Antes de que se marche el día, le dedico esta mirada a la que me dio la vida, pero no solo en un parto, la que entrega su vida cada día, desde hace 32 años por mí, porque no tengo duda de que ella entregaría la suya por la mía sin pensárselo, y te dedico esta mirada, porque poco a poco te he enseñado lo que para mí es la gloria, porque tu tenías tus devociones localistas y desde la cuna, las que te dio Dios según marchaba la vida y quizás no entendías lo que mi alma me pedía y lo que Dios me concedía, pero poco a poco, quizás cuando has visto que el mundo me reconocía y que todo esto era bueno, comenzaste a sentir esta mirada como la de la Madre de Dios, la que también celebra su día, tú que sabes que yo la encuentro por la Macarena, va por ti mamá, la mirada donde veo tu mirada más materna, en la de la Esperanza de Triana…
y va por ti su Campana, donde sonó una marcha que en esta casa se demandaba...
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