Buscar este blog

domingo, 7 de abril de 2013

JUEVES SANTO LINARES...EL RETORNO A LA GLORIA.(I)


Pues bien, un año más, porque tal como reza en el lema de la hermandad de mis amigos de Oviedo, “Dios lo quiere” me dispondré a narrarles los acontecimientos vividos por este mero y simple capillita durante la semana más grande para él en todo el año, y para todos aquellos que siente que su alma se encuentra atrapada por la bendita gracia de sentirse y vivir en cofrade y tener claro que este fenómeno popular es parte indisoluble de su cultura y su forma de ser, algo que los “señores/as” de la cadena televisiva “La Sexta” llevan ya unos cuantos años consecutivos sin entender o más bien sin quererlo, siempre poniendo por los suelos, algo que para nosotros es tan serio y respetable como cualquier cosa de este mundo, pero para nosotros lo que más… ellos que se ponen el tópico de estar con el pueblo, ¡ai! no os metáis con la fe del pueblo. Es que ya son unos cuantos años faltando y mofándose para luego venir con la típica disculpa con la boca chica que ya no convence a nadie… algún remedio habría que ponerle a estos “señores/as”, que quizás no se dan cuentan que también ofenden a muchos de sus “simpatizantes”, que pena que ellos no sientan la “Effetá” que nosotros sentimos, sino las cosas cambiarían muchísimo.
Pero bueno, ayer mismo un amigo me invitaba a la reflexión, a que pensara si estos tres años tan marcadísimos por la inestabilidad meteorológica era fruto de la realidad mundana, del rumbo de la naturaleza o que más bien esto ya se trataba de un rotundo descontento del de allí arriba, el único e indiscutible protagonista de esta “fiesta”, de que el clima social y quizás la aun poco rotunda implicación del mundo cofradiero, por lo menos andaluz que es el que más sigo, con la grave situación que se respira hacia que nos castigara con quitarnos, queramos o no queramos admitirlo, la máxima gracia de las hermandades… la cofradía en la calle, y ya ciertamente me niego a pensar que el que está todo el año en su hermandad trabajando y haciendo hermandad, le importa menos que el día grande de la corporación, la misma se quede sin “lucirse”… ya lo he dicho en alguna ocasión, el sentido penitencial de la Semana Santa hace ya unos cuantos siglos que tomó otro rumbo y otra perspectiva….









Por mi fe, por nuestra fe no deberíamos dudar de la intercesión divina en la aparición, en tres años seguidos de lluvia durante toda la Semana Santa pero si nos bajamos un poco más a la tierra, y tiramos de hemeroteca, la misma nos habla de que Semanas Santas lluviosas y correlativas ha habido toda la vida, ya estuviera el mundo en paz o matándose por los cuatros puntos cardinales del planeta… esto quizás es una mala racha chinchosa a la que contribuye las más modernas tecnologías que hacen que si antes te ponías malo viendo nubes o llover a la hora de la salida, ahora hace que te pongas deprimido casi un mes antes de que la cofradía plante su cruz de guía, si es que la tiene, en las calles de su tierra. Tiempos inestables, de difícil predicción es lo que nos repiten una y otra vez los expertos cuando llegan el tiempo de la luz y las flores, aunque hasta quizás hoy no lo hemos visto y el abrigo siga siendo prenda indispensable en una tierra donde se guarda mucho antes y la manga de camisa, incluso la corta comienza a alegrar la imagen de la vida.
Y es que este Jueves Santo la camiseta de tiranta del costalero se hacía poca cosa, porque si ha llovido en toda Andalucía, ha sido la provincia de Jaén la que quizás se ha llevado el golpe más duro. Mientras en Sevilla medio disfrutábamos de la Semana Santa, por aquí parecía una semana más del año, porque los pasos lo que es salir han salido pocos. Pero curiosamente, casi todos los partes coincidían en que el día que al narrador de esta historia le interesaba, es decir, el Jueves Santo podría volver a ser lo que manda el dicho… “uno de los tres jueves del año que reluce más que el sol…
Por eso, quizás la espera en la gran Semana de Dios se hizo menos angustiada, aunque comprobáramos día a día como en horas los partes cambian a veces radicalmente. A Dios doy gracias, la paciencia que tiene conmigo, porque sé que siempre me acompaña en esta locura de kilómetros en que se ha convertido mi Semana Santa, más con la vuelta que tuvimos de Sevilla donde a partir de Écija la carretera se convirtió en una continua piscina de lo que parecía había caído una gran tormenta unido a un tramo desde Córdoba hasta Montoro donde al parecer alcanzamos esa tormenta, donde pasamos miedo, donde reducimos considerablemente la velocidad he incluso sopesamos parar lo que hiciese falta, ahí recordé el semblante siempre serio de mi madre cada vez que me encamino escaleras abajo y le digo… “me voy pa´ Triana”.
Pero el Soberano nos quería por la tarde bajo sus pies, tres costaleros atravesamos la tormenta buscando la gloria, Óscar, Josito –que me lo traje de Sevilla con su novia- y este servidor. Y así fue, con frio, con el cielo peor que el año anterior, no sé, pero todos parecíamos confiar en la tecnología humana pero uno miraba al cielo y pensaba que el que controla el grifo del cielo, puede que se le ocurriese dejarnos sin gloria. Pero San Agustín se encontraba como un Jueves Santo más, esperando que se abriese las puertas del cielo que llegan hasta Linares aunque con un nudo en el estómago que nos decía que quizás este año no iba a poder ser… Aurora, nos comunicaba una espera de media hora, media hora donde se podría pasar del éxtasis a una nueva decepción… por cierto en la era de las redes sociales, ponía mi primera incursión en el mundo de la información al instante, “twitteando” esta demora para la salida en la cuenta del blog.
Me resultó curioso como el compañero y visitante de esta casa Antonio Manuel Arcas, me decía en plan guasa que si estaba apuntando todo en una libretica para reflejarlo en esta crónica, quizás ese detalle me hizo ver que las cosas merecen la pena, y que quizás sois unos cuantos los que estáis esperando estas humildes impresiones, de este simple costalero del Soberano, y loco enamorado de la vida cofradiera.
Y seguramente estará de acuerdo conmigo este veterano ex-músico de la agrupación de la Pasión, de que no me hubiese hecho falta apuntar mucho, que incluso si los remito a la crónica del año pasado la cosa no se diferenciaría mucho al pasado Jueves Santo, porque salir; salimos, lo quiso el Señor del Prendimiento que volvía a sentir la frescura de la recuperaciones en la madera, como hace casi treinta años, y por segundo año vistiendo la túnica bordada –creo que este año hubiese estado acertado salir con la lisa morada-. Pero tal como dijo hace unos meses el maestro cordobés “Curro”, la Semana Santa  es un arte efímero, aunque parezca lo mismo siempre es distinto y las cosas nunca se pueden volver a repetir, por eso que mejor que contarles lo que mis ojos captaron y lo que mi memoria alcance, porque en realidad, aunque no  lo parezca, mis desvelos por este blog solo alcanzan el nivel del entretenimiento, a la Semana Santa voy a disfrutarla, no de reportero.









Y la bendita galera abrió sus faldones para recibir a esos costaleros que como diría Parrita van a disfrutar, gracias a Dios y quizás al trabajo de muchos como él, cuando han convertido un paso que pasearlo por Linares era más bien un tormento que un bendito y glorioso paseo. Y un año más la melancolía se mezclaba con el golpe seco del caballo de la Fuente del Pisar, que este año por gracia ha vuelto a completar tan portentosas andas y a aguantar sin problemas todo el Jueves Santo. Para que vean que escribo lo que mi memoria me transmite, el año pasado olvidé mencionar que el llamador, el viejo, lo tocó uno de esos hermanos de los que muchos deberíamos tomar nota, yo el primero. Uno de esos hermanos que se han “matado” a trabajar por esta hermandad siempre en silencio y saber estar, no como hacemos muchos que solo sabemos ladrar y ladrar, y lo peor a veces con muy malas formas, chulería, prepotencia, soberbia, en definitiva con poco sentido cristiano. Este año llamó Antonio en la primera, el año pasado ya no lo recuerdo, pero fuese quien fuese una vez más el Soberano lo utilizó como un mero instrumento para darle la merecidísima oportunidad de levantar a su barco de oro y gloria a don Manuel Barranco, Él ya tenía decidido que era hora de que Barranco se fuese junto a Él y sabía que para los cofrades, la Semana Santa es lo más parecido al cielo en la tierra. El Soberano le quiso brindar ese privilegio, por eso, este año ha sido su hijo el que cogió al jinete de la leyenda para elevar a los cielos al Dios nuestro, el del Prendimiento porque ya se había abierto ese ilustre palco de la gloria donde pende el escudo de la hermandad del Prendimiento de Linares, y allí sentado junto a Caparros o el Maikel, seguro que estaría con su cámara acrecentando más el valioso archivo que tuvo que conformar… y cuentan los ángeles y querubines que el Soberano y el Caparros andan ingeniándoselas para a ver como Manolo les deja empaparse de las imágenes gloriosas del Jueves Santo de 2013…
“Al césar lo que del césar, y a Dios lo que es de Dios” y Dios prendido comenzó a acercarse al dintel, donde la expectación era tal que vi a muchos jóvenes cofrades bailenenses en la multitud, algo tendrá que ver que en este blog lo mismo se habla de Sevilla, que del Prendimiento y de mi pueblo… y una vez más, como diría German, los costaleros de pata corta echarían los dos costeros a tierra para muy poco a poco sacar el enorme y pesado barco, donde se recrea el Getsemaní milenario y donde Jesús sufrió la peor de las traiciones, con un beso… y los niños de la banda estrenaban traje, y digo niños porque uno ve a los supervivientes de mi época y comprueba que hoy ya son hombres, incluso padres y que hace diez años éramos solo unos niños ilusionados con la música para cornetas y tambores, los que cambiaron la tónica en esta provincia y en esta ciudad para siempre o por lo menos por el momento. Este nuevo uniforme me da una sensación, de madurez y esa es la planta que vi en mi banda, la cual sigue derrochando todo su arte para aliviar el camino de su Soberano… ciertamente es un placer enorme levantar al Señor y que Raúl “el Vokas” toque el llamador…
Y aunque no hacia sol, sino más bien un clima algo desagradable, las recuperadas plumas blancas de los romanos se mecían al compás del olivo, de costero a costero, no sé si movidas por el aire o por la potencia de la Marcha Real, la que nos viene desde el interior, porque esta banda sale desde San Agustín porque son unos hermanos más los que salen en estación de penitencia, aunque muchos aun no estén inscritos… entre nervios Félix marcó ese ¡costeroo! que nos traspasaba el alma a todos, el Soberano volvía por segundo año consecutivo para mí a las calles de su pueblo, y poderoso y cadencioso comenzó a bajar la rampa de los sueños, una vez más al son de “Cristo del Amor” su barroquizante altar errante deslumbraba, sin necesidad del sol en las alturas a todos los que se extasían ante su caminar. Sevilla en Linares, califican muchos ante su presencia para levantar el asombro cuando el barco comienza a “trianear” al compás de aires aflamencados de la banda, con la marcha “Los Clavos de Cristo” con la que el Soberano se plantó un año más en la larga calle Julio Burell dibujando la ya tradicional estampa de la cofradía cuando se pone un año más en la calle… hoy saboreando lo videos me ha llenado la satisfacción, una extraña sensación como de estancamiento me surgía en los ensayos, no sé pero este año no me esperaba mucha evolución, pero creo que a Dios gracias me equivoqué o a esa conclusión llega mi humilde opinión, de este que les habla que piensa que de esto está siempre empezando a aprender, pero basta ver la fuerza controlada en el andar de la salida, de las levantás y como el paso se viene arriba con el bendito peso del Hijo de Dios en cada izquierdo por delante, porque Él es sin duda el dueño y Señor para esto en Linares, trabajo le costó a aquellos locos que emprendieron la ilusión de llegar a lo que es hoy la que para mí, y lo digo desde la objetividad, no la mejor cuadrilla de Linares pero como ella sin duda no hay otra en la ciudad donde antes que en ninguna otra en esta provincia Sevilla plantó su bendita cruz, David nuestro capataz fue uno, cerca  siempre de él,  Andrés Gámez el maestro y locos del costal como Antonio Acuña, el cual muy pronto se quiso acordar del que quizás más los envenenó con toda esta bendita locura, seguro que allí arriba junto a Barranco, Maikel y otros tantos se mordía los labios de envidia, de alegría y porque no, también un poco decepcionado por situaciones que se han vivido, que con él pocas veces se dieron… Félix dice que fue la mejor del Jueves Santo, no lo sé, pero seguramente que a don Andrés Caparros le encantó ver como lo que fue su mayor orgullo, su cuadrilla, elevaba a su Dios en la madera siempre por él, creo que nunca debería de dejar de enseñarse en esta hermandad quien fue, como fue y que nos legó el “Capataz del Soberano”…
CONTINUARÁ…

1 comentario: