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domingo, 26 de diciembre de 2010

CUANDO EL DIOS NIÑO SE PIERDE POR LAS CALLES DE ESTEPA...

Ahora que estamos en plena Navidad y la figura reinante de Jesús es su representación del Niño Dios, me pararé en una curiosísima costumbre antigua de Andalucía que es la de procesionar imágenes del Niño Jesús en la celebración de la Semana Santa. Una costumbre que proviene de Trento en la que los pasos era la Biblia plástica para el pueblo y en la que la creación de pasos alegóricos fue amplia.

Uno de esos ejemplos, de los más “chocantes” lo encontramos en el pueblo sevillano –de actualidad en estas fechas por sus mantecados- de Estepa. Un pueblo que ya cuenta con el curioso paso de las "Lagrímas de San Pedro" como mostré en una entrada anterior pero que sin lugar a dudas por “extraño” queda eclipsado por el del “Niño Perdido”. La pequeña imagen del Niño Dios, el Dulce Nombre de Jesús representa en el momento en el que con 12 años de edad se perdió en Jerusalén y fue encontrado con varios doctores de la ley en el templo.

La imagen del Dulce Nombre es de autor anónimo estando atribuida a la escuela granadina entre los siglos XVII y XVIII, es acompañado de dos doctores sobre una de las mejores andas con las que cuenta el pueblo talladas, revestidas de pan de oro y apliques de plata y las cuales me gustaría saber su autor tras más de una hora buscando el dato por la red. Cuenta la leyenda que llegó la imagen del Santo Niño en extrañas circunstancias: desde Granada a Sevilla, destinado a un convento de monjas de esta capital, tal vez a San Clemente o Santa Clara. Los arrieros tuvieron un percance y la dejaron custodiada en la Iglesia de Santa María la Mayor de esta ciudad y hasta hoy permanece en Estepa. Es esta una admirable talla de cuerpo entero que presenta al Divino Infante casi desnudo, sonriente y en actitud de bendecir con la derecha y con la bola del mundo en la siniestra. La imaginación infantil creó el mito de que si se caía la bola, se acababa el mundo…por eso abren los ojos con asombro cada vez que los costaleros hacen una "levantá". En el paso también figura una columnita en alusión premonitoria de los tormentos que tendrían que ocurrirle.



Cuenta que los turistas y visitantes que visitan Estepa en Semana Santa, en la noche del Miércoles Santo al contemplar esta escena se quedan sorprendidos al no comprender que “pinta” este paso en la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo . La verdad que es para ello ya que hoy en día estas antiquísimas –el origen de la hermandad se pierde en el siglo XVI- costumbres son cada vez más complicadas de entender, de ahí su escasez estando más presentes estas representaciones en la gloria de la Resurrección.

Al compás de su propia agrupación musical camina este sin igual paso de misterio a las maneras de su capital, ya que el sistema de costaleros no ha sido el utilizado antaño en este pueblo hasta que como tantas otras ha sido absorbido por el más que extendido estilo de los “gallegos” de Sevilla.


 

 

 

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