde del Jueves Santo. Una pieza con grandes protagonismos en la actualidad, extendiéndome a este mundo cofradiero en general por el que por desgracia también se han sucedido hechos desagradables impropios de un mundo en torno a Dios. Tal como le dijo un día Manolo Santiago a Ernesto Sanguino en el mismo instante que este capataz sevillano tuvo la dicha de llamar por primera vez a una cuadrilla… “en el martillo está “reliao” el diablo, que no te pique el diablo” refiriéndose a las malas circunstancias que por desgracia surgen alrededor de estos artefactos, en si en la idea de aspirar a mandar los pasos. Pienso que todos los capataces del Soberano nunca fueron picados por el diablo que igualmente pueda llevar “reliao” el Caballo de la Fuente del Pisar, pienso que todos tuvieron la dicha de considerarse servidores humildes de la hermandad y expuestos a la hermandad, pero valgan esta palabras para que el Soberano siempre siga mirando al espacio donde habita los capataces y proteja a todos los que tengan la dicha de mandarlo en el futuro de la picaduras de los llamadores.

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