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lunes, 7 de marzo de 2011

POR LA PIEDAD ENTRE LA GRACIA CARNAVALERA...

A escasos días del comienzo de la cuenta atrás es inevitable pensar en los tiempos que se viven estos días con la celebración del Carnaval. He de admitir que es una celebración que nunca me ha tirado incluso me sienta mal, siempre la he intentado evitar y cuando el Canal Sur nos inundaba febrero de chirigotas de Cádiz pensaba que esa era la verdadera penitencia a soportar para entrar en los días grandes de la antesala a la semana más importante que para mí existe en el calendario…y mucho más.
Hace ya casi diez años, cuándo Vicente, Óscar o mi hermano recorríamos la distancia que nos separaba Bailén de Linares para ir a ensayar con la banda del Rosario, Vicente le gustaba escuchar muchas grabaciones de chirigotas y demás, e incluso las imitaciones que hacia un tal “Yuyu” en un programa de Canal Sur Radio. Está claro que adoraba ese mundo, sobre todo la cultura carnavalera gaditana y él siempre nos la trasmitía con gran pasión, algo que siempre te hace ver las cosas de otra manera, de hecho me llena de satisfacción como hay gente que me dice que al oír hablar de Semana Santa por mi boca la sienten de manera muy distinta. No consiguió que me hiciera aficionado pero si a mirar este mundo con otros ojos e incluso a conocer un poco el funcionamiento de todo esto, a hacerme familiares nombres como “Yuyu”, “El Love” o Martínez Ares.
Es curioso como con el tiempo me he encontrado en el mundo cofradiero andaluz como hay tantos y tantos cofrades que comparten esta misma pasión, basta ver blogs cofradieros donde también tiene cabida el Carnaval, pero el de gaditanas maneras y sus variantes. Y es que hasta en esto podemos encontrar similitudes con el mundo de las cofradías que deciden coger el patrón sevillano para engrandecer a sus cofradías que en nada tienen que ver con la capital hispalense. Esos grupos de chirigotas que nacen en puntos tan dispares de la geografía andaluza, que gracias a la cultura gaditana mejoran la celebración de sus poblaciones e incluso la revitalizan pero curiosamente esto el ciudadano de a pie lo ve bien, no estando tan bien repartido cuando la que le toca es a la Semana Santa.
Esta entrada está dedicada como no puede ser de otra manera a todos mis amigos carnavaleros y “capillitas”, pero sobre todo como es evidente a mi amigo Vicente, que en estas fechas vive su primer tiempo mejor hasta tal punto que para el Cádiz es mucho, una ciudad en la que le encanta estar, pasear y vivir la idiosincrasia gaditana. Hasta el equipo de sus amores es el del Ramón de Carranza y su color el amarillo... “aunque este maldito en los artistas…”
Pero como este blog es de cofradías tengo que recordar una fecha que para mí y sobre todo para él fue especial. Martes Santo de 2005, la banda del Rosario de Linares bajaría aquel año hasta la provincia gaditana para actuar el martes en Cádiz y el miércoles en Jerez de la Frontera. La elegantísima hermandad del Cristo de la Piedad apostó por nuestra querida banda para que marcase el compás de los cargadores que portan al portentoso crucificado del imaginero genovés Francesco María Maggio cada Martes Santo desde la parroquia de Santiago, enclavada en la mismísima plaza de la Catedral. Aquel viaje al que llegamos tarde, estando el paso de misterio ya en la calle lo note ansioso, se mascaba que le hacía ilusión actuar en su querida tacita de plata. Vivimos aquella intensa salida mientras el calvario se disponía a hacer su estación de penitencia en la Catedral nada más salir. Disfrutaba como nadie cuando junto a él se apostaba un archiconocido periodista carnavalero retransmitiendo la Semana Santa, Juan Manzorro y como las estrechas calles con aires de La Habana abrazaban a este personalísimo paso de misterio.
Al entrar en plaza Candelaria, lo primero que se me pasó por la cabeza es unas cintas que tenia del paso de las hermandades gaditanas por este enclave y el seguramente que estaba en uno de los olimpos de la fiesta de don Carnal. Ahí comenzó a llover y la hermandad se dio la vuelta y todos nos quedamos con el sabor agridulce pero para la posteridad quedara grabado el momento que tras entrar el misterio y quitarnos de en medio se desabrocho la guerrera y mostraba orgulloso lo que siente, sus colores amarillos del Ramón de Carranza ante la sorpresa del pueblo gaditano… nosotros marchamos rumbo a Jerez de la Frontera para pasar la noche pero él se quedó allí para seguir saboreando cada rincón de su Cádiz del alma.

2 comentarios:

  1. Aludido. Vicente7 de marzo de 2011, 9:25

    No se si mucha gente ha podido vivir y disfrutar lo que siempre ha añorado, pero en mi caso se puede decir que un sueño, por complicado que pueda parecer, se cumplen y es que mucho depende buscar la buena suerte... no esperarla.

    Esto que comentas es unos de los grandes culmenes, pues desde jovencito tuve claro que Cádiz era la ciudad que yo elegía, no donde nací y que escuchaba un tambor y el erizamento de vello era inmediato.

    Asi que como has comentado, casi al pie de la letra, ese día de ese año fue como tocar el cielo, eso sí, sólo tocarlo porque se puso a llover, pero supo a gloria, gloria con chocos adobaitos en el barrio de la viña...

    Como anécdota decir que debajo del traje de la banda llevaba la camiseta del Cádiz, talla XXL o lo que es lo mismo talla "Yuyu".

    PD: Como buen gaditano lo que más me fastidiaba era tener que dormir en Xerez, por eso me quedé en un hostal de Cadiz...

    Ese CAiiiii!!!......Ouuuuuuuu

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  2. jejejeje lo que te gusta cai, desde entonces tengo pensado volver, me enamoro sus calles, sus gentes y sus bares...gracias a ti llevo mejor los dias de carnaval jejejje

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