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lunes, 21 de noviembre de 2011

"AL ESTILO DEL AMARRAO DE CORDOBA..."


Uno de los puntos que más llamó mi atención de la conferencia referida en la entrada anterior fue la de los estilos. Mucho se habló sobre la idiosincrasia antigua de las ciudades y pueblos y la confrontación que trajo y sigue trayendo la implantación de un verdadero estilo puro como es el sevillano en lugares donde nunca se han significado por unas particularidades en concreto. Me resultó gracioso como los capataces del Buen Remedio indicaron que llevan treinta años escuchando que se “cargaron el estilo de Andújar” y que igualmente llevan los mismos años preguntando que se les cuente y desglose las características del estilo de “toda la vida” de Andújar… me sentí identificado con esas palabras por que las he tenido que defender en alguna ocasión con cofrades de Linares y sobre todo de mi pueblo, Bailén.

Hasta Córdoba sufrió estos “ataques” como comentó igualmente el capataz de la capital califal relatando sucesos que vivió siendo cargo de junta de la hermandad del Huerto cuando decidieron redirigir el estilo de la hermandad a como la conocemos hoy en día. Un estilo bien llevado y reformado según las ideas que yo tengo de este mundo, sin llegar a mal copiar como se les tildó. Intentaron y crearon una hermandad casi de corte serio y fúnebre que la abría y sigue abriendo un paso de misterio con el acompañamiento musical de una agrupación musical.
Cristo de Rute.
La algarabía de las marchas rítmicas desapareció del paso palio de María Santísima de la Candelaria por unas de un corte más sobrio, clásico o fúnebre –con la reforma estética del paso, en lo que se refiere a exorno y andar- a lo que habría que añadir la inclusión en la cofradía de la salida gloriosa en unos mismos términos de la Virgen del Amparo en el mes de noviembre como época más repetida en los últimos años.
Pero sobre todo despertó el clamor de los “nuevos puristas”, aquellos que ahora defienden el nuevo estilo y no dejan lugar a los “experimentos” cuando devolvieron a las calles cordobesas el paso de Jesús Amarrado a la Columna, el “Amarrao” como siempre se le llamó. “Una cuenta pendiente” que tenían con Córdoba como refirió el capataz Federico Jiménez, que a su vez era complicada de interpretar dentro de la idea que tenían de cofradía.
Se trataba de una antigua imagen, algo menor del natural seguramente realizada en la escuela granadina de la que consta tan solo el encargo de la misma a cargo de Fray Juan Zamorano, predicador y sacristán del convento de San Pedro el Real de Córdoba, actual iglesia de San Francisco en 1662. Esta fecha me hace soñar en el hipotético mundo de la historia iconográfica para recrear en mi cabeza una hipotética imagen que se realizó o más bien se donó dos años antes para mi pueblo, Bailén. El circulo artístico en el que se encuentra realizada la imagen cordobesa –y el Amarrado a la Columna de la Veracruz de Rute, obra realizada también en Granada en 1.665, seguramente en el mismo taller del de la capital- y la casualidad iconográfica de Cristo atado a una columna baja, como se cree que siempre fueron las imágenes del “Amarrao” de Bailén me hacen ver en las imágenes cordobesas un hipotético “hermano” o un “primo” de la que quizás fuese la talla primitiva bailenense y que sucumbiera en 1810 a la profanación del napoleónico sable francés durante nuestra Guerra de Independencia.
La advocación completa es de Nuestro Padre Preso y Amarrado a la Columna. Es un Cristo delgado, aunque su musculatura está bien definida, si bien se pueden apreciar los huesos en la espalda, tórax y rodillas. Presenta las manos cruzadas por delante y atadas a una columna clásica de fuste cortado y pequeño tamaño, lo que le hace presentarse encorvado mostrando las huellas de la flagelación por todo el cuerpo. No obstante, su mirada desprende una gran dulzura. Hasta el año 1.962, Jesús Amarrado a la Columna estuvo haciendo estación de penitencia acompañado por dos sayones y un romano cuya autoría se desconoce.

En el año 2.003, fue sometido a una magnífica restauración por Don José Antonio Navarro Arteaga, el cual, ha conseguido sacar a la luz una imagen dignísima, con sabor antiguo, y ha eliminado desafortunados retoques de pintura que la imagen presentaba, ha realizado una nueva columna, la mirada del Cristo –bajo mi punto de vista, la parte mejorable de la imagen-, elevada al cielo, y la policromía han ganado en expresividad y el porte de la talla se realza al ir sobre una peana dorada en vez de hacerlo directamente sobre el calvario de claveles.
 Seguramente diversos motivos que componen el mundo de las cofradías complicaban una idea de misterio según las normas más establecidas, con sayones flagelantes y una banda de cornetas y tambores o agrupación tras el mismo. Pero la hermandad adquirió un paso para solo poder albergar una imagen, incluso de unas líneas rectas y sobrias que retrotraen más a la ida de cortejo sobrio. Un paso conseguido de segunda mano en el Puerto de Santa María (Cádiz) que recuerda en sus trazas al paso de Cristo de la hermandad de los Estudiantes de Sevilla. Perteneció al Cristo de la Misericordia de la ciudad gaditana y saldría del taller sevillano de Manuel Guzmán Bejarano. Un paso que originalmente contaba con hachones de cera, como método más extendido en los crucificados que serían reaprovechados para convertirlos en los actuales faroles que dan luz al implorante Cristo flagelado. Un trabajo que realizaría el tallista cordobés José Carlos Rubio, hijo de Antonio Rubio autor de la dolorosa de la hermandad para adaptar todo el conjunto a un paso sobrio, poco visto por no decir único en Andalucía en lo que se refiere a pasos de línea sevillana con esta escenografía pasionista.






Saldría el Domingo de Ramos de 2004, en el segundo lugar de la cofradía envuelto en todo lo descrito pero en silencio, con música de capilla y andar de cofradía de negro hasta que al año siguiente se rizo un poco más el rizo y se introdujo una banda de música de plantilla completa tras sus pasos. Algo que quizás acrecentó la polémica, curiosamente en Córdoba chocaba ver a un Cristo con “música de palio” como hoy en día se le ha acabado encorsetando a este estilo. Y no es que piense diferente, sigo apoyando las bandas de Paso Cristo con los mismos pero antes de que estas bandas existieran las que daban música a los pasos era las bandas de plantilla completa, envueltas en los exquisitos repertorios antiguos, fúnebres; como era la Semana Santa antes de la eclosión festiva y casi gloriosa en la que se divide hoy día, incluso en aquellas Semanas Santas donde Sevilla aún no ha desplegado su carta de presentación, pero que si se ven influenciadas indirectamente.

Yo mismo presente mis dudas, pero cuando todo se estudia con gusto pueden dar como resultados una nueva revisión del estilo madre sin tener que basarse explícitamente en un modelo en concreto de las cofradías sevillanas, lo que vengo llamando reinventarse porque aún no está todo inventado del todo. Se les tildó de que copiaban a los Servitas de Sevilla, aunque la corporación de San Marcos –que en su día también fue criticada- prácticamente hizo lo mismo, reavivar los antiguos acompañamientos musicales para darle un distintivo a su cofradía además de partir de que su Paso Cristo también es presidido por una imagen de la Virgen como ocurre igualmente en Córdoba con la Virgen de las Angustias.



Pero el caso del Señor Amarrado a la Columna de Córdoba era distinto, era un pasaje evangélico que pocos hubiesen calzado con este estilo, que quizás reclamaba más una banda de cornetas y tambores de repertorio clásico en su mayoría tras los pasos del Señor. Así este paso dibuja sobrias, elegantes y bellas estampas cada tarde noche del Domingo de Ramos con ecos tan sublimes como los que pude disfrutar hace21 días. “Jesús de las Penas” de Pantión, “Saeta Sevillana” de Laserna, “Un Recuerdo” de Eduardo Lucena o “Getsemaní” de Ricardo Dorado son ejemplos de la nueva versión que ha deparado este paso para el estilo de maneras sevillanas en Andalucía. Por esta razón, contemplando las glorias de hace unas semanas pensé que esta podría ser una opción para esas hermandades que les gusta las bandas de plantilla completa tras los Cristos, el repertorio, el compás abierto y si se puede un estética acorde son la receta perfecta para todo esto.









7 comentarios:

  1. Fantástica tu entrada sobre la incomprensión de ciertos estilos que tanto nos gustan a determinado grupo de capillitas y cofrades...Yo concretamente uso este paso cordobés como ejemplo en muchas tertulias entre amigos como algo distinguido, con buen gusto y personalmente como perfección para los sentidos cofrades.

    Un saludo y enhorabuena por tu blog, lo he conocido por casualidad y me ha gustado muchísimo.

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  2. Propones en esta entrada varios temas que merecerían por sí mismos, por lo menos, una mesa redonda.

    La primera cuestión sobre la influencia de un modo estético patentado en Sevilla. Creía superado este asunto. A veces creemos que la manera de procesionar e incluso de presentar cierto patrimonio en la calle, es algo personal, de una identidad rotunda. El debate se ha venido produciendo en Granada desde 1990 en adelante, y hoy día está llamado a la extinción. Primero porque muchos tienden a pensar que en las artes cofrades, no hay una línea de evolución paralela al arte en sí. Es decir, que los canastos o los candelabros de cola de un palio, nacieron en el siglo XIX al XX en Sevilla sin un referente estético anterior, usado para mobiliario noble o incluso para los ritos y rúbricas eclesiales.

    Vino a decir uno de esos cofrades que no deja a nadie indiferente, que no podíamos confundir "pobreza" y desinterés en el decoro (una linea seguida durante décadas) con personalidad; con algo que identificara un modelo propio, creado en exclusiva en una ciudad y que con el paso de años (pero muchos) terminara por convertirse en una seña y un estilo definido y definitorio.

    EN Granada, perdimos quizás la verdadera personalidad que se acuño aquí. Sabemos que la peana de carrete, por vez primera en el Mundo, se hizo para Granada. Y sabemos que Antequera se ha nutrido de encargos granadinos durante el siglo XVIII en especial, y mediante el llamado foco malagueño (que no es otra cosa que artistas provinciales que repiten modelos consagrados, en escultura por ejemplo, de Mora y en concreto de Mena) EN PARTICULAR.

    De forma que la personalidad antequerana, a la luz de los pasos granadinos desaparecidos pero firmados en 1665 y que se nos describen con contundencia en los "Anales" y en las "Gazetillas curiosas", no dejan de ser los modelos granadinos que ya no se usaban en el siglo XIX y que en el siglo XX, habían dado paso a un patrimonio cofrade, no ya por debajo de lo que merecía Granada y su pasado, sino por debajo de lo que merecería Busquístar (encantador pueblo alpujarreño de menos de 300 habitantes).

    ¿Personalidad o economías exangües que echaron por la borda la tradición del barroco? Y voy más allá: ¿puede una ciudad que no sean las que verdaderamente han demostrado una escuela propia y una pléyade de creadores y artistas consagrados hablar de personalidad propia, o de modelos que comparten con tantos otros?

    Aquí reside el otro gran factor a tener en cuenta. Propongo un ejemplo: ¿cuántas analogías existen entre el Cristo Caído, el Torero Señor de Córdoba, y el Tres Caídas de Granada, a pesar que este último es de una hechura anterior en muchas décadas? ¿Dónde estuvo el modelo primigenio que terminó por ver la luz en Granada? ¿O acaso el cordobés no puede negar el peso iconográfico del granadino? ¿Y el cordobés, que es de un cordobesismo escultórico inmenso, tal vez no sea más que un legado de otro foco artístico andaluz?

    Pues traduzcamos este ejemplo a enseres y preseas de pasos.

    Que Sevilla reinventó, adaptó, o si quieren , creó un modelo concreto y plausible, no quiere decir que los que lo hayan seguido, sean copistas sin más. Estoy convencido que ante ausencia de piezas y de elementos que configuran un cortejo cofrade, se copia el que parece más atractivo. ¿O entonces todo el mundo ha copiado a Ford que sacó a la luz, presumiblemente el primer coche? ¿Y no será que ante la falta de vehículos en las ciudades del mundo, se exportó algo novedoso y mucho más eficiente? Parecerá un ejemplo pueril; no lo creo tanto.

    El tan manido término de la "sevillanización" de nuestras hermandades andaluzas hay que verlo con luz y taquígrafos, según cada caso, pueblo a pueblo. En la mayoría, muchos se iban a llevar un chasco.

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  3. Continuación:

    Verídico: Motril. Se plantea la sustitución de una corona metálica que además ayuda a sostener la cabellera postiza de un nazareno. Algunos hermanos dicen que es perder la identidad de la Imagen y de la Hermandad, y con ello, de Motril. Les incidí en que no es más que la copia de un modelo que en su día vino de Granada, y que la paternidad no le correspondía al motrileño, sino al granadino. Incluir una corona que simulara estar tallada en la zona craneal, era cambiar la influencia de una ciudad foránea a Motril, por otra, pero en todo caso no pervertía la "personalidad y el motrileñismo".

    Otro debate era si había que conservar una tradición exportada de siglos, por una tradición exportada de ayer por la tarde. Ganó la lógica y sigue con su corona metálica. Pero esto es lo que me gustaría señalar: ¿todos los defensores chauvinistas y recalcitrantes de un modelo muy suyo, saben si realmente ese modelo tan suyo no fue en su día una exportación de otro lado? Luego, ¿hay que cerrarse perennemente o concedemos la posibilidad a nuestro mundo cofrade de readaptarse de continuo?

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  4. Otro tema que me llama la atención: música de banda, la popularmente destinada a un palio... ¿Detrás de un Cristo? ¿Y por qué no? En esto Málaga ha sido más valiente. Quizás porque prever la combinación entre marcha y trabajo costalero, allí, es idéntica en un palio que en un trono con una escena evangélica, cierto. Pero me imagino hermandades del carácter de San Vicente o San Isidoro, en Sevilla, con marchas fúnebres. Debe ser de un paroxismo único a los que nos gusta lo "rancio", ver el regreso del Señor de las Tres Caídas por donde manda el "Chato de la Costanilla" con Margot detrás, y la cuadrilla reposando el asunto y alargando el paso, sin concesiones a la galería. ¿Es que si suena una marcha de palio un Cristo ha de andar meciendo el paso?

    A ver si hay algún valiente que patente el asunto. Aunque me imagino que, si ven dos o tres cómo sale el Señor de San Vicente, a lo mejor tienen la autoridad y el modelo a seguir, pero todo el camino y no sólo en la salida.

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  5. Y por último y no doy más el coñazo... El "Amarrado", sin haberlo visto en cercanía, luego es una atribución demasiado arriesgada, conserva particularidades del taller de los Mena, eso sí, no estoy diciendo que sea de Pedro (1628-1688), sino de seguidores de sus modelos iconológicos. Denoto por el trabajo de la zonza parpebral y por la manera de configurar la barba, parecidos con los modos estéticos que ya eran visibles en Alonso de Mena y que definió su hijo, al que le acompaña un taller con Cecilio Aguilar o sus hijas, como continuadores de las obras primeras... Habría que verlo con detenimiento y estudiar algún posible documento que nos dé pistas sobre dataciones fidedignas, y luego consultar obras de seguidores de Mena, pero no creo estar desencaminado.

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  6. David podías haber realizado una entra en tu blog jejej madre mía que análisis. He de admitir que he tenido que leer lo que has puesto varias veces y creo que ya lo he entendido todo. Sobre los estilos obviamente un gran porcentaje de cofrades de cualquier lugar les costaría trabajo entender lo que has desglosado pero bajo mi apreciación has dicho el evangelio puro y duro, como siempre digo el que conoce la historia es más acto para poder opinar por eso creo que hasta la fecha nos entendemos tanto en nuestras opiniones. Sobre el tema musical has dado de sí para una nueva entrada.

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