Antes de nada absténganse de contemplar las fotografías que ilustran esta entrada aquellos a los que les pueda herir la sensibilidad la contemplación de lo que las mismas muestran. No es la primera vez que ilustro este blog con entradas de esta temática y como ya he recibido opiniones desfavorables por ello, igualmente les indico que se ahorren las molestias de reclamarme nada porque a no ser por fuerza mayor no las quitaré.
Y sobre todo las publico porque no voy a ser yo el primero en hacerlo, encontrándose publicadas en el Boletín de las Cofradías de Sevilla en su edición de octubre del año 1989 perteneciente al nº 361. El mismo dedicado a la corporación protagonista de esta entrada por la celebración entonces del cincuentenario de su fundación, la hermandad de la Paz del barrio del Porvenir.
En un curioso artículo firmado por Antonio Hermosilla Molina –autor del libro “La Pasión de Cristo vista por un médico”- sobre las características anatómicas de la imagen del Cristo que pisa por primera vez cada Domingo de Ramos las calles de Sevilla, Ntro. Padre Jesús de la Victoria, y por este motivo se exponen esta serie de fotografías donde se muestran partes del cuerpo del Señor que tallase Antonio Illanes en 1941 que son difíciles de contemplar normalmente, porque claro está y soy el primero que lo entiende, estas imágenes no están ideadas para lucir tal como muestran las fotografías. Seguramente impacte más la realidad que nos muestran los brazos articulados, seguramente robándole a la imagen ese aura mística y divina, acercándonosla a lo que en realidad es, pero hay que ser consecuentes con lo que todo esto representa, a las imágenes hay que respetarlas pero no podemos confundir su papel, algo que nuestra iglesia nos recuerda en cualquier acto a una imagen, sobre todo si es una bendición. Si podemos ver todo esto desde este lado, creo que se puede llegar a entender y valorar todo lo que tiene este mundo de material y por ende la faceta artística. Creo que mostrar estas fotografías aporta más a la formación que a la indignación.
Y mostrando una última fotografía, podemos contemplar al insigne imaginero que creó esta maravilla que se pasea cada Domingo de Ramos junto al inicio de toda imagen, aunque el tronco de madera posiblemente no corresponda a la hechura de esta imagen.
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