Comienza un mes siempre esperado por mí, octubre además de ser el mes dedicado al Santo Rosario de Nuestra Señora María Santísima, es como ese pistoletazo inicial, ese arranque de curso, cuando las hermandades comienzan a trabajar con decisión en busca de la semana más grande del año, aunque ciertamente sean muchas las que obran así desde que sus pasos se posaron en sus sedes canónicas. Es el mes del Rosario, primer tiempo grande de por ejemplo mi hermandad, pero hoy quería abrir octubre con esta sencilla entrada.
Últimamente se despierta en mí, un ímpetu por detenerme en las cosas que parecen insignificantes, que no por ello pueden aportar mucho más de lo que nos pensamos. Siempre que puedo, mientras cuando cualquier cosa que me llame la atención, seguiré buscando la historia y las curiosidades de la religiosidad popular, algo que extiendo a todo aquel que tenga algo que quiera dar a conocer y quiera aprovechar esta ventana para mostrarlo al universo cofradiero, y por ende al universo del más puro folclore y religiosidad popular. Aunque algunos, aunque no lo comprenda, prefieren guardar esos tesoros, algunos pequeñitos y otros enormes y de gran trascendencia para creerse que si solo lo disfrutan ellos, podrá gozar de sentirse el más privilegiado del mundo, cuanto YO hay en este mundo… ¿para qué? Para morir cuando menos lo esperas y privar a las generaciones futuras los hechos y circunstancias que forjan su presente a través del pasado. Aunque halla aprovechados que utilizan una foto, un video o una historia que se han trabajado otros y las muestran en sus medios llevándose ellos todas las petaladas…
Por esta razón, siempre he intentado citar el origen u propietario de aquello que he considerado más o menos genuino, uno de mis lemas, casi todos dichos por el más grande de todos los nacidos, Jesús de Nazaret, es: “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios…” así, hace unos días, tomando unas cañas mientras veía a mi Real Madrid en el bar de Antonio “El Cojo” Saavedra –Café Bar Mi Casa-, observe la simple y desgastada estampa que les adjunto, la cual pasa desapercibida seguramente para todos, pero que a mí a sabiendas de lo “religiosos” que son estos dos hermanos propietarios del establecimiento, intuí que podría aportarme algo.
Y así fue cuando me la mostró su hijo… me encontré otra pequeña aportación, a unos imaginarios anales que versan sobre la historia de la cofradía de mi familia, la Santa Vera Cruz. Cualquiera que haya visitado su sede canónica en los últimos 63 años se ha podido dar cuenta que en la misma reciben culto muchas imágenes de menor tamaño del natural, provenientes de los talleres seriados con epicentro en Olot de muchos santos y santas. San Francisco, San Isidro, Santa Rita, Santa Gema, San Antonio, San Martin de Porres, etc… y entre tanta imagen hagiográfica se encuentra una de las Vírgenes de la hermandad, aunque siempre se nombre más a la Virgen de los Siete Cuchillos y a la Virgen de las Penas del conjunto del Descendimiento. En la capilla de la cuesta del Santo Cristo, también recibe la veneración el icono de origen portugués de la Virgen de Fátima, la cual también siempre ha gozado de mucha devoción entre los feligreses bailenenses, de hecho, cuando alguien necesita la intervención divina especial de algún santo en concreto, seguramente yendo “al cristo”, lo puede cumplir, rara era la que en épocas pasadas no tenía colgadas infinidad de “promesas”.
Así podemos contemplar en esta vieja estampa, si no me equivoco del tipo grabado, a la Virgen del Fátima, la cual según nos lega la susodicha estampa se editó en conmemoración de unos cultos en honor a esta virgencita en la parroquia de la Encarnación en el mes del Rosario, es decir, en el mes de octubre de 1950, la cual es nombrada como “Ntra. Sra. do Rosario do Fatima”.
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