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martes, 30 de octubre de 2012

EL ZUMBACÓN EN SEVILLA...


Ahora que estamos últimamente haciendo hincapié en el mundo musical, sobre los estilos, la idiosincrasia sevillana para sus cosas y las contrataciones, yo que dije que Sevilla difícilmente mirará según nos ofrece la actualidad, fuera de sus fronteras para buscar una banda de paso Cristo, música perfeccionada y extendida a muchos rincones de España desde Sevilla, me tengo que contradecir porque en esta ultima década, la que se podría considerar la de mayor nivel de la historia en la ciudad hispalense, si tocó una banda de fuera, de Córdoba capital en concreto y no en una plaza fácil, tras el Señor del Soberano Poder de la hermandad de San Gonzalo.
Aunque es cierto que fue por varios motivos especiales, hoy día parece que es casi imposible separar la conjunción perfecta entre la cuadrilla de Manolo Garduño y ver caminar al Dios de Ortega Bru al compás de la banda de las Cigarreras. El motivo fue el primer Santo Entierro Grande donde participó el misterio del barrio León, el de 2004, el primer evento de estas características del siglo XXI celebrado para conmemorar el 400 aniversario de las estaciones de penitencia a la Santa Iglesia Catedral de las cofradías de Sevilla. Celebrado en Sábado Santo, hacia que la banda del barrio de los Remedios no pudiese acompañar a su Cristo Soberano ya que en esa misma jornada acompaña al paso alegórico del Sagrado Decreto de la hermandad de la Trinidad, un acompañamiento musical que se hacia preciso para todo el recorrido menos en carrera oficial que iría en silencio intrigado en el magno cortejo, haciendo revivir un nuevo Lunes Santo a toda la Sevilla y los que llegaron de fuera, yo me conformé con las llamadas en directo que me hacia mi buen amigo Carlos Madueño.


Fueron algunas hermandades las que aprovecharon la ocasión para experimentar otros conceptos, como las Siete Palabras que recuperó su antaño acompañamiento musical de banda de música, un estilo por otra parte dada según las circunstancias, ya que eran de este estilo la mayoría de las bandas existentes en aquellos tiempos que con la llegada del fenómeno de las bandas de paso Cristo, la hermandad de San Vicente optó por que su misterio llevase cornetas y tambores… aun recuerdo opiniones de aquellos días, donde un costalero por la radio decía que era un momento extraordinario, que el Miércoles Santo no habría experimentos. Algunos pasos participantes como el del Silencio en el Desprecio de Herodes de la hermandad de la Amargura optaron por la banda chica de Triana, total con cinco o seis marchas tienen suficiente, pero San Gonzalo siguió siendo fiel a su más que asentada idiosincrasia de llevar a su paso de misterio al compás de la por muchos considerada mejor banda de Paso Cristo del planeta, en lo que se refiere a su magnifica y compleja interpretación de sus marchas. Este motivo hace que no haya muchas bandas fieles seguidoras de su estilo, complicado de llevar a la realidad por muchas razones, como la categoría musical y la gran variedad de voces que requiere tener una banda para llevar a la realidad la interpretación de sus marchas a un nivel optimo como por el contrario pasa con el estilo de las Tres Caídas o Presentación al Pueblo de Dos Hermanas.

Por entonces había y aun sigue marcando esa línea una banda perteneciente a la hermandad de la Merced de Córdoba, del barrio del Zumbacón la cual acompaña cada Lunes Santo a su Cristo, un espectacular Ecce Homo sedente de Francisco Buiza del que algún día puede que les hable. Por entonces, hoy día lo desconozco, la banda de cornetas y tambores de la Coronación de Espinas de Córdoba era dirigida y asesorada por el músico y compositor de la banda de las Cigarreras, Pedro Manuel Pacheco Palomo, que intentó insuflar la idea musical de Cigarreras a aquella banda cordobesa. Banda valiente a la hora de intentar seguir el magistral y a la vez complicado estilo cigarrero que fue dada a conocer en la corporación del Tardón por este músico sevillano. Su palabra pesaría para que la hermandad del Lunes Santo contara con esta formación cordobesa, que a mi parecer entonces tenia un nivel medio a comparación a lo que en Sevilla se estaba acostumbrado. Incluso las crónicas más formales –todas con alguna “pullita”- se hacían eco de que la banda recordaba los tiempos en que las bandas sevillanas también tenían los cincuenta músicos “raspaos”.

Aquello trajo obviamente ríos de tinta virtual en los foros, casi todos pocos favorables que ciertamente no se lo pusieron fácil a la banda de la Coronación de Córdoba, incluso recuerdo que se les llegó a sonsacar que la hermandad solo les pagó el autobús. Hoy con la actualidad “bandera” que estamos viviendo en el Arenal y en la calle Feria, donde muchos músicos y bandas se están dando golpes de pecho de sobrada “dignidad” me hubiese gustado verlos en esa tesitura, y me gustaría ver incluso sus contratos con el resto de hermandades, pero eso es otro tema… Lo que está claro es que aquellos músicos, amantes de su Semana Santa, devotos de sus imágenes locales, no dudaron en mostrar el sueño que supuso para ellos, no solamente ya tocar en Sevilla, si no tras uno de sus pasos más codiciados y admirados. Mas quisiera yo haber estado ahí, en aquellos días era músico como sabrán muchos en mi banda del Rosario de Linares. Pero bueno, al final aquello quedo casi en una anécdota, no se si este hecho le daría más fama a la banda del Zumbacón, hoy día sigue creciendo, apostando por ese estilo y con una mejora lógica dentro de su evolución. Se les exigió solo marchas clásicas y del repertorio propio de las Cigarreras, tan solo tocando una marcha propia cuando el Soberano Poder ya se encontraba posando en el interior de su iglesia. Les dejo unos videos de aquel día:

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