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domingo, 10 de junio de 2012

LA DESDICHA DE AMADEO RUÍZ OLMOS...

Sin duda que la ciudad de Úbeda es conocida por su impresionante casco histórico, por ese entramado de edificios símbolo de un esplendor remoto que sorprende a propios y extraños. Pero esa riqueza no solo quedó en la arquitectura, si no también en el patrimonio escultórico que hizo que la ciudad contase con grandes iconos de la escuela escultórica de la tierra o Granada. Las cofradías ubetenses podrían contar hoy con un envidiable patrimonio devocional, o la mayoría de ellas pero la fatídica Guerra Civil acabó con todo aquello, no se salvó nada de nada, ni las imágenes de escuela valenciana incorporada en los últimos años del XIX o primeras décadas del XX.
Pero el resurgir de la imaginería ubetense, pero sobre todo la pasionista se inclinó en una dirección que normalmente pocas cofradías de Andalucía siguieron, seguramente una de las notas a destacar y diferentes de la actualidad sea el patrimonio que construyó las cofradías de la ciudad de los cerros a partir de la postguerra. Y es que en aquellos tiempos las cofradías incidían en el resurgir de sus devociones perdidas e incidían a los imagineros en que plasmasen en la madera lo que los siglos venían contemplando.
Aquello hizo que muchas ciudades buscasen al típico imaginero neobarroco o que los artistas del momento se inclinaran por ese arte. Sin duda el siglo XX dio como resultado una escuela nueva, la que muchos llaman el Arte Contemporáneo. El ejemplo lo vimos el otro día con Gabino Amaya y su aportación a Linares. Y Úbeda se inclinó por esa escuela, allí no llego ni Lastrucci, Sebastian Santos, Illanes, Fernández-Andes, etc… como si llegaron a otras poblaciones de la provincia del Santo Reino, quizás algún ejemplo de la esencia granadina pero ni eso.
Hoy los amantes del arte, aquellos que se inclinan más por esto que por el gusto capillita pueden tener a Úbeda como un gran paraíso donde dejaron su legado personajes como Benlliure, Coullaut Valera, Jacinto Higueras pero sobre todo el mayor legado del malagueño Palma Burgos y como no, el del valenciano-cordobés Amadeo Ruíz Olmos.
Por ser hoy la festividad del Corpus Christi me pararé en el misterio de la institución de la Eucaristía de esta ciudad, el cual surgió del genio de Ruíz Olmos. Misterio símbolo de su producción, según los entendidos su obra cumbre para una ciudad que solicitaría sus trabajos para enriquecer ese patrimonio errante que complementa y corona la genialidad del sus calles.



Pero Amadeo Ruíz Olmos, seguramente sufrió uno de los más dolorosos trances que puede sentir un artista y es que lo dueños del arte que el creaba decidiera tocar sus obras encomendándole remodelaciones a otros artistas. En 1955 entregó a la cofradía ubetense los primeros trabajos, la imagen del Señor y la de San Juan y San Pedro. En toda la obra el artista dejó patente su concepción para hacer fluir su inspiración creando imágenes con un eterno suspiro, de unas líneas alejadas al neobarroquismo y de unas policromías que le traerían los mayores disgustos. Las mismas se solían identificar por sus matices claros casi pálidos, alejadas de ese barroquismo que si insuflaba más Palma Burgos en las obras que ya había realizado para la ciudad. Varias imágenes de la producción de Ruíz Olmos han sido re-policromadas nuevamente para acercarlas a esos gustos pictóricos, quizás los especialistas si llegaban a valorar el sentido de las policromías que ideaba el autor pero está claro que el gusto capillita no lo veía de igual forma. Un ejemplo lo tenemos en la ciudad vecina de Baeza con la encarnadura de Juan Abascal –aunque para mí en este caso si mejora la imagen, aunque quizás no la necesitase- al Señor de la Columna de Ruíz Olmos o como ya verían en una entrada anterior, con el Señor del Rescate.
Ciertamente es sorprendente que la entonces joven cofradía –un ejemplo más de lo que trajo el “nacional catolicismo”- le encomendase el trabajo a Ruíz Olmos, cuando entonces en la ciudad, Palma Burgos ya era considerado un dios. Pero consiguió arrebatarle el trabajo el cual dicen el malagueño ansiaba realizar… el hilo de la vida nos negaría como hubiese sido un misterio de la ultima cena del eterno artista malagueño.
Pero nos legó la de Ruíz Olmos, aunque a muchos no le entre ese tipo de imaginería, vamos yo no niego que no me gusta el hieratismo de las vestiduras de las mismas, hoy en día lo que se refiere a estas partes de todas las imágenes me recuerda más a las obras, dicho desde todos los respetos, de los falleros valencianos. Pero es que el respeto al trabajo de Ruíz Olmos será la clave para ver esto de dicha forma. Porque apenas acabado el conjunto la hermandad decidió como otras re policromar todo el conjunto, estando don Amadeo aun activo. Un trabajo que realizó el que se quedó con las ganas de tallarlo, Palma Burgos. Hoy en día tampoco cuenta con la policromía del malacitano, si no la de uno de sus discípulos, el ubetense Márcelo Góngora, la cual para mi visión desvirtuó el conjunto, si se compara con fotografías de la época… una muestra de cuando una policromía de menos categoría puede desvirtuar un gran trabajo de talla, todo por eliminar los tonos pálidos y hacer imágenes como se diría hoy día “agitanadas”.





Al parecer el mítico presidente de la cofradía hizo por donde para no disgustar a Amadeo Ruíz Olmos que visitó la ciudad para contemplar su obra acabada y en conjunto, cerrando la iglesia que hiciera que el escultor volviese a Córdoba sin ver a sus imágenes repolicromadas.
Nunca o casi nunca fue entendidas sus policromías algo que hizo que llegara en alguna ocasión a las manos con algunos de sus críticos. Uno de ellos fue un directivo o cargo de junta llamado Manuel López Bajoz el cual apostaba por la opción de Palma Burgos. Al no conseguirlo no escatimó en desprestigiar el trabajo de Ruíz Olmos como para llegar a decirle: “que si no sabia policromar se dedicara a pintar puertas”. Según fuentes fiables, Amadeo se inspiraba para los apóstoles en modelos reales, dicen que para Judas Iscariote sirvió un oficial de su taller llamado Daniel Carrillo pero otra visión tras la contemplación de la obra es que Ruíz Olmos sacara sus desdicha con el cincel y plasmara al directivo ubetense en el rostro del traidor, algo que lejos de ofenderle le enorgulleció y llevo con orgullo de ser el Iscariote y el gran critico de Amadeo Ruíz Olmos.
Una historia singular de un genio del arte de la imaginería de la pasada centuria y unos de los grupos escultóricos de la Ultima Cena más destacados de todo el territorio español en el día que se celebra el culmen de aquella ultima cena pascual con sus amigos, los que horas después lo abandonaron para enfrentarse a sus horas más dolorosas y transcendentales.


7 comentarios:

  1. pego el mensaje que me ha hecho llegar la amiga Carmen al correo electrónico.

    Hola,

    Me gustaría agradecerte tu redacción en tu web acerca del trabajo de Amadeo, ya que siempre me ha gustado mucho buscar información acerca de él, no sólo por documentarme, sino por el orgullo que me inunda al ver que un familiar es tan renombrado, y es que soy la bisnieta del autor. Afortunadamente convivo diariamente con muchas de sus obras, pero es cierto que siempre gusta aprender datos que en más de una ocasión no me han comentado en casa o bien por desconocimiento o bien por falta de memoria de quien los conoce.
    También felicitarte por tu web.Gran trabajo.

    Un saludo

    Carmen Ávalos Castro

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  2. Los capillitas que hacen esas cosas, deberían asesorarse por cofrades que saben de esto lo suficiente por estudios, anteriormente a realizar dichas actuaciones tan desafortunadas. Hablo concretamente en re-policromar unas imágenes por no ser del gusto de dichas personas. Además estoy pensando el por qué eligieron a Ruíz Olmos si al final querían que fuera Palma Burgos quién realizará dicho misterio.

    Saludos

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  3. Hombre me alegro que ya de vez en cuando vaya saliendo algo de Ruiz Olmos que no venga de mi pluma, eso significa que se le va tomando en consideración.

    Evidentemente la elección de Ruiz Olmos para la Santa Cena fue muy clara, Palma Burgos era un desastre y a saber cuando se hubiéra visto aquello hecho y Ruiz Olmos acababa de entregar la Humildad en Úbeda y todo el mundo había quedado impresionado.

    De hecho siempre se robaron encargos, no se debieron llevar excesivamente bien, aunque se respetaban. La repolicromía de Palma no es cuestión de que la cofradía la quisiera cambiar, es que se había ido en uno de sus famosos viajes a Italia, se había quedado sin dinero, vino mendigueando y lo dejaron que las pintara para darle de comer. La de Góngora, aunque del todo nunca me lo ha confesado se debe a que en uno de estos famosos viajes de Palma a Italia cerró el taller y todos los que trabajaban con él se quedaban en paro, fue a Córdoba e ignorante se presentó ante Ruiz Olmos como discípulo de Palma para que le diera trabajo, el otro cogió una lija y le dijo: "ves el trono que tienes ahí, pues lijalo entero." A los tres días Marcelo abandonó el trabajo y se volvió a Úbeda.

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  4. no hombra gracias a tu libro he podido hacer esta entrada, conocia obviamente mucho de la obra procesional de ruiz olmos, pero no un estudio tan logrado como el que has publicado. seguid asi, estudiando los artistas que estan siempre a la sombra ante los de siempre.

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  5. Mi libro es una base, si bien hay todavía mucho que estudiar y yo me alegro mucho que se amplíe y se hable de Ruiz Olmos, como de muchos otros.

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  6. Buenos días JUAN PEDRO,

    Sobre el párrafo "Según fuentes fiables, Amadeo se inspiraba para los apóstoles en modelos reales, dicen que para Judas Iscariote sirvió un oficial de su taller llamado Daniel Carrillo" te puedo decir que las fuentes son totalmente fiables, soy el nieto de Daniel Carrillo y mi abuelo tenía una replica del busto en su casa.

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  7. pues muchas gracias por el dato, pablo chechu te puede aportar ese dato, que es quien lo tiene y lo escribio en su libro

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