LA "VIUDA NOBLE" DE LA SOLEDAD...

Una nueva página para la historia se ha escrito en la ermita de la Soledad de Bailén, porque un nuevo cambio de vestimenta sobre la dulce Virgen, Ntra. Sra. de los Dolores ha llamado mi atención como para expandirlo al mundo desde esta bitácora capillita. Con partidismos o no, les juro que no, aplaudo la valentía de esta hermandad, tachada durante los últimos años de estancada, incluso por mí, pero ha recibido quizás un soplo de inspiración de su coqueta titular mariana para apostar por un cambio en la vestimenta de la misma, decisión que seguramente no era fácil de tomar pero que a la vista de los resultados, todos nos estamos dando cuenta de que la operación ha sido un éxito. Pero encima lo han hecho apostando por la profesionalidad, y con ello no me refiero a la función de pagar a alguien para que acometa una función determinada, sino a la profesionalidad del que puede ofrecer unas garantías debido a su formación, a resumidas cuentas, recurrir a los que saben. En este pueblo que tantas veces se desgarra las vestiduras cuando viene alguien de fuera a tocar sus cosas sagradas, la opción de traer al linarense Felipe López se puede considerar como histórica y sus resultados los están avalando, y al que le pese que se lo haga mirar.

Aunque aún estamos en el mes del Rosario, la llegada del mes de los difuntos está a la vuelta de la esquina. Un periodo en que el cambio de colores de las dolorosas de tantas y tantas hermandades, sobre todo de las “sevillanizadas”, busca el negro como signo del luto por las ánimas que ya partieron a la otra vida. Como el ajuar de la misma aún sigue siendo el mismo prácticamente, esta esencia poco se podría notar en una dolorosa que lleva siglos vistiendo solamente de negro como Virgen de la Soledad que fue, pero ahí ha estado el ingenio y la formación de alguien que vio como Garduño vestía en su pueblo y la observación de tantos y tantos vestidores en toda Andalucía, para sacar el pellizco que solo la formación más correcta te puede otorgar, algo que ha llevado a cabo a lo largo de todos los años que lleva vistiendo a la Madre de Dios.

Reyes de Granada

Dolores de Cordoba.

Tristezas de Cordoba.

Para esta ocasión ha querido darle un toque de más “rancidez”, optando por los modelos más sobrios dentro de amplio abanico de estilos que se encuentran en esta sevillanísima forma de ataviar a la Virgen María y para ello ha conjuntado el canon que implantó Juan Manuel Rodríguez Ojeda utilizando el antiquísimo recurso del rostrillo de plata, mezclando el estilo del último siglo con aquel, de origen castellano que contemplaron los siglos y que hoy en Andalucía subsiste en pocos ejemplos... Dolores y Tristezas de Córdoba, Reyes de Granada, etc…

En la Guerra Civil, la hermandad lo perdió todo o casi todo. Se fue su mayor tesoro, como era la imagen de la Virgen que se talló en un anónimo obrador de imaginería de Úbeda en el setecientos, pero se salvó curiosamente su ajuar, seguramente escondido por las camareras de antaño en sus casas, no pudiendo hacer lo mismo con la imagen de la dolorosa. De aquella imagen solo nos ha llegado una fotografía, seguramente la que se utilizaría para que José Romero Tena la intentase resucitar de las cenizas. Fotografía donde observamos el manto y saya bordados que aún conserva revestida a los antiguos cánones, antes de que fuese eliminados en Sevilla por Juan Manuel y de ahí al resto de Andalucía con la creación del tocado de tejido y el despeje del rostro de María. También podemos contemplarla con una pieza muy común en las imágenes de la Virgen María, hoy más reducido a algunas imágenes de gloria, siendo aún piezas inseparables en la apariencia de esas imágenes, caso por ejemplo de la Virgen de la Cabeza de Andújar. Sin duda hablo del rostrillo de plata u orfebrería.

Es una pieza indispensable en el estilo que se ha venido a definir como el de las “viudas castellanas nobles de la corte de Felipe II” y que enmarca totalmente la faz de la Madre del Altísimo, normalmente presentando los típicos rayos que aluden a esa “vestimenta de sol” que la define en el Apocalipsis. Habría que destacar la singular conformación de estos rostrillos ya que quizás también buscaban eliminar todo tipo de sensualidad femenina de la Virgen al despejarse sus formas anatómicas, aunque se trate de la cara y el cuello, hasta que la ilustración trajo nuevas formas de pensamiento que afectaron hasta a la iglesia, es como, y salvando las distancias, como una especie de “Burka”.

Aunque el vestidor no ha sido lo más estrictamente fiel en el canon más establecido en los últimos tiempos en esta forma de vestir -sin duda de moda entre algunas dolorosas de hermandades “rancias”-, donde se pudiese haber utilizado el ajuar bordado o las manos entrelazadas u orantes, la imagen ha vuelto a sorprender pero sobre todo por volver a lucir, quizás dese hace décadas el rostrillo de plata –aunque no sé si está realizado en este material o simple alpaca- que curiosamente para mi sorpresa está prácticamente documentado, según me contó un hermano por el investigador bailenense Juan Soriano. Al parecer unas iniciales en el anverso lo llevaron hasta la mano del platero el siglo XIX, Francisco de Paula Martos, de Montilla (Córdoba) que lo realizó en un taller de Córdoba bajo la supervisión del maestro joyero Don Diego de la Vega y Torres en 1818, diez años después de la célebre batalla por la que Bailén sale en los libros de historia universal. Entre los atributos que ha presentado también ha vuelto a lucir el corazón traspasado por el puñal que alude a su advocación de los Dolores por la profecía de Simeón, pieza de plata que igualmente se cataloga entre 1890-1910 aunque esta vez siendo de autoría anónima.

Así, siendo Ella también parte indisoluble de la entrada en el mes de los difuntos, al estar su sede canónica en la antigua ermita extramuros de la ciudad, la Soledad, junto al cementerio, y por consiguiente escenario de la celebración del día de Todos los Santos, en esta nueva corriente donde está felizmente inmersa, ha vuelto a abrir el cajón de sus recuerdos y los ha lucido para adentrarse en el mes de las ánimas de la forma más exquisita y sobria.