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domingo, 16 de octubre de 2011

UNA NUEVA PÁGINA EN EL EVANGELIO DE LOS SENCILLOS...

En el mes de junio realicé una entrada que me contrajo la mayor polémica de toda la historia de este rincón cofradiero en la red. Sabia de lo arriesgado que suponía realizarla ya que no me era nuevo que a las personas o más bien a algunas de ellas, lo que se versaba en la entrada les venía grande y difícil de digerir pues seguramente son ajenos al pensamiento y maneras de lo que se quería explicar. Complicada misión cuando de por medio se mete el sentimiento y afecto hacia algo el cual se considera más que digno –que nunca indiqué que no lo fuera- o incluso sobresaliente para sus pocas objetivas miradas tocadas por la fibra del sentimiento. Tuve que realizar un fotomontaje para poder intentar mostrar una idea de hipotéticos resultados finales para algo que yo veo correcto y necesario, que aunque a sabiendas que ni yo ni nadie tiene la verdad absoluta, solo intento remitirme a aquellos lugares y hermandades que trabajan y siguen estos dictámenes y que indudablemente están en la cúspide, muchísimo más que otras idiosincrasias escudadas en manidos discursos de humildad y de barreras invisibles impuestas en sus imaginarios… hoy que están de moda las estadísticas, remitámonos a ellas…
No tardaron en tirar por el camino más corto, el que sigue todo aquel que ante una más que evidente impotencia ante falta de argumentos para “defender” algo que consideraban “atacado” arremetiendo contra mi figura personal, eso si escudados en el más vil y cobarde anonimato –seguramente estarás deseando contestarme, pero tu cobardía y complejo es tal que no tienes valor a decirme lo que piensas con un DNI por delante, tarea indispensable para que te permita comentar en mi casa, ya veo que dentro de tu gran formación cristiana olvidas ir con la cara por delante- para condenar aquella entrada la cual por cierto también incluía la imagen de un Cristo que no era de Bailén, y que más que seguro ha sido leída por hermanos de esa corporación, los cuales aún no han dado un atisbo de repulsa tan enérgica como recibí de algunos de mis paisanos… he aquí la diferencia entre un pensamiento y otro y que algún día, Dios mediante les dicaré un trocito de blog porque igualmente son para mi otro gran ejemplo a seguir y espejo en que mirarse.

Pero hoy les hablaré de otro tema, el cual llevo esperando una semana y con esta introducción poder además mostrarles estas fotografías que pertenecen a Bailén pero saltemos de alegría, ¡no son fotomontajes!... Por fin se celebró la bendición del Santísimo Cristo de la Humildad y Misericordia, el cual nuevamente les indico que no es para ninguna cofradía, que aunque hay personas que ya sueñan con esa hipotética hermandad, estas imágenes se han realizado para complementar la iconografía devocional y fomentar la piedad popular en esta comunidad parroquial gracias al impulso que ha insuflado su párroco don José Antonio Balboa el cual ha conseguido crear, tal como me definió el amigo Seba Lijarcio una acogedora iglesia, y mucha razón que tiene porque eso mismo es lo que se siente cuando se está allí, ya sea en misa o sin ella. Y es que han vuelto a escribir una nueva página dorada de ese “evangelio de los sencillos”, tal como definió un año antes don José Antonio al culto y veneración de la imaginería religiosa con motivo de la bendición de su Madre del Amor Hermoso. A partir de ahora, puede que muchos entren a la iglesia por variopintas razones, quizás como si de un museo se tratase para contemplar las buenas obras artísticas con la que se han enriquecido la iglesia pero bienvenido sea cualquier momento para sentirse atraído a entrar en la casa de Dios.


El templo lució el pasado sábado esplendoroso, como ya se podía venir contemplado durante toda la semana anterior con la gran puesta en escena para recibir la imagen del Hijo de Dios para su barrio, para su pueblo. Hay que destacar la predisposición por querer hacer las cosas grandes, de darle magnificencia para que aquello sea aún más complicado de olvidar, y esa es la idea y que me perdone don. José Antonio que sé que no le gusta que siempre los alabe en su persona, pero es que es más que evidente que es el guía de todo y que el solo intentan hacer los casas como sabe, y lo que él sabe aún no había llegado a este pueblo o mejor dicho a los que lo intentamos en el pasado acabamos aburriéndonos y tuvimos que buscar lo que aquí no nos iban a dar mientras no mandásemos nosotros, algo que por otra parte veo lógico… que se haga lo que diga el que manda, para eso se ha echado el cargo... Y gracias a Dios en San José Obrero se hace lo que dice el que manda, o por lo menos su voz es la más respetada por que evidentemente se comprende que lo que don José Antonio dice gusta y mucho, por eso ahí están todos los resultados desde que el ejerce su ministerio en la parroquia, siempre subiendo peldaños en cada paso. Tengo que confesar y espero no meter la pata, según me contaron los chavales colaboradores de la parroquia que cuando se estaba montando el altar una semana antes, quizás don José Antonio temió que aquello se podría ir de las manos, porque lo vieron raro, quizás todo esto se podría considerar como un acto de soberbia y arrogancia porque nunca antes se había visto en Bailén. Ya en la homilía del sábado me pareció que se excusaba… "esto al parecer no se ha hecho nunca, pero una vez no hace daño…" pues don José Antonio yo le digo que daño no hace, y si así fuera al que le duela tendría que hacérselo mirar. Usted bien sabe que todo aquel que innova, es ensalzado y casi automáticamente también despreciado… seguramente no tardaremos en ver los frutos de su cosecha como siempre ha ocurrido.





Por culpa de una boda familiar no pude asistir a toda la misa al completo la cual llegó a durar más de una hora según mis fuentes informativas y que por aguantar hasta la bendición, llegue al banquete más que empezado. Al igual que con la dolorosa un año antes, la iglesia se encontraba “hasta la bandera” destacando la asistencia de muchos que iban por gusto… amenizada por los bellos cantos de la Coral “Andrés Segovia” de Linares que ya venía de escuchar el día anterior en la función de la Virgen del Rosario de Linares por el día de su onomástica. Siendo acompañado d. José Antonio en la homilía por el Señor Arcipreste Don Antonio Garrido Colomina, que fue el encargado de bendecir las Potencias del Santísimo Cristo siendo posteriormente colocadas por el componente más joven del grupo parroquial y creador de la gran web de la parroquia, Sebastian Lijarcio. La cual fue ensalzada por el arcipreste, evidenciando el buen uso de las nuevas tecnologías con algo tan tachado en nuestra sociedad de retrogrado como es la labor de la iglesia. Por cierto el Señor lucio su túnica morada, evidentemente maniatado en lugar de la túnica purpura de terciopelo como anuncié, seguramente algún problema de última hora seria el motivo de no haberla lucido.




Pero no todo acabo el sábado, para el domingo la iglesia estuvo abierta todo el día para que el Señor recibiese su primer acto piadoso de recibir los besos de su pueblo, en esta ocasión en las manos con la celebración del llamado “besamanos” para poner el broche de oro a un intenso fin de semana con la misa y posterior traslado a la ubicación que se ha preparado en la iglesia para estar todo el año expuesto a la veneración de los fieles, un altar elaborado intentado seguir las trazas modernas del templo en el que se ha colocado como a modo de dosel una pintura realizada al óleo que representa al Señor Misericordioso y que ha sido pintado por la artista local María Isabel Cabrera que ha representado una obra tan fiel y piadosa de la auténtica pintura que vio Sor Faustina, la Santa polaca a la que tanta devoción profesó Su Santidad el Papa Beato Juan Pablo II. Así cuando el Cristo abandone su altar, el mismo no quedara “vacío” de culto. La santa misa del domingo estuvo igualmente acompañada por música de la considerada “acta” según nuestra diócesis para ser interpretada en el interior de los templos. La música que interpretó el trio de capilla “Cristo de la Soledad” que el bueno de Antonio Garrido, feligrés de la parroquia, consiguió formar –con muuuucho esfuerzo- para intentar engrandecer y llenar de más elegancia la procesión de su Cristo del Buen Morir o de la Soledad cada Miércoles Santo en la procesión denominada del “Silencio”. Un grupo formado por él mismo, su hermana María y Pepe Comino que aunque limitado y adaptado a los instrumentos que tocan consiguieron crear ese ambiente que solo este tipo de música consigue crear tanto durante la celebración eucarística como en el posterior traslado de la imagen a su altar. Traslado realizado muy sencillamente, bordeando el poco atrio con el cuenta la parroquia pero que consiguió crear una maravillosa estampa, sobre todo al pasar entre los naranjos, completamente a oscuras siendo iluminado por unas cuantos cirios pequeños que portaban los miembros del consejo parroquial, mientras cuatro de ellos sostenían al Cristo por las asas de la peana que fue en esta ocasión el sencillo paso por el que por primera vez piso las calles de Bailén. En aquel momento estaba alucinando en mi interior, diez años viviendo estas cosas fuera de mi pueblo me hacía tener que pararme a pensar, incluso pellizcarme para darme cuenta que estaba en la ciudad alfarera mientras fácilmente se hizo el silencio y la portentosa figura del Señor se mezclaba entre tinieblas con las famosas “Saetas del Silencio”… ciertamente “Antoñin” acertaste de lleno a la hora de elegir las ancestrales piezas musicales de la considerada hermandad más antigua de Sevilla para interpretarlas en este corto tramo, para llegar al atrio principal, a los pies de los azulejos de San José y la Virgen del Amor Hermoso, rezar unas oraciones y entrar definitivamente nuevamente al templo y depositar en el altar a Nuestro Señor el cual ya espera a sus hijos para trasmitirles con su mirada toda la Humildad y su infinita Misericordia.
Si no me equivoco la próxima cita con Él y su presencia por las calles, será el próximo miércoles de ceniza cuando presida el igualmente exitoso vía crucis de la parroquia.

Para terminar les dejo y les invito a leer el siguiente texto que expreso su santidad el Papa Benedicto XVI en la catequesis celebrada en la Audiencia General de los miércoles en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo:
Hoy quisiera detenerme brevemente en uno de estos medios que nos pueden conducir a Dios y ser, también, una ayuda para encontrarnos con Él: es la vía de las expresiones artísticas, parte de esta “via pulchritudinis” -“vía de la belleza”- de la que he hablado tantas veces y que el hombre debería recuperar en su significado más profundo. Quizás os ha sucedido que ante una escultura, un cuadro, o algunos versos de poesía o una pieza musical, sentís una íntima emoción, una sensación de alegría, percibís claramente que frente a vosotros no hay solamente materia, un trozo de mármol o de bronce, un lienzo pintado, un conjunto de letras o un cúmulo de sonidos, sino algo más grande, algo que nos “habla”, capaz de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de elevar el ánimo. Una obra de arte es fruto de la capacidad creativa del ser humano, que se interroga ante la realidad visible, que intenta descubrir el sentido profundo y comunicarlo a través del lenguaje de las formas, de los colores, de los sonidos. El arte es capaz de expresar y hacer visible la necesidad del hombre de ir más allá de lo que se ve, manifiesta la sed y la búsqueda de lo infinito. Incluso es como una puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano. Y una obra de arte puede abrir los ojos de la mente y del corazón, empujándonos hacia lo alto.


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