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jueves, 23 de agosto de 2012

ESENCIA SEVILLANA POR..

Recientemente me volvía a encontrar, en un lugar de costumbre –donde ya se ligaba en la edad de piedra…- con el amigo y paisano Juan José Villar, “Juan Pepe” para los amigos, que en nada tiene que ver, por si alguien se confunde con el otro amigo de esta casa Juanjo Villar Lijarcio, que por su amabilidad y sus desinteresadas aportaciones con las cosas de nuestro pueblo y sus cofradías tiene a bien a aparecer por estas paginas cuando la ocasión lo requiere.
Como hace pocas fechas comenté, el amigo Juan Pepe lo conozco pues prácticamente desde que tengo uso de razón, cuando allí en la alfarería familiar él se ganaba el pan y este que les habla era un mocoso que se iba a echar los veranos, primeramente en plan de juego y posterior a aprender a trabajar la vida, como anteriormente lo aria Juan Pepe y tantos y tantos bailenenses entre tejares y alfarerías. La chispa de la Semana Santa, del procesionismo creo que siempre a prendido la llama de la pasión por todo lo concerniente a la religiosidad popular para este que les habla. Juan Pepe, es también una persona atraída por el mundo de la Semana Santa, “pero menos que tú” dirá cuando lea estas líneas, pero le gustan. Todo aquello que podría comprarse en un kiosco sobre Semana Santa que llegaba a Bailén, seguramente él lo tendrá. Fíjense que incluso tiene buenas dotes para el arte, el cartel cerámico con el nombre de la ermita del Santo Cristo lo realizó él junto a mi padre y alguna cosa más que tendrá por ahí. Pero aun recuerdo como siendo un niño, mis dotes para crear las imágenes con las que jugaba a las procesiones eran escasísimos –curiosamente un amigo de infancia con plastilina me ayudó a “mejorar” mi técnica, él hoy es sacerdote y él será el próximo pregonero de la Semana Santa bailenense, Alfonso Puche Rubio-, los de mi padre tampoco eran muy superiores, pero Juan Pepe si tenia mayor pericia, que con su “nervio” daba “avío” en la alfarería, mientras en sus escasos “huecos” me modelaba dolorosas, con todo tipo de detalles como los bordados del manto, los rosarios, el corazón con los siete puñales –ahora me arias los siete Dones de tu Virgen- y hasta las lagrimas de la dolorosa, que para rematarla le ponía delante lo que en aquellos años llamábamos el “velario”, la candelería para los más despistados… aunque si ha habido un genio en Bailén modelando “santos” ese fue y sigue siendo mi amigo Alfonso Piñero, pero para entonces aquello ya no era un juego de niños…
Con esta extensa traducción, les comentaré que en la ultimas fechas el bueno de Juan Pepe, se pierde contándome la esencia de una Semana Santa y una cofradía que lo tienen enamorado. Por su trabajo en el Parador de Ronda, como buen bailenense –creo que no habrá pueblo con más trabajadores en Paradores Nacionales de Turismo en España que Bailén-, conoce obviamente la Semana Santa de esta bella localidad de la sierra malagueña. Y al hablarme de ella, me cuenta que la misma esta “dividida”, unas hermandades siguen la idiosincrasia de la capital, con tronos portados por varales exteriores y algunas, como la suya, de esencia sevillana. Me resulta curioso que algunos malagueños, en estos videos que les dejo los llaman “traidores” por “copiar” a Sevilla.
Siempre la manida palabra, para aquellos que se creen que los que siguen la actual idiosincrasia de Sevilla se están cargando la “tradición”. Pero lo que está claro es que este tipo de hermandades, como suele ocurrir en la mayoría de los lugares en los que existen –y yo me encargo de traérselos a estas paginas- son las que suele marcar por decirlo de alguna manera, una diferencia. Es digno de elogio para mi que Juan Pepe, se haya impregnado de la magnificencia de un tipo de hermandad más complicado de entrarle por el ojo a cualquier persona que no haya mamado bien lo que son las cofradías sevillanas, en este caso de las que siguen sus postulados, como si de una extensión del estilo se tratara por toda España. Ya les hablé en alguna ocasión de la hermandad del Prendimiento de aquella ciudad. Un enorme “barco con muchas figuras”, olivo y hasta caballo que camina al compás de las trianeras maneras. Esto es así, el “espectáculo” y el “palmeteo” que levanta este tipo de cofradías, “de barrio” como también se diría en Sevilla hace levantar antes la pasión y el entusiasmo entre las personas, ya sea para acercarse a contemplarlas como para entrar a pertenecer a las mismas… yo he sido un ejemplo de esto. Algo más complicado es emocionarse y “fliparlo” ante lo que llamarían en Sevilla, una hermandad “seria”, las de negro o de cola (por las túnicas) o del silencio y la rectitud de los cofrades en la estación de penitencia.

Aquí les dejo un nuevo video del Prendimiento, con una espectacular o reseñable actuación de la banda de cornetas y tambores del Rosario de Arriate, con sus aires de Triana, de las Tres Caídas tras este barco con ese caballo que recuerda tanto al Calamar de la calle Pureza.


Antes.
En la actualidad.
Otra de las hermandades de corte sevillano en tierras de Ronda, es la hermandad del huerto. Curiosa historia de esta corporación, la cual procesionaba a sus titulares al modo de la capital de la Costa del Sol, es decir, con hombres de trono. Por lo que veo, han sido otra de las valientes en mirar hacia Sevilla para procesionar a su curioso misterio, una obra salida de la mano de un poco conocido artista granadino de los años de la postguerra, Daniel Gutiérrez Ruíz. Un imaginero con obras en la tierra natal de inmortales como Pablo de Rojas y Juan Martínez Montañés, Alcalá la Real (Jaén), que se inspiró en el sempiterno misterio de Francisco Salzillo de Murcia para gubiar el misterio rondeño. La imagen del Señor de la Oración en el Huerto es de talla completa, con sus vestimentas igualmente gubiadas por el granadino aunque hoy en día procesiona con una túnica superpuesta sobre la de talla policromada. Modificaron su paso, consistente entonces en cuatro paneles con escuetas tallas barnizadas en su color atribuidos a la mano de un artista local llamado Luis García Marín. Cuando en 2004 la hermandad aprobó el cambio a costal, el mismo fue remodelado convirtiendo el existente trono en el canasto, siguiendo los modelos sevillanos y se crearon los respiraderos y las maniguetas - en este caso, estas sin son más que ningunas, vestigios del pasado- por la tallista, igualmente rondeña; Virginia Jiménez, completándose la obra en 2008 con el juego de candelabros arbóreos, igualmente fieles ejemplos de los modelos sevillanos que sin duda dieron otro matiz al antiguo trono, pareciendo un paso de estilo sobrio, acercándose a los denominados en Sevilla por unos como neoclásicos, por otros renacentistas o por otros decimonónicos… llámese pasos como el de la Cena o Cristo de Burgos, por citar algunos ejemplos de la capital hispalense. Igual transformación corrió su Madre Bendita que sigue sus pasos cada Lunes Santo, María Santísima Consuelo de las Tristezas, otra obra del fecundo taller de Antonio Castillo Lastrucci – con gran aportación en esta localidad- durante los años cincuenta de la pasada centuria.
Una hermandad que al igual que el Prendimiento que sigue la esencia costalera que naciera en el barrio León de Sevilla, aunque no comparta los “cambios” en cualquier paso, la diferencia es palpable en las dimensiones de cada paso; el Prendimiento con un enorme paso e imágenes secundarias y el Huerto, con su paso más pequeño y la única compañía para el Señor de Egudiel, el ángel confortador, cuando andando sobre los pies muestran una categoría digna de reseñar, quizás mayor que la del barco de inspiración trianera.




Y para acabar la hermandad de negro de Ronda, la hermandad de mí amigo Juan Pepe, la cual con su “rancio” sentir cofradiero, que pareciese venir de la iglesia de San Antonio Abad de Sevilla, de donde sale cada Madrugá la hermandad de los nazarenos de Sevilla. Túnica de cola, y un ejemplar e envidiable programa iconográfico de insignias, acólitos, servidores, etc… anteceden al paso del Señor del Perdón, un nazareno con “la cruz al revés”, como el Silencio de Sevilla, pero siendo una imagen personal del catalogo creativo de afamado Luis Álvarez Duarte. Esencia sevillana por Ronda, que se pasea sobre un paso del otro mediático del siglo anterior, el tallista Manuel Guzmán Bejarano, uno de sus trabajos en los que podríamos encuadrar el paso de la Candelaria de Jerez o el de Salud y Pasión de Almería. Como suelen mandar los cánones en este tipo de hermandades, tras Él camina su Santísima Madre bajo un palio de cajón. La Virgen de las Penas como no podría ser de otra forma, salió de las gubias de Duarte, imaginero sobretodo reconocido por su producción mariana. Pero Élla no procesiona de cualquier manera cuando como ocurrió en otras poblaciones de Andalucía, rescataron antes que Sevilla, una tradición surgida curiosamente en tierras hispalenses, la de la “sacra-conversación” bajo palio con San Juan y Santa María Magdalena, siendo sus autores José Antonio Navarro Arteaga el evangelista y Ramos Corona –autor del misterio del Prendimiento- de la santa penitente nacida en Magdala. Sirva esta entrada en honor de mi buen amigo Juan Pepe, que una día le prometí traer algo de “su Ronda” en estas paginas. Gracias a esta localidad comenzó a comprender las cabezonerías que le contaba hace unos diez años con Sevilla y tal… porque toda esta esencia que lo deslumbra, no lo inventaron en Ronda, sino en Sevilla.



Una esencia, porque lo que yo entiendo por copia aquí no se da, que una vez se llevaron estos cofrades rondeños para crear o reinventar sus cofradías. Aunque curiosamente, esta gran hermandad de la Vera Cruz haya seguido la estela, tal como dije que podría pasar en mis resúmenes de Semana Santa, de una polémica decisión que ya ha pasado a los anales de la vida cofradiera. El Lunes Santo, por las inclemencias meteorológicas, la Vera Cruz de Sevilla hizo estación de penitencia sin los pasos y tan solo el Lignum Crucis como titular en la calle… el Jueves Santo, la hermandad homónima de Ronda hizo lo mismo…





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