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viernes, 29 de julio de 2011

¿DESDE LA PUERTA REAL A LINARES?

Un detalle singular de mi hermandad y más en concreto del paso palio de Ntra. Sra. del Rosario en sus Misterios Dolorosos es la presencia en el espacio llamado “la calle del palio” de la imagen de un Niño Jesús, de los denominados “montañesinos”. Un aspecto peculiar que desde los años ochenta -época revolucionadora de la implantación de las formas sevillanas en la hermandad- creo que no aparecía en ningún otro paso de palio de cofradías penitenciales, sobre todo en pasos de estas características. Tras aquello, aquella característica fue seguida por algunas hermandades de la ciudad y algunas de pueblos cercanos como Bailén e incluso he encontrado un ejemplo de esto en Elche (Alicante).
Te todo esto ya hablé en este mi blog, idea que al parecer surgió del ingenio del sevillano Antonio Garduño Navas, que ante la gran precariedad de enseres para realizar un paso palio de maneras sevillanas en aquellos años de la calle “Republica Argentina-Hermanos Costaleros”, vislumbró la imagen de un niño Jesús la cual tomó y decidió ponerla en este lugar del paso, seguramente con una idea provisional hasta que la hermandad acrecentara su patrimonio y así colocar otro tipo de elemento más común en estas lides. Aquello gustó o se asentó para convertirse en un sello propio de nuestra corporación pero que quizás nadie pudo sacarle un sentido, cuando la imágenes del Divino Infante suelen aparecer con la Madre de Dios en las iconografías letificas –sosteniéndolo en brazos- y no en las dolorosas, más comunes de las hermandades de penitencia.

Pero un día me encontré con una hermandad de gloria sevillana que posee una característica especial. Ella es la hermandad de Ntra. Sra. de las Mercedes de la capillita de la Puerta Real de Sevilla, la cual es una virgen de gloria, con rasgos sonrientes pero con una postura muy de dolorosa, la cual no porta en sus manos a su Soberano Hijo. La imagen del niño Dios procesiona en el paso justamente en la delantera del paso, el cual es de la tipología de gloria, es decir, que no sigue fielmente la tipología de paso palio de Semana Santa pero por su disposición retrotrae al lugar que ocupa nuestro niño Jesús en el palio del Rosario. El pequeño Infante Redentor, obra anónima tocada por la mano de Duarte al igual que la Virgen me recordó sobremanera la disposición de la imagen linarense pero pensé que esa misma circunstancia se podría repetir en otras glorias, motivo que aún no he visto repetido de esta curiosa iconografía donde María muestra el gran fruto de su vida, dar a luz a Dios hecho carne… algo que por qué no, de esta manera se podría llevar a un paso de Semana Santa presidido por la Virgen Bendita.


Llegué a pensar que Garduño, conocedor del amplio abanico devocional y cofradiero de su ciudad, en aquel instante de trabajo en la década de los ochenta en Linares, al ver aquella pequeña imagen del Señor tomase como modelo a la corporación letifica de la antigua Puerta Real. Pero ahora, tras ir ahondando en la magnífica publicación de Juan Martínez Alcalde con sus Anales de las Glorias de Sevilla me encuentro que el apellido Garduño ha tenido lazos de unión con esta corporación que posee a una de las advocaciones gloriosas coronadas canónicamente de Sevilla. En concreto, Pepe Garduño ha sido o es vestidor de la Virgencita de la Mercedes, incluso Antonio Garduño pintó un pergamino con motivo de la entrega de la primera medalla de oro de la hermandad que posee la Virgen desde 1976, concedida a un hermano muy especial en la historia de esta hermandad, Fernando Garduño Martínez que tras recibirla se la impuso a la Reina de su devoción. Como ven vuelve aparecer el apellido Garduño, el cual no sabría decir a ciencia cierta si aquel ilustre hermano era familia directa del genial vestidor, pintor y diseñador –no menos imaginero- Antonio Garduño Navas.
Incluso el autor de las andas sevillanas Manuel Guzmán Bejarano, autor a si mismo del paso de misterio de nuestro Soberano de Linares era hermano de esta corporación, siendo el mismo íntimo amigo de Antonio Garduño y por el cual trabajó para nuestra hermandad. Así que parece curioso, aunque solo sea una hipótesis propia que puede no tener nada en común, que nuestra curiosa característica pudiese nacer de una hermandad de gloria de la Puerta Real de la ciudad de Sevilla.

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