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viernes, 1 de marzo de 2013

CON LA ESPERANZA... PARA LA ETERNIDAD.


Estaba escuchando una marcha que me conmueve, “El Dolor” en el nuevo trabajo discográfico de la banda de Cornetas y Tambores de Ntra. Sra. del Rosario de la ciudad de Cádiz. Impresionante partitura melancólica que sin duda define el título de la misma. Y sintiendo “El Dolor”, me he conmovido al conocer una triste noticia…
Pronto hará un año que subí hasta Oviedo para pregonar, como mis cortas luces pueden la gloria que supone la Semana Santa y el mundo de abajo a esos cofrades ovetenses, los Estudiantes que con ese aire andaluz-hispalense tienen “revolunioná” perdida a toda la capital del Principado. Un fin de semana para el recuerdo con estos cofrades y capillitas que no paran de soñar y de ser felices… hace unos días tan solo la lluvia evitó que su Madre Bendita de la Esperanza pisara por primera vez las calles de Oviedo, por fin su Hijo de la Sentencia o de la Misericordia, ponía remedio a estas cosas que aun cuestan entender de los seres humanos, aunque los mismos lleven sotana, y la Virgen encontraría el sitio donde debe estar una imagen realizada exclusivamente para mover la devoción y la piedad ante el pueblo… en una iglesia, aunque una semana al año las calles de su ciudad se han de convertir en esa iglesia de la calle.
Proyectos,  ilusiones, realidades, etc…  mucho bien para el pueblo de Oviedo les están aportando. Me da pena que este año no pueda finalmente volver a la invitación que me transmitieron de asistir al segundo pregón, he incluso presentar a mi sucesor en el atril de la Universidad, si es que se realiza este año allí. Seguramente me hubiese dado alegría cruzarme con alguien que el año pasado, sentado en el aula aun vacía, en ese estado de incertidumbre antes de enfrentarme al atril, se me acercó una joven mujer, extrovertida a raudales aunque los del norte sean más “fríos”, que no dudó en decirme que le gustaba leer este blog, que le encantaba como hablaba de su hermandad y que en definitiva la solía emocionar con mis humildes historias. Ella se llamaba Eva, era una persona muy especial allí,  con una humanidad y una verdad que más quisieran muchos.
Cuentan que era de estas personas que una hermandad le cambia la vida, y que sin duda se la hace más feliz, en todas las cosas buenas en las que pudo participar con su hermandad, ahí estaba. Hoy me siento orgulloso de verla venir con los ojos llenos de lágrimas a felicitarme por la que siempre diré muy mejorable exaltación a las grandezas de Dios, hoy me doy cuenta que tan solo por eso, hacerle sentir la gracia divina que desprenden las cofradías a esta joven ovetense, mereció la pena todo. Dicen que esta próxima Madrugá quería acompañar al Dios sentenciado de Oviedo descalza… pero hoy, tal como dice la música, “el dolor” inunda el alma de sus amigos y cofrades después, sin duda de su familia, aunque seguramente ella este feliz porque ya no le hará falta descalzarse, ella ya está con la Esperanza antes que nadie y el gozo es mayor de ver que su Cristo ya no tiene corona de espinas ni sangre en su rostro y las manos desatadas, y aunque con llagas en las manos y pies, vivo y descolgado de la cruz. Valga esta humildes palabras para su memoria, disfruta para siempre Eva junto a Ellos que seguro que te lo has merecido sobradamente… tu, recordando nuevamente esa música gaditana, ya sabes lo que es vivir para… la Eternidad.

1 comentario:

  1. Desde Oviedo, te damos las gracias por acompañarnos en este momento de dolor.

    Un fortísimo abrazo.

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