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lunes, 6 de junio de 2022

SÁBADO SANTO EN SEVILLA 2022

 














































Sábado Santo donde Dios está muerto en todo el orbe católico “menos” en algunos lugares como Sevilla. Las cosas de la iglesia, o del presbiterado, porque yo soy iglesia, pero nadie me pregunta que opino al respecto. A veces pienso que solo les servimos para partinos la cara defendiéndola contra los que son sus enemigos. Sevilla disfruta de una jornada más de cofradías. Es el día complicado, donde muchas mentes ya comienzan a desconectar. Comenzamos a quedarnos menos, pero había que seguir buscando caminos de gloria… que precisamente en pocas horas la vida ha venido a recordarme lo rápido que te puede herir de muerte. De la alegría del matrimonio a un entierro…

Pero hasta Dios quiso ser hombre y que fuéramos a su entierro. Ya lo anunciaban las escrituras de lo que sufriría el Hijo del Hombre por nuestros pecados. Aunque creo que mi formación es fuerte, cada día me pregunto más porqué… a todo. Así, con el calor de la tarde por Santa María la Blanca intentaba explicar que era el Cristo que nos llegaba por el puente de San Bernardo. Varón de Dolores de la Misericordia. Es Cristo, pero lo representa antes de que naciera, pero parece un resucitado… que difícil es explicar el lagar místico. Llega su pequeña hermandad, con sus nazarenos separados al menos 4 metros como en otras latitudes, aquí no sobran, aun así, se hizo pesadita la espera. Tendrán razón con aquello que más nazarenos es sinónimo de más hermanos y más cuotas. Se nota en esta hermandad menos presupuesto porque ya son demasiados años con ese paso tan pequeño. Me gusta su filosofía, pero les falta más intensidad con el patrimonio y, además, creo que en el lugar que quieren desarrollar su vida de hermandad poco van a lograr.

Como el palio. Solo le falta un poco más de plata. Sobre todo, en lo varales y algo más. Un paso de palio sin orfebrería o poca, no termina de parecerlo. La Reina revestida de Sol, con San Juan y la Magdalena que ahora resulta que era todo un ejemplo a seguir y no era ni una adultera ni una prostituta. La apóstol de los apóstoles la llaman ahora, al final va a tener la de Magdala su verdadera historia oculta. Ante San Nicolás y La Candelaria se postraba el Varón de Dolores mostrando su cruz, su futuro suplicio, su redención sobre la calavera de Adán, justamente todo lo que había pasado días atrás. El sábado es curioso, nos salen dos pasos que deberían salir el Domingo de Ramos, el Varón de Dolores y el Sagrado Decreto, porque es el antes de todo… como si de un Congreso divino se tratara, Dios trino escribiera una constitución en la que se haría carne para salvar nuestras vidas. ¡Que maravillosa es la iconografía! Algunos cristianos nos faltan unas oposiciones para aprendernos esto.

Pero Dios sigue muriendo el Sábado Santo. Sevilla insiste que el sábado no salga ni uno vivo, aunque muchos le metieran a Pino Montano, La Milagrosa o La Misión (quizás entrarán Pasión y Muerte de Triana u ojalá, el Cristo de la Sopa del Santa Ángel). Volví al encuentro con una de mis grandes debilidades, el rococó errante de Sevilla en el entrecejo dolorido del irrepetible Montes de Oca, de la tercera Piedad de Sevilla, la que anda con banda de música como mero adorno, porque la cuadrilla pasa de ella. Canasto de infarto, faroles de arquitectura desbordante, cruz de (casi) carey (aunque hecho de menos la Arborea). Peana en el calvario. Mi Piedad de los Servitas camina sobre un besamanos nómada y nos llegó con su marcha de Abel Moreno, ¿os dije que escuché mucho a Moreno este año? Se abrió las puertas del cielo para que las palomas blancas le volviesen a cantar. Haciendo fotos, una hermana de las que tienen que mandar me miraba con mirada desafiadora para que no las fotografiase. Algún día iré al convento a hablar con ellas para que me expliquen porque no quieren que se las grabe, cuando todos los videos y fotos hacen estremecer a todos los que las ven, soñando visitar la Semana Santa de Sevilla para vivir estos momentos. Uno de los que más caña me dan en Bailén por irme a Sevilla me cuenta que llora cada vez que ve el video de Manolo Santiago… No sé qué temen, si Dios las protege tanto que en plena republica del anti-Dios, un gobierno de agnósticos y ateos le dedicaron la calle a su santa madre fundadora. La caridad de verdad no entiende de otras cosas. Si cuando le decís: “Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera”, me derrotáis, sabiendo que aunque no lo entienda no puedo dejar de seguir amándolo, porque tú lector que me estás leyendo ¿alguno de vosotros moriríais por mí? Solo se me ocurren dos personas y me dieron la vida.

Este año vi un cambio en los tambores, parecía que sonaban menos. Me gustaba más la contundencia de antes. Que alegría poder volver a saludar a David Arce de contraguía. Hasta para esto hemos vuelto a la vida, para ver a la gente que han formado parte de nuestras vivencias. Echaba de menos la lealtad y el respeto del costalero. Abajo había más ruido del normal y Antonio Villanueva los cayó diciendo que si se metía él debajo. Todos callaron. Fijate que el capataz es un chaval que cualquiera le podría hacer frente, que de chulos está lleno el mundo. Pero callaron. El respeto y la lealtad. Porque ahí ya no se cobra. No es un jefe que te puede dejar sin jornal. Pero bien sabemos que, si esto no funciona así, los pasos saldrían como saldrían…

El cajón del palio de la Soledad llegó con esa melodía tan genial de un autor que parece que ha vuelto a desaparecer un poco de las corrientes repetitivas. En las cofradías o nos da por algo o lo olvidamos por completo. José de la Vega y sus “Servitas de San Marcos” empujaron el palio servita ante Santa Angela y después de las voces angelicales su “Valle de Sevilla” inundó la calle de la siempre sor Angela de la Cruz.

Este año cambiamos el itinerario acostumbrado. Ello supuso dejarnos a la Trinidad y Servitas en muchos escenarios que eran costumbre todos los años. Aunque por San Pedro vimos los primeros izquierdos del Sagrado Decreto en la que Dios decretó que el Verbo se haría carne para sanar nuestros errores y llegaría a ser traspasado por 5 veces en el madero como nos vino después poderoso por Santa Catalina el calvario trinitario a las órdenes de Juanma Martín. Creo que es el mejor año que he visto este paso andar. Este año este capataz ha dicho muchas veces invocando el recuerdo de su padre: “¡a la verdad!” Y es que nos fuimos a buscar una verdad rotunda. Y es que ni pandemia ni leches. Llevaba sin ver al Santo Entierro casi 10 años creo ya. Y para eso nos fuimos a las eternas esperas en la puerta del Silencio para ver salir el Entierro de Dios. Hasta Él ha sido enterrado. Lo vino anunciado el paso del estupor para unos y la risa para otros. Pero la Canina nos trae la rotunda verdad, el triunfo de la cruz sobre la muerte. Todos moriremos, todos sufriremos, pero el que murió en la cruz, que se alza triunfante sobre el esqueleto, algún día nos secará las lágrimas si confiamos en Él (la fe) y no habrá más dolor ni más llanto. La muerte de Cristo superó a la muerte. Como dijo aquel señor de los videos en redes. El ser más poderoso del mundo, porque Él se le escapó a la muerte. Después nos vino en una suntuosa urna neogótica descasando en el sepulcro. Dios dormido con tintes mesinos me recordó al dulce perfume como de jazmín que besé donde durmió con la aplastante verdad de la muerte durante tres días. Extasiaba la urna a mis amigos, no es para menos…

Chaqués, autoridades y los militares que me retrotraían a los 20 de julio en mi pueblo. Pero el fusil lo llevaban a la funerala. Y María de Villaviciosa también recibió el pésame como nuestras costumbres nos han legado. ¿Porque me fui a ver el Santo Entierro y me dejé la Trinidad en Laraña (aunque los vi entrar en Campana de lejos) y el Bacalao? Porque quería ver el Santo Entiiero coo he dicho y porque llegaba uno de mis broches de oro ineludibles. Había que volver a la plaza de Santa Isabel… ¡ai! este nombre y mi abuela. Mientras escribo esto mi padre está escuchando el Himno de Infantería viendo las Fiestas de Bailén en Bailén.tv, esa canción me la cantaba mi abuela Isabel cuando era un bebé para dormirme…

Como todos los años, hay que llegar mucho antes de que la cruz de guia alcance María Coronel. “¿Sabes que se quemó la cara para que el rey dejara de acosarla obsesionado por su belleza?” (historias del camino). Pero mi lugar privilegiado nos lo quitó la hermandad al utilizar una cochera para el servicio de la recogía para guardar cosas. Así que nos apostamos a un lado donde bueno… todo volvió a suceder. Fue maravilloso la compañía de un niño al que su padre le enseñaba a ser capillita, ahí radica la diferencia de Sevilla y el resto. Óscar, cuando nos marchamos me dijo: impresionante… otro para la lista, es decir; merece la pena. Se apagó la encantadora plaza y la Piedad volvió a llenar todo con el misticismo del dolor y la tenebridad (¿existe esta palabra?) de lo fúnebre. Sonó “La Madrugá” cuando el paso me aplastó como me gusta a mí, en las distancias cortas y definitivamente la Semana Santa de Sevilla me derrotó con las mismas lágrimas de la Virgen de los Dolores. Que difícil es este mundo Madre mía… solo me cabía gozar viendo su suntuosa cruz desparecer por la capilla con la eterna “Muerte de Ases” … y “Solea dame la mano” volvió a sonar un año más cuando el palio parecía un jardín encendido trasportándonos a otro tiempo. La magia de Sevilla, es sentir que el tiempo se quedó detenido en la época del buen gusto.

Quisimos pillar a la Trinidad por donde yo siempre la cogía, pero me equivoqué en los callejones, por más años que vaya, me sigue pasando y acabamos en los Gitanos. Un santuario repleto de gente, y eso que el sábado ya pasaba la gente de cofradías. Llegó el Decreto de vuelta con su alegre trianear con las Cigarreras. Un paso que divide a muchos por su alegría en el día. Y mira que yo le ponía a la Pasión de Linares para que recuperase el sonido de su origen, cuando volvió a las calles en 1994. Algunos dirán, “¡pero loco cómo le vas a quitar a las Cigarreras!”, y eso es porque me las llevaba al misterio de las Cinco Llagas porque Triana no termina de convencerme en este paso. Pero no por ello no disfrutamos de su música. Estábamos en la casa del Gitano y su capataz mandando al Cinco Llagas… así que sonó el homenaje sorpresa de la Campana de Triana. Gloria a los que se fueron, “Padre Nuestro” a Pascual González, que también le cantó al Señor de la Salud ¿por qué le llamaban Manué?, y las bandas le pusieron “Nazareno y Gitano” para marcharse para algarabía de la bulla con “La Saeta”, himno indiscutible del nazareno moreno que siempre será de San Román. El reloj me ponía nervioso. Estábamos lejos de San Lorenzo y dimos un rodeo intentando buscar a la Esperanza de la Trinidad. Malamente la vimos que por muy poco no le pude casi ni ver esa cara que es el culmen de la belleza de la Virgen María en Sevilla. Impresionate Ella y su palio como tantas veces he dicho, pero si hasta el sábado se desborda, también comienza a costar trabajo ver 5 cofradías y con no muchos nazarenos.

La que lleva muchos es la Soledad de San Lorenzo y a eso me amarré para intentar llegar a su recogía. Me dio por coger el Google Maps para trazar una ruta de búsqueda y me salió tan bien que creo que en 5 minutos estábamos en la abarrotada y oscura plaza de San Lorenzo. En el camino iba despidiéndome de las calles mudas de Sevilla. Venía María sola en la vida y eché en falta aquellas recogías en las que solo me tomaba un cubata, el primero y el único de la semana en la puerta del Sardinero esperándola. No es que estuviera mal acompañado, al revés. Pero a veces la soledad te brinda momentos de placer. Era como un ritual de que pronto estaba mi vuelta a la rutina. Ni el bar ya existe ni beber en la calle dejan. Era una manera de brindar porque ya había conseguido otra. Ya lo he dicho muchas veces, desde 1994 vivirla allí es mi sueño, el que me ha costado muchos palos y derrotas en la vida. Pero no me equivoqué, esta vez llegué más tarde y pronto apareció los ciriales y el refulgente paso de la Soledad de Sevilla, porque así lo entiende la tradición y los siglos. Combate de saetas, con la “Salve Regina” cantada por quejíos, mientras su rostro peculiar de la cuna de la imaginería fue atravesando la noche tras el haz de luz de su candelería. Revirá, y paso atrás, la Semana Santa se terminó como dicen muchos. Yo no voy a tocar la puerta, yo se lo pido a Ella, el año que viene más… En sí, este día ya sientes que es menos Semana Santa. Nosotros, los cofrades, siempre unidos a ella por el dolor. Últimamente me pregunto porque la gente dice tantas veces que la Semana Santa es el recuerdo a los que no están. ¡Cuántas levantas se dedican a los muertos! Pero si lo que tenemos que hacer es gozarla mientras vivamos. Seguramente es porque Dios con ella nos responde a los momentos más dolorosos de nuestra vida: la perdida de la gente que nos impulsa a vivir. Pero para entonces ya habían repicado las campanas… en Santa Marina la síndone se estaba desinflando sin abrirse… Dios me estaba llamando para hablarme de VIDA.

 

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