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sábado, 4 de mayo de 2013

UN NUEVO "ZAPATERO" SE PASEA POR GRANADA...


Que mejor que ahora en pleno viaje a través de la memoria de lo que fue mi Domingo de Ramos esta pasada Semana Santa, junto al Señor de las Penas de Triana, el “zapatero”, como cariñosamente lo llama Triana, Sevilla y este servidor con todo el afecto el mundo, más con el impresionante montaje en honor a la imagen de José de Arce realizado por Maria Ángeles Rodríguez que ilustra estos días la bienvenida de todos ustedes a esta bitácora del capillita para acordarme o quizás completar una entrada que realicé hace unos años en torno a aquellos misterios creados o tomados como modelo a partir del Señor de las Penas, donde se recrean los preparativos de la crucifixión donde Cristo aparece sentado sobre una peña esperando su suplicio.
“Los zapateros que no son de Triana” la titulé, ya que nos mostraba distintos pasos de la geografía andaluza –Almería y Jerez de la Frontera- donde procesionaban pasos que toman contundentes inspiraciones en el conjunto creado entre José de Arce y siglos después complementado por Castillo Lastrucci. Eso sí, con ideas nuevas y aportaciones diversas en los participantes secundarios, la ciudad de la Alhambra ha completado este pasado Miércoles Santo un nuevo capitulo, cuando el Señor de la Meditación, de la Hermandad Universitaria, ha procesionado acompañado de un novedoso misterio.
La iglesia de los Santos Justo y Pastor, de inolvidables recuerdos de mi “Bartolo” y amigo Pedro Soriano, que tiene un poco olvidado pasarse por estas páginas, es la que cobija a esta hermandad, fundada en los años setenta del pasado siglo pero que por desgracia tuvo que soportar sobre sus hombros la vergonzante actitud humana, que en ocasiones olvidan los fines de las hermandades y quien es el protagonista de toda esta historia. Una cofradía que llegó a sacar a la calle cuatro pasos, se vio intervenida de urgencia por el clero, perdiendo casi todas sus imágenes por el capricho de unos cuantos e intentando resucitar de los lodos apoyándose en la otra rodilla de este “sentaito” bendito que medita el fin de su misión y la victoria de su redención.


El primer paso de aquellos hermanos fue la adquisición de una nueva imagen mariana. Gracias a este encargo este que les habla, incipiente buscador de nuevos valores de la imaginería, comenzó a escuchar el nombre de un imaginero de Vélez-Málaga (Málaga) llamado Israel Cornejo Sánchez. Nada más contemplar la nueva imagen de la Virgen de los Remedios la primera intuición que me dio es que estábamos ante otro mero imitador del sevillano Luis Álvarez Duarte, eso sí un gran imitador, llegaba incluso a gustarme más que las imágenes del mismo, yo que precisamente no pierdo la cabeza con el trabajo del sevillano. Así fue creciendo los trabajos de este imaginero y por ende fue configurando su estilo, donde sorprendentemente capté y así lo confirmaban los que lo estudiaban, que consiguió unir, casi magistralmente la esencia imaginera de las dos escuelas más importantes del barroco andaluz, Sevilla y Granada, unir esencias de Montañés, Roldan  o Mesa con las de la familia Mora o los Raxis, dolorosas que recordaban a las de Astorga con imágenes tan impactantes de la escuela  granadina como la Amargura de Jaén, atribuida a Mora.
Lo cierto es que en los últimos años este imaginero ha conseguido despertar mi interés en él, una magistral remodelación a la Virgen de la Salud del mismo Granada, convirtió una imagen muy mediocre en una imagen con bastante categoría y porte, lo que hay que añadirle lo magníficamente vestida que luce cada año por este imaginero que también posee dotes destacables en el manejo de los alfileres. Trabajos como este le han acompañado con más asiduidad con posteridad, y todos mejorando imágenes muy mediocres o imágenes que fueron estropeadas por manos más faltas de maestría.
Quizás su gran apuesta dentro de la imaginería procesional andaluza, la que quizás le haya dado ya un puesto entre los mejores en activo, haya sido el misterio del Santo Traslado al Sepulcro, de la hermandad malacitana de la Soledad de San Pablo, donde todas estas esencias enumeradas se muestran con rotundidad, a lo que hay que añadir la apuesta valiente por un vestuario de la imaginería secundaria que sin duda ha marcado la diferencia y quizás su estilo.


Ahora le ha llegado el encargo de la hermandad, que unos llaman los Estudiantes y otros la Universitaria, yo prefiero este último, al ser un distintivo menos utilizado, siendo además la vieja ciudad nazarí tan prestigiosamente reconocida por sus servicios universitarios. La hermandad renació con la imagen del Señor de la Meditación tan solo, una de las grandes obras del siglo de oro granadino –anónima, atribuida al círculo de Mora- sobre el antiguo paso del Señor del Perdón de la hermanad albaicinera de la Aurora, que curiosamente lo cambió para la creación de un misterio que abrazara a la imagen de Diego de Siloé, bueno a la copia de la misma, algo de lo que me gustaría hablarles también algún día y que es desgraciadamente seña de identidad de la Semana Santa de Granada. Curiosa la nueva corriente granadina, casi continuadora de la Semana Santa de Córdoba, de enriquecer sus representaciones plásticas de la pasión de la esencia sevillana del paso de misterio. Lo cierto es que hasta donde yo sé, en Granada no hay ninguna imagen secundaria que provenga de los ancestrales talleres, fueron las corrientes sevillanizadas los que comenzaron a introducirlos en la ciudad. Quizás ante este hecho haya que darle más valor al trabajo de Cornejo con este nuevo misterio, al utilizar esencias tan significativas como las aportadas por Castillo Lastrucci con imágenes que recuerdan las carnaciones, por mentar algunas características, de la escuela granadina.  Un recurso similar que conozca, así lo han apuntado algunos más doctos que este humilde capillita en la materia, lo tuvimos en Ortega Bru, que mezcló la escuela castellana con la sevillana haciendo suyo un irrepetible e inconfundible estilo.
Así esta iconografía del Señor humilde y pensativo, sedente, se ha alzado sobre la peña del monte calvario para esperar su crucifixión. Una iconografía piadosa, que no se refleja en las sagradas escrituras, que en gran porcentaje ha sido utilizada para plasmar los momentos de las burlas por la soldadesca romana tras la Flagelación o el pasaje conocido como el Ecce Homo, tal como reflejan las hermandades sevillanas de San Esteban o el Valle. Pero el “Sentaio” de Triana, el “zapatero” mostraba otra apuesta iconográfica, algunos lo califican casi como un “Varón de Dolores”, seguramente basado en los inmortales grabados de Durero. Este era un Dios poderoso y de agonizante mirada al cielo en lugar de la serenidad y tranquila aceptación en imágenes como la granadina y otros ejemplos como el Señor de la Humildad de Linares –basado en la primitiva imagen destruida- o el de la Humildad y Paciencia de la misma Sevilla, perteneciente a la hermandad de la Sagrada Cena.
Quizás entre este pasaje –antaño contó también con misterio-y el de la corporación de la Estrella se pueda encasillar la esencia del nuevo misterio granadino, donde como novedad, el imaginero veleño ha introducido a los dos ladrones que fueron crucificados junto a Jesús de Nazaret. El misterio se resume en un romano, que despreciativamente invita al Señor a su martirio en un plan cortés, casi tratándolo como a un rey mundano tras su proclamación como el Rey de los Cielos. Junto a él tenemos al buen ladrón, a San Dimas, clavado en tierra extasiado ante el Señor, que lo mira en una pose suplicante y piadosa, que ya algunos han apuntado un cierto error iconográfico, ya que la conversión más bien pudo ocurrir ya clavados sobre sus cruces como nos muestra misterios como los de Montserrat de Sevilla o Perdón de Málaga. Pero digo yo… ¿no pudo Dimas conocer la palabra del Galileo anteriormente, y comenzar a sentir su vergüenza mucho antes de la crucifixión? Los expertos en esto sabrán más que yo…












El paso lo cierra lo que a mí más me ha llamado la atención, una escena de segundo plano, esa nueva historia que siempre se crea en el momento que el Señor ya ha sobrepasado nuestras miradas y todo lo esencial ya ha pasado. Es el momento en que se pasa de la oración, la emoción, la mística… para pasar a deleitarse con los secundarios aspectos que conforman las cofradías donde a mi modo de ver, en una idea bastante original, un romano intenta controlar la enfurecida actitud del mal ladrón, Gestas, lo que conlleva a transmitir al espectador la línea entre el bien que atesoraba Dimas, que se arrepiente de sus pecados y el mal de Gestas que no creía en el hombre que estaban ajusticiando junto a ellos. Y me ha encantado el recurso buscando en Gestas, que hace partícipes a los espectadores de la procesión del misterio, como si fueran meros espectadores de aquel triste día en el Monte Gólgota, el cual humillado y casi dominado por los demonios intenta agredir al público en una pose y acción de arrojarles una piedra.
Sin duda para mí ha sido un aporte interesante y original, más en unos tiempos que corren que se copia todo lo habido y por haber, y se es poco valiente con estas apuestas iconográficas, que en otros tiempos si eran más comunes y que nos legaron sin duda personajes esenciales en las más pura idiosincrasia imaginera andaluza y por ende española… el “Perra Gorda”, “el Bizco” o “el Berruguita” son muestras de que al pueblo le ha llegado estas particularidades y con ello les ha llegado el “bautizo popular”… no me extrañaría que este imagen ya tenga su mote particular. Eso sí, no me convence mucho el vestuario utilizado con los ladrones, ese pantaloncito y la camisa, no los veo muy propios de la cultura judía, que a fin de cuentas es lo que se intenta o debe recrear, pero tal como dije al parecer Israel Cornejo ha apostado por esta característica de otros tiempos que ya utilizó en el misterio malagueño anteriormente citado.
A unos les habrá encantado a otros no tanto, el libro de los gustos está en blanco, pero hoy he visto conveniente añadir a la lista este nuevo “Zapatero que no es de Triana” y que se pasea por Granada, al compás que marcan las mujeres costaleras, la primera cuadrilla femenina de la ciudad al parecer.

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