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miércoles, 23 de noviembre de 2011

MUSICA AÑEJA PARA LOS SENTIDOS DE SEVILLA...

A raíz de la entrada dedicada al fenómeno que rodea el paso del “Amarrao” de Córdoba el amigo de este blog, el granadino David Jiménez Muriel me ha inspirado a seguir rizado un poco más el rizo sobre la idiosincrasia con la que camina cada Domingo de Ramos el encorvado Cristo flagelado de la calle San Fernando en la capital de los califas. Extrapolando el asunto a la siguiente capital siguiendo el curso del Guadalquivir y de la que hoy en día bebe y expande a muchos puntos de la geografía nacional, sus maneras de entender la religiosidad popular y el mundo procesionista, amén del cultual; Sevilla.
Antaño y la verdad que no hace tanto las agrupaciones musicales que heredan su estilo de la mítica banda de la Guardia Civil De Eritaña –o el Arahal aunque para mí no- y las bandas de cornetas y tambores del de la banda de la Policía Armada –y esta de los Bomberos de Málaga-, no existían y lo poco que había era las viejas bandas militares de cornetas y tambores tan alejadas en su estructura musical de la “revisión” o la “creación” que sembró Alberto Escámez.
Así que el día que en Sevilla se decidió poner música tras un paso, tras la lógica ancestral forma penitencial de silencio o en todo caso con “pitos” como se le llama a los tríos de música de capilla, lo que se puso fueron bandas de plantilla completa, lo que conocemos actualmente como bandas de música que interpretaban diversas piezas que en muchos casos tenían poco que ver con las actuales marchas procesionales. Tal fue el caso de adaptaciones de óperas y música con cierto sabor fúnebre hasta que se comenzaron a crear las primeras marchas todas encorsetadas en la tristeza y melancolía que durante siglos caracterizó a la Semana Santa en cualquier parte de España, es más el llamado estilo castellano prácticamente es una continuación del pasado que apenas se alteró como si ocurrió en Andalucía tanto en la estética con figuras relevantes como Juan Manuel Rodríguez Ojeda o en la música como Manuel López Farfán, que ya comenzaría a crear marchas de un cierto ritmo y alegría que retrotraía mas a las letificas glorias de María que a la representación luctuosa de la Madre de Dios en sus misterios dolorosos, evidentemente una música creada para la gracia de la Virgen María, aunque fuese dolorosa comenzaría poco a poco a encasillar esta música con el compás de un palio, algo que con los años no se adaptaba con las bandas de cornetas y tambores y las agrupaciones musicales.

Aunque como dirían los catalanes “la pela es la pela”, hasta prácticamente los años sesenta o más se podía ver de todo tipo musical tras los pasos, ya fuesen de cristo o misterio y de palio. Por ejemplo, recordando la colección de fotografías que mostré sobre la antigua Semana Santa sevillana titulada “Sevilla en la Memoria” he podido “demostrar”, ya que se visualiza en las fotos que la banda que acompañó en el Santo Entierro Grande de 1965 al misterio de la Sagrada Lanzada fue la actual banda de música de la Cruz Roja. Algo que aunque constaba en los libros de actas de la hermandad no se conocía por vía fotográfica. Y es que el misterio de la corporación de San Martín de Tours fue durante muchos años acompañado por bandas de música que lo mismo le interpretaban la genial partitura compuesta en su honor por D. Manuel Font Fernández de la Herrán en 1928 titulada “La Sagrada Lanzada” o “Pasa la Virgen Macarena” del maestro Gámez Laserna ya que mientras el dirigió a la mítica “Soria 9” esta sería la encargada de acompañar al crucificado de Illanes. La misma lo haría ininterrumpidamente desde 1940 hasta 1966 aunque durante más años seria acompañado por este tipo de bandas hasta que finalmente se implantó el estilo “policía armada” – la cual tocó muchos años con esta hermandad, abriendo el cortejo y posteriormente tras el misterio- tras el paso de la Sagrada Lanzada del Longinos.





Este sería un ejemplo entre tantos que con los años prácticamente se extinguió hasta tal punto que la memoria de muchos no alcanza a recordarlo y tal como indiqué en la entrada del paso cordobés, ya sea en Sevilla o en otras localidades que siguieron su modelo, se escandalizan ante una idea de recuperar en algunos casos concretos aquellas circunstancias. Yo fui el primero, no les voy a engañar y como tantos otros me eché las manos a la cabeza cuando en 2004, y para el último Santo Entierro Grande el misterio de la Siete Palabras rememoró aquella cada vez más lejana Semana Santa. Que siéndoles sincero y tras ver el resultado, no me desagradó en absoluto cuando el paso anduvo con marchas fúnebres, no tanto cuando lo hizo con “Pasa los Campanilleros” de Farfán, que aunque no lo crean está dedicada a esta hermandad de la iglesia de San Vicente.
Y recordando el comentario del amigo granadino me tengo que parar primeramente en esta céntrica iglesia sevillana desde donde cada Lunes Santo abre sus puertas para que de ella salga la exquisita elegancia de la hermandad de las Penas, siempre apellidada de “San Vicente”. Hermandad de negro, pasos sobrios con “paliazo” casi de cajón y crestería que se dibuja entre naranjos y tinieblas al son de la solemnidad que dan los músicos del Maestro Tejera. Pero quiero que alguien me diga –quitando aquellos que su vida se resume en un solo de corneta respondido por un izquierdo por delante- si la salida de su Cristo caído al compás de la sublime partitura que le dedicara Antonio Pantión en 1943 “Jesús de las Penas”, no es uno de los momentos esenciales de la Semana Santa sevillana. Incluso creo que tras presenciarla le quita “pellizco” a la salida de la Virgen de los Dolores aunque igualmente se le toque geniales composiciones llenas de calidad y solera.
Espero que nadie se desgarre las vestiduras con esta opinión, ya que no soy nadie para llegar a Sevilla y decir como tienen que hacer las cosas… Dios me libre, pero tómenselo como una opinión personal para echar el rato, pero ¿no sería maravilloso vivir la experiencia de la salida durante todo el recorrido? Creo que esta encaja magníficamente con el espíritu de la hermandad, con su caminar largo y silencioso en el Señor. A día de hoy pienso que nadie me aria ver que con una banda de cornetas y tambores, aunque fuera la Centuria también iría magníficamente aunque seguramente abra alguno que dirá que esto son gustos, que nadie tenemos la verdad absoluta y si llegara rasgando la madurada por la calle Cardenal Cisneros al compás de “Ahí Queó” o “Alma de Dios” estaría igual de sublime… ciertamente el público que la presencia hoy cambiaria mucho.


Pero creo que verlo caminar caído por Sevilla, con un repertorio como el que lleva su madre bendita podría ser un ejemplo de algo nuevo y elegante por que quien dice esta hermandad dice otra, tal como ha afirmado el amigo David si nos trasladásemos a la “Costanilla” con su hermandad de negro del Viernes Santo, San Isidoro. Esta hermandad tiene como otras tantas de Sevilla peculiaridades de sobra para ser la envidia de muchas. Peculiaridades e historia única, imágenes de gran categoría artística donde el alma de Ruíz Gijón planea sobre los grafismos de sus imágenes así como sus peculiares pasos que caminan entre el sobrecogimiento de nazarenos negros de cola en la jornada más triste de la humanidad. Es una hermandad que verdaderamente la veía por videos y nunca terminaba de arrancarme la atención hasta que la vi a pie de calle, y solo pudo decir que chapó de cofradía la cual tal como esta no necesita cambio alguno. Pero la idea que me ha dado el señor Jiménez Muriel ciertamente me ha hecho disfrutar en sueños de ver al peculiar caído de San Isidoro caminar entre las penumbras de las añejas calles de su collación y recorrido, ganándole metros mientras ecos como “Margot”, “Amarguras”, ”Soleá dame la mano”, “Mater Mea”, “Saeta Cordobesa”, “Ione”, “Jesús de las Penas”, etc… y un amplio abanico de grandes composiciones dibujasen una nueva idea, que no quiere centrarse en estas cofradías pero las cuales indudablemente encajarían perfectamente con esta idea que ya utiliza el paso de la “Urna” del Santo Entierro o la Piedad de lo Servitas pero que no ha llegado a alcanzar como pasa en Córdoba, pasos de Cristo que hoy en día viven encasillados en lo que se refiere a acompañamiento de bandas en los dos estilos más universales que ha exportado la Semana Santa de Sevilla.





3 comentarios:

  1. A riesgo de parecer esto, como castizamente diríamos aquí en Graná, "la convidá del compadre..." ¡Qué gusto de blog y qué gusto tiene el autor.

    Cuando me muera, va a sonar Margot para que me deje mi Cristo de San Agustín entrar en su Casa. Y en mi particular cielo, a la Virgen de Loreto se le saltará hiel viendo como su Hijo le gana la partida y anda con marchas que deberían ir para su añejo palio (por Dios, qué palio).

    Será la edad, o ser de una hermandad de negro... Pero es que estoy de pitos hasta el mismo sitio que de Zapatero y el Gobierno.

    ¡Y de flautas, más allá!

    Un abrazo con mucho frío. Pero frío de Sierra Nevada. Y a ver si nos vemos por aquí.

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  2. jajaja dejemoslo en que coincidimos en gusto. pero oye que a mi ver pasar una cofradia entre el "ensordecedor" silencio, si es salpicado de musica de capilla me vuelve tambien loco jajaja como haceis en el cristo de san agustin.

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  3. A mi me gustaría ver el palio de la Virgen de Loreto con este tipo de marchas, quizás algún día se podrá ver ya que hay vertientes en la Hermandad que estan a favor de esto...

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