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domingo, 28 de diciembre de 2014

LA MÁS BUENA MOZA DE PARLA...

Es curioso que hubo una primera vez en mi vida por conocer algo que hasta hoy jamás hubiese pensando que pudiesen tener un posible enlace. La primera vez que vi a la Esperanza Macarena en persona la visitaba en un día frío de enero con mi banda del Rosario para elevarle hasta su camarín nuestras más sentidas oraciones sacadas a través de un instrumento desde nuestros corazones. Aquel día encontré definitivamente cual es la cara de la Madre de Dios para mis sentidos. Días antes visitaba por motivos o expectativas de trabajo con mi hermano, aun con muchísimo más frío una ciudad que muchos dirán qué tiene que ver con la Macarena… la madrileña Parla.
Eran sus afueras, pero el vertiginoso ritmo de la vida en el centro de España me impactaba ya que Parla es como uno de esos barrios periféricos que circundan la globalizada Madrid. Pero es curioso que hoy les traiga esta curiosidad, quizás para algunos no lo sea, pero a mí me choca por decirlo de alguna manera. Conociendo la sociología de la capital de España, tan nutrida de personas que emigraron allí, desde España o fuera de ella para hacerla tan inalcanzable en el factor servicios, donde a mi parecer poca esencia propia, poca chispa de cultura aferrada a un pueblo haya, te encuentres que hay gente que hasta incluso creen en Dios, porque no sé ustedes, pero yo en esto de las creencias veo que Andalucía es como un oasis en un país donde el pensamiento de borrar a Dios de la vida se hace más reconocible y perceptible, aquí para que me entiendan, ser creyente y cofrade siguen siendo más de cómo ir por casa y allí a veces me parece que está casi limitado a una privacidad promovida por la poca tolerancia. Diciembre de Esperanza, y este año de Esperanza Macarena en esta casa que no quería despedirme del 2014 sin traer la curiosa y a la vez fabulosa historia en la que la Esperanza Macarena se hace también señora… de Parla, con el permiso de su patrona, la Virgen de la Soledad, la cual corona la gloria del palio macareno parleño dándole ese matiz propio de la ciudad.
Allí no la tallaron con las brisas celestiales, aunque podríamos pensar que por la gracia divina están tocadas siempre las manos imagineras que crean nuestras devociones. Ni tampoco la bajaron a Parla los ángeles, aunque Ella se hizo Macarena –sin Rosario y Sentencia-, aunque allí no haya barrio macareno, pero la ciudad se convierta en el paladar digno de los callejones de San Gil. Un ayamontino afincando en Madrid, José Andrés Antúnez la sacó de la madera en 1982 aunque sería un hispalense el que la remodelaría en 1999 para alcanzar más fehacientemente los grafismos que más estremecen los corazones en Sevilla y mucho más allá, he aquí un ejemplo. Juan Antonio Blanco Ramos retalla la copia de la Señora de Sevilla para los parleños al igual que gubia en 1998 un Cristo Nazareno ayudado de Simón de Cirene que dibujan cada Miércoles Santo, por esas calles donde muchos lo pudiesen ver imposible las más bellas esencias de fe y arte efímero que la Semana Santa hispalense irradia cada día un poquito más y más.











Quizás tuvieron como espejo donde mirarse en la singular cofradía de la Macarena de la capital de España - la verdad me ha costado horrores encontrar datos sobre sus cosas-, la cofradía de la colegiata de San Isidro donde lleva más de medio siglo llevando el pellizco de las grandes emociones sevillanas por los callejones del Madrid de los Austrias, con la Esperanza Macarena y Jesús del Gran Poder. Pero el Dios de la corporación parleña no toma la advocación del Hijo de la Macarena según los más profundos sentimientos hispalenses, y se reinterpretan poniéndole son, música y compás trianero al Nazareno “Moreno de Parla” y a la Virgen qué menos, cuando la música y la esencia Macarena llenan de un aire especial las calles de la ciudad. Ese compás que dibuja el costalero, que mira qué me sorprende encontrarme este arte por la infinita Madrid, la vieja y la nueva que se expande por sus extensiones de la vieja Castilla. Muchas veces me he preguntado cómo serán esos cofrades sevillanizados de Madrid, pero algunas entrevistas, gracias a lo bueno del universo internet me han hecho ver que hay categoría, oficio, sabiduría, saber dónde se aprende y en qué medida saber cómo hay que actuar, actualizados al milímetro de cómo avanza el mundo de la arpillera y la trabajadera… fíjense que hasta al maestro Alberto Gallardo lo han llevado a comandar el palio de la macarena. Por eso les abre esta entrada la fotografía de paso de palio con su cuerpo de capataces al frente, en su humilde “basílica” parleña desde donde sale a repartir Esperanza una macarena madrileña sobre un digno paso por donde se dibujan las esencias que nos transmiten los sevillanos… hasta aquí, en la figura de su palio, con bordados del taller de Morón de la Frontera de Manuel Solano, la composición de la candelería, la orfebrería, con moldurón y respiraderos bordados por el mismo autor mencionado, etc… parece asomarse Juan Manuel como en el monumento del arco, porque en Parla solo falta eso, el arco para sentir el tintineo de las mariquillas de Joselito y el aliento de la Esperanza Macarena.

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