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jueves, 14 de marzo de 2013

REMEMORANDO EL TIEMPO DE LA FE... (y X)


Allá en el barrio de la Feria, cuando el sol comenzaba a marcharse por el Aljarafe, vencido de sueño para ceder su puesto a las estrellas sobre ese cielo cubierto que no descargó nada reseñable, nos marcamos nuestro último objetivo, el primero que desechamos… pero no podíamos irnos sin ver al que quieran o no, es el gran “Rey de Triana”… su nombre “Expiración” pero su cariñoso apodo  es otro de esos símbolos que identifican a Sevilla por todo el universo… Cachorro de Triana…
Una larga cola, que apenas duró quince minutos nos abrió las ultimas puertas de la fe en Sevilla… otra de las penas del día, el autor de estas fotografías tenia ilusión como de otros tantos de verlo en volandas por Sevilla por primera vez… pero no pudo ser, al Gitano de la Cava parece ser que le gusta salir poco, que es más bien casero, y es que en tan insigne casa quien no… la primera basílica en el viejo arrabal de gitanos y alfares, nada más entrar, como siempre el paso de espaldas mientras el Cachorro mira al frente a su Madre del Patrocinio, aunque esta vez la “Señorita” no estuviese sobre el paso, quizás presidiendo por primera vez el reluciente retablo mayor donde el gitano que vio morir Ruíz Gijón, impacta a todo el que atraviesa esa lona de las puertecitas de ese gran portón que lleva dos años esperando abrirse a la hora nona, para que el Señor busque la mirada del Padre y poder entregarle el alma y consumar la misión más grande jamás contada. La Reina de Duarte encandiló y es que esta hermandad es de esas de ese “olimpo” del que siempre refiere David.
Pero Él seguía mirando al cielo, como siempre, mientras la vida se le escapa aunque nunca acabe de marcharse. No habrá representación y plasmación más perfecta de la muerte. Con corona y potencias, aunque a este gitano que llaman Cachorro no le haga falta para diferenciar que en su sencilla humanidad va cobijado todo un Dios omnipotente. Era el momento del adiós, tras un largo día de muchos metros andados, y allí se agolpaban personajes “ilustres”… Antonio Santiago o Nuria Barrera; cartelista de esta inminente Semana Santa, pero todo lo llenaba el que es para mí “el crucificado”, quizás la más sublime representación plástica del último momento como hombre del Hijo de Dios… por delante, en los costeros, entre los candelabros…¡ai! que paso por Dios y mira que ha tenido buenos pasos el Cristo de la Expiración en cada época, pero creo que esta joya de Guzmán Bejarano pocos podrían superarla, seguramente su altar más perfecto, incluso que su nuevo retablo, la arquitectura hecha paso, hecha calvario, como los de antaño aunque poco se intuía desde abajo, pero que una vez más le venía igualmente que ni pintado.
Absortos, lamiendo los últimos momentos de este casi “día de Semana Santa”, David nos pidió posar como si estuviésemos en la zona donde los romanos cortaban el paso a la muchedumbre que asistía a las crucifixiones, para no acercarnos al reo… pareciese que estuviésemos guardando el recuerdo del día más triste de todos los tiempos, éste no fue, pero ojalá lo pudiésemos recordar mejor. En un costero, justamente donde este servidor se posó con su corneta hace casi diez años, dibujando su portentosa figura desde atrás, le pedí y le prometí que volvería el Viernes Santo, si a Él se le antoja dejar este año el brasero, porque vaya tela con el frio este año, pero quizás si o quizás no pueda plantarme a sus pies, seguramente de vuelta por el Arenal, si como digo le da por salir… pero solo Él sabrá…
FIN.
























































Fotos: David Parra Luque.

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