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martes, 19 de marzo de 2013

A VUELTO... POR LA PUERTA GRANDE.


De “inolvidable” calificó el amigo y paisano Antonio Pradas su primera misa bajo el pontificado del Papa Francisco I, y la mía… que no contaba con el dato. Y es que él junto al amigo Pedro Guerrero quisieron acercarse hasta San Agustín para pasar un domingo de pasión memorable y diría que histórico. Si les he dicho en algunas ocasiones durante esta cuaresma eso de “qué cuarenta días y qué cuarenta noches”, este que lo dice, lo vive por cuenta gotas, pero el pasado domingo, el anterior al más glorioso para un capillita –si el maldito tiempo no lo impide otra vez…-, fue especial y lleno de magia y pasión…
Por fin ha vuelto el Soberano a Linares, por fin ha dejado como hace casi treinta años Sevilla para volver esplendoroso junto a sus devotos. Nuestro enfermo más bendito por fin recibió el alta del doctor Babío y salió de su letargo de espera e impaciencia para volver casi en los umbrales de la primavera, una vez más revestido de la misma y es que este año, también caminará por Linares, si Él lo quiere con la túnica bordada. Una restauración prácticamente fiel a lo que yo quería ver, que pareciese que ni siquiera lo hubiesen tocado – al Él no le hace falta más nada-, esa es la sensación que me dio los pocos momentos que lo pude contemplar medianamente cerca. Espero que los problemas estructurales estén subsanados a la perfección y tengan que pasar mucho tiempo hasta el próximo “chequeo”. Contemplando algunas fotos, no de mucha calidad se palpa una ligera limpieza sobre su policromía, que no le ha borrado su inmejorable presencia aunque no sé, a mí me da la sensación que viene más oscura la cabeza que las manos.



Pero lo importante es que ha vuelto, porque sin duda que se le ha echado de menos, aunque el viva en nuestro interior y yo particularmente en más de una ocasión tuviese que verlo reflejado en ese emblema que es para mí donde está retratado para el cartel del primer disco del Rosario de Linares, el cual corona mi alcoba… en esos momentos en que la mierdas de este mundo, me hacían preguntarte y buscar alguna respuesta… y no poder llegar a tu capilla para hablar contigo, bien sabes que en ocasiones me he sentido solo y sólo tú me mirabas, y sólo tú eras el aliento para seguir. También has querido en el preciso momento –con cambios de fecha incluidos- volver para estar junto a “mi niño” en esta operación, que aunque no es nada, siempre una intervención es para tomársela en serio.
Y como se le esperaba, la expectación fue apoteósica, parecía que se fuese a bendecir una nueva imagen. El domingo se comprobó que el Soberano, el Señor del Prendimiento es para Linares –y quizás más allá- algo más que un “izquierdo por delante”. Quizás la estética, la idiosincrasia que lo rodea lo ha convertido en uno de los referentes devocionales de la ciudad, sin duda sorprendía el lleno hasta la bandera de San Agustín, seguramente don Javier palpó cual es el poder de las cofradías hacia la iglesia, aunque aún quede mucho por hacer, como la ocasión donde, dando muestra de su elegancia y buen corazón llamó al silencio a la multitud que se arremolinaba a los pies del Señor del Prendimiento.


















Sobre un sencillo montaje, en el costado de lo que debería ser el lado del evangelio se presentaba al pueblo, como cuando nació “Sentencia”, que esperaba que adelantara su zancada en busca de su galeón de gloria y oro. Y es que esto ya está a la vuelta de la esquina, aunque no puedo evitar la rabia al contemplar los pronósticos meteorológicos. Los pasos ya se alzan en San Agustín, en la práctica totalidad de Andalucía y como diría Barbeito… “es la hora y no es la hora…” así la hermandad ejecutó por primera vez si no me equivoco un acto piadoso y a la vez sobrecogedor de trasladar públicamente y solemnemente la imagen de Nuestro Señor hasta el paso. Me alegra saber que la junta gestora coincide en algunas ideas pocos dadas en Linares con este humilde y simple capillita, cuando el año pasado le comenté una “locura” así al amigo Manolo Olmedo… lo cierto es que si les gustó mi idea, si no es que ya la tenían en mente, enhorabuena rotundamente. Cuando se hizo la oscuridad en el templo rebosante de fieles, y la luz de los cirios, algunos codales en los guardabrisas del paso de misterio y el cuerpo de acólitos, aquello me retrotrajo a una escena que hace años me marcó el alma, aunque fuese por un video, donde comprendí que Sevilla y sus cofradías son algo más que una semana. La música de capilla en el coro invitaba al recogimiento mientras se alzaban los rezos y los capataces cogían al Señor por su nueva peana, por las asas que se le han adaptado en la intervención restauradora y se encaminaban hasta el paso, tras un cortejo de hermanos de gala con cirio muchos de ellos ex hermanos mayores sobrecogiendo los sentidos de los presentes, , sonando “Las Saetas del Silencio”, haciéndonos sentir entre las penumbras, de fuerte sabor de rancio abolengo, que el Soberano caminaba entre nosotros hasta que fue alzado hasta su galeón de los sueños… quizás para otra ocasión apañarse las andas y el artilugio como por ejemplo usa Pasión de Sevilla, aunque no dudo que ya se tenga pensado.


Normal que el amigo Pradas dijera que no olvidaría esta primera misa donde escuchamos el nombre de un nuevo papa, ante esa magnificencia que se encontró a tan solo pocos kilómetros de su casa, decía que nada más entrar no sabía si era Linares o Sevilla… como colofón a domingo tan completo, “mi banda” del Rosario me despertó la nostalgia, asistí a un pasado de página de mi historia con la presentación del nuevo uniforme que ha terminado definitivamente borrando el primitivo traje, aquel que vestí y que tanto me ha dado. Es ley de vida, algún día tendría que llegar aunque si pienso que un guiño al mismo se le podría haber metido. El traje es elegante, con levita como está de moda ahora, sin llegar a parecer una túnica o saya de tanto bordado de máquina como se lleva ahora, aún nos queda por ver cómo será la gorra, si es que lleva. Quizás demasiado oscuro para la “luminosidad” que hasta ahora se ha venido dibujando en el acompañamiento al que también es el Soberano de todos ellos, pero bueno, esto también es signo de que la ilusión continúa y que al Soberano le seguirá acompañando su novena trabajadera.
Interpretaron un elenco de marchas propias, de las más actuales, donde tristemente se volvió a ver la poca formación de algunos que no saben que una iglesia no es el Cervantes para los “oles” y la pedida de bises, luego viene la diócesis y los prohíbe y nos quejamos. Una vez más día completísimo, prácticamente toda la esencia del Prendimiento abarrotaba la casa del Soberano, tal como dije en la última llamá en la pasada mudá del paso. Dije en esta crónica que muchos ex hermanos mayores iluminaron el nuevo caminar por Linares de su Soberano bendito, pero faltaba uno… seguro que estaba en el cielo asomado, donde un ángel mancebo a sus espaldas le debe de estar planchando la chaqueta mientras él jugaba con la medalla entre sus manos, y la música de sus amigos nos recordó que también estuvo allí, en ese momento lo sentí, pareciese que estaba entre su gente como si nunca se hubiera ido y pensé que cuanto se le echa de menos al que su marcha evocaba… Al Capataz del Soberano.

1 comentario:

  1. muy buena entrada amigo Juan Pedro una vez mas. la verdad que fue un acto solemne y muy bien llevado a cabo. Hay que felicitar a todo aquel que hizo posible que San Agustin estuviera impresionante. El Señor, Impecable. aunque sí que es verdad que se le nota un cambio de color entre Su tez morena y Sus benditas manos prendidas. magnifica tambien la actuacion de la banda. y yo tengo que pedir perdon porque algun "ole" se me escapó escuchandolos.
    gracias por esta entrada

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