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domingo, 5 de mayo de 2013

LA PASIÓN Y LA GLORIA... COMPARTEN PASO.


Hasta hace nada, hablar en Sevilla de San José Obrero era sobre todo, en lo que se refiere a lo cofradiero, a una tarde como la de hoy, en la que en la barriada e iglesia en honor al Padre Putativo (P.P. de ahí los “Pepes”) de Nuestro Señor celebra la procesión con la imagen del marido de María Stma. por las calles de la feligresía. Prácticamente es la procesión que abre todos los años el tiempo de gloria, cuando esta antigua imagen aunque no de escuela sevillana vuelve a levantar el pellizco de aquellos que aun comienzan a levantar cabeza y aceptar que aún queda mucho para la semana más grande del año. Esto es así, duela a quien le duela, la cofradías letíficas, merecen el mismo respeto y admiración, pero para la gran mayoría sirve como el gran consuelo a la espera más maravillosa de todas las esperas, claro para mi punto de vista, aunque yo en esto tampoco me identifique al 100%. Yo también disfruto el mundo de gloria y sus características, pero cuando están impregnadas de la magia cofradiera sevillana, el asunto ya se desborda.


Hoy el paso de líneas sencillas, entre la madera barnizada y la orfebrería volverá a su habitad natural, con su flor color gloria y a caminar al siempre elegante compás que imprimen los hombres de Antonio Santiago y todos sus auxiliares. Esta hermandad o más bien el culto al Santo Patriarca nacieron casi de la mano con la construcción de la iglesia y la barriada. En un principio el culto sacramental era el único fenómeno cofradiero por llamarlo de alguna manera en esta iglesia de barriada moderna pero no tan alejada del centro. Pero casi al unísono, la mayor grandeza de Sevilla llegó a la misma, la penitencia… cuando un Luís Álvarez Duarte en una sorprendente edad talló una dolorosa que a mi pocas cortas luces, puede que esté entre las mejores, entre muchísimas realizadas después por él... seguiré pensando que este hombre mostró una cualidades sorprendentes en una edad tan joven y luego su madurez no sobrepasó lo que se supone de aquellos buenos augurios… por cierto, cierto día ya les hablé de la Virgen de los Dolores de San José Obrero, y en aquella ocasión me di cuenta que la imagen era anterior a la de Guadalupe de la hermandad de las Aguas, la cual siempre ostentaba el privilegio, incluso con “leyenda made in Duarte” de ser la primera obra de Duarte. Metería la mano en el fuego que esto era lo que aparecía en todo medio cofradiero sevillano allá donde se buscase. Una simple comprobación mía de fechas, hizo que por lógica debería cambiar ese “honor” y desde entonces se suele destacar a la Virgen de los Dolores como la primera gran obra del idolatrado por muchos - el cual ya tiene una calle en la barriada- Luís Álvarez Duarte… aunque no creo que mi blog transcienda para tanto, sería tan solo casualidad…

Primeras salidas de San José Obrero.

Un niño Duarte bajo la Virgen de los Dolores.
Comienzos humildísimos en una procesión gloriosa que dudo que conocieran muchos, pero el buen hacer que impregna esas leyes no escritas de Sevilla, poco a poco fueron haciendo el resto y con ello llegó una hermandad de gloria para el Santo Patriarca y el culto a esta dolorosa, porque Sevilla necesita las lágrimas de María… Ella la hace grande, para eso es “…y muy mariana”. Que le gusta al bueno de mi paisano Pedro Guerrero ver reflejada la historia de esta hermandad en un hipotético sueño de esa otra parroquia de mi pueblo, que en similares circunstancias se ve envuelta. En Bailén como en Sevilla llegaban las imágenes antes que la cofradía, y las mismas le daban mucha vida y buen fruto a una barriada.
Luego llegaría otra opera prima de un imaginero, parece que le ha gustado esto a la hermandad, cuando deciden que los sufrimientos del Hijo de Dios también tenían que tener un hueco en el barrio, y Fernando Aguado comenzó a escribir su nombre en la larga lista de los elegidos entre la madera, como lo fue San José, para acercar la gracia divina al pueblo que contempla las imágenes… y ese pueblo le gusta que Dios salga a la ciudad para que ellos lo vean, y al final todo calló por su peso, sin hacer mucho ruido, tan solo trabajando respetuosamente bajo las directrices de esas leyes no escritas y el barrio de San José Obrero comenzó a sonar mucho más allá que a una tarde de mayo, próxima a la festividad de San José Obrero, y eso solo lo trajo cuando la sublime gracia de la penitencia comenzó a abrirse paso por las calles de este barrio y la Virgen de los Dolores paseaba su belleza y categoría en el mes donde se celebran sus dolores, septiembre… era un paso palio con todas la letras pero a su vez era una procesión letífica –es decir sin nazarenos-, aunque eso a algunos no les encaje bien en la cabeza, pero todo debería caer más por su peso, y llegarían muchas más cosas..








Lo cierto es que yo hasta hace poco era un total desconocedor de la esencia letífica sevillana, mi interés viene de hace cuatro días y bendito interés que nos alarga la pasión todo un año, aunque en la distancia… que días más maravillosos para vivir allí y darte casi cada semana una racioncita de gloria. Gracias a la gran “guía” del profesor Martínez Alcalde las conozco y como no, ésta también, pero como dije un día, por su peso, tendría que llegar la gracia y aquella humildísima procesión del Santo Patriarca algún día daría de si lo que a Sevilla la hace grande, aquella hermandad sacramental, después de gloria se alzaría, paradójicamente a la gloria, cuando el pasado Sábado de Pasión llenó las calles del barrio mostrando cuales eran las túnicas según San José Obrero, incrementando una nueva hermandad de penitencia y las jornadas previas a la gran Semana de Dios. Así, con cierta esencia a lo que hoy deparará la salida de San José Obrero, sobre el que es su paso –donde también ha procesionado San Francisco de Paula algunos años-, salió con retrasos por la lluvia el Señor de la Caridad, acompañado de Simón de Cirene y la Virgen de los Dolores a llenar de Semana Santa, aunque de vísperas a esta emergente barriada.


Desapareció la peana, la flor gloriosa y los faldones letíficos y se hizo un monte de morado y rojo pasión para que caminara Dios entre lo que muchos es una rotunda gloria, al compás de la agrupación de los Gitanos, la que cada año ha acompañado a San José Obrero, comandada por la “familia” Santiago, porque estos hombres demuestran que son eso, aunque no lleven la misma sangre… que hubiera sido si Manolo Santiago hubiese estado en este estreno y que palabras hubiese soltado por su boca. Este es el culmen a una gran labor callada, que es la envidia sana de mi buen amigo Pedro Guerrero ante tantas connotaciones entre Sevilla y nuestro pueblo… a nosotros solo nos queda seguir soñando, en Sevilla, en el barrio de San José Obrero ya han saboreado el sabor de los sueños hechos realidad, que aunque sigan el mismo discurso de todas, más con la cercanía –muy cerca de la iglesia de María Auxiliadora, sede de la hermandad de la Trinidad-, algún día soñarán con ver a su barrio abriéndose paso por la Campana y sentir el diálogo intimista entre el Señor y el Cirineo bajo las naves de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, en la que es su semana sin duda más grande. Hoy por otra parte también es día grande, el que lo fue siempre…

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