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martes, 28 de junio de 2011

BAJO LA MIRADA DEL "JOROBAITO"...


Leyendo el exitoso libro del tocayo sevillano Juan Pedro Recio Lamata “las Cofradías de Sevilla en la II República” me he encontrado esta singular fotografía que abre esta entrada. En ella se vislumbra al “Jorobaito de Triana”, a Nuestro Padre Jesús Nazareno de la hermandad conocida íntegramente por la advocación de su Madre Bendita…La O. el Nazareno de inspiración ronaldesca carga como cada Viernes Santo con el pesado madero de carey y gloria, con túnica lisa en busca de la Santa Iglesia Catedral, tal como hace desde que se propuso ser la primera corporación del viejo arrabal de alfareros en cruzar el puente, el de barcas ya que aún no estaba el emblemático puente de Isabel II. Lo hace sobre su antiguo paso, el que era iluminado por candelabros que aun hoy hace que no sean pocas las voces que piden la recuperación de esta vieja estampa. La fotografía tiene que estar fechada sobre los años en la que España estaba inmersa en una de sus páginas más negras de su historia, la guerra civil ya que en la misma además de los nazarenos de morada túnica aparece el capataz con un bebe en sus brazos. Se comenzaba a escribir una de las páginas más brillantes del mundo de abajo que atesora la ciudad de los más bellos atardeceres, Rafael Ariza Aguirre “El viejo” comenzaba o más bien ya llevaría unos pocos años a comandar la que a la postre seria la cofradía emblema por la que hoy es conocida esta familia de capataces. Y más curiosa se convierte la fotografía cuando me encuentro que ese bebe es su nieto, Rafael Ariza Sánchez (1937-2010) del que aún no hace ni un año fuese llamado a un encuentro de capataces de la gloria y quedarse para la eternidad para mandar el paso del Jorobaito eterno por ese paraíso con forma, sabor y aroma de Triana. Una permuta en 1935 entre otro capataz, Eduardo Bejarano y Ariza –que mandaba al Cachorro como muestra la siguiente fotografía- darían el comienzo de toda esta historia en la que una familia creció junto al llamador de la calle Castilla y bajo la mirada del Jorobaito. Historias del mundo de abajo, del noble oficio de pasear a Dios y su Santísima Madre…


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