LA PASIÓN EN LA CARTERA...

Ha sido la Semana Santa, ésta del año del Señor de 2013 nuevamente dura, tres años consecutivos mirando al cielo sin descanso en ninguna jornada. Pero como digo, he disfrutado lo que no está escrito – que hubiese sido si no hubiese llovido…-y que por mucho que lo intente no alcanzará a poder trasmitirles con palabras lo que mis sentidos percibieron por Sevilla, Linares e incluso por primera vez, en Granada. Una Semana Santa la mía, porque es la que me pide mi alma y motivada por las circunstancias, llena de kilómetros por carretera, así que un año más, casi por tradición titularé así esta entrada recordatoria de lo que fue la Semana Santa y algo de la cuaresma con el papel de la memoria, de esta pasión en la cartera…

Días que se tornaban prácticamente siempre faltado cofradías en las calles, donde me costó conseguir una estampita, lo cierto es que ninguna recibí de manos de un nazareno o costalero haciendo estación de penitencia, y eso que las pedí y no poco, como si fuera un niño de 31 años, aunque hay muchos como yo… me quedé con la ganas de una de mi Soberano de San Gonzalo, pero no para mí, sino para un amigo que nunca lo ha visto en persona y que según él, le ha cogido una cierta devoción gracias a mis palabras sobre el Soberano Poder ante Caifás en este mi blog… estuve cerca allá en el Postigo del aceite donde una espectacular estampita del Señor con su frase “YO SOY”, se iba al bolsillo de unos chavales que estaba a mi lado antes de una nuevo glorioso Lunes Santo por el Arenal… pero eso será para más adelante.

Un año más una tarjeta de ensayos de mi cuadrilla del Prendimiento de Linares, que como me dice mi segundo capataz Antonio Acuña se convertirán en colección de la nostalgia más la tarjeta de relevos, a Dios gracias que unos 80 hombres, dicen, paseamos al Soberano un año más por Linares… que orgulloso estará el capitán, de los capitanes que nos dejó, lo dicen los números, los videos y el genial ambiente, aunque haya que piense que ese barco anda a la deriva por el mar del Jueves Santo… solo una estampita del Jueves Santo, la que me dio nuestro pony 1º, Germán, gran amigo, costalero de pata corta y sabio fotógrafo…

El resto del paraíso… Sevilla, aunque ni Domingo de Ramos, Lunes Santo, Miércoles Santo ni Sábado Santo pude “cazar” uno de estos benditos regalos. Sería el, un nuevo año más, desastroso Martes Santo, cuando en la melancólica visita a la capillas recibiría el recuerdo de Dios y María según Sevilla, a los pies del rectorado universitario, unas pequeñas monaguillos nos daban su Buena Muerte y la Angustia de su Madre, por San Esteban tampoco se rozaba la ojiva pero allí pude conocer al zaragozano más sevillano, gran amigo de esta casa Pepe Lasala sumergiéndose un año más en ese sueño, que también comparte que es Sevilla con sus cofradías. Larga la esperaba por San Benito, por ello quizás recibimos el mayor número de estampas, llevándonos su Presentación, la Sangre y la Encarnación bendita de la Calzada. Visitando capillas también me lleve al Soberano Poder, al que va prendido por San Andrés y una bella fotografía de la “Panadera” más bendita para que un panadero bailenense la cuelgue en su mítica panadería junto a su Nazareno y su “Dolores”.

Y como no, la “primera despedida” de Sevilla comienza por San Gil, con la Esperanza y “el Sentencia” que ya les contaré en su debido momento y como olvidarme del Zapatero de Triana y su Madre la Estrella, bajo la galera del Soberano de Linares me las regaló uno de sus orgullosos costaleros, del Prendimiento y la Estrella de Triana, el amigo Miguelillo, devolviéndole quizás sin saberlo la moneda al que hace más de treinta años vino a vestir al Rosario y cambiarlo todo para siempre, un enamorado de la Estrella y del Rosario… Antonio Garduño Navas. Seguramente el día de mañana, cuando vea todo este papel bendito, estas sean las cosas que florezcan en mi memoria…