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jueves, 19 de julio de 2012

BAJO LA GLORIA DEL CARMEN. (I)

Viajando el pasado día 16 de julio por la nacional IV, dirección Cádiz en busca de Andújar, fijo mi mirada en la famosa “Casa de Postas” vislumbrando el azulejo realizado en la “Casa del Artesano” de Bailén conmemorativo de la Batalla de Bailén del 19 de julio de 1808. “Hace doscientos años estaba esto lleno de gabachos” le comentaba a mi amigo Félix, en alusión a aquello que se aproxima, como son las fiestas conmemorativas de aquellas fechas por estos días, ya que en aquel lugar de paso se firmó la capitulación un 22 de julio de 1808, era la primera vez que se le cortaba las alas al águila imperial napoleónica... Hasta hace unos años ese era el gran protagonista en estas fechas para mí, las fiestas de mi pueblo y una casi desconexión del mundo capillita. Pero atrás, en los asientos traseros de mi C-4 esperaban encaramarse a la faena unas prendas que hasta este año solo veían la luz del mundo allá por febrero o marzo, bajo oscuras y esperanzadoras cuaresmas.
A mediados del mes de junio, mi amigo me propuso algo que en cierta medida me parecía una locura y no porque no lo haya pensando en los últimos años. Esa locura era hacernos costaleros de las “glorias”, meternos en una olla a presión de altas temperaturas en el tórrido mes de julio. En los últimos años, el 16 de julio ha tenido para mí un matiz cofradiero además del lúdico. Y es que la ciudad de Andújar ha convertido el glorioso día 16 de julio en una fecha señalada, cada vez más, para unos especiales amantes del mundo cofradiero, aquel que vive y siente las formas que surgen de manera refulgente en la capital Hispalense.
 Curioso que hace justamente diez años fui participe de la procesión de la Virgen del Carmen del barrio de la Lagunilla. Aquel año, aquel verano iba a echar unos ratos con la corneta a la Agrupación Musical de San Juan Evangelista de mi pueblo, para matar el gusanillo mientras el Rosario linarense estaba de vacaciones. Aquel verano la banda bailenense fue requerida por esta humilde corporación letífica iliturgitana para que marcara el andar de su pequeño paso, de su pequeña y Dulce Señora porque la misma y eso me sorprendió era portada por costaleros… aquello no era solo para Semana Santa, las glorias también llevan igual grandeza que los pasos de la Pasión, conocí las glorias de sevillanas maneras antes de ver ninguna sevillana. Ellos –la banda- eran requeridos por el que es el gran precursor de aquella cuadrilla, si no me equivoco la primera de costaleros en glorias de la provincia, el amigo Rafael Mondéjar Expósito. Ese humilde capataz de pueblo como les indiqué en una de mis ultimas entradas, que se echaban a sus espaldas la ilusión por fomentar esa pasión que lo inunda durante todo el año, y portar glorias a la vieja usanza de los gallegos sevillanos era una de ellas.
A partir de ahí conocí a Rafael, y desde entonces ha sido siempre un gusto charlar con el, siempre dándote todo aquello que esta vida cofradiera le ha enseñado, sus logros y también sus penas. Sin duda una porción de lo que he podido aprender sobre costaleros salió de su boca y muchas más cosas, porque el también es mu capillita. Unos conocimientos que no se alejan para nada de lo que he aprendido de otros, sobre todo en mi hermandad, la cual admira sin complejos, sintiéndose orgulloso de haber conocido y departido con nuestro legendario Andrés Caparros, otro que se sentía como el, capataz de pueblo, capataz de hermandad abierto a todo aquel que le pidiese ayuda. Así que este que les habla por lo menos de boquilla confiaba en las maneras de este capataz andujeño que lo mismo manda en su tierra que forma cuadrillas en Jaén o en lugares más complicados como son poblaciones pequeñas y sin una fuerte cultura cofradiera, llámese Arjonilla o Marmolejo.





Así que solo faltaba ponerse a sus ordenes y convertirnos en costaleros de la Virgen del Carmen de Andújar, en marineros de secano que reman en oleaje del racheo más profundo llevando por barca un pasazo de gloria, porque ellos son humildes pero con buenas maneras. Y me gusta ver como enfoca este mundo en Andújar, donde allí hay que adaptarse a lo que hay, porque como digo muchas veces, lo que allí vale, aquí no tiene por qué valerlo también. Y lo primero que me transmite es de que aquello no es un guateque de súper costaleros, de cachondeo de aquellos hombres de abajo que se piensan que las glorias es un pasa tiempos y una verbena, un deporte sacro… no hombre, arriba van imágenes sagradas, en este caso de la Virgen, que aunque no llore y nos muestre la grandeza y la gloria gracias a la Resurrección del bendito fruto de su vientre, la misma y su gente se merece la mayor de la seriedad… ya lo se, soy un mustio.
Y el mismo formó una cuadrilla del gloria, para una bendita galera donde el cuerpo se empapa de sudor nada más entrar en ella, ya que difícilmente un 16 de julio se tendrán que mirar pronósticos meteorológicos, aquí la lluvia surge de los poros de la piel.
Y fue mucho el sudor derramado por las calles de Andújar, pero mucho arte y categoría aunque seguramente sean la hermandad más humilde y falta de recursos de la ciudad. Rasgando el fin en la más fresca noche, ya de recogía y mi trabajo cumplido, le comentaba a Rafa que este tipo de cosas me gustaba, que no soy tan exigente como muchos se podrían pensar, porque son un enorme ejemplo de que querer es poder, quizás nunca tengan el paso de la Reina de Todos los Santos de Sevilla o el Rosario Macareno o quizás si… pero el amor de sus cofrades a su universal advocación carmelita lo puede todo, más teniendo a gente como Rafael –perdona por tanto elogio, no es mi intención, pero así lo ven mis ojos y así lo escriben mis dedos-. Este año me cabrá el honor de meterme debajo y pasear grandes estrenos, realizados desde el más duro trabajo de los pocos que día a día levantan esta hermandad. Llevaban varios años procesionando con un paso completamente prestado, con mucho amor y afecto por la hermandad del Cristo de la Paciencia de la ciudad, perteneciente a la Señora que tallase Castillo Lastrucci para la ciudad, la Virgen del Rosario. Pero todos los españoles somos lo mismo de agradecidos que precavidos, y romper lo que no es nuestro hace que se nos caiga la cara de vergüenza. Algún año se le podría dar un roce, por eso la Virgen necesitaba tener ya su paso, mas afín a las circunstancias actuales. Así que con mucho trabajo realizaron una nueva parihuela, con las mismas dimensiones de la anterior, realizada curiosamente en un taller de Bailén, supervisados los trabajos por Rafael Mondéjar como no. Y los respiraderos seria realizados por una señora aficionada al bordado, su hermana mayor en concreto que ha realizado un humilde pero elegante trabajo en aplicación para cubrir la galera carmelita, digno trabajo de cualquier taller con cierto prestigio. Con las molduras y tallas del primitivo pasito se realizaría un pequeño canasto, añadiéndole sus candelabros, unos guardabrisas, unas jarras y la pena de la Virgen la cual cuenta con un nuevo sistema para introducirse en la parihuela y poder salvar el bajo cancel de la iglesia de Santiago, sede canónica de la hermandad.

Rara vez he pasado por Andújar cuando viajo a Sevilla, Córdoba o algún lugar en esa dirección y no he echado un vistazo a esta iglesia que se encuentra en el ultimo confín de la ciudad, siempre recordando que en ese lugar recóndito esta una de las grandezas, bajo mi apreciación con las que cuenta esta provincia. Y con un bello exorno de rosas blancas se encontraba la Virgen esperando una tarde memorable. Unas dos cuadrillas de costaleros la esperaban en la puerta para el paseo glorioso. Curioso, hace pocas fechas, un amigo me comentaba que un año más hay problemas para llenar el paso de la Virgen de Zocueca para las próximas procesiones del día 20 de julio y 5 de agosto. He aquí una de las razones de mis cabezonerías y “tonterías” según algunos paisanos míos, tal como le comenté, esta es la grandeza de la cultura costalera, la que solo surge en el fenómeno de los hombres de la faja y la arpillera, en otros estilos nunca me la he encontrado, si la Virgen del Carmen de Andújar, seguramente la hermandad o grupo parroquial más humilde de Andújar tiene dos cuadrillas –aunque influye mucho el trabajo y el carisma de los hombres de negro- que seria de una patrona como la nuestra… seguiremos esperando…
Dos cuadrillas, una prácticamente formada por costaleros de la ciudad que vienen de otras hermandades, pero no para echar una mano ojo, si no para seguir enganchados a este bendita cultura y como no, con la devoción por bandera a la Virgen Santísima, para ser costaleros del Carmen. La otra, casi también formada por costaleros de fuera, los cuales Rafael les ha buscado sito para disfrutar de este día grande para el humilde colectivo del barrio de la Lagunilla, a las faldas de la plaza de toros con portada de tintes nazarís. Gente de su hermandad de la Amargura de Jaén, de Arjonilla y muchos de Linares, costaleros del Rosario, del Mayor Dolor y desde este año del Soberano de Linares –Félix, Miguelillo y un servidor, aunque los ha habido otros años-, también gente de La Carolina e incluso un costalero que viene todos los años desde Osuna (Sevilla), que lo mismo se echa al lomo grandes pasos sevillanos que este humilde paso de Andújar.

Otro de los estrenos también conseguido con mucho esfuerzo y limitaciones ha sido que el paso caminara al compas de una banda de música, “lo que le pinta” según los cánones actuales o según se mire, los estilos implantados hoy en día son de hace dos días… pero es que en este caso se juntan dos problemas de consideración. El primero es el económico, y es que el precio mínimo de una banda quizás se dispara del escueto presupuesto de la hermandad, seguramente en estos años ha intervenido mucho la figura de Rafa Mondéjar, con sus contactos para conseguir bandas para su Virgen del Carmen, bandas que seguramente aprovechaban esta precesión como escaparate, porque este capataz de pueblo sigue teniendo su influencia en los pueblos que al fin y al cabo también necesitan bandas. Por ello han acompañado durante estos años a la Virgen agrupaciones musicales, las cuales son más propensas a no exigir grandes cantidades ya que sus integrantes no suele cobrar como si suelen hacerlo los componentes de bandas de música. Pero es que otro de los grandes problemas es que aquí en Jaén, es complicado encontrar una banda en estas fechas que te monte un repertorio de marchas, ya sea por costumbre o las vacaciones, encontrar una banda de música barata no, casi regalada es complicado, algo que indudablemente influye en la calidad de la misma. Así que este año anduvo el Carmen como un palio, sentí lo que es ser costalero de palio, aunque sin el mismo, mientras la banda de música de La Paz de Marmolejo dejó su buen hacer y sus ganas de tocar en el Carmen, de calidad justa, algunas veces menos y otras muy decentemente como veremos más adelante, pero es lo que hay, otros con más hacen mucho menos…


CONTINUARÁ…

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