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miércoles, 1 de junio de 2011

JESÚS, LOS DOCE Y 54 COSTALEROS...

Rememorando el Domingo de Ramos de 2010, al encontrar este video de Momentos Cofrades no he podido evitar mostrarlo, más si cabe que en los resúmenes de aquel año no encontré video alguno sobre este momento en concreto en el que el misterio de la Cena llega a la revirá de Laraña con Orfila. Llegó uno un poco trastornado del calor en la salida de la Paz y del Despojado por la Magdalena, más una buena “tripochá” de comer al encuentro de lo que muestra el magnífico video. Lo viví un poco más alejado del ángulo del video pero aquello quedó grabado en la memoria, de ahí que piense que la Semana santa es para las distancias cortas.
Que mejor título al visualizar el Dios de Sebastian Santos entre la multitud, rodeado de los doce como si de una misa al aire libre se tratara, como si fuera el sermón de la montaña en la que Jesús eleva su mirada para bendecir el pan y el vino, los semblantes hiperbarrocos que el maestro Bru imprimiera al conjunto que nunca llegó a ver en la calle juegan con el evangelio, Pedro ya ha escuchado que pronto lo negará y Judas ya comió del plato mientras en su esforzado escorzo se levanta para consumar la traición. Y debajo categoría, casta y buen hacer de 54 almas demostrando esfuerzo, aguante y mucho arte en una revirá antológica, completamente eterna al compás de una banda de las Cigarreras que ya dejaba su nuevo sonido profundo de bajos y tubas. Sonaron tres emblemas de la música procesional, tres emblemas de la banda…”Azotes”, esa marcha dedica al titular de su hermandad, “Divina Pastora de Cantillana” a la devotísima imagen letifica de este pueblo sevillano y esa “opera prima” de Francis González Ríos dedicada a las Vírgenes sevillanas en aquel año mariano...”Amor de Madre”.
Los hombres de Díaz Talaverón, “Palacios” que es lo mismo dejan boquiabierto al personal que como diría el amigo Agustín, “que son 13 tíos lo que van en lo alto” en una chicotá espectacular con la mole de talla antigua y barnizada con sus populares faroles que tras la salida de este año con candelabros pareciese una estampa antigua. Arranca la voz emocionada…”vámonos….vámonos… y vámonos…” para finalizar la inmensa chicotá con una salida de menos a más y romper brutalmente en el fuerte de la marcha tras el trio, comiéndose literalmente la calle donde vive el otro Soberano de Sevilla mientras Él sigue mirando al cielo esperando su pasión.

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