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jueves, 20 de septiembre de 2012

ALMERIA... MERECIÓ LA PENA.



Gracias al tesoro de video con el que pude ilustrar la entrada anterior, también he podido viajar en el tiempo y recodar el reconfortante recuerdo de aquel año 2002, mi primera Semana Santa diferente, en esa honda que meses antes se me figuraban hipotéticos y que gracias al Rosario de Linares pude comenzar a experimentar. También contaba aquella cinta VHS con algunas actuaciones de la banda en aquel curso cofrade, pero sobre todo me quedaré con la gran y a la vez un poco decepcionante –diez años después lo veo más positivamente- experiencia en la Semana Santa de Almería. Y vaya experiencia para una banda con apenas un año a sus espaldas, nacer de la nada y plantarse en una capital de Andalucía, donde por lógica están las celebraciones pasionistas más relevantes, y en dos de sus cofradías más poderosas y seguidas en la ciudad.
Los dos grandes pasos de misterio con los que cuentan son un gran motivo para ello, aunque sus respectivos pasos de palio también se codeen entre los más destacable de la ciudad mediterránea. Con mucha ilusión la banda firmó y preparó aquellos contratos con la hermandad de la Santa Cena y la Macarena, pero las circunstancias de la vida hizo que quizás la banda no alcanzase el objetivo… pero bueno, seguro que todos aquellos que bajamos hasta este rincón de Andalucía, hoy seguirán “presumiendo” del honor que nos supuso acompañar tan relevantes moles de arte y devoción por las calles de Almería. Seguro que a todos, como me ocurre a mi nos traerá gratos recuerdos al observar estos videos, que hoy al contemplarlos me sigue costando pensar que ya ha pasado una década.
Primeramente les dejaré con un concierto en la iglesia de San Pedro organizado por la hermandad del cenáculo almeriense, una hermandad que me dio la impresión que quizás cuidaba y quizás buscaba la excelencia en todo lo que hacia. Sin duda años después después de haber tratado con dos de sus costaleros, Agustín y Basilio “Kiski” pude comprobar que esta gente no tenia su escuela en un video, si no en la esencia, en Sevilla. Bastaba con echar la vista hacia arriba para contemplar la mole de madera tallada, que daba hasta miedo pensar en levantarlo, con el que se puede considerar uno de los misterios más conseguidos y admirados de José Antonio Navarro Arteaga, es de esos pasos que siempre me gusta a pararme a observarlo detenidamente en cualquier fotografía o video.
Aquel concierto, creo que se produjo en una acto, llamémosle “cultural” aunque celebrado en el interior de su sede canónica, lo que nos hizo “sentarnos de culo” al contemplar en su coqueta capilla la Última Cena del Redentor. En aquel acto, con una especie de altar con una idea más bien expositiva se alzaba un dosel con un Cristo Crucificado –que no se a que venia en este montaje- y sobre todo la exposición del juegos de candelabros que la hermandad estrenó aquel Domingo de Ramos, tallados en los talleres de Bejarano que culminarían el genial paso con el que cuentan. Nosotros pues amenizaríamos el acto…”Luna de Triana”, “Refúgiame”, “Al Gitano de la Cava”, “Eucaristía”, “Y en tu Mirada Gitana”, “La Soleá” y sobre todo el estreno de lo que tal como años después, en esta casa, me comentó el amigo Agustín Navarro, es el mayor legado que dejamos con nuestra presencia, la que sin duda consideran el himno de la hermandad y que es la marcha indisoluble del portentoso Señor de la Cena, tomó el lema de la hermandad que incluso provenía de una curiosa historia… la marcha “Este es mi Cuerpo”. El ultimo video es el pasacalles que finalizó en aquella acogedora casa hermandad donde comprobamos que en Almería es donde mejor se le daba de comer a las bandas –extensible a otras corporaciones  de la ciudad y provincia-, en el mismo sonó una “ligera” que recuerdo que a Caparros no le gustó que interpretásemos en cuaresma, el “Moliendo Café” donde se visualiza a un integrante del cuerpo de capataces con el cuadro que nos regalaron y que cada vez que lo contemplo me hace volar a aquellos días, y también al “Kiski” con su más que reconocida labor de grabar los sonidos en directo allá por donde va a contemplar una cofradía o un concierto.


Luego vendría la salsa de todo esto, la Semana Grande de aquel Domingo de Ramos por la mañana en el autobús viajando hasta Almería. Aunque me detendré en lo que grabaron, no se quien, pero entonces ya nos acompañaban las novias de muchos componentes que las teníamos como nuestros auxilios para sobre llevar el esfuerzo de las horas de pie. Aquel año se cumplía una efeméride relacionada con la patrona de Almería, la Virgen del Mar. En el año 2002 se cumplieron 500 años desde que la Virgen del Mar apareciera en Torregarcía; con tal motivo tuvo lugar un año jubilar para la ciudad. Durante este año tuvo lugar una ingente cantidad de actos y celebraciones de culto y culturales para honrar a la Santísima Virgen del Mar por lo cual las hermandades realizaron estación de penitencia en su santuario, aunque sin entrar los cortejos y pasos para después buscar el Paseo de Almería y su carrera oficial. Ahí encontramos el misterio de la Santa Cena, llegando con la marcha “Macarena” y evidenciando esa búsqueda de estilo con los andares trianeros. Ciertamente estoy de acuerdo con la idea o sueño de algunos de sus costaleros de que ese paso por sus dimensiones, proporciones, disposición de la gran cantidad de imágenes que llevan el alto canasto con forma de “V”, que haciendo honor al estereotipo creador de este tipo de paso; el misterio del Silencio Blanco ante Herodes de Sevilla, seguramente el estilo de éste es  que le calzaría a la perfección, verlo venir poderoso… ya han cambiado a la túnica blanca de cola…
Se marchó el paso con “Refúgiame”, después se visualiza una marcha que poquísimas veces he escuchado en el repertorio de otras bandas; “A los pies de tu Santa Cruz”, marcha cigarrera dedicada al misterio de la Carretería que como apunto, quitando en aquel año al Rosario y cada Viernes Santo a las Cigarreras, creo que nunca la escuchado a más bandas. Fueron estrenos de aquel segundo año de vida –lo que me costó aprenderme esta marcha, por algo llaman a Cigarreras la sinfónica…- , como vemos influenciado en el gusto de lo que pedía nuestra hermandad y su estereotipo con San Gonzalo. Aunque esta circunstancia tuvo también mucho peso para ser contratados por estas hermandades, que les costaba encontrar algo que no fuese nada más que Triana, Triana y más Triana… creo que “Bulería en San Román” casi la teníamos prohibida… por lo menos nos bajaron el paso cuando la interpretamos.
Pero también comenzamos a buscar esa esencia de Dos Hermanas con “Al Gitano de la Cava” y esa apoteósica vuelta por la calle Ricardos. Aunque antes estuvo la carrera oficial donde nos extrañó esa elección de las marchas clásicas, madres del estilo del maestro Escámez. Curiosa esa chicotá con “Cristo del Amor” trabajándola toda de “costero a costero”, pero no el “costero largo” de la Sentencia Macarena. Y terminar con aquella recogía, nuevamente “Refúgiame” y para plantar el barco de la primera institución de la Eucaristía de la historia en el descanso de un nuevo año en San Pedro la marcha del Señor, “Este es mi Cuerpo”… después me es grato verme entre los compañeros, me saltan los recuerdos… el cansancio y la mirada cómplice con Vicente… pellízcame porque aun no me lo creo, ya todo había pasado…


Y la noche fue muy corta… nos quedamos en un albergue a “dormir” que creo que estaba por el Zapillo. Conocimos la playa almeriense, su puerto y la inconfundible estampa que dibuja su típico carguero de mineral-cable ingles y tocaba estar un día entero esperando la salida de la Sentencia junto a la Plaza de Toros. Hubo algunos de los que volvieron a Linares que no regresaron y con poca gente tuvimos que realizar un esfuerzo casi titánico para que la banda estuviese a la altura o lo mejor posible para el mejor día que tiene una hermandad, que es cuando se convierte en cofradía, y eso es lo que quería la hermandad de la Macarena de nosotros y como profesionales es lo que teníamos que dar.
Así en la estrechura de esa callejuela donde esta la iglesia de San Idelfonso tuvo lugar la complicada salida del barco, “como la Carretería” me comentaba un jovencísimo Rubén Gómez. Escueta marcha real y el clásico en honor de la advocación que escenifica el misterio “Sentencia de Cristo”. Así comenzó aquella estación de penitencia, la cual observando los videos recuerdo con añoranza pero también con la dureza con la que la afrontamos. Así con el sitial de Pilatos con la Loba Capitolina y el coso almeriense de fondo comenzó lo bueno… “Al Gitano de la Cava”. Llegó igualmente a la Virgen del Mar con la misma marcha y casi emulando al día anterior sonaron “Macarena” y “Refúgiame” para la fuerza o aguante que demostraba la cuadrilla de este Cristo tallado por Dubé de Luque, que hasta ese año había estado procesionando con una túnica que lo mostraba semi-despojado, mostrando el pecho del Señor de este hermandad de netamente esencia sevillana y macarena… aunque el misterio ande con cambios trianeros… chicotá larga que acabó con “Y en tu Mirada Gitana”, pocos éramos lo que teníamos que darle música al Señor de la Sentencia, pero los que tuvimos la dicha de disfrutar lo que muestran las imágenes.
Los últimos videos nos transportan a las últimas calles, una de ellas creo que se trata de la calle de las Cruces, donde al parecer era un punto señalado para presenciar el discurrir de esta hermandad. “Sentencia de Cristo”, “Luna de Triana” o “Y en tu Mirada Gitana” para la recogía en torno a las tres de la mañana donde aun recuerdo el enorme cansancio que este que les habla arrastraba, quizás era también un precio a pagar para poder disfrutar este tipo de Semana Santa que buscaba y soñaba. Recuerdo llegar aquel día a mi casa a las siete y media de la mañana, el careto de mi madre preguntando que si eso merecía la pena… me cambié de ropa y me fui a trabajar diez horas a la alfarería, pero era Semana Santa y al terminar aquel día de “descanso” de Martes Santo me di cuenta que estaba donde quería y soñaba, mirando al techo de mi cuarto, sobre la cama valoraba todo lo positivo de aquella primera experiencia, pasó la Semana Santa y volvió septiembre… las hermandades almerienses no nos renovaron, pero en mi interior la chispa seguía viva, quería más y para ello había que seguir trabajando… todo ello contestaba a mi madre aquella mañana de Martes Santo… si mereció la pena.

3 comentarios:

  1. Juan Pedro Muy buena y cuidadosa esta entrada es un placer pasar por su blog.
    Saludos desde Abstracción texto y Reflexión

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  2. Curiosamente, aquel fue el primer concierto que grabé en Mini Disc, y ya han pasado más de 10 años.

    También fue mi primera vez como costalero.

    Un abrazo

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  3. Pues me alegro si os ha traído buenos recuerdos esta entrada, llevaba mucho tiempo trabajándola para poder colgar esos videos. Para mi la cena y lo que me trajo, que fue aprender de ti y tu hermano escuchándoos o leyéndoos como funciona el mundo del costal, mucha culpa tenéis de mi actual filosofía cofradiera, se ha quedado ahí guardado para siempre

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