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lunes, 25 de enero de 2010

MACARENA Y TRIANA...UNA MISMA MADRE.



Este vídeo histórico es una joya para los sentimientos, aquel día las rivalidades se dieron cuentan que son la misma y que “Éllas” cuidan de todos nosotros.

Dejo esta crónica del CORREO DE ANDALUCIA, 16 ABRIL 1995

" Dos chaparroncillos tan leves como inoportunos vinieron a turbar la tranquilidad con que se estaba desarrollando la Madrugá.

Las primeras gotas comenzaron a caer a eso de las cinco y media de la mañana, cuando el palio de la Macarena se encontraba a punto de entrar en la Catedral. El Gran Poder estaba por la calle Gravina, el Silencio había entrado ya en su templo, el Calvario pasaba por la plaza de San Francisco, tras él, entraba en Campana, la Esperanza de Triana y los Gitanos andaban por la calle Laraña. Además, no llovía en todas partes, sino que más bien parecía una nube que se había plantado sobre la Catedral y la Plaza de San Francisco.

La primera noticia fue que se iba a abrir el Salvador para que se refugiase alli el paso de la Sentencia, mientras que el palio de la Macarena se quedaba en la Catedral. En el Gran Poder se colocó un plástico sobre el manto de la Virgen y se aceleró el paso, hasta el punto de que entró con 20 minutos de adelanto aunque se relajó algo la marcha final.

Por su parte, el Calvario siguió a su ritmo y pasó por delante de la Macarena para seguir hacia su templo, mientras que en ese momento, el misterio de la Sentencia ponía paso de mudá para refugiarse en la Anunciación en vista de que la parroquia del Salvador no estaba abierta. Hay que resaltar que también recibió el ofrecimiento de San Isidoro por si quería subir por la cuesta del Rosario.

Tras el Calvario, pasó por la Catedral la Esperanza de Triana.

Entonces pasadas las siete de la mañana, empezaron a caer gotas por segunda vez. El Calvario siguió su camino, la Sentencia estaba en la Anunciación, el paso de Cristo del Gran Poder estaba ya en la Basílica y el Señor de los Gitanos, extrañamente, se lucía en la plaza de San Francisco. La cofradía de la Esperanza de Triana se encontró en una posición bastante cómoda, ya que la Virgen estaba cerca de la puerta de San Miguel y el Cristo de las Tres Caídas en el Postigo, por lo que el trecho a recorrer para refugiar en la Catedral a los dos pasos era corto.

Tras una breve consulta de la junta de Gobierno, se decidió seguir. El momento más emocionante de la noche estaba por llegar...
El palio de la Macarena había cedido el paso tanto al Calvario como a la Esperanza de Triana. Y cuando la Reina del arrabal trianero llegó a la altura de la Señora de Sevilla, el paso de aquella comenzó a revirar muy lentamente ante el asombro y la emoción de los privilegiados que allí se encontraban. La maniobra continuó hasta que las dos imágenes quedaron frente a frente, pero los costaleros de Triana no arriaron su paso sino que avanzaron ligera y cuidadosamente con mimo, para dejar los primeros varales del palio de su Virgen a un metro escaso de distancia de los del de la Macarena.


El paso fue arriado y los nazarenos de las dos cofradías, entonaron el canto de la Salve, en una de las demostraciones de fervor mariano más emocionantes que se recuerdan en Sevilla.

La Esperanza de Triana cogió el camino de su barrio , seguida por La Macarena, que se fue en busca del misterio primero, y de la Basílica después tras estar más de dos horas en la Catedral.

Y quedaba una última imagen insólita. Los Gitanos entraron en la Catedral y salieron por la Puerta de los Palos, pero enterados de que el palio macareno acababa de salir, enfilaron la calle Alemanes camino de la avenida de la Constitución e hicieron el recorrido oficial del revés hasta la calle Sierpes.

En resumen, una Madrugá que se estropeó pero que, al final, todo el mundo dio por buena."

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