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martes, 14 de agosto de 2012

AHORA REFUGIA SUS DOLORES...JUAN MANUEL EN JAÉN.

Ahora que les estaba hablando sobre la Virgen del Refugio, que mejor que contarle una nueva historia que unen nuevamente a dos ciudades y a dos hermandades. Gracias una vez más al Boletín de las Cofradías de Sevilla, y al estudio de José María Lobo Almazán podemos conocer los entresijos de la pieza que abre esta entrada. La instantánea, aunque ya está un poco desactualizada – principios de los años noventa de la pasada centuria- pertenece a la trasera del paso de palio de Ntra. Sra. de los Dolores de la hermandad decana de la ciudad de Jaén, la hermandad de la Vera Cruz. Si en los últimos cincuenta años había que destacar pasos de palio en nuestra provincia, esos eran los pertenecientes a las dolorosas de la idéntica advocación de las cofradías de la capital; la Vera Cruz y Ntro. Padre Jesús “El Abuelo”.
Y ciertamente aun hoy siguen ostentando la categoría de los primeros pasos de palio, en una ficticia clasificación artística de la provincia, sobre todo en sus bordados. Del paso palio de la corporación de “Jesús” ya les hablé en otra ocasión, y en este caso, en una historia muy similar les departiré sobre el palio que cobija a la dolorosa tallada por el granadino Domingo Sánchez Mesa en 1948.
La provincia de Jaén seria casi sin ninguna duda la zona andaluza más afectada por la destrucción del patrimonio religioso durante la Guerra Civil, ya que fue de las ultimas provincias en ser “conquistadas” por el “Bando Nacional”, estando lógicamente mucho más tiempo el patrimonio religioso expuesto a las intervenciones y ordenanzas del bando republicano, afín a los postulados marxistas y por ende izquierdistas, sin duda en su vertiente más radical, aunque durante aquellos casi tres años que duró la guerra, aquellos actos no se limitarían a los desordenes incontrolados de los sectores más analfabetos, aunque bueno eso es otra historia.
“Mejor suerte” corrió Sevilla, o según se mire. Pero lo cierto es que los pocos días de resistencia en la misma hizo que no fueran la gran mayoría de las hermandades afectadas por aquellos lamentables sucesos como si ocurriría en la provincia de Jaén. Pero una de las hermandades afectas en Sevilla, seria la que rinde culto en este mes a su dolorosa, la Virgen del Refugio. El estar el templo situado a medio camino entre los barrios obreros y el centro, seria una de las grandes causas para que fuese atacado por aquel pueblo descontrolado por la ira, que se encaminaba al centro para plantar cara a los sublevados. Fue un episodio tan triste, que al perecer tuvo la intervención de los mismos hermanos de la corporación, los que destruyeron la iglesia y con ella a las que se suponían eran sus devociones. Hoy día la hermandad no consiente la consulta para el estudio de las actas de aquellos días, donde aparecen los nombres de los culpables, muchos de ellos antepasados de actuales familias completas pertenecientes a la hermandad… otra visión sobre memorias históricas…
Lo perdió casi todo, las imágenes y el paso palio, de aquel periodo queda el paso del Señor de la Salud y los dibujos resucitados de Juan Manuel en los bordados del palio, trabajos realizados por el taller de José Caro –Manuel Elena Caro según el Boletín de las Cofradías…- entre 1939-1944. La hermandad pensó antes que podrían adquirir el palio azul del siglo XIX de la hermandad del Silencio. Aquello no prosperó pero antes la hermandad, emprendió el proyecto de realizar un manto para la dolorosa de Sebastian Santos Rojas. Pero ese manto ya estaba casi realizado, era una obra inconclusa del taller de juan Manuel Rodríguez Ojeda, que ya fallecido (1853-1930), pertenecía a su hermana Josefa –el verdadero genio que bordó las piezas del taller de su hermano-. La hermandad lo adquiere en 1938 por la cantidad de 16.500ptas –resulta gracioso el cambio del valor del dinero, hoy un manto costaría alrededor de 30 millones de aquellas pesetas, aquellas que hoy muchos echamos de menos-. Pero aquel manto estaba inconcluso y había que terminarlo siguiendo los dibujos que aportó la hermandad, labor que llevó a cabo, la no menos genial e inmortal bordadora Concepción Fernández del Toro, la cual ya estando jubilada nos regaló la maravilla de manto de la Virgen del Socorro entre su inigualable obra. El 9 de octubre se presentaría aquella obra, aunque ya circulaba la idea por la hermandad, que la Virgen debería recuperar su “calcinado” manto, igualmente obra de Ojeda.

Tras la guerra, la hermandad de la Vera Cruz de Jaén estaba completamente destrozada, no había quedado ni sus antiquísimas imágenes. Pero la misma, seguramente más que ninguna en toda la provincia comenzó a verse beneficiada por aquel “nacional-catolicismo” que impulsaría la nueva nación. Hasta los años sesenta de la pasada centuria la hermandad encargó imágenes y pasos a tutiplén. Para ello se vio beneficiada al nombrar al Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil de España como hermano mayor de la Virgen de los Dolores, esta circunstancia daría para que el mecenazgo comenzase no solo a levantar a la derruida cofradía, si no a completarla seguramente con el mayor esplendor de su centenarios años. Jiménez Martos realizaría imágenes que nunca llegaron a gustar, muchas de ellas fueron a parar a Valdepeñas, a la parroquia de la misma donde fue bautizado el por entonces héroe, Capitán Cortes, una muestra entre otras de enlace entre el cuerpo y la que hoy día se le sigue llamando como “la cofradía de los civiles”.

El 5 de abril de 1944 seria entregado oficialmente un manto azul, regalado por el Benemérito Cuerpo, que sostenido por ocho Capitanes de la Guardia Civil, fue ofrecido por el Teniente Coronel Marzal en nombre del director General de la Guardia Civil, D. Camilo Alonso Vega y recibido en San Idelfonso por el obispo de Jaén. Aquel manto les costaría la cantidad de 39.500 ptas. adquiriéndolo a la hermandad sevillana de San Bernardo, que con aquella cantidad recibida el 9 de noviembre de 1943 se iniciarían el bordado del actual manto de la Virgen del Miércoles Santo sevillano. Así que aquí comenzaría el primero de los trabajos o en este caso enajenación de Sevilla con la capital del Santo Reino, que lo estrenaría la primitiva o anterior imagen a la actual Virgen de los Dolores. Después vendrían los definitivos titulares y los trabajos del taller de Pérez Calvo con los pasos del Cristo de la Vera Cruz, los respiraderos de Villareal y el palio de “bordados Padilla” de Sevilla -según los datos de la web de la hermandad-, que al estar encuadrados en aquellos maravillosos años cincuenta para la corporación crucera, se deben tratar del taller del Leopoldo Padilla, activo en aquellos años.
Curiosamente recientemente esta pieza ha sido restaurada bajo el asesoramiento de los bordadores Javier García y Martín Suarez y que no habría sido posible sin la colaboración del grupo de camareras y devotas de la sagrada imagen.




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