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lunes, 21 de abril de 2014

... Y VOLVIÓ A VENCER.

Esta fue la última cara del Hijo de Dios que vi moverse al compás de la devoción en Andalucía, esta fue la figura del Jesús que resucita desde Santa Bárbara cada Domingo de Resurrección en la ciudad de Linares, entre las penumbras y un cielo que estuvo a punto de recordarnos que este año no nos íbamos a ir de rositas, ciertamente dicen que fue de los pocos que completaron su salida procesional en Andalucía. Porque por fin pudimos vivir los amantes del arte efímero que nos trae la gracia de Dios una Semana Santa como Él mismo manda, con sol, con muchísimo sol, demasiado, que algunos días, las horas de la tarde invitaban al próximo verano más que la magia de la primavera. Magia que para mí fue un año más de nuevas experiencias, creyendo que al no estar en Sevilla casi toda la semana no iba a disfrutarla como yo penaba que solo puedo saborearla. Pero esta pasada Semana de Pasión trajo nuevas vivencias, nuevos sentimientos que a partir de ahora, cuando el tiempo y los quehaceres de la vida me lo permitan, iré desglosando en esta casa de capillitas, porque en resumidas cuentas esto sigue siendo un lugar donde exponer mis opiniones y mis vivencias.

“Feliz año nuevo” me espetaba en la ya lluviosa tarde de resurrección, en el adiós, en el sin sabor de pensar que ¿ahora qué? mi amigo Pedro Guerrero, fiel escudero en esta intensa semana de la gracia donde desde 2008 no la compaginaba con la tarea de trabajar. Y es que es esa la sensación; de vacío, la que le queda al cofrade o simple amante de las cofradías, pero ahora llega el tiempo de saborear y paladear las mieles de la gracia, que fueron muchas y buenas, lo mismo desde la acera, que dentro de una cofradía, donde por cierto viví dos “peonas” para las vitrinas de mis sentimientos, de mis recuerdos… antológicas. Espero que todo llegará, ojala que no me de agosto como el pasado año, mientras tanto descansen, recuerden lo vivido y quizás cuando el termómetro se dispare comiencen a soñar con la fragancia del incienso bajo un naranjo rebosante en azahar, porque ya queda menos para que se haga nuevamente la magia de la Semana Santa, la que acabó ayer mientras Dios se despedía solemnemente de su pueblo, dándole gracias por lo vivido, casi con la lagrima deslizándose por las mejillas, poquito a poco, sobre los pies nos fue diciendo que un año más a vencido a la muerte, “Cristus Vinci” como diría el título de la marcha que nos pegó el ultimo pellizco, que en cierto modo viene a decirnos, que la gracia, que Cristo volvió a vencer…

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