
Pero el premio no fue solo eso, ya que la banda con un solo año de existencia firmaría contratos con las Hermandades de la Santa Cena y la Macarena de Almería para acompañar a sus enormes pasos de misterio el Domingo de Ramos y Lunes Santo. Sin lugar a dudas aquel año para la banda tuvo dos caras, una con estos proyectos tan ilusionantes y otra como la dejadez de algunos componentes hiciera que esa Semana Santa la banda no “rayara” al nivel que se esperaba. Pero para el que escribe la Hermandad de la Cena le dejo huella.
Aun recuerdo entrar en la iglesia de San Pedro y vivir ese ambiente que hoy día me es muy común pero que entonces no conocia. El fuerte olor a incienso que hoy lo respiro como si fuera una droga en cada procesión, la presencia costalera y sentir aquella sensación sobre este singular mundo de los hombres que tienen el privilegio de ser los pies de Dios y sobre todo acercarme a este inmenso paso, una delicia de obra salida de la mano de un tallista sevillano no muy conocido, Francisco San Román, con unos fabulosos candelabros (que estrenaban ese día) del eterno Guzmán Bejarano y unas cartelas del genio que creo el impresionante misterio, José Antonio Navarro Arteaga. Imborrable seria esa primera levanta al lado del “costero” junto a mi amigo y director Joaquín Gómez y su “¿como lo ves?”, esa primera sensación de sentirme participe de que un paso como esos que me agrandaban los ojos por la tele, avanzaba al son de esa música que salia de mi y que antes solo tenia que conformarme con escucharla en un reproductor o en la radio.

Como poco a poco atraviesa el dintel y su presencia no dejaba pasar la luz del sol al interior del templo, como entre el silencio la corneta rasga el aire y la marcha real lo inundaba todo...y al “corte” la suave brisa, la melodía celestial con la que inicia esa magnifica oración escrita sobre pentagramas en honor del que va encima del paso partiendo el pan y diciendo...ESTE ES MI CUERPO.
Después vino todo un recorrido de sensaciones y vivencias que están ya guardadas en el curriculum de la vida, esas que pasara el tiempo y contaras orgulloso una y otra vez en las charlas capillitas.
Pero esa primera vez estará guardada en la memoria, con las ganas de haber vuelto alguna vez a poner Almería “boca abajo” con esa hermandad que me hizo conocer a dos de sus hermanos a los que a través del “interne” he aprendido muchas cosas, sobre todo de costaleros y su mundo, que aun hoy es raro ir a Sevilla y no encontrármelos como tantos “locos” de este mundo que no nos perdemos cualquier cosa que se haga en Sevilla. Esta entrada va dedica a esta hermandad, y a estos dos hermanos costaleros y de sangre, Agustín y Basilio “Kiski” que luchan todo lo posible por engrandecer a esta cuadrilla y su Hermandad almeriense.
Fotos: Juanjo Leal Giménez.
Que fotaza¡¡¡ eso es estrechéz y lo demás son tonterias, madre mia¡¡¡
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
ResponderEliminarLa música y la Semana Santa te deben algún Domingo de Ramos más tras ese misterio.
Un abrazo
Vosotros dejasteis el mejor legado musical posible, el himno del Señor. Pocas cuadrillas se sienten tan identificados con una marcha como la nuestra con Este es mi Cuerpo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fdo. Agustín.
una enorme alegria me ha dado al leerte agustin. un abrazo.
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