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jueves, 6 de junio de 2013

MARTES SANTO SEVILLA (II).

REPORTEROS DE LA PASIÓN...


Ciertamente la esperanza y la ilusión se esfumaban como la arena arrastrada por el agua… allí sentados en el bar, degustando cervecita y la verdad no recuerdo, seria paella –soy un jartible de este guiso-, nuestras melancólicas miradas se marchaban hasta la calle Alfonso XII, donde horas antes habíamos echado el aldabonazo a una jornada cofradiera para la posteridad con la linda Virgen monja de Sevilla y ahora, su advocación, las Aguas caían sobre Sevilla de manera cuasi torrencial en uno de esos tantos chaparrones que marcaron el Martes Santo. Apenas hubo lugar a cualquier tipo de esperanza, aunque a esas horas aún no se perdiera, pero creo que fue el día que tuvimos más claro que no habría Semana Santa… mi buen amigo Cristóbal, avispado, seguro más que yo, ya tenía programadas algunas alternativas al peor de los Martes Santos, el que se avecinaba mientras la lluvia seguramente hacia aplaudir de tristeza un año más allá por el Cerro del Águila, de que no salir, había sido lo más correcto. Y tenía mi buen amigo linarense guardado en la cartera los errores del pasado para no volver a caer en la misma piedra –así verdaderamente es como mejor se aprende a ver cofradías- y sabía que si un Martes Santo se presenta funesto como los últimos tres, una buena opción era ir hasta el Rectorado de la Universidad, a la antigua fábrica de tabacos donde aún rezuma el olor a cigarrillos mientras las caderas de la legendaria Carmen siguen levantado el asombro de la muchedumbre masculina…
Pero antes, pasamos por el hotel, no sé para qué, para después encaminarnos, en busca de la Universidad, con pocas esperanzas que por lo menos horas después se salvara algo, y les aseguro que los pronósticos era muy similares, por no decir casi calcados a los de la jornada anterior. Pero hoy aún no había “arrebato” y la tristeza nos la paliamos con esos ricos dulces sevillanos, que mira si Sevilla es religiosa que creo que todos tienen nombres de santo… el mío, un San Gregorio creo recordar…-sinceramente prefiero las torrijas giennenses-  había tiempo para eso y para otras muchas más cosas, las calles un año más no revivirían la pasión… pero despacio y sin prisa atravesamos el inmortal centro de la ciudad, a los pies de la diosa catedral, la que sigue asombrado a los siglos, esquivar a las pesadísimas gitanas que con romero en mano te quieren leer la mano para sacarte los cuartos… por cierto, llevaré… unos diez años, esperando encontrar esa morena de ojos azules que me iba a dar la felicidad suprema y dos “Lendinitos” buenos y sanos… en fin, nunca dijeron cuando llegaría…
Así llegamos a la calle San Fernando, entre catenarias y el desagradable olor de los excrementos de los múltiples caballos para llegar ante la fachada de otro de los edificios símbolo de la capital hispalense. ¿Ilusión porque se obrara el milagro? la verdad ninguna, cada diez pasos abríamos y cerrábamos el paraguas, por ello lo único que podíamos aspirar a contemplar es al Dios de la Buena Muerte y su Santísima Madre de la Angustia recorrer el corto itinerario que va desde la entrada principal del recinto hasta la capillita donde guardan el sueño de las devociones durante todo el año, el crucificado de Mesa, lección eterna de lo que es arte de verdad y la Reina que estos estudiantes rescataron del olvido y la alzaron triunfante sobre una “catedral de palio”, sueño de ángeles que saliera del genio de Joaquín Castilla…
Ese era el objetivo marcado, así lo llevaba guardado en la “cartera” Cristóbal y el de otros tantos ávidos de las cofradías que esperaban lo mismo que nosotros, un simple traslado si la tarde no se cerraba en lluvia… allí encontramos a un viejo compañero de cofradías, a Antonio, sevillano y macareno que conocimos hace ya tres Martes Santo, y curiosamente siempre con la misma papeleta: no ver ni un paso en las calles. Antes fue esperando  la salida de San Benito, y este año nos encontraríamos esperando el traslado de los Estudiantes, que para quien no lo sepa, realiza su salida desde la misma Universidad, aunque las imágenes recibe culto en una capillita anexa al edificio pero que se encuentra en el mismo rectorado, una capilla donde antes estuvieron las Cigarreras y hasta la Macarena tras los sucesos de la Guerra Civil.
La famosa fotografía...




























Allí charlado con Antonio, el espíritu inquieto de Óscar hizo que se dibujaran unas de las anécdotas que marcarán sin duda esta nuestra particular Semana Santa, del año de la fe de 2013 y que sin duda recordaremos siempre cuando allí en los alrededores, se encontraba los periodistas radiofónicos informando a través de la ondas lo que aconteciera en este martes que tendría poco de santo, uno de ellos, Javi Blanco del Llamador de Canal Sur Radio. Se abría el cancel de la puerta y la prensa y curiosos se acercaban a conocer la decisión final de la hermandad, la que todos sabíamos, que Sevilla debe de esperar un año más para deleitarse con la magnificencia y el gran sabor de esta corporación… no se salía, y allí que fue Óscar a escucharlo de primera mano y retratar un momento que luego sería sin duda unas de las imágenes en las redes sociales de la jornada. La cámara de su nuevo móvil, de calidad sorprendente captaba una gran toma de Javi Blanco recogiendo las palabras del responsable de la hermandad de comunicar la decisión tomada, que posteriormente colgó –Óscar-, no sé si en Twitter o Facebook y que rápidamente el Llamador compartió, que incluso llegó a ver Javi Blanco, el cual le encantó la toma, que seguramente el joven periodista ya guardará para los anales de su vida. Como dije, Óscar, en su inquieto espíritu y su sobrada “cara dura” se acercó hasta él y así se la pudo pasar de primera mano y a la vez poder charlar todos con él. Al mismo le pregunté donde podría encontrar a José Manuel de la Linde. Quería darle las gracias en persona por el asunto de mi entrada sobre la Virgen de la Salud de Linares que llevó a las ondas y al papel, pero al estar retransmitiendo en Campana me seria por lo menos ese día casi imposible… espero que Javi Blanco le diera las gracias de mi parte. Al día siguiente también apareció Óscar en los resúmenes de la web "Arte Sacro".
Así, tras la espera por fin se abrían las puertas y en una rapidez que me sorprendió –para eso estábamos en “la universidad donde se moldea la sabiduría cofradiera”… siempre una lección de buen hacer- comenzó a salir el sencillo paso, que se hizo con una intención de provisionalidad y al final se quedó para completar la genialidad de Juan de Mesa y Velasco, descubriéndonos como solo el Hijo de Dios podría dormir plácidamente crucificado en la cruz. Hoy este paso es modelo de sobriedad y elegancia, archicopiado hasta la saciedad, pero los hombres de Antonio Santiago abrían el compás silente con celeridad. Mientras intentaba captar las imágenes de los únicos pasos de la jornada en recibir las brisas sevillanas, ya se encontraba tras Él, lamiendo el paso de caoba y cirios color tiniebla, la joya de paso palio de esta hermandad. Era la primera vez que los tenía casi dándose de bruces con mis narices y obviamente la experiencia no defraudó… contrastes de sobriedad y sobre-recargamiento no son equidistantes para transmitir luctuosidad, nueva lección, de esta otra gran abanderada de lo mustio y más rancio abolengo, aunque la misma no se pierda en la noche de los tiempos, pero que gracias a ellos, un Cristo realizado para el culto interno pudo completar un poco más si cabe el irrepetible museo iconográfico errante que es la Semana Santa sevillana. Fue pasar ante mis ojos el genial y aun rezumante a estreno, manto de la Virgen que en sus grafismos, por su belleza juvenil, nos recuerda al genial Astorga y me dispuse tras el mismo para acompañar al fugaz traslado hasta la capillita, como verán en las imágenes, el único video de la jornada, junto a Óscar en plan de mi genial reportero gráfico… para mostrarles nuestra pasión, pero tal como dice él, para saborear y revivir, y tal como diría Francisco Robles, “el lugar donde se deshace el tiempo; la memoria… ahí es donde está la verdadera Semana Santa”…
Siendo Cristóbal una vez más intuitivo y casi regañándome, me decía que había espacio de sobra para haberlos visto venir, que es como gusta ver venir los pasos, cierto, pero uno no puede ser más listo de lo que es, siempre habrá gente con más “vista” como diríamos los currantes, para eso ya está el que iba mostrando, aunque por poco tiempo, que su muerte fue buena, el mayor catedrático de todos los tiempos, ahora en tiempos complicados no estaría de más comenzar a practicar sus enseñanzas… amor y más amor…


Ante una de las casas donde vivió la Esperanza, la verdad que la misma se esfumaba como el suave compas de los palios de Antonio Santiago. El martes quedaría de visita museística, la fe la buscaríamos una vez más en los templos, tenía que pasar, que esta Semana Santa no iba a pasar tampoco limpia… así, que solo bastaba buscar iglesias, colas y no amargarse mucho… ¿podré ver el año que viene el Martes Santo? Solo Él lo sabrá. En mi retina aun está esa ensoñadora recogía tras el misterio de la Bofetá de 2010, que en un pequeño resquicio del alma seguía queriendo escuchar buenas noticias por la radio. Pero este año no había ni demoras, no veríamos caminar uno de los para mis sublimes andares de un paso de cristo en silencio, el de los Javieres y ni el sabor a años veinte que desprende el canasto sobre el que Dios recibe las burlas y el desprecio de la humanidad hecha meros y simples sayones… ni el dorado palio donde Sevilla deja las penas de los Desamparados… con Antonio, atravesando esos embrujadores Jardínes de Murillo, huérfano en estos tres últimos años de Salud y la luminaria bendita de la Candelaria, buscamos la ojiva más sobrecogedora, en esa Puerta de Carmona embutida en la metrópolis actual donde los viajeros le pedían a este Señor que los guiara por las sendas de la vida y los colmara de Salud y Buen Viaje…
Una vez más, contando con el fallido vía crucis del año de la fe, la clámide purpura no ondearía en la tarde del Martes Santo hecha música a los pies de la vieja San Esteban, en plena judería de los encantos y el embrujo… curiosa la reacción del que ponía las pegatinas en la puerta con Antonio, el que pensábamos que conocía cuando con la sorna sevillana, le decía que “echara billete gordo, que le sobraba el taco” a lo que nuestro amigo sevillano respondió: “como no te eche el carnet del Betis”… “eso son palabras mayores” le espetó de nuevo, este hermano de San Esteban y como quedó claro, verdiblanco de corazón como nuestro compañero hispalense, el cual decía no conocer de nada, quizás de compartir zona de abono las tardes de futbol en las gradas del estadio de la avenida de la Palmera. Así hicimos nuestra entrada triunfal en la recoleta iglesia del Cristo de la Ventana, riéndonos por no llorar, contemplando en la penumbra, bien juntitos, los pasos de la hermandad, que como digo, siempre el directo gana muchos más. En el silencio y la curiosidad, un recuerdo más para la posteridad. Pude estrecharle la mano a un amigo gracias a esta bitácora de lo cofradiero y comprobar in situ, que el zaragozano Pepe Lasala tiene que ser un tío buena gente de verdad, el cual ya temía que su Viernes Santo bendito a los pies del Gitano de la Cava, peligraba, y es que esa sensación fue la que cada día nos recorría el alma, de que todo se podría romper sin piedad alguna…








Comentándole a Óscar, la impronta que me despierta la Virgen de los Desamparados a primera vista con la Virgen del Amor Hermoso de mi pueblo, y que un paso así es lo que no estaría nada mal soñar con ver salir de San José Obrero alguna vez, nos marchamos al siguiente punto de la ruta turística de la fe, porque esto que lo sepan se hace para entregarles los rezos que teníamos guardados para las aceras… nos marchábamos un año más, por desgracia a la cola del barrio de la Valvanera donde dicen tiene su casa Pilatos en Sevilla…

CONTINUARÁ...

Fotos: Óscar Ortega y www.artesacro.org

4 comentarios:

  1. Muy buena entrada Juan Pedro, desgraciadamente el tiempo va tomando su protagonismo, aunque como tú bien reflejas, lo hace siempre por detrás de nuestras Imágenes, y no hay más que ver cómo estaban los Templos. Una de las cosas buenas con las que me quedo, es con haber tenido la oportunidad de estrecharte la mano, fue todo un placer. Muchas gracias amigo.

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  2. a ti pepe, un placer, el año que viene tu cristo volverá a ver la luz para no terminar nunca de morir por las calles de sevilla...

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  3. es verdad que soy un poco de espiritu inquieto. no es que acudiera a las puertas cuando las abrieron, es que un poco antes algo me llamaba a que me acercara y las tuviera cerca. y fruto de la casualidad (o no) allí estaba, justo en la puerta cuando se abrió y salió un miembro de la junta (no el hermano mayor, como me corrigieron via twitter) para informar de que se suspendia la estación de penitencia y que el traslado se haría en cuanto se encontrara un poco de estabilidad atmosférica. pude hacer varias fotos. subí la que creí mejor a twitter y etiqueté a la cuenta de El Llamador de Canal Sur Radio; viendo poco tiempo despues que compartían y publicaban mi instantánea. por eso me acerqué a Javier Blanco y le comenté lo ocurrido. La verdad que fue bastante agradable con nosotros y pudimos charlar con el un tiempo. incluso le comenté que formabamos parte de una hermdad y una cuadrilla de costaleros en Linares, por lo que se interesó y le hablé de la Hermandad del Prendimiento y Rosario y nos deseó suerte para el Jueves Santo. Aunque tengo bastante cara dura, de verdad que me cuesta ponerla en práctica, aunque sea para agobiar a un par de niños en la puerta de la hermandad pidiendoles estampitas. lo de despues fue sublime. poder ver los dos portentosos pasos de cerca. en San Esteban fueron muchas las sensaciones, la verdad que no conocía esa hermadad y es impresionante el patrimonio que poseen. Buena entrada Juan Pedro

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  4. siempre llevando a gala al prendimiento... los baileneros...

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